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domingo, 27 de marzo de 2011

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-LIBIA, MUERTE, MIEDO Y VIOLENCIA, LAS CLAVES DEL ESTADO DE GADAFI












Duro golpe militar y de imagen a Gadafi tras una semana de ataque aliado

* Los ataques se mantienen en la noche del sábado al domingo a 'plena intensidad'
* El sábado, la coalición destruyó siete aeronaves libias en una base de Misrata
* El vídeo de una mujer agredida por pro Gadafi da la vuelta al mundo
Cuando se acaba de cumplir una semana desde el comienzo de la operación 'Amanecer de Odisea', que pretende proteger a los civiles libios de su propio líder, el coronel Muamar el Gadafi ha sufrido un importante golpe.

Y ha sido de dos tipos. Primero, desde el punto de vista militar: en la tarde del sábado sus fuerzas leales perdieron el control de una de las ciudades clave del país, Ajdabiya, a unos 160 kilómetros de Trípoli. Además, los rebeldes han asegurado haber retomado también Brega, un importante enclave petrolero.

Segundo, desde el de la imagen internacional. Los gritos de una mujer libia que denunciaba haber sido violada y agredida por defender una facción contraria a Gadafi han retumbado por medio mundo. El vídeo en el que se ve a los supuestos 'matones' del coronel tratando de hacerla callar ha dado la vuelta al mundo. Y pese hay quien alerta de que todo puede ser una maniobra política para justificar la acción militar en el país, lo cierto es que la mayoría apreciará no más que la evidencia de que es necesario proteger a los libios de su dictador.

Además, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, ha hecho otra advertencia: Los informes de la inteligencia estadounidense sugieren que las fuerzas del líder libio han colocado cuerpos de personas que ellos mismos mataron en los lugares donde ha habido ataques aéreos de la coalición para poder culpar a Occidente por las muertes.

En un adelanto de una entrevista en el canal de televisión CBS News, Gates ha afirmado que tienen "muchos informes de inteligencia de que Gaddafi lleva los cuerpos de la gente que mató y los pone en los sitios donde nosotros atacamos". La entrevista saldrá al aire el domingo.
Noche de bombardeos

En Libia, los ataques de la coalición se mantienen en la noche del sábado al domingo "a plena intensidad", según ha informado un portavoz del régimen de Muamar el Gadafi, quien ha afirmado que se están "perdiendo muchas vidas, militares y civiles".

En concreto, M. Ibrahim ha asegurado que hay bombardeos a lo largo de los 400 kilómetros de la carretera entre Ajdabiya a Sirte, al Este del país, donde también ha habido operaciones de la coalición durante todo el día.

"Creemos que muchos civiles han muerto, incluyendo a las familias que huyen de los ataques aéreos en coche", ha añadido, al tiempo que ha calificado el ataque de "asesino, inmoral e ilegal".

Asimismo, la televisión libia informa de bombardeos sobre Sahba, que han alcanzado áreas militares y civiles

Mientras, Brega fue el epicentro de los combates entre el Ejército de Gadafi frente a las tropas internacionales y los rebeldes durante todo el sábado. A media tarde del sábado sólo fuentes rebeldes aseguraban que la ciudad, un importante enclave petrolero, había sido ya tomada.
Avances contra Gadafi el sábado

Este sábado, las fuerzas del coronel libio sufrieron un importante revés. A primera hora de la tarde, los rebeldes libios retomaron la ciudad estratégica de Ajdabiya, a unos 160 kilómetros de Trípoli. La liberación de la ciudad -bajo control de las tropas leales al coronel Gadafi desde hace casi dos semanas- se producía tras los bombardeos de la coalición en la zona.

Además, aviones de combate franceses destruyeron cinco aviones militares libios y dos helicópteros que se encontraban en la base aérea Misrata, según dijo Thierry Burkhard, portavoz de las fuerzas armadas francesas

La coalición internacional también lanzó ataques contra las ciudades de Sirte y Sahba (Sur), según la televisión libia y los testigos.


'Mi pueblo me ama' (o los titulares de Gadafi)


El líder libio Muamar al Gadafi tiene debilidad por las apariciones dramáticas. Desde el comienzo de las revueltas en su país, el en su día coronel golpista ha recurrido a palabras en parte extravagantes.

- 22 de febrero en declaraciones televisadas: "No abandonaré el país. Moriré como un mártir. No me rendiré. Muamar será el líder de la revolución hasta al fin de sus días".

- 22 de febrero en un video emitido por la televisión libia: "Quería hablar con los jóvenes (manifestantes) en la plaza Verde (en Trípoli) y pasar con ellos la noche, pero entonces llegó la lluvia. Con esto demuestro que estoy en Trípoli y no (exiliado) en Venezuela. ¡No escuchen los anuncios de los perros callejeros!".

- 1 de marzo en una entrevista con medios internacionales: "Todo mi pueblo está conmigo, me ama. (...) En las calles no hay manifestaciones. (...) Terroristas y combatientes de Al Qaida han tomado Bengasi. Estoy sorprendido de que tengamos una alianza con Occidente para luchar contra Al Qaida y que ahora, que luchamos contra terroristas, nos abandonen. (...) A lo mejor pretenden ocupar Libia".

- 9 de marzo en un discurso televisado acerca de los rebeldes: "Lo que está ocurriendo es una locura. Reclutan a nuestros hijos, que son inmaduros y débiles".

- 9 de marzo en una entrevista con periodistas turcos: "Quieren nuestro petróleo. Eso es lo que quieren Estados Unidos, Francia, esos colonialistas. El pueblo libio se armará en su contra".

- 17 de marzo en una entrevista con el canal de televisión Russia Today: "Si Occidente viene a mí y se disculpa por sus errores, podremos restablecer nuestras relaciones y reanudar nuestra cooperación en el negocio petrolero. La prioridad en caso de una cooperación la tendrán, sin embargo, Rusia, China y la India. Ya no confiamos en Occidente".

- 18 de marzo en una entrevista al canal de televisión portugués RTP: "No cumpliremos ninguna resolución ni decisiones (del Consejo de Seguridad). No es que haya una guerra entre dos países. (...) Un ataque a Libia sería una colonización injustificada, que tendría graves consecuencias. Él (Occidente) nunca más tendría paz. Convertiremos su vida en un infierno, porque ustedes han convertido la nuestra en un infierno".

- 19 de marzo en un mensaje de voz al inicio de los ataques aéreos: "Este es el detonante de una segunda guerra de cruzadas. El Mediterráneo será el campo de batalla. El pueblo libio está dispuesto a combatir a los caballeros de las cruzadas. Abriremos los almacenes de municiones y armas a todos los libios".

- 23 de marzo en su central de comando, gravemente dañada: "No nos rendiremos. No nos dejaremos aterrorizar. Les vamos a vencer con toda seguridad, antes o después. (...) Todos los ejércitos musulmanes deben participar en la batalla contra las cruzadas".

'Matones' de Gadafi agreden a una mujer que denunció ser violada


Ella quería denunciar su situación: había sido violada por 15 hombres durante dos días por defender una facción contraria a Gadafi. Para ello, acudió al hotel donde se aloja la mayor parte de la prensa internacional que cubre el conflicto desde Trípoli. Pero el enemigo siempre está más cerca, y mientras la mujer comparecía ante los periodistas, supuestos matones del dictador bajo la careta de empleados del hotel se abalanzaron y agredieron no solo a la mujer sino a todo aquel que se interpuso en su camino.

La cadena de televisión Al Yazira mostró imágenes de los golpes, los empujones y la trifulca montada en torno a esta mujer que, llorando y mostrando sus cicatrices y moratones, aseguró que había sido detenida en un control por ser originaria de Bengasi y sometida a todo tipo de vejaciones por mercenarios del régimen del líder libio, Muamar el Gadafi.

La situación degeneró en un enfrentamiento entre los agentes de seguridad y otros individuos que pululan por los hoteles que se comportaron como matones con los periodistas, rompieron alguna de sus cámaras y trataron de impedir por la fuerza la grabación de los hechos.

Según Al Yazira, la violenta situación concluyó con la detención de la mujer, y la primera explicación que ofrecieron los portavoces del régimen libio es que sólo eran "fantasías" de una persona que estaba bebida, para luego asegurar que sólo era un caso de violación criminal común.
Surrealismo en el hotel

La tensión en el hotel de los periodistas invitados por el régimen libio aumentó después de este rocambolesco episodio, que se ha visto sucedido por las constantes maniobras, muchas de ellas disparatadas y sin ninguna consistencia, según esos corresponsales, por hacer creíbles las afirmaciones incontrastables de las autoridades.

La situación de nuevo ha dejado a los periodistas acreditados ante el régimen del coronel Muamar al Gadafi sin poder corroborar las afirmaciones de la mujer, de unos 30 años de edad.

El corresponsal de CNN Nick Robertson indicó en su Twitter que el viceministro libio de Asuntos Exteriores, Khaled Kaim, repetidamente preguntado por los periodistas afirmó que investigaría "para saber del paradero, quién era la mujer y se lo haremos saber".

Por otra parte, un portavoz del diario británico 'Financial Times' confirmó en Londres que las autoridades libias solicitaron esta mañana al corresponsal del periódico en Trípoli, Charles Clover, que abandonara el país, con lo que cumplió con la orden y se encuentra ya en Túnez. La fuente dijo que la salida de Clover de Libia está relacionada con un incidente en un hotel de Trípoli, sobre el que no aportó más detalles.

Fuente Diario "EL MUNDO"


Los rebeldes pasan al contraataque

Los alzados reconquistan la estratégica ciudad de Ajdabiya y se lanzan hacia el puerto petrolero de Brega.- Los bombardeos aliados desarbolan a las fuerzas del régimen

Hakim Abdalá irradia felicidad rodeado de viviendas en ruinas. Diez días de asedio de las tropas de Muamar el Gadafi a Ajdabiya, cruce de caminos estratégico, son historia desde hace pocas horas. Los rebeldes acaban de reconquistar la ciudad libia en un campo de batalla que parece un acordeón. Los soldados se han retirado. Un duro golpe para el coronel al mando en Trípoli, y una inyección de moral para unos rebeldes que el domingo pasado, con los tanques del déspota en la puerta de Bengasi, temían un baño de sangre. Pasa media hora del mediodía y docenas de insurgentes disparan al aire sus ametralladoras y baterías antiaéreas. El júbilo es desbordante y el estruendo, ensordecedor. Gritan "Dios es el más grande" mirando al cielo, desde donde los aviones aliados dispararon de madrugada sus misiles contra los militares leales al tirano. Los pocos civiles que resistieron el cerco agradecen la ayuda extranjera. Sin ella, Ajdabiya sería aún un infierno.

Los ataques de la coalición internacional ya hacen mucha mella. En la entrada occidental de la ciudad, decenas de cadáveres de uniformados yacen tapados por mantas, abrasados por los misiles. Los restos de los blindados, visitados en romería por curiosos, hombres, mujeres y niños, se esparcen al borde de la carretera mientras los sublevados marchan de nuevo en dirección a Brega, importante terminal petrolera. Animados por el éxito en Ajdabiya, los rebeldes se han dirigido hacia el oeste, a la ciudad de Brega que, según la última información que han hecho pública, aún pendiente de contrastar, ha caído en su poder. Tras su fulgurante avance inicial, los insurrectos retrocedieron hace dos semanas desde esta localidad, donde anoche volvían a atacar a los soldados. Y las tropas aliadas no dan tregua en la octava noche desde que empezaron los ataques. Según un portavoz del régimen de Gadafi, esta madrugada los ataques aéreos se han centrado en los 400 kilómetros de carretera que separan Ajdabiya de Sirte, el feudo natal de Gadafi.

Trípoli queda aún muy lejos. Pero al menos terminó el calvario para Ajdabiya, una población que se vació de sus 100.000 habitantes. "Nos han rodeado durante días. Entraban con sus camionetas y disparaban contra las casas. La gran mayoría de mujeres y niños huyeron. No teníamos luz, ni gas para cocinar, ni agua corriente. Sobrevivimos porque en muchas casas tenemos depósitos de agua subterráneos, y usábamos conversores eléctricos para poder seguir las noticias por televisión", relata Abdalá, casado y padre de un hijo. La angustia se refleja en su rostro cuando habla de las tropelías perpetradas por el Ejército. Los destrozos de los conductos de gas son poca cosa.

"Secuestraron a familias enteras y al conductor de los cuatro periodistas detenidos de The New York Times. Se llama Mohamed Shakluf, es mi vecino, su coche todavía está en la puerta oriental de Ajdabiya", asegura Abdalá. "Los rebeldes salían al paso cuando los militares hacían incursiones en camionetas. Pero desde el miércoles, cuando supimos de los secuestros, atacaron todavía más". La coalición internacional podía estar al tanto. "En los tres últimos días bombardearon con más fuerza", sonríe este empleado de una empresa petrolera.

Los destrozos en muchos barrios saltan a la vista: cientos de edificios con boquetes de un metro o ametrallados, hogares de una planta -como casi todos en esta extensa ciudad- convertidos en escombros, coches y vehículos militares calcinados en varias calles, lugares de recreo destrozados... "Los hombres de Gadafi robaron en los supermercados. Mira, arrasaron la farmacia", dice Muftasaid, un cincuentón, mientras pisa frascos de medicamentos.

Es la hora del regreso para miles de familias que buscaron refugio en la cercana Suluk -tumba de Omar el Mujtar, prócer de la rebelión contra la colonización italiana, cuya sepultura en Bengasi fue desmantelada por Gadafi- y en otras ciudades de Cirenaica. Nunca partió la familia de Abdalá, agradecido al extranjero por su sola presencia. No extraña la gratitud de los lugareños en Ajdabiya, ni en Bengasi. Gritan sus vivas a Francia, a EE UU; hacen ondear banderas de Catar, de Egipto, de España... Sí sorprende un punto al enviado que enarbolen enseñas de Italia, la potencia que en 1931 ahorcó a Omar el Mujtar. "El pasado es el pasado. Sabemos que el pueblo italiano está con nosotros", apunta un amigo de Abdalá.

Algo parecen estar aprendiendo los rebeldes, o algún mando ha impuesto cierta cordura para que los insurrectos dejen de lanzarse al combate siguiendo el lema escrito en tantos carteles en Bengasi: "Pechos desnudos contra balas". Disfrutan ahora de la ventaja que antes tenían sus enemigos. El espacio aéreo juega a su favor. Son puro entusiasmo. Lo contrario que debe de sentir el coronel que manda en Trípoli. El viernes ascendió a todos los militares por su "coraje en el combate contra el asalto colonialista de los cruzados". Decenas de ellos, los muertos en Ajdabiya por los misiles de la alianza, no disfrutarán sus nuevos galones.

Dura lucha por Misrata

Las huestes de Gadafi han dado media vuelta en Libia oriental, pero en Misrata -la única ciudad de la mitad occidental que resiste el asalto, a 200 kilómetros de Trípoli- arremetieron ayer con furia contra civiles y milicianos, aseguraban a Reuters varios vecinos. Aviones de la coalición intervinieron en la zona y lograron frenar el bombardeo. La coalición internacional lanzó una contraofensiva en defensa de la ciudad insurrecta de Misrata. El Estado Mayor de la Defensa francés informaba de que sus fuerzas aéreas destruyeron cinco aviones de combate Galeb del líder libio y dos helicópteros MI-5. Los siete aparatos, según un comunicado francés, se disponían a entrar en acción. Esta semana, otro avión libio fue atacado por un caza francés justo después de aterrizar en Misrata y tras saltarse la zona de exclusión aérea.

La ofensiva aliada ha alcanzado las posiciones de las tropas leales al líder libio en las afueras de la localidad, incluido un depósito de munición, y ha logrado frenar su avance. En esta ciudad, la única en manos rebeldes al oeste del país, el balance de muertos de la última semana se eleva a 115, según indicó ayer un residente a la agencia Reuters. "Aún hay operaciones de las fuerzas de Gadafi contra los civiles de la ciudad", añadió la fuente, por teléfono, ya que prefirió no identificarse. "Los hombres de Gadafi controlan las entradas este y oeste. Los francotiradores disparan contra los civiles. Están apostados en los tejados de los edificios del centro", añadió.

"El fuego de artillería sobre Misrata se ha atenuado", indicó un portavoz rebelde identificado como Abdelbasset a Reuters, en conversación telefónica desde Misrata. Con todo, otras fuentes advirtieron de que quedan muchos francotiradores apostados sobre los tejados que disparan sobre la población civil, según indicó un portavoz a France Presse. Los rebeldes mantienen un control precario de la ciudad, a pesar de la leve mejoría del viernes tras los ataques aliados. Los tanques del dictador alcanzaron por la noche el centro y sus francotiradores tomaron posiciones. La coalición tiene especial cuidado al lanzar ataques para minimizar al máximo las bajas civiles. "Los francotiradores están escondidos en algunos edificios. No sabemos cuántos quedan, los rebeldes han matado a 30", declaró un portavoz rebelde a Reuters. Los insurrectos aseguran que se han hecho con el puerto, imprescindible para recibir suministros. Los residentes están sin agua, luz ni teléfono.

El régimen niega que efectúe una operación ofensiva y dice que sus tropas solo se defienden cuando son atacadas. Sin embargo, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha asegurado esta noche que Gadafi no está cumpliendo lo exigido por la resoluciones de Naciones Unidas. Su enviado especial a Libia ha amenazado al régimen con "medidas adicionales" si persiste en su actitud.

"O muere Gadafi, o moriremos nosotros, pero Libia será libre"

Una familia disidente cuenta cómo resiste en Trípoli y espera a los rebeldes

Un coche cruza la carretera de la costa hacia el este, deja atrás la ciudad vieja y se adentra en los suburbios que rodean Trípoli. Al paso de los controles, el conductor saca la cabeza por la ventana y sin parar suelta en árabe una bendición a los jóvenes milicianos armados con Kaláshnikov. "Así nos dejarán pasar", dice. Los rascacielos y los edificios del Gobierno son sustituidos pronto por casas de dos o tres plantas a medio terminar. Los caminos se hacen más estrechos y el tráfico más denso. En las plazas, los milicianos del coronel Gadafi descansan bajo las banderas verdes y los retratos de su líder. Pero el territorio les es hostil. Esto es Soug el Juma, uno de los barrios donde se originaron las revueltas.

El 21 de febrero, un hombre de unos cincuenta y tantos años despidió a dos de sus hijos besándoles en la frente. Su nombre y el de su familia quedarán en el anonimato para no comprometerles ante el régimen. Les dijo: "Perdonadme por no haberos dado lo que os merecíais. Siento que hayáis tenido que vivir este régimen. Moriréis para que vuestros hermanos pequeños no tengan que sufrirlo más".

Los dos hermanos, de 26 y 21 años, salieron a la calle para unirse a las miles de personas que desde otros barrios como Tajura, según su relato y los vídeos grabados en su ordenador, marchaban hacia el centro de Trípoli. "No hacíamos nada malo. Solo rompíamos los carteles de Gadafi que nos encontrábamos", asegura el mayor. Habían pasado cuatro días desde el levantamiento de Bengasi, y los jóvenes se sentían con fuerza para conquistar el mismísimo Bab el Azizia, cuartel y residencia del coronel. Los teléfonos móviles sonaban continuamente y citaban a los jóvenes en la plaza central. "Entonces se extendió el rumor de que Gadafi se había ido del país. Eso hizo que nos dispersáramos. Fue entonces cuando la policía empezó a disparar".

Los dos hermanos hablan de decenas de muertos en esas horas y en los siguientes días. Describen las dos semanas posteriores como un régimen de terror en el que "no te podías fiar de nadie". Aseguran que las ambulancias llevaban milicianos que atacaban a los manifestantes y que muchos de ellos cruzaban las calles a toda pastilla y disparaban desde las furgonetas. "En Fashlum

[otro barrio donde hubo protestas] fue lo peor. Los cadáveres se quedaron tirados en las calles y no se permitía a las familias recogerlos".

La conversación tiene lugar en la casa del padre. La fachada está sin pintar y dos hombres esquilan ovejas mientras los pequeños hacen té. En el interior, sobre una alfombra roja rodeada de asientos, la familia oye cómo los hermanos prosiguen un relato que ya les es conocido. "Aquí no hay trabajo, no hay libertad", dice el padre luego, "el régimen está saturado. Lo que pasó en Egipto nos dio valor. No sabemos cuánto durará esta guerra, pero nos da igual. Sabemos que tenemos escrito nuestro destino. O muere Gadafi y nosotros vivimos, o somos nosotros los que moriremos. Pero Libia será libre".

Con la comida terminada, el padre saca el laúd y los oyentes se animan a cantar el antiguo himno del país, el de los tiempos del rey Idris (1951-1969). Los comensales ríen y alzan la voz sin temor a ser escuchados por los vecinos. Se despiden y se desean una buena noche. "Si hay bombardeos hoy lo celebraremos. Es cuando más calmados estamos", concluye el padre, que promete matar un cordero si el régimen de Gadafi cae.

En Soug el Juma, en Tajura, en Fashlum y en otros barrios que vivieron las protestas, algunos esperan la llegada de los rebeldes del este. Otros dicen que no hará falta que lleguen. Aseguran que las protestas volverán pronto. También dicen que las milicias y los mercenarios del coronel están preparados porque huelen el peligro y que el Gobierno ha evacuado edificios para colocar allí a francotiradores. Nadie da pruebas de esta y otras historias. Tampoco es posible saber cuántos son los que saldrán de sus casas y cuántos defenderán a Gadafi. Cada grupo asegura que les respalda más del 80% de la población.


¿Qué tiene que ver Auschwitz con Bengasi?


¿Qué hubiese pasado si en la II Guerra Mundial los aliados hubiesen bombardeado las cámaras de gas o las líneas de ferrocarril que llevaron a millones de inocentes a la muerte en Auschwitz y otros campos de exterminio? No se podía. No sabíamos. Hubiésemos distraído recursos de otros frentes. No era una prioridad estratégica. Estas son algunas de las respuestas que se le han dado a esta difícil pregunta. En Auschwitz fueron asesinados más de un millón de hombres, mujeres y niños.

En Bengasi pudo haber pasado algo parecido. Claro que las magnitudes y circunstancias son muy diferentes. En Bengasi viven 700.000 personas y, de haber entrado las tropas leales a Muamar el Gadafi a cumplir la misión que les encomendó -"eliminar a las ratas grasientas"- seguramente no hubiesen asesinado a toda la población de esa ciudad. Pero el dilema es el mismo. ¿Deben otros países intervenir militarmente en una nación para impedir el exterminio de miles de inocentes? No lo hicieron en Ruanda, donde 800.000 civiles fueron masacrados en 1994, ni tampoco en Srebrenica, donde las fuerzas armadas serbias asesinaron en 1995 a 8.000 hombres y adolescentes bosnios.

Estos conocidos episodios son relevantes para el debate sobre la intervención extranjera en Libia. A Barack Obama se le está criticando ferozmente tanto por haber intervenido como por haber tardado en hacerlo. Por haberse integrado en una coalición internacional, en vez de haber actuado unilateralmente. Por haber permitido que, en la etapa inicial de los bombardeos, los aviones y misiles norteamericanos tuviesen el protagonismo. Por haber intervenido sin saber quiénes son los rebeldes libios y cuáles sus motivaciones y alianzas. Por carecer de planes para una Libia pos-Gadafi. Por la hipocresía de actuar en Libia y no en Bahréin (donde EE UU tiene una importante base naval). Pero la crítica más fundamental a Obama es que la situación en Libia no afecta a los intereses vitales de Washington y, por tanto, es inaceptable gastar dinero y arriesgar vidas estadounidenses en ese conflicto. Ni siquiera el petróleo lo justifica, dicen los críticos. Libia extrae solo el 2% del total mundial, y Gadafi tenía excelentes relaciones con las petroleras extranjeras. ¿Y cómo termina esto? ¿Actuará EE UU, de aquí en adelante, como el gendarme mundial que interviene militarmente cada vez que un dictador masacra a su pueblo? ¿Lo haría en China, si hay una revuelta y el Gobierno la reprime como lo hizo Gadafi? ¿En Rusia o Venezuela?

Detrás de estas críticas hay tres suposiciones básicas: la primera es que un jefe de Estado solo debe actuar cuando dispone de información completa y confiable. La segunda es que la consistencia y los criterios universalmente aplicables son posibles (y deseables) en las relaciones internacionales. Y la tercera es que los criterios morales no pueden tener mayor peso en el brutal mundo de las relaciones de poder entre países. Las tres suposiciones son erradas.

Las decisiones importantes que se toman con una información completa y totalmente confiable son excepcionales. La norma es que los jefes de Estado actúen casi siempre sin tener todos los elementos, ya que el coste de esperar a tener información completa puede ser demasiado alto. Por otro lado, la consistencia en todas las actuaciones no es posible y, con frecuencia, es poco deseable. Por ejemplo: Estados Unidos hostiga a la Junta Militar de Myanmar por sus violaciones a los derechos humanos, pero recibe con honores a los mandatarios chinos. El doble rasero es obvio. ¿Preferimos entonces que, para evitar esta contradicción, Washington deje de presionar a los carniceros de Myanmar? ¿O que se agrave el conflicto con China? Todos los países que interactúan ampliamente con el resto del mundo se enfrentan a dilemas que no pueden ser resueltos tratando de ser totalmente consistentes.

Finalmente, está el peso que se le da a la decencia en la definición del interés nacional. Exigir que la moral sea la guía única en la conducta internacional de los Estados es ingenuo. Los intereses económicos, militares y geopolíticos siempre van a primar. Pero tenerlos como único factor y olvidarse de lo que nos define como seres humanos es inaceptable. Defender principios humanitarios fundamentales también debe ser parte del interés nacional de todo país decente. Afortunadamente para los libios, en este caso prevaleció la decencia. Y no importa que lo que venga después de Gadafi también sea indecente. Es un riesgo que vale la pena correr.

Fuente Diario "EL PAIS"


Estudio constante, forma física excelente y «equilibrio», claves para llevar un caza

«Los pilotos de F-18 no somos superhombres»

A 1.000 kilómetros por hora, persiguiendo a un enemigo, con cuatro pantallas transmitiendo datos a la vez, soportando ocho veces el peso de tu propio cuerpo, el peso de tu cabeza sobre tu cuello, perdiendo la visión progresivamente en un efecto túnel que puede llevar al desmayo, un piloto de F-18 es capaz de reaccionar en un instante y hacerlo bien.

27 Marzo 11 - Madrid - Diego Mazón

«No somos superhombres», asegura uno de ellos a LA RAZÓN. «Tenemos nuestra familia, vamos a la compra, llevamos a los niños al colegio, hacemos lo que hace todo el mundo». Pero en el aire, su cuerpo es llevado al límite y su cerebro es una máquina casi perfecta y automática («acaba siendo como montar en bici, aunque a mil por hora»).

Cuatro de ellos vuelan estos días una y otra vez por el espacio aéreo libio. Han sido enviados a una guerra y su misión es vigilar que nadie viole la zona de exclusión aérea marcada por la ONU. Pero hasta llegar a patrullar sobre Libia, han culminado una de las formaciones más exigentes que se le puede pedir a un militar. Pero, ¿cómo son esos pilotos? «Lo esencial es que sea equilibrado, tranquilo, consciente y responsable de lo que tiene entre manos y del riesgo que conlleva», asegura. Y lo segundo, una forma física envidiable. «En una batalla en igualdad de condiciones, ganará siempre el piloto que en mejor forma esté», afirma. Aparte del ejercicio básico, «hay que hacer mucho de cuello, porque en los giros te haces polvo; a la larga, todos los pilotos acaban con las vértebras machacadas». En circunstancias como las de Libia, si la misión se alarga hasta que haga más calor, los pilotos sufrirán una notable deshidratación. En esas misiones a altas temperaturas, se equipan con botellas de agua. Las patrullas sobre Libia son de dos tipos: orbitan en parejas sobre una zona determinada o establecen un recorrido por la zona de exclusión aérea, con el armamento preparado y sin dar mucha opción a quien la viole.

Las limitaciones para volar de los pilotos son, cuando menos, llamativas. «Con una muela picada lo pasas mal y las consecuencias pueden ser fatales. Supone que tienes espacio en el interior de la muela y a medida que asciendes, el aire que hay en ella se expande y puede estallarte y desmayarte... y no es el mismo desmayo que el provocado por las G’s de presión, que en cuanto bajan recuperas el conocimiento». Tampoco es recomendable volar constipado. «La presión sobre los oídos es bestial», teniendo en cuenta además que en esos vuelos, hasta los 8.000 pies, el avión no empieza a presurizar.

La tercera virtud de un piloto es su formación. Cuando termina en la Academia General, la calificación le marca el destino: la máxima para los pilotos de combate, después los de transporte y al final los de helicópteros. Una vez en el destino, «te pasas la vida estudiando, matemáticas, electrónica, física nuclear, motores...». Cada dos años, además, renuevan el software del avión, con lo que la formación es continua, incluido el inglés, que tiene que ser casi perfecto. Una vez al mes tienen que examinarse durante toda su vida como pilotos. Un examen de vuelo muy enfocado a las medidas a tomar en caso de una emergencia en cabina. «A esa velocidad, como te pares a pensar qué tengo que hacer estás muerto. Llevamos un cuaderno de procedimientos, pero en la mayoría de las emergencias no te puedes poner a consultarlo». Eso sí, cuando se bajen del avión, cuando vuelvan de Libia, seguirán siendo «personas normales».

Fuente Diario "LA RAZÓN"


BREVES

Una mujer libia irrumpió ayer en un hotel de Trípoli repleto de medios de comunicación extranjeros para acusar a milicianos leales al líder libio de violarla en grupo y llenar su cuerpo de hematomas y cicatrices. «Vean lo que me hicieron las milicias de Gadafi», ha gritado Eman al Obaidi con lágrimas en sus ojos, levantando su abrigo para mostrar sangre sobre la parte alta de una de sus piernas. Tras ser intimidada por miembros de seguridad y personal del hotel, que también golpearon a periodistas que intentaron entrevistarla en el restaurante de la instalación hotelera, fue metida al interior de un vehículo.

Más bombardeos. Aviones de la coalición internacional han bombardeado Sirte, la localidad natal de Gadafi, según ha informado la televisión estatal.En el ataque se han alcanzado instalaciones civiles y militares, según ha informado la agencia rusa RIA Novosti

El secretario de Defensa de los Estados Unidos, Robert Gates, ha asegurado durante una entrevista televisada, citando a varios informes de la inteligencia estadounidense, que Gadafi podría estar colocando cadáveres de gente asesinada en los lugares que la coalición está bombardeando para culpar a Occidente de dichas muertes.

Aviones de combate de la coalición internacional habrían atacado esta noche zonas militares y civiles de la localidad de Sabha, al sur de Trípoli, según ha informado la televisión estatal, Al Jamahiriya TV, citando fuentes militares.

Aviones de combate franceses han destruido cinco aviones y dos helicópteros de las Fuerzas Aéreas libias cuando se encontraban en tierra, en la base de Misrata, ha anunciado un portavoz del Ejército francés, Thierry Burkhard. Los siete aparatos han sido destruidos en las últimas 24 horas, cuando se preparaba en la base un ataque contra las fuerzas insurgentes en la zona, según Burkhard.

El avión español de vigilancia marítima CN-235, que participa en el dispositivo de la OTAN para el cumplimiento del embargo de armas a Libia, ha realizado esta tarde su primera misión, que se ha desarrollado "sin incidencia", según ha informado el Ministerio de Defensa en un comunicado.

Fuente Diario "ABC"

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