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jueves, 24 de marzo de 2011

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-LIBIA, LA FUERZA TERRESTRE GADAFISTA, NUEVO OBJETIVO DE LOS ALIADOS






El régimen denuncia un 'número importante' de víctimas civiles en los bombardeos aliados en Trípoli

La agencia oficial de noticias libia Jana asegura que las redadas de la coalición internacional a las afueras de Trípoli tenían "como objetivo una zona residencial", lo que ha causado un "número significativo de muertes entre los civiles".

"El bombardeo del agresor colonialista en la zona de Tajoura en Trípoli se ha dirigido a un barrio residencial (...), lo que ha causado un gran número de muertes de civiles", dijo la agencia, que cita a una fuente militar.

Para mostrar al mundo la certeza de sus afirmaciones, varios oficiales libios han trasladado a un grupo de periodistas a un hospital de la capital para enseñarles los cuerpos carbonizados de 18 personas, entre militares y civiles, que podrían haber muerto por el ataque aliado.

Jana también asegura que un "tercer bombardeo" de la coalición se realizó "contra los equipos de rescate que estaban trabajando para recuperar cadáveres y heridos tras las dos primeras incursiones en una zona residencial" de Tajoura.

Varias sirenas de ambulancias se escucharon la noche del miércoles desde el centro de Trípoli y en el barrio de Tajoura, según algunos periodistas de la agencia Afp. Otras fuentes hablan de una potente explosión en las cercanías de la capital.

La cadena árabe Al Yazira afirma también que la alianza continúa sus ataques contra el régimen y durante media hora se escucharon explosiones en el sudoeste de la capital libia. En imágenes de televisión se vieron disparos desde defensas antiaéreas de Gadafi.

La misma fuente militar que cita la agencia Jana asegura que los bombardeos afectan también a objetivos militares y civiles en la localidad de Jafra, a 600 kilómetros al sur de Trípoli.

Más tarde, el viceministro libio de Asuntos Exteriores, Khaled Kaaim, afirmó en una una conferencia de prensa que los ataques se han dirigido también contra "civiles y las instalaciones militares" en Trípoli, en Misrata (este de Trípoli), al sur de Bengasi y en Jemil, una pequeña ciudad a 120 kilómetros al suroeste de Trípoli.

El régimen ha acompañado a periodistas internacionales para que fotografiaran en la morgue los cadáveres de los supuestos civiles que habrían muerto en los ataques de civiles.

Una web islamista advierte a Zapatero que 'tendrá su 11-M' por actuar contra Gadafi

Tendrá su 11-M'. Esta terrible predicción es el título de la opinión que el presidente de la Junta Islámica de Cataluña, Abdennur Prado, ha colgado en la página 'webislam', el órgano de comunicación de la Junta, sobre la decisión del Gobierno español de participar en la coalición contra el régimen de Gadafi.

¿El resto? Como si de la estructura de una plegaria se tratara va acusando al presidente José Luis Rodríguez Zapatero, a los diputados y a los periodistas de "justificar las matanzas con argumentos de salón". Terminando cada parte con un... "Tendrá su 11-M. Dios no lo quiera".

"Ama la destrucción a Zapatero, la masacre, la guerra, la ignominia. Penetrando en el círculo de sangre, ceremonia de muerte masiva que responde a los más bajos intereses".

Pero la dura advertencia no tiene por qué ser literal, según su autor: "Tendrá su 11-M. Dios no lo quiera. Tal vez no hoy ni mañana, tal vez en la otra vida, tal vez sólo en la mente de la madre de un niño destrozado, tal vez la pesadilla del piloto que lanza los misiles, tal vez sólo en la rabia contenida de tanto y tantos".

Según Abdennur Prado, el presidente del Gobierno decidió intervenir en Libia "tan sólo unos días después del aniversario del 11-M, como un acto de traición a las víctimas y al sufrimiento de los españoles".

Sin embargo, el mismo autor colgó horas después una nota aclaratoria al respecto: "En este texto, el 11-M es utilizado como metáfora de lo más terrible para los españoles actuales: la masacre de civiles inocentes. Cuando se dice de determinadas personas que "tendrán su 11-M, Dios no lo quiera", esto no quiere decir que se esté expresando el temor de que vaya a haber un nuevo atentado terrorista en España. Lo que quiere decir es que cada bomba que cae sobre Libia y mata a civiles inocentes, con la ayuda española, es ya una reedición del 11-M".
'Analistas al servicio de la muerte'

El presidente de la Junta Islámica de Cataluña ataca duramente también a los periodistas a los que llama "analistas al servicio de la muerte", "acaudalados" o "cínicos, cítricos, basura mediática [que] responde a una inyección de adrenalina". "Suben las audiencias, como aullidos de guerra al firmamento".

Prado cree que "la guerra es el negocio de la prensa, la prensa el negocio de la guerra" y asegura que se están ocultando "las imágenes de las víctimas civiles de los bombardeos occidentales (...) Como vosotros habéis sido creados para mentir masivamente".

Hacia el final de la opinión, Prados señala a quien son "todos la misma mano, la misma voz segura, el mismo mar de sangre, la misma marioneta". Es decir, "Obama, Sarkozy, Cameron, Zapatero".

Y termina: "Desde la superioridad moral de ostentar el poder en el primer mundo, con la misión de civilizar a los pueblos primitivos, a los tiranos primitivos, sin ver que ellos mismos son los más feroces sanguinarios, las gentes menos evolucionadas del planeta. Tendrán su 11-M. Dios no lo quiera. Dios no lo quiera. Dios no lo quiera".

Las últimas líneas son una plegaria para que la "madre tierra" acoja "a las víctimas de Zapatero (...) Amen".

Fuente Diario "EL MUNDO"


Los rebeldes aseguran que Libia no se romperá

Los alzados rechazan que la Cirenaica acabe como el Kurdistán iraquí

Cunde el temor entre algunos analistas políticos de que la república libia pueda desmembrarse. La autoridad islámica de Al Azhar, institución cairota de inmenso prestigio en el mundo musulmán, advertía ayer del riesgo de que la guerra degenere y el país magrebí termine padeciendo el marasmo político y militar que sufre Irak. No le falta un punto de alarmismo a la declaración. Porque aunque los precedentes históricos podrían abonar en alguna medida la tesis, los sublevados contra la dictadura de Muamar el Gadafi no albergan duda alguna: Libia permanecerá unida. Esgrimen motivos de peso para apuntalar su confianza: los libios rechazan la segregación, su población es homogénea, y no atisban en la coalición internacional resquicios de que ese sea su propósito.

En los estertores de la colonización italiana (1911-1943), el desierto que se extiende desde Bengasi (Libia) hasta El Alamein (Egipto) fue un enorme campo de batalla en el que los aliados combatieron a Erwin Rommel. Expulsados los soldados alemanes e italianos -después de que los británicos conquistaran Trípoli, en enero de 1943-, el Reino Unido administró el país durante ocho años, autorizando a Francia el control de Fezzan, el árido sur libio fronterizo con Argelia, también bajo el poder francés. Naciones Unidas aprobó el nacimiento de Libia en noviembre de 1949, se convocó una Asamblea Constituyente y el rey Idris fue coronado la Nochebuena de 1951. Fue el primero y único monarca de la Libia unida.

Issam Gheriani, uno de los portavoces del Consejo Nacional, desde ayer el Gobierno de transición de la revolución iniciada el 17 de febrero, asegura tajante que la integridad del país no peligra. Y añade, contundente, que las proclamas de Gadafi, que anuncia la partición porque las pérfidas potencias occidentales ansían adueñarse del petróleo, son para mero consumo interno de sus fieles, propensos a adherirse a las teorías de la conspiración. Entre otras razones porque Occidente -sobre todo los países europeos- es también bajo el Gobierno del tirano el primer y casi único cliente del crudo libio. A mayor abundamiento, los más ricos pozos petrolíferos descansan en la Cirenaica ya liberada.

"El régimen de Gadafi", explica Gheriani, "está expresando su preocupación, no la nuestra. Pero se trata de propaganda. Nuestra posición es nítida: no habrá secesión de ninguna región de Libia". Las pancartas alusivas a la unidad de la nación presiden toda protesta: "Libia, un clan; Trípoli, nuestra capital", se leía en una tela que antecedía a la multitud que se congregó en la plaza Mahkama de Bengasi, una ciudad que ayer comenzaba a recobrar el pulso alejadas las tropas de Gadafi. "Trípoli es nuestro corazón", rezaban otros carteles.

Libia tiene, además, una población bastante homogénea que se aproxima a los cinco millones de habitantes. A diferencia de las profundas divisiones confesionales y étnicas (chiíes-suníes; árabes-kurdos-turcomanos) que han destrozado Irak al aliento de la invasión de EE UU en 2003, la composición tribal -a la que muchos libios restan relevancia hoy- no parece suficiente para alimentar la segregación. Los rebeldes también niegan de plano que la Cirenaica corra la suerte del Kurdistán iraquí, que disfrutó durante 12 años de un gobierno autónomo del Bagdad de Sadam Husein gracias a la zona de exclusión aérea impuesta por EE UU y Reino Unido en 1991.

Siempre existieron recelos arraigados entre la poblada y más próspera Tripolitania, que pugnaba por un Estado unitario hace medio siglo, y las empobrecidas Cirenaica y Fezzan. La primera Constitución libia estableció un Estado con tintes federales. Pero en 1959 se descubrió el primer gran yacimiento petrolífero en Zelten (Cirenaica) y ese régimen suavemente descentralizado fue sustituido por un poder central unitario. Cierta suspicacia todavía pervive, especialmente cuando se aborda el asunto del espíritu combativo de los pobladores de Cirenaica. "Los italianos conquistaron Trípoli en tres días. Para someter al oriente libio necesitaron 20 años", comenta el general Mohamed Saad. Omar el Mujtar, el líder de la resistencia contra Roma, es estos días el personaje histórico que adorna los panfletos de los sublevados. Hoy, sin embargo, esas diferencias entre la población de Cirenaica y Tripolitania se han difuminado. "En la capital reside el 80% de la población que habita la mitad occidental de Libia. Y en Trípoli", asevera Gheriani, "vive gente procedente de todos los rincones del país. Libia está unida porque quiere librarse de Gadafi".

El portavoz del Consejo aporta otros motivos: "No observo indicio alguno de que la alianza internacional pretenda esa división territorial". "Los países occidentales", dice, "están gestionando la crisis considerando Libia un país unido. Bombardean contra las fuerzas de Gadafi en Trípoli, también en Bengasi y en Sabha, en el sur. Si acaso, es Gadafi quien desea esa partición para preservar un espacio de poder. Quizá solo aspire a apropiarse de un trozo del pastel".

Los aliados frenan a Gadafi en Misrata

Los ataques aéreos de los aliados sobre las tropas de Gadafi que tienen rodeada Misrata, la tercera ciudad de Libia, lograron parar ayer la ofensiva de la artillería contra los rebeldes que resisten un asedio de semanas, pero no los disparos de francotiradores leales al dictador. Un jefe de las fuerzas aéreas británicas, Greg Bagwell, aseguró ayer que los aliados han destruido la fuerza aérea libia y sus defensas.

"Antes de los ataques, los tanques bombardeaban la ciudad, pero la artillería no ha lanzado un solo proyectil desde el ataque aéreo", aseguró Saadun, un vecino de Misrata a la agencia Reuters. Decenas de civiles han muerto en Misrata esta semana.

Los francotiradores afines a Gadafi, que llevan varios días apostados en azoteas en el centro urbano, volvieron a disparar contra civiles. Mataron a 16, según el portavoz de los rebeldes, Hafiz Gogha. "Están disparando contra el hospital. Nadie puede entrar ni salir", dijo un vecino.

Los aviones de los aliados alcanzaron una base aérea y un cuartel de entrenamiento militar ubicados en las afueras de Misrata, desde donde las tropas regulares han atacado a los insurrectos durante semanas. Misrata es el único bastión de los insurgentes en el oeste del país.

En el este, en Ajdabiya, un complejo de Gadafi fue blanco de los misiles aliados. Y en Trípoli, los aviones de la coalición bombardearon por segunda vez las instalaciones militares situadas en el barrio de Tajura, principal enclave de las protestas contra Gadafi.

Tormenta política en Alemania por el desaire de Merkel a los aliados


La retirada de los buques aportados a la OTAN divide a los partidos

Angela Merkel ha puesto en juego todo su crédito político con la retirada de cuatro buques de guerra y de unos 620 soldados que habían estado bajo mando de la OTAN en el Mediterráneo. A su Gobierno de centro-derecha le llueven las críticas nacionales e internacionales desde que, la madrugada del viernes, el ministro de Exteriores, el liberal Guido Westerwelle, se abstuvo de apoyar las acciones militares contra Libia en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, del que Alemania es miembro no permanente hasta 2012. Merkel aprobó ayer el envío de 300 soldados a Afganistán para compensar su negativa a participar en las operaciones militares contra el régimen de Gadafi. El ministro de Defensa, Thomas de Maizière, democristiano como Merkel, aseguró que el aumento del contingente militar en Asia servirá para "aliviar la carga militar" de la OTAN. Con ello, Alemania intenta "dar una señal política de solidaridad con los aliados" que decidieron combatir en Libia.

La no beligerancia de Merkel y Westerwelle ha puesto a Alemania en una situación comprometida ante sus principales aliados, en particular con los vecinos franceses. Merkel dice que no se trata de "neutralidad". Los críticos les acusan de sacrificar el papel internacional de Alemania por un mero cálculo electoralista. Defensa justifica la retirada de sus barcos por la posibilidad de que se vean obligados a entrar en combate en cumplimiento del embargo de armas ordenado por la ONU.

De acérrima defensora del eje atlántico a cuasi insumisa en la OTAN, la flamante conversión de Merkel no ha sido su única transformación reciente. La canciller también ha pasado, con el desastre de Fukushima, de defender el uso de energía nuclear a ordenar el cierre "temporal" de las siete centrales más viejas del país. El compromiso militar con los aliados en misiones en el extranjero y el uso de la energía atómica son sus dos frentes políticos más impopulares.

Sorprende a propios y a extraños que Alemania se abstenga de atacar a un dictador como Gadafi y lo compense enviando más soldados a la impopular guerra afgana. Otra sorpresa la daba ayer el diario conservador Frankfurter Allgemeine Zeitung, que aseguraba que Westerwelle planeó incluso votar en contra de la resolución de Naciones Unidas que el pasado jueves abrió la puerta a los ataques a Libia. Merkel, que con sus malabarismos de Afganistán intenta recuperar las simpatías perdidas fuera de casa, impuso la abstención, según el citado diario. Un portavoz de Exteriores aseguraba ayer que se trata de una "información falsa". Pero entre los democristianos se daba la noticia por auténtica. Los liberales insisten en que había consenso gubernamental antes de la votación.

En la dirección democristiana, hay voces conservadoras que se han pronunciado en contra del Gobierno. El diputado Armin Laschet destaca la "inesperada situación de que Alemania se desmarque de casi toda la Unión Europea y de Estados Unidos". No es el único crítico a la derecha.

Tanto Westerwelle como Merkel se están jugando mucho con sus sorprendentes decisiones de las últimas semanas. El domingo se celebran elecciones regionales en el estratégico land de Baden- Württemberg, donde la Unión Demócrata Cristiana (CDU) de Angela Merkel gobierna ininterrumpidamente desde 1953.

Además de un bastión democristiano, Baden-Württemberg es uno de los principales viveros de votos de los liberales, que gobiernan el land junto a la CDU en una coalición análoga a la dirigida en Berlín por Merkel y Westerwelle. Una derrota ante socialdemócratas y verdes, que ya tienen ventaja en algunas encuestas, podría resultar determinante para el futuro político de ambos.

El Partido Socialdemócrata (SPD) tampoco ha presentado sobre Libia un frente mucho más firme que el Gobierno. El diputado Thomas Oppermann tilda la decisión de "comprensible", pero la considera una "catástrofe diplomática". Al principio, el SPD apoyó mayoritariamente la política libia de Merkel, pero el lunes llegó el cambio de tercio. La secretaria general, Andrea Nahles, acusó al Gobierno de "dividir a Europa".

En el SPD se tachaba ayer de "fraude" el envío de más soldados a Afganistán, "una decisión envuelta en papel de regalo" que se habría tomado "de todas maneras" en abril. Los Verdes, muy críticos con la abstención del jueves en la ONU y con la retirada de los barcos de guerra del Mediterráneo, hablan de "cambalache". El parlamentario Omid Nouripour pidió que Alemania "sea digna de su papel en la OTAN" y participe en el embargo de armas.

Turquía participará con cuatro fragatas en el embargo naval

Kuwait y Jordania se suman a la coalición aliada con apoyo logístico

Seis barcos de la OTAN con apoyo aéreo empezaron ayer a patrullar aguas internacionales próximas a Libia para imponer el embargo de armas dictado por el Consejo de Seguridad. El despliegue es solo la fase inicial de un plan para el que la Alianza cuenta con al menos otros 16 barcos y submarinos ofrecidos por siete aliados. Turquía, con cuatro fragatas y un submarino, será el principal contribuyente a esa fuerza. El acuerdo de la OTAN sobre el despliegue naval sigue sin ser acompañado de su equivalente para imponer una zona de exclusión área. Los aliados continúan debatiendo sobre ello y el futuro papel de la OTAN en la campaña, que los países de la coalición y otros invitados discutirán el próximo martes en Londres.

La OTAN anunció como un triunfo el lanzamiento de la Operación Protector Unificado para "cortar el flujo de armas y mercenarios al régimen de Gadafi", como dijo la portavoz aliada, Oana Lungescu. Según precisó, "el régimen libio ha adquirido armas y contratado mercenarios, y tenemos información de que esa actividad sigue y es importante que la OTAN actúe para impedirlo".

La decisión de actuar siguió inmediatamente a la luz verde política dada el martes por los embajadores aliados. La urgencia no ha permitido que lleguen los efectivos prometidos por los otros socios, entre ellos España. A la espera de las 16 naves prometidas, realizan la misión de control una fragata, un buque auxiliar y cuatro dragaminas adscritos a la OTAN, con apoyo de aviones de vigilancia y de cazas.

Las aportaciones pendientes son un barco de mando y control italiano, 10 fragatas (cuatro de Turquía y una de Canadá, España, Reino Unido, Grecia, Italia y Estados Unidos), tres submarinos (España, Italia y Turquía) y dos barcos auxiliares (Italia y Turquía), según el general canadiense Pierre St-Amand. "Podrán parar y realizar abordajes sobre buques sospechosos", señaló en general. "Si hay dudas sobre la legitimidad de la carga, el barco será llevado a puerto para una investigación en profundidad".

La cadena de mando de esta operación desciende desde el cuartel general aliado en Mons (a unos 70 kilómetros al sur de Bruselas), que encabeza el almirante James Stavridis, a la base aliada de Nápoles, y de allí al buque en que estará el almirante italiano responsable de las operaciones.

La OTAN acepta nuevos aportes. Algunos de los prometidos han de ser aprobados todavía por los Parlamentos nacionales, como ocurre con Turquía. Ankara se ha sumado a Protector Unificado tras obtener garantías de que no se pondrá en peligro vidas libias.

Entre los aliados sigue abierto el frente político. Los embajadores continuarán hoy discutiendo sobre el engarce de la OTAN en la campaña, aparentemente "con ánimo constructivo", según Lungescu.

Todo está a expensas de la definición que Estados Unidos y Francia, como cabezas de dos posiciones enfrentadas, den al papel de la Alianza en Libia, que Washington califica de clave. EE UU desea descargarse de la responsabilidad principal en la actual operación de bombardeo y Francia quiere a la OTAN como simple instrumento de planificación y ejecución supeditado a una dirección política en la que la Alianza como tal no participaría. Una fuente aliada hace notar que "en el mundo solo hay dos entidades capaces de un comando y control como el que esta operación requiere: Estados y la OTAN. Y Estados Unidos quiere dejarlo".

Del papel de la OTAN discutirán el próximo martes en Londres los ministros de Exteriores de la coalición internacional junto con representantes de la Liga Árabe y de la Unión Africana, según anunció ayer el jefe de la diplomacia francesa, Alain Juppé. De la Liga Árabe, sólo Catar ha hecho una aportación militar, con cuatro aviones. Emiratos Árabes Unidos ha ofrecido apoyo por precisar y, según el primer ministro británico, David Cameron, Kuwait y Jordania contribuirán logísticamente a la protección de población civil.

La cita de Londres será la primera para hacer realidad la idea franco-británica de crear un directorio civil por encima de la Alianza para dar impulso político a la campaña libia e instrucciones a la OTAN.

Fuente Dairio "EL PAÍS"



La Alianza intensifica el apoyo aéreo a los rebeldes

La coalición se centra ahora en los ataques terrestres tras dar por «liquidada» la aviación de Gadafi


- Francia excluye a la OTAN de la «dirección política» de la operación
- España completa su despliegue con otro avión

24 Marzo 11 - - Francesca Cicardi- Enviada especial

Bengasi- Después de sólo cinco días de operaciones, la coalición internacional ha dado por terminada la primera parte de la misión: la destrucción de la aviación de Gadafi y de sus medios de defensa aérea. Ayer, un portavoz británico anunció que la Fuerza Aérea libia había dejado de contar «como fuerza militar operativa». Pero el éxito de la «exclusión aérea» no parece haber hecho demasiada mella en el coronel, cuyas tropas continuaban combatiendo los reductos rebeldes en el oeste, en la región que le es «fiel», y desbarataban los intentos de avance de la oposición en la región de Bengasi.

Ante la realidad de la ofensiva gadafista que, con amplio uso de artillería pesada y carros de combate, estaba arrinconando a los rebeldes y amenazaba con tomar la ciudad de Misrata, la fuerza aérea de la colación se empleó a fondo en el ataque terrestre. Vehículos blindados, carros de combate y artillería han pasado a ser el blanco principal, junto con las instalaciones militares y bases aéreas. Gracias al fuerte apoyo, los gadafistas tuvieron que retirarse, aunque no sin infiltrar tropas en las ciudades rebeldes, que están causando muchas víctimas entre la población civil.

Así, en Zintan, al suroeste de Libia, ayer murieron al menos seis personas y otras 13 resultaron heridas, en un nuevo día de bombardeos por parte de las tropas gubernamentales, que han cortado los suministros de luz y agua a la ciudad tras varios días de asedio. En Misrata la crisis humanitaria degenera después de más de una semana de cerco y ataques por parte de los hombres de Gadafi.

Las autoridades revolucionarias, el denominado Consejo Nacional Transitorio (CNT), han denunciado la presencia de francotiradores, que habrían tomado el hospital de la ciudad, donde murieron ayer 16 civiles, cinco de ellos niños, y 23 resultaron heridos. Misrata se encuentra rodeada y por ello el CNT pide que se instale en sus costas un buque hospital para hacer frente a la emergencia sanitaria.

En el este «liberado» de Libia, se muestran preocupados e impotentes, sin poder prestar apoyo a los que resisten al otro extremo del país, pero siguen confiando en que los bombardeos acaben aniquilando a las fuerzas de Gadafi.

La situación es peor en Trípoli, donde el dictador se hace fuerte con el soporte de sus seguidores, a pesar de las incursiones nocturnas de las fuerzas aliadas, que ayer empezaron a golpear la capital al alba y prosiguieron al caer la noche. Entre los objetivos, una de las grandes bases del Ejército libio al sur de la capital, alcanzada por misiles de crucero y bombas de alto poder. Jafar, al suroeste de Trípoli, también fue objetivo de los bombardeos aliados.

El portavoz de los rebeldes, Albelhafith Guga, ha admitido que poco pueden hacer los opositores en la capital, donde cualquier manifestación o voz disidente es silenciada y reprimida brutalmente. Guga se mostró ayer satisfecho con el resultado de las operaciones aliadas hasta el momento y dijo que «es necesario que sigan asegurando la zona de exclusión aérea y la protección de los civiles». Los rebeldes también confían en el apoyo aéreo aliado para poder seguir ganando terreno en el frente este, donde, de momento, no consiguen avanzar: los milicianos intentan recuperar Ajdabia, pero los hombres de Gadafi se lo están impidiendo.

Los tanques del coronel están desplegados a la entrada de la ciudad, lo suficientemente cerca del centro para que no puedan ser aniquilados por los misiles.

Ayer, se celebró una manifestación de agradecimiento en Bengasi, que, salvo en su plaza central, se encuentra más vacía y silenciosa de lo normal: muchas familias se habrían marchado por miedo a la violencia. La Libia libre parece estar escondida y conteniendo la respiración, con la mirada puesta en el cielo, donde su Dios se confunde ahora con los cazabombarderos aliados.


Obama: «No habrá tropas terrestres»
El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, respondió ayer con un rotundo «en absoluto» cuando se le preguntó, al final de su gira iberoamericana, si estaría dispuesto a enviar tropas terrestres a Libia, en el caso de que la situación se estancara y los rebeldes no consiguieran derrocar al Gobierno de Gadafi. «Cumpliremos con la resolución de la ONU y apoyaremos a los civiles libios como hasta ahora. Pero en absoluto habrá una intervención terrestre en Libia», aseguró.

Fuente Dairio "LA RAZÓN"

La Fuerza de Tierra de Gadafi, el nuevo objetivo aliado

Bengasi se echó a la calle para dar las gracias a la comunidad internacional por su intervención. Aunque la ciudad está casi vacía desde el fin de semana debido a los bombardeos de Gadafi, un grupo numeroso de vecinos se manifestó a favor de la operación «Odisea al amanecer» que, según el general británico Greg Bagwell, ha logrado anular «su fuerza aérea» y su «sistema integrado de defensa aérea y las redes de mando y control», por lo que los aliados ya pueden «operar casi con impunidad sobre Libia».

Este primer paso permitió a los aliados marcarse como nuevo objetivo las fuerzas terrestres que cercan ciudades como Misrata o Ajdabiya. Siguiendo con el modelo de acción llevada cabo en Bengasi con el ataque quirúrgico cuando los blindados del régimen estaban a punto de llegar al centro urbano, los aviones de la coalición realizaron varios ataques contra Misrata para frenar el asedio de los hombres del líder libio, que desde hace semanas atacan la tercera ciudad del país y gran enclave opositor en el este, a apenas 200 kilómetros de la capital.

Fuentes médicas del hospital de Misrata denunciaron la presencia de hombres del régimen a las puertas del recinto para evitar el acceso de heridos. Vecinos consultados por cadenas como Al Yasira alertaron de la existencia de francotiradores en las azoteas y la agencia France Press elevó a 17 el número de víctimas mortales, una nueva cifra de un goteo constante de bajas en las últimas semanas en una ciudad aislada por el cerco de las unidades de Trípoli, que ha obligado a los rebeldes a montar un hospital de urgencia en un barco para atender a los heridos que ya no entran en el hospital, según informaciones de Al Yasira. El recuento de bajas en esta guerra es una de las mayores incógnitas. Trípoli no informa sobre los soldados que ha perdido, y en el bando rebelde, donde la línea divisoria entre milicianos y civiles es invisible, el caos organizativo es absoluto, por lo que no hay listas de ningún tipo para saber quién combate o quién muere.
Protección de civiles

Una jornada más, Ajdabiya, 160 kilómetros al sur de Bengasi, marca la frontera de la Libia liberada ya que los rebeldes son incapaces de avanzar con dirección a Trípoli. Pese a su tono desafiante, a Muamar Gadafi le surgen nuevos problemas sobre el terreno y sus fuerzas tienen ahora también que sofocar el brote revolucionario en Zintan, ciudad situada a 90 kilómetros al oeste de la capital. La diferencia fundamental es que ahora los aviones de la coalición siguen cada operación desde el aire con el fin de proteger a la población civil. El coordinador humanitario de la ONU para Libia, Rachid Jalikov, confesó que el organismo internacional está muy preocupado por la suerte de los civiles. Con el Consejo Nacional en la clandestinidad desde hace varios días, distintos medios anunciaron ayer que los rebeldes habían decidido formar su primer gobierno interino y nombrar como presidente a Mahmud Jibril, actual representante del Consejo Nacional ante la comunidad internacional y uno de los integrantes de la delegación que se reunió con Nicolas Sarkozy el pasado 10 de marzo. Esta noticia, lanzada en primer lugar por Al Yasira, fue desmentida posteriormente por fuentes del propio órgano rebelde.

Fuente Diario "ABC"

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