Veinte años del final de la Guerra del Golfo
El 28 de febrero del año 1991 las tropas de una coalición internacional liderada por EEUU declaró un alto al fuego tras expulsar a las tropas iraquíes de Kuwait, país que habían invadido medio año antes, poniendo así fin a la Guerra del Golfo. También conocida como Operación Tormenta del Desierto, la guerra duró tan sólo 41 días a causa de la abrumadora superioridad del ejército aliado.
En total, se calcula que perdieron la vida como consecuencia de los combates unos 3.000 civiles y unos 10.000 soldados iraquíes por un lado, y cerca de 500 soldados de la coalición internacional, que integró a una treintena de países, entre ellos España y las principales potencias del Mundo Árabe, como Arabia Saudita, Egipto y Siria.
El conflicto bélico se inició la noche del 17 de enero con un bombardeo sobre posiciones militares iraquíes, y algunas infraestructuras clave. En total, se lanzaron sobre el país árabe cerca de 90.000 toneladas de explosivos durante más de un mes. El 23 de febrero se inició la operación terrestre para liberar Kuwait, que contó con unos 150.000 soldados. A su entrada en Kuwait, apenas encontraron resistencia por parte de unos tropas iraquíes que se rendían tras breves combates.
Sin embargo, la raíz del conflicto deriva de la invasión de Kuwait por parte del régimen de Sadam Hussein el 2 de agosto del 1991. Irak era entonces un país exhausto y empobrecido tras cerca de una década de guerra contra Irán. El 'raïs' iraquí consideraba que su país había pagado un elevadísimo precio por frenar las ansias expansionistas del Irán revolucionario de Jomeini, y exigía una mayor ayuda económica por parte de Arabia Saudí. Al no llegar ésta, Hussein optó por ocupar los prolíficos pozos petrolíferos del pequeño emirato.
De Bush padre a Bush hijo
A diferencia de la Guerra de Irak del año 2003, el presidente George Bush padre pasó varios meses construyendo una amplia coalición militar, así como el consenso necesario en el seno de la comunidad internacional para obtener el sello de legitimidad del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.
Sadam intentó romper la coalición internacional insertando el conflicto entre israelíes y palestinos en la contienda al lanzar varios misiles Scud contra Israel. Dos israelíes murieron, y 230 resultaron heridos, pero el estado hebreo no cayó en la provocación, y no respondió a los ataques. La preocupación tanto en EEUU como en Israel era que Sadam pudiera incluir cabezas químicas o biológicas en los misiles, pero no lo hizo al no disponer de estas armas.
Precisamente, el hecho de que tuviera en marcha un programa para la fabricación de armas de destrucción masiva que Sadam Hussein no quería eliminar fue la motivación por la que la comunidad internacional impuso un durísimo régimen de sanciones, que se mantendría hasta el inicio de la Guerra de Irak, más de una década después. Según algunas estimaciones, hasta un millón de niños habrían muerto a causa de la malnutrición.
Ninguno de los principales protagonistas de aquel conflicto continúa ocupando posiciones de poder dos décadas después. El general Norman Schwarzkopf, máxima autoridad militar de la ofensiva, se jubiló unos meses después de la guerra. Y George Bush padre no pudo obtener su elección al perder frente a Bill Clinton.
Por lo que respecta a Sadam Hussein, fue capaz de mantenerse en el poder a pesar de su humillante derrota. Su ejército había quedado sólo parcialmente dañado, o sea que lo utilizó para reprimir el levantamiento chií del sur del país. Bush decidió no llegar con los tanques hasta Bagdad, y ofrecerle una segunda oportunidad para reinsertarse en la comunidad internacional. Pero Sadam, orgulloso y desafiante, la desaprovechó. Mantuvo el pulso con EEUU, hasta que el 11-S empujó a Bush hijo a acabar la tarea que su padre había dejado a medias, y el cruel tirano acabó siendo ejecutado tras un juicio.
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