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sábado, 19 de marzo de 2011
GAGOMILITARIA NOTICIAS.-LIBIA, LOS ALIADOS ULTIMAN EN PARÍS LOS PREPARATIVOS PARA SU INTERVENCIÓN
Gadafi desafía a la ONU bombardeando Bengasi
El líder libio Muamar el Gadafi no ha respetado el "alto el fuego inmediato" que este viernes anunció su ministro de Exteriores, después de que la ONU aprobara una zona de exclusión aérea y ha bombardeado Bengasi.
Testigos citados por Al Yazira aseguran que, desde primeras horas de la mañana, se han escuchado explosiones y el vuelo de aviones de combate en varios puntos de la ciudad y sus alrededores. Al menos ocho personas han muerto y numerosas han resultado heridas, según el canal de televisión.
En las últimas horas, las tropas de Gadafi han avanzado 100 kilómetros. Durante su ofensiva, que se ha desarrollado por tierra y aire, un avión de combate ha sido derribado, afirma la cadena catarí. El aparato se incendió y se precipitó sobre una zona de viviendas del sur de Bengasi, donde explotó provocando una nube de humo negro.
Los soldados también asedian Bengasi desde el mar y atacan desde el oeste y el sur de la ciudad, aunque los combates no han llegado al centro de esta urbe.
Ante la violencia del ataque, miles de residentes han huido hacia el este, una zona que parece más segura por la presencia de fuerzas rebeldes.
Dispuestos a combatir hasta la muerte
El gobierno libio ha nagado estos ataques y acusa a los insurgentes de haber violado el alto el fuego que decretó ayer de forma unilateral.
Al Yazira asegura que la ciudad de Misrata, la tercera del país y cercana a Trípoli, también ha sufrido bombardeos, así como Ajdabiya, en el oeste y muy próxima a Bengasi.
A la espera de la intervención de las fuerzas internacionales, los rebeldes en Bengasi intentan resistir con baterías antiaéreas y han levantado barricadas de cemento en los caminos que llevan al edificio de los tribunales, donde el Consejo Nacional Libio tiene su base.
Los combates están teniendo lugar casa por casa. Los jóvenes se defienden con piedras, sables, ametralladoras y bombas caseras y que están dispuestos a combatir hasta el final. La ciudad está desierta y cercada.
París tiene la palabra
Nicolas Sarkozy ha organizado este sábado una reunión de urgencia en el Eliseo para preparar la campaña militar en Libia. El presidente de la República ha invitado al español José Luis Rodríguez Zapatero, al británico David Cameron, al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, al secretario general de la Liga Arabe, Amr Musa, al presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, a la Alta Representante para la Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, y a "los altos representantes de todos los Estados que deseen aportar su apoyo a la puesta en práctica de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas".
Los líderes de la coalición anti Gadafi llegarán a las 13.00 horas a la rue du Faubourg Saint-Honoré, almorzarán juntos, debatirán los detalles de la ofensiva y Sarkozy anunciará los acuerdos en una intervención prevista para las 16.00 de la tarde, según ha informado un portavoz de Presidencia. Entretanto, el viernes se sucedieron en la capital de Francia los encuentros políticos al más alto nivel para planificar la operación.
A la salida de una cumbre en Matignon con el primer ministro François Fillon y otros miembros de gabinete, el jefe de la diplomacia francesa, Alain Juppé, anunció que "todo está listo" para una acción militar en Libia, aunque "no puedo darles en este momento un calendario preciso". La cumbre prevista el sábado en París permitirá "analizar" la declaración de alto el fuego de Trípoli y "sacar conclusiones", añadió. La reunión en el Eliseo es, para Juppé, "la ocasión de analizar las declaraciones que hizo el viernes el régimen de Gadafi sobre el alto el fuego, y sacar conclusiones".
Por su parte, el presidente Sarkozy se había dado cita a primera hora con el primer ministro, François Fillon, el ministro de Defensa, Gerard Longuet, y el jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas, el almirante Edouard Guillaud.
Al término de este encuentro, el portavoz del gobierno francés, Francois Baroin, indicó que los ataques contra Libia se llevarán a cabo "rápidamente", "dentro de unas horas", y que los militares franceses "participarán" en ellos, aunque se negó a precisar "cuándo, cómo, contra qué objetivos y bajo qué formas" se desencadenarán. La intervención "no es una ocupación del territorio libio", sino "un dispositivo de índole militar para proteger al pueblo libio y permitirle coronar su impulso de libertad y por lo tanto la caída del régimen de Gadafi", añadió.
Rechazo a la implicación de la OTAN
Unas horas después, Francia reiteró su rechazo a una implicación de la OTAN en una eventual operación militar en Libia, según declaró el portavoz del ministerio de Asuntos Exteriores, Bernard Valero. "La posición de nuestro país respecto al conflicto libio ha sido constante desde el inicio. Pensamos que no es una buena señal que la OTAN intervenga como tal en un país árabe", declaró Valero a AFP. El portavoz francés subrayó que los aliados "no adoptaron posición política" sobre una participación de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte en una operación en Libia.
Mientras los principales expertos en estrategia militar especulan sobre los detalles de la inminente operación "se dice que Francia lanzará el ataque aéreo desde su base de Solenzara en Córcega", en el canal televisivo BFM, Alain Richard, ex ministro de Defensa socialista, advirtió anoche: "La resolución de la ONU no da legitimidad internacional para ir hasta el final y destruir el régimen de Gadafi". Y señaló igualmente: "La coalición no puede atacar todo lo rápido que querría porque muchos de estos países no han colaborado militarmente jamás juntos y aún no se sabe qué papel jugarán las fuerzas de Quatar o de los Emiratos Árabes".
España participará con aviones de combate y buques
El Gobierno español cuenta con participar en la operación que, avalada por la ONU, ponga en marca la comunidad internacional en Libia para proteger a la población civil en Libia con aviones de combate y buques de la Armada, pero descarta el despliegue de los aviones cazabombarderos Eurofighter, según fuentes militares.
Zapatero participará en la "cumbre para el apoyo al pueblo libio" que el presidente francés, Nicolas Sarkozy, ha convocado en París, en la que se discutirá sobre la "puesta en práctica" de la resolución aprobada ayer por el Consejo de Seguridad de la ONU y que impone el establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre Libia.
En la cumbre anunciará la participación concreta de España en la coalición internacional que liderará la operación militar en Libia para proteger a la población civil de los ataques de las fuerzas de Muamar Gadafi, según informan fuentes gubernamentales.
El jefe del Ejecutivo, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció este viernes que España ponía a disposición de la OTAN sus bases militares de Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla), así como medios aéreos y navales. En concreto, según las fuentes consultadas, se contempla la posibilidad de que participen en el dispositivo aviones de combate F-18 y buques de diferente tipo.
No obstante, no se baraja la opción de que se integren en la operación los modernos Eurofighter, en el Ejército del Aire desde 2003. La razón, que los F-18 ya han participado en maniobras aliadas y están más integrados en la estructura de la Alianza Atlántica.
Dos de estos aparatos participaron en el bombardeo sobre Belgrado en 1994 dentro de la llamada Operación Allied Force, de un total de 29 aviones de combate y ocho cisternas que componían el despliegue.
Mientras tanto, los Eurofighter no han participado todavía en misiones de combate. Su primera misión real tuvo lugar en febrero de 2007, cuando cuatro de estos aparatos participaron en la operación de vigilancia del espacio aéreo durante la celebración de una reunión informal de ministros de Defensa de la OTAN en Sevilla.
El primer cazabombardero Eurofighter llegó al Ejército del Aire en 2003. A día de hoy, las Fuerzas Armadas españolas cuentan con alrededor de una veintena de estos aviones, a los que se espera que se sumen otros siete durante 2011. España inicialmente realizó un pedido de 87 de estos aviones.
En los últimos años han sido uno de los protagonistas de los desfiles con motivo de la Fiesta Nacional del 12 de Octubre.
Una cita en París contra Gadafi
Además de Zapatero, se espera la presencia del secretario general de la ONU, Ban Ki Moon; el primer ministro británico, David Cameron, principal valedor junto a Sarkozy de la imposición de la zona de exclusión aérea, y la canciller alemana, Angela Merkel, cuyo país, miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, se abstuvo ayer en la votación.
La prensa italiana apunta que el primer ministro, Silvio Berlusconi, también tendría previsto desplazarse a París. El presidente estadounidense, Barack Obama, ha anunciado que la representación de Estados Unidos la encabezará la secretaria de Estado, Hillary Clinton. Según la prensa gala, también se espera la presencia del presidente de la Comisión de la Unión Africana, Jean Ping.
La cita dará comienzo a las 13.00 horas en el Palacio del Elíseo. Los asistentes mantendrán un almuerzo de trabajo seguido de una reunión de trabajo, tras lo cual, hacia las 15.30 horas, está prevista una declaración a la prensa de Sarkozy, ha informado la Presidencia gala.
'Conferencia de generación de fuerza'
Junto a la cumbre convocada en París, se ha adelantado a este sábado un encuentro de los responsables de la OTAN, denominada 'conferencia de generación de fuerza',a la que acudirá un representante del Ministerio de Defensa y el lunes, día 21, se reunirán en Bruselas los ministros de Asuntos Exteriores de la UE.
Fuente Diario "EL MUNDO"
Gadafi ataca Bengasi pese a su anuncio de alto el fuego
Residentes en Bengasi aseguran que aviones del régimen están bombardeando la ciudad.- EE UU asegura que Trípoli está violando su compromiso
El líder libio, Muamar el Gadafi, no está respetando el alto el fuego anunciado ayer en cuanto se conoció que las potencias occidentales se aprestaban a intervenir militarmente en Libia. Ignorando la resolución de la ONU que ayer autorizó el uso de la fuerza para establecer una zona de exclusión aérea sobre el país, aviones militares han bombardeado con intensidad al sudoeste de Bengasi, la ciudad que se convirtió en capital de la insurrección y últimamente en su último refugio, tras la ofensiva del dictador. Poco antes, los rebeldes que defienden la ciudad han denunciado que están siendo atacados por las tropas leales a Gadafi, lo que les está obligando a retirarse hacia el interior de la ciudad. La cadena de televisión Al Yazira, que ha ofrecido un balance de ocho muertos de los bombardeos, asegura que tropas de Gadafi han entrado en algunos suburbios de la ciudad, a la que intentan acceder desde el sur y desde el mar. Un caza militar ha sido abatido sobre la ciudad. El Gobierno de Gadafi, sin embargo, niega que esté atacando la ciudad y asegura que son sus tropas las que han sido atacadas.
Testigos y milicianos rebeldes han informado de que tropas del dictador habían entrado en la ciudad desde el oeste, el sur y desde la costa. Se han podido escuchar explosiones en varios puntos de la ciudad, entre ellos un cuartel de los insurgentes. "Están entrando en Bengasi desde el oeste. ¿Dónde están las fuerzas occidentales?", se ha preguntado el portavoz rebelde Khalid al Sayeh. "Las explosiones comenzaron sobre las dos de la mañana. Las fuerzas de Gadafi están avanzando, hemos oído que están a unos 20 kilómetros de Bengasi", ha declarado Faraj Ali, residente en Bengasi, a Reuters. "Es fuego de artillería. Hemos visto un avión", ha dicho. En otros puntos de la ciudad, otras personas han informado de ataques aéreos: "Varios cazas han bombardeado la carretera del aeropuerto y ha habido un ataque en el distrito de Abu Hadi, en las afueras", ha relatado Mohammed Dwo. También ha habido bombardeos en algunos puntos del centro, según Al Yazira. Al Yazira ha informado, citando a un testigo, de que los bombardeos han causado al menos ocho muertos y numerosos heridos.
También se ha informado de que un avión militar -un caza- ha sido abatido sobre la ciudad. Según algunas informaciones, se trata de un avión rebelde, tomado de las fuerzas aéreas cuando parte del ejército se unió a la revuelta. El corresponsal de Reuters en la ciudad ha relatado que ha visto "un avión que sobrevolaba en círculos la ciudad, salir de las nubes, dirigirse aparentemente sobre un objetivo y entonces ha sido alcanzado y se ha ido derecho al suelo en llamas y una enorme columna de humo negro se ha levantando". "Parecía que estaba atacando unos cuarteles militares en Bengasi", ha dicho.
El líder del Consejo Nacional Libio, el Gobierno rebelde, ha pedido a la comunidad internacional que actúe rápido para proteger a los civiles. "Están bombardeando todos los distritos de Bengasi", ha dicho, Mustafa Abdel Jalil a Al Yazira. "La comunidad internacional llega tarde para salvar a los civiles de las fuerzas de Gadafi. Si no ponen en práctica la resolución de la ONU, habrá una catástrofe en Bengasi hoy", ha sentenciado".
Pese a la información de los reporteros y los testimonios de los testigos, el Gobierno libio sostiene que no ha iniciado ninguna acción militar sobre Bengasi. Un portavoz del Gobierno, Mussa Ibrahim, ha declarado que "en absoluto hay ataques sobre Bengasi. Como dijimos, estamos respetando el alto el fuego y queremos que vengan observadores internacionales. "Hay rebeldes atacando pueblos y ciudades intentando instigar una intervención militar extranjera". La televisión estatal decía que grupos de Al Qaeda estaban atacando a las tropas.
El ataque sobre Bengasi se produce pese al alto el fuego anunciado ayer por el Gobierno de Gadafi. Fue la respuesta del dictador a la resolución de la ONU que autoriza el uso de la fuerza para establecer una zona de exclusión aérea que impida a la aviación Libia bombardear a los rebeldes. Hoy, una cumbre en París de líderes políticos decidirá la organización de la intervención militar aliada. Pese a todo, ya ayer muchos desconfiaban de las intenciones de Gadafi.
Alto el fuego sin credibilidad
El anuncio de un alto el fuego dejó ayer desconcertados a partidarios y detractores del coronel Gadafi. Fue la respuesta oficial del régimen a la resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que permite el uso de la fuerza para imponer una zona de exclusión aérea sobre el país. No obstante, ya ayer pocos en Trípoli le dieron credibilidad. Antes del anuncio, las tropas de Gadafi atacaron Ajdabiya y Misrata, al este de Trípoli. Los rebeldes denunciaron después que las operaciones armadas continuaban, algo que el Gobierno negaba.
La embajadora de EE UU ante la ONU, Susan Rice, aseguró ya anoche que el avance de las tropas del régimen continuaba hacia Bengasi, la capital de los rebeldes, lo que violaba el alto el fuego exigido por Naciones Unidas para no intervenir militarmente. En respuesta, el viceministro de Exteriores libio, Kaled Jaim, aunque admitió los movimientos de las tropas, aseguró que ello no supone una violación del cese de la violencia, algo que, según él, sí han hecho los rebeldes al atacar en la región de Al Magrun, a unos 80 kilómetros al sur de Bengasi. Además, invitó a observadores de Malta, China, Turquía o Alemania a comprobarlo sobre el terreno.
La medida había sido anunciada horas antes por el ministro de Exteriores, Musa Kusa, en una conferencia de prensa en uno de los hoteles de la capital donde se alojan los periodistas. Duró poco más de diez minutos y no hubo preguntas. Kusa leyó un comunicado con el gesto serio y la voz muy baja. El Gobierno, dijo, se veía obligado a aceptar la resolución y a respetar las zonas de exclusión aérea. "Libia protegerá a todos los extranjeros y sus posesiones y abrirá todas las vías de diálogo con quienes estén interesados en la unidad territorial de Libia", señaló el ministro, que lamentó que la resolución vaya a "aumentar el sufrimiento del pueblo". Luego invitó a los Gobiernos y a las ONG a "enviar misiones a Libia para comprobar los hechos sobre el terreno". Posteriormente, un portavoz de Exteriores mencionó en concreto a las autoridades turcas y maltesas, a las que pidió ayuda para aplicar y supervisar el alto el fuego.
Los contrarios al régimen, difíciles de ver en las calles de la capital y mucho más apagados en los últimos días que sus compatriotas pro-Gadafi, interpretaron las palabras del ministro como un síntoma de la debilidad del régimen tras el anuncio de los ataques aéreos y navales. También eso fue lo que entendieron algunos afines al régimen. Gente que estos días expresaba su lealtad al líder dándose golpes en el pecho, manifestaba ayer su preocupación por las declaraciones del ministro y requería información de los periodistas para averiguar la mejor manera de huir del país.
El anuncio del cese de la violencia contrastó con las duras palabras que había pronunciado el propio Gadafi en una entrevista con la televisión pública portuguesa, la RTP: "Transformaremos la vida de los que nos ataquen en un infierno y destruiremos el Mediterráneo". En la misma línea, el Ministerio de Defensa había advertido en un comunicado que atacaría a los extranjeros más allá de sus fronteras.
El Elíseo acoge hoy la reunión clave para organizar la intervención militar
A la cita asisten Ban Ki-moon, Ashton, Van Rompuy, Merkel y Zapatero.- El embajador francés en la ONU dice que el ataque puede producirse tras la cumbre
Nicolas Sarkozy, un dirigente que se crece en los grandes desafíos y naufraga en los asuntos domésticos, va camino de liderar la coalición internacional formada para derrocar a Gadafi. Francia ha jugado un papel clave a la hora de impulsar la intervención militar en Libia y tendrá una misión también clave en la planificación y en la ejecución de esa intervención. Una prueba: el Elíseo acogerá hoy una cumbre, organizada en un solo día y que resultará "clave" a la hora de determinar el ataque, en palabras del ministro de Asuntos Exteriores francés, Alain Juppé. "Todo está preparado", aseguró Juppé, que añadió, "pero la reunión de mañana [por hoy] será el lugar para analizar las declaraciones del alto el fuego de Trípoli y sacar conclusiones". Y concluyó: "Lo repito: todo está preparado. Pero ahora mismo no puedo dar un calendario más concreto".
Esta madrugada, el embajador francés en la ONU insistió en la inminencia del ataque y aseguró que posiblemente se pondría en marcha tras la cumbre de París. Entre otros, a esta reunión asistirá el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; la alta representante de la UE para Asuntos Exteriores, Catherine Ashton; el presidente permanente de la UE, Herman Van Rompuy, así como representantes de la Liga Árabe y de la Unión Africana, y jefes de Estado como José Luis Rodríguez Zapatero o Angela Merkel.
La votación del Consejo de Seguridad de la ONU tras la intervención de Juppé y la puesta en marcha de la coalición internacional ha supuesto un éxito de la diplomacia francesa, que hace tan solo dos semanas era criticada -por sus propios diplomáticos incluso- por el escaso peso jugado en la reciente ola de transformaciones en el mundo árabe y, en concreto, por su tibieza a la hora de apoyar al movimiento tunecino que derrocó al presidente Ben Ali, origen de toda la cadena de revoluciones.
Pero todo ha cambiado en los últimos días. Decidido a virar en redondo, Sarkozy sustituyó a la criticada ministra de Asuntos Exteriores, Michèle Alliot-Marie, y nombró a Juppé. La semana pasada, el presidente francés se convertía en el primer jefe del Estado que reconocía oficialmente al opositor Consejo Nacional como legítimo representante del pueblo libio, rompía con Gadafi y prometía intercambiar diplomáticos con Bengasi, el feudo de la rebelión.
Sakozy, volcado
Aunque mañana hay elecciones cantonales, toda la actividad política de Francia giró ayer en torno a Libia. Sarkozy se reunió a primera hora con el primer ministro, François Fillon, y los miembros del Estado Mayor francés para coordinar la participación militar. Horas después, Fillon se entrevistaba a su vez con representantes del Parlamento para informarles.
La iniciativa goza en Francia de un amplísimo respaldo político. El ex ministro socialista Laurent Fabius se alegró de la resolución de la ONU y solo le puso la pega de que era "tardía". "Por supuesto, yo la habría votado", añadió. También los partidos de centro y algunos de extrema izquierda han saludado la iniciativa. Solo el Frente Nacional ha denunciado, mediante un comunicado, la injerencia que supone la coalición y que se vulnere "el derecho internacional". Con todo, Marine Le Pen, presidenta del Frente, aseguró ayer que ella estaba de acuerdo "con la zona de exclusión aérea". "Lo que pasa es que ahora ya no va a servir para nada porque Gadafi utiliza armas terrestres".
Mientras, las fuerzas francesas se preparan para una eventual entrada en combate. El portaaviones Charles de Gaulle, atracado en Tolón, se encuentra listo para zarpar, al igual que el grupo aeronaval que le escolta.
Los aliados aceleran los preparativos para entrar en Libia
Gadafi: "Esto es colonialismo descarado.- Obama: "Debe acatar la resolución o enfrentarse a una acción militar"
A diferencia de lo que ocurrió hace ahora exactamente ocho años en vísperas de la guerra de Irak, los grandes países de la Unión Europea están esta vez de acuerdo en recurrir juntos al uso de la fuerza para proteger a los rebeldes frente a Muamar el Gadafi. Los jefes de Gobierno de España, Alemania y Reino Unido confirmaron ayer que acudirán hoy en París al encuentro convocado por el presidente francés, Nicolas Sarkozy, para poner en marcha la resolución aprobada el jueves por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas autorizando el uso de la fuerza en Libia. La secretaria de Estado de EE UU, Hillary Clinton, también estará presente.
El alto el fuego inmediato declarado ayer por Gadafi sorprendió a los países que preparan la coalición militar y plantea el interrogante de qué ocurrirá si se prolonga pero no hay un cambio o un acuerdo político en Libia. La resolución, aunque laxa al permitir la fuerza, no aboga por el derrocamiento de Gadafi ni por la división del país. Esta madrugada, la cadena Al Yazira hizo pública la opinión del dictador sobre la resolución de la ONU. "Esto es colonialismo descarado. No hay ninguna justificación. Tendrá serias consecuencias para el Mediterráneo y Europa", dijo.
Nada de esto ha detenido los trabajos de una operación que tiene también muchas incógnitas operativas: ¿Dónde estarán los cuarteles generales? ¿Cuál será la base de operaciones?¿Qué participación tendrá la OTAN, si es que tiene alguna como tal? Y tampoco parece haber cambiado la realidad sobre el terreno: ayer continuaron los disparos contra los rebeldes y Al Yazira aseguró anoche que las tropas de Gadafi habían empezado a avanzar de nuevo hacia Bengasi. En el mismo sentido se manifestó Susan Rice, embajadora de EE UU en la ONU, al afirmar a la cadena de televisión CNN que las tropas libias estaban violando el alto el fuego previsto en la resolución de la ONU. En respuesta, el viceministro de Exteriores libio, Kaled Jaim, aunque admitió el avance de las tropas, aseguró que ello no supone una violación del cese de la violencia, algo que, según él, sí han hecho los rebeldes al atacar a los leales del régimen en la región de Al Magrun, a unos 80 kilómetros al sur de Bengasi. Además, invitó a observadores de Malta, China, Turquía o Alemania a comprobarlo sobre el terreno.
Obama se une a la comunidad internacional
La presencia hoy en París de la canciller alemana, Angela Merkel, es especialmente significativa después de que decidiera abstenerse en la votación en el Consejo de Seguridad. "Compartimos los objetivos de esa resolución. No confundan nuestra abstención con neutralidad", advirtió Merkel al comentar a la prensa lo que parece un giro de 180 grados en la posición alemana.
La unidad europea no es la única diferencia respecto a la invasión de Irak. A diferencia de entonces, el uso de la fuerza sí tiene el apoyo expreso del Consejo de Seguridad. A diferencia de entonces, también, no habrá invasión terrestre porque está expresamente prohibida. Otra diferencia fundamental es el papel que juegan esta vez los países árabes. La resolución fue presentada por Francia y Reino Unido, pero también Líbano. El uso de la fuerza cuenta con el apoyo inequívoco de la Liga Árabe, que estará hoy en París al igual que representantes de países árabes y africanos. La Unión Africana también estará representada hoy en París.
Pero quizás la mayor diferencia sea el deliberadamente discreto papel que juega esta vez EE UU. Washington, cuya participación parece imprescindible desde el punto de vista militar, no quiere tener un papel de liderazgo en una operación que puede acabar con bombardeos en un país árabe. Pero su apoyo ha sido decisivo para sacar adelante la resolución y fue reafirmado ayer por el presidente Barak Obama, aunque con cautelas.
En una declaración en Washington, Obama aseguró a sus ciudadanos y al mundo que EE UU no va a desplegar ni un solo soldado armado sobre territorio libio y que la operación va a ser conjunta. Washington pondrá a disposición de la coalición toda su capacidad militar. "Quiero que esto quede claro", dijo dos veces el presidente, "la operación será junto a nuestros aliados de Reino Unido, Francia y los países árabes". También advirtió de que el futuro de Oriente Próximo está en manos de sus propios ciudadanos y de que ningún poder extranjero puede imponerles con su injerencia la libertad y la democracia en la región.
"Quiero que sepan que no hay decisión que haya considerado con más cuidado como vuestro comandante en jefe que la de poner en riesgo a nuestras tropas", expresó el mandatario, consciente del peso de la guerra de Afganistán y de las operaciones de salida de Irak que vive EEUU. Pero su tono fue también contundente: "Gadafi ha de cumplir con la resolución de Naciones Unidas o enfrentarse a una acción militar".
"Durante décadas, Gadafi ha demostrado que es capaz de usar la fuerza bruta, ha efectuado matanzas en su país", argumentó Obama. "Si se le permite seguir como hasta ahora, cometerá sin duda atrocidades contra su gente, morirán miles de civiles y la crisis humanitaria desestabilizará la region", advirtió. "Gadafi debe parar a sus tropas para que no lleguen a Bengasi. Debe restablecer el agua y la electricidad y permitir que la ayuda humanitaria llegue a Libia. Estas exigencias son firmes, no son negociables", aseguró. "Tenemos un objetivo claro, nuestra causa es justa y nuestra coalición es fuerte", dijo.
Todos los medios necesarios
La resolución del jueves, aprobada por 10 votos a favor y cinco abstenciones, incluidas las de China, Rusia y Alemania, autoriza el uso de "todos los medios necesarios" para cumplir sus objetivos pero descarta expresamente el uso de una "fuerza de ocupación extranjera", una cautela que garantiza a los países árabes que esto no es otro Irak. El texto autoriza también el uso de la fuerza para garantizar que se cumple el embargo decretado. Sin embargo, no respalda explícitamente el derrocamiento de Gadafi.
El primer ministro británico, David Cameron, anunció en los Comunes el envío de aviones Tornado y Tifón a la operación. El jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, confirmó que España participará en la operación y ha puesto a disposición las bases de Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla).
Los precedentes de Reagan y Clinton
Cuando la comunidad internacional puso la mira en Gadafi en 1986, no todos los países occidentales apoyaron los ataques contra el régimen libio. El 5 de abril de ese año un atentado contra una discoteca en Berlín frecuentada por soldados norteamericanos dejó dos muertos y 200 heridos. El ataque fue atribuido a los servicios secretos libios, y 10 días después el presidente Ronald Reagan ordenó un ataque aéreo contra Libia. España, Francia, Alemania e Italia se negaron a apoyarlo. Los Gobiernos español y francés cerraron sus espacios aéreos a los cazas estadounidenses. Solo Reino Unido respaldó a EE UU y le ofreció sus bases militares, incluido Gibraltar. Los aviones de EE UU bombardearon Trípoli y Bengasi, matando a 44 personas, incluida una hija de Gadafi. Sin embargo, en el caso de los bombardeos de la OTAN en Bosnia en 1995, bajo la presidencia de Bill Clinton, la comunidad internacional apoyó a EE UU. Fue una campaña aérea en respuesta a los ataques del Ejército serbio contra civiles bosnios. La operación se realizó entre agosto y septiembre con la participación de 15 países, incluidas España y Francia. Los aviones operaron desde bases italianas y desde portaaviones de EE UU.
Los árabes no quieren un nuevo Irak
Los Gobiernos de la región aceptan la resolución de la ONU pero rechazan la ocupación del país - La oposición a Gadafi aplaude la intervención militar
El sepulcral silencio de la gran mayoría de los 22 Estados de la Liga Árabe solo fue roto ayer por el secretario general de la organización que les agrupa, Amr Musa, quien expuso con claridad el temor que embarga a sus miembros: "El objetivo primordial es proteger a los civiles, y no invadir (...) un país". "No queremos que ninguna parte vaya demasiado lejos", subrayó.
Coinciden todos los países árabes e incluso el Consejo Nacional libio que reagrupa a los sublevados contra Muamar el Gadafi: ningún soldado occidental debe pisar suelo libio. La sombra de las guerras de Irak y Afganistán -el alto número de muertos en ambos conflictos- incita a las capitales árabes a ser cautas.
Pocas veces las reuniones de la Liga Árabe, casi siempre ineficaz, resultaron útiles. El sábado pasado decidió, sin embargo, apoyar la zona de exclusión aérea sobre Libia en línea con la Conferencia de la Organización Islámica.La Liga recurrió a un malabarismo verbal: respaldó vetar los vuelos de los aviones libios, pero rechazó al mismo tiempo una intervención extranjera. El problema es que la zona de exclusión lo es.
Solo Turquía -país musulmán, aunque no árabe, y miembro de la OTAN- alzó la voz enérgicamente para exigir un alto el fuego inmediato. La mayoría de las naciones islámicas ha optado, sin embargo, por un perfil bajo, por mucho que varios de sus gobernantes detesten a Gadafi.
Cuando sus Gobiernos hablan, como lo hizo ayer Túnez, es para dejar claro que no participarán en la aventura militar. Solo Catar y Emiratos Árabes Unidos -los que con más vigor impulsaron la aprobación de la zona de exclusión el sábado pasado- se declaran dispuestos a participar, pero sin dar detalles.
Desde un punto de vista militar no es relevante la ausencia de los Ejércitos árabes en la operación ya en marcha. Poco podrían aportar a la potente maquinaria bélica occidental que capitanean Francia y el Reino Unido.
Lo de verdad importante es el aval que brinda la resolución de la Liga Árabe. Evita así que la zona de exclusión aérea sea vista como una injerencia occidental en una región cuyas poblaciones aborrecen las intrusiones foráneas.
Muchos Gobiernos árabes andan además demasiado enfrascados en sofocar sus revueltas internas como para poder unirse a las operaciones de los próximos días.
La opinión pública árabe, al menos la que se manifiesta en las redes sociales de Internet, aplaude, en cambio, la resolución de la ONU y pide a Occidente que actúe sin dilación contra Gadafi.
La oposición libia en el exilio está "muy satisfecha" con la decisión tomada, afirmaba desde París Othman Ben Sasi. "Ahora esperamos hechos sobre el terreno", añadía. "La resolución llega un poco tarde", se lamentaba, no obstante, desde Delft (Holanda), el escritor y periodista libio Omar el Keddi. "Si se hubiese producido hace una semana habría salvado muchas vidas y habría obligado al dictador a largarse", asegura.
El Keddi achaca la tardanza al lastre que arrastra EE UU por sus "errores en Irak y Afganistán". "Y eso que Libia es el lugar ideal para aplicar la política de apoyo a la emancipación de los árabes que anunció Barack Obama en El Cairo", en abril de 2009.
España ofrece seis cazas F-18, buques y el uso de las bases de Morón y Rota
El destacamento se desplegará, "si es necesario", en una base italiana en 72 horas
El Gobierno está dispuesto a participar con seis cazabombarderos F-18 en la imposición de una zona de exclusión aérea sobre Libia "si resulta necesario", indicaron ayer fuentes gubernamentales. El despliegue de los aviones, previsiblemente en una base italiana, dependerá de las necesidades del planeamiento de la operación, a la vista de las ofertas que presenten otros países. La oferta la hará hoy en París el jefe del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, quien asistirá a una reunión convocada por Nicolás Sarkozy con los países dispuestos a garantizar la aplicación de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU, que prohíbe a Gadafi el uso de aviones y helicópteros. España es partidaria de que la operación la lleven a cabo una coalición de países (encabezados por EE UU, Francia y Reino Unido, junto a algunos Estados del golfo Pérsico), a la que la OTAN se limitaría a prestar apoyo, para evitar herir susceptibilidades en el mundo árabe.
Zapatero se limitó ayer a declarar que España hará una "contribución importante" a la intervención militar de la comunidad internacional para proteger a la población civil de Libia y solo explicó que consistirá en "medios navales y aéreos", preferentemente de "los que España tiene a disposición de la OTAN". Además, el Gobierno ha "autorizado el uso" de las bases de Rota (Cádiz) y Morón de la Frontera (Sevilla) por las fuerzas de EE UU que lo necesiten.
La ministra de Defensa, Carme Chacón, y el jefe del Estado Mayor de la Defensa, el general Julio Rodríguez, presentaron ayer tarde, en el gabinete de crisis, un menú de opciones militares. En este momento, España tiene adscritas a la Fuerza de Reacción Rápida de la OTAN las siguientes unidades: seis cazabombarderos F-18; un avión Boeing-707 de reabastecimiento en vuelo; un submarino de la clase Agosta, y un cazaminas. Estas unidades tienen la ventaja de que están alistadas y pueden ser movilizadas en breve plazo, pero también podrían enviarse otras, como una fragata F-100, según fuentes militares.
La mejor opción es el despliegue de un destacamento de seis aviones F-18, con unos 150 efectivos. Se aprovecharía así la experiencia del Destacamento Ícaro, que, entre 1994 y 2002, estuvo desplegado en la base italiana de Aviano para operar en Bosnia-Herzegovina y Kosovo. Canadá, que tiene el mismo modelo, ha ofrecido seis F-18.
Además, España podría participar en la operación de vigilancia frente a las costas de Libia para evitar la entrada de armas y mercenarios por vía marítima. La OTAN acordó el 10 de marzo desplegar en el Mediterráneo central la operación Active Endeavour (Esfuerzo activo) de lucha contra el terrorismo, a la que estaba asignado el submarino Mistral, pero este regresó el pasado sábado a Cartagena (Murcia) tras concluir su misión.
Fuentes militares explicaron que el hecho de que EE UU haya solicitado permiso para utilizar las bases de Rota y Morón no significa que no vaya a emplear las bases italianas, mucho más próximas a Libia. De hecho, los aviones de vigilancia AWACS están en Sigonella (Sicilia). Lo previsto es que se posicionen en suelo español aviones cisterna y otros que no requieren estar tan cerca de la zona de operaciones, agregaron las mismas fuentes.
Antes de la reunión del gabinete de crisis, que se prolongó durante dos horas, Zapatero mantuvo un despacho extraordinario con el Rey, al que asistió el príncipe de Asturias.
Fuente Diario "EL PAÍS"
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