A 47 años del “Domingo sangriento”, la feroz matanza en Irlanda del Norte
El 30 de enero de 1972 el primer batallón británico de paracaidistas disparó a los manifestantes católicos de Irlanda del Norte que querían reivindicar sus derechos civiles. Murieron 14 personas.
El 30 de enero de 1972, en las calles de Londonderry el primer batallón británico de paracaidistas disparó a los manifestantes católicos de Irlanda del Norte que querían reivindicar sus derechos civiles. Murieron 14 personas. Fue el Bloody Sunday, el "Domingo sangriento": uno de los episodios más trágicos de la estela de sangre del Ulster.
Al inicio de 1972, el ejército británico había tomado el control de Londonderry, la ciudad de Irlanda del Norte que mira hacia el Atlántico y a la que los católicos le dicen Derry, como se llamaba antes de que sus tierras se volvieran propiedad, en el siglo XVII, de la ciudad de Londres.
Cada tarde, los jóvenes se reunían en el “aggro corner” (rincón de los enojados) dentro del barrio de Bogside, y lanzaban a las patrullas británicas todo lo que podía hacer daño: piedras, palos de hierro, bombas molotov, bombas de clavos. Los vándalos, como eran llamados por los ingleses, se refugiaban detrás de las barricadas levantadas por el IRA, el ejército republicano clandestino, que pretendía la unificación de los condados de Ulster a la República de Irlanda.
En Londres, sin embargo, el primer ministro Ted Heath estaba decidido a llevar a Londonderry “la ley de su Majestad”: la orden a las tropas era desalojar el “aggro corner”. Obra delicada, si se trata de un pueblo entero que está hirviendo.
A pesar de eso, Londres decidió enviar una compañía del regimiento de los paracaidistas que nunca se había utilizado para el orden público y armados con fusiles de alta velocidad, calibre 7,62 (que disparaban balas capaces de agujerear una placa de hierro) cuando se realizaba una manifestación por los derechos civiles que no tenía nada que ver con los vándalos del “aggro corner”.
Pero Tony Doherty, ex militante del IRA e hijo de otra víctima del soldado F, opina que es el momento de dar por zanjado el asunto. Su padre, Patrick Doherty, tenía 31 años y seis hijos cuando murió. "Antes quería vengarme. Ahora he cambiado. No voy a hacer campaña para que esa persona pase el resto de su vida en la cárcel".
El líder de U2, Bono, escribió la canción Sunday Bloody Sunday inspirado en el recuerdo aún vivo de esos hechos sangrientos,. Pronto se volvió un himno universal contra la insensatez de la violencia.
Fuentes: Aleteia y El Periódico.
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