Dos mil generales sostienen todavía la dictadura de Maduro
Los militares venezolanos han sido históricamente la clave para poner fin a las disputas politicas en Venezuela
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Los militares venezolanos han sido históricamente la clave para poner fin a las disputas politicas en el país. Ahora, la oposición al chavismo los ha instado a salvaguardar la actual Constitución, mientras que medio centenar de países han rechazado el mandato de Nicolás Maduro por su carácter fraudulento, declarando ilegítima su presidencia. Una lectura que también hacen las miles de personas que participaron en las masivas movilizaciones convocadas por la oposición contra el Gobierno chavista el pasado miércoles. La protesta mostró su respaldo a las propuestas del presidente interino, Juan Guaidó, que quiere establecer un Gobierno de transición que convoque nuevas elecciones y lograr un pronunciamiento en los cuarteles.
En un comunicado leído por el ministro de Defensa, Vladimir Padrino, los militares venezolanos no reconocen al «presidente autoproclamado» Guaidó, subrayando que no se «subordinarán a una potencia extranjera». El texto reitera que reconocen como «legítimo presidente» a Nicolás Maduro, «quien resultó electo con la gran mayoría de los votantes en elecciones libres, universales directas y secretas celebradas el pasado 20 de mayo de 2018». El escrito señala que la FANB no aceptará «jamás» a un gobernante «impuesto a la sombra de intereses oscuros».
Hoy, más que nunca, se demuestra cómo durante dos décadas Chávez y Maduro ideologizaron y compraron con cargos y prebendas al Ejército, con la concepción y propósito de que todo los militares se involucrasen en la politica. Chávez promovió la recuperación de los derechos políticos de los militares en la Constitución de 1999. Por eso, hoy vemos que el alto mando militar le denomina su comandante supremo, y a Maduro como su comandante en jefe. Así, todos sus pronunciamientos se leen diciendo: «Chávez vive, la Patria sigue. Independencia y patria socialista. Viviremos y venceremos», en contradicción con el mandato constitucional que consagra que la Fuerza Armada Nacional no está, en ningún caso, «al servicio de persona o parcialidad política alguna».
La oposición ha emergido más unida que nunca, logrando despertar la pasión de un pueblo en la calle gracias al apoyo de la comunidad internacional. Sin embargo, el Gobierno de Maduro todavía cuenta con el apoyo de unos dos mil generales que desean mantener el orden establecido. Hoy, al igual que en el pasado, y en medio de la peor crisis contemporánea, los militares vuelven a ser percibidos como una salida para los grupos opositores.
Es evidente que los militares se resisten a intervenir para generar un cambio en el tablero político, porque temen comprometer su futuro, y, además, no creen del todo en las promesas de amnistía de la oposición. Existe división de opiniones internas. Es cuestión de horas dias o quizás de semanas que empiecen a ver cambios en el país causados por las acciones del presidente interino. Será entonces cuando empiecen a creer en una trasición y busquen mantener los espacios de poder alcanzados hasta ahora.
......MÁS!
Venezuela contiene el aliento ante una etapa llena de incógnitas
El país vuelve a una normalidad aparente después de la gran marcha opositora. El anuncio de Guaidó multiplica las expectativas de sus seguidores
Venezuela regresó el jueves a un aparente estado de normalidad después de las marchas opositoras que el día anterior movilizaron a cientos de miles de personas
y el comienzo de un proceso de transición proclamado por el anuncio de
Juan Guaidó, presidente de la Asamblea Nacional. El tráfico volvió a
fluir en Caracas, en los alrededores de la plaza de Altamira, símbolo de
los críticos con el chavismo, los disturbios y los bloqueos de la
calzada dieron paso de nuevo a la rutina en el municipio de Chacao.
Incluso al cruzar el sector popular de Catia, escenario de saqueos y
violentos enfrentamientos en los últimos días, no se percibía el nivel
de tensión que precedió a la manifestación.
La jornada del miércoles supuso un punto de inflexión en el choque entre la oposición y el Gobierno de Nicolás Maduro,
pero ahora el país contiene el aliento ante una etapa llena de
incógnitas. El anuncio de Guaidó, que se proclamó presidente interino y
de inmediato recibió el apoyo sin matices de Estados Unidos y de las
principales potencias de la región con la excepción de México,
multiplicó las expectativas de millones de venezolanos hartos del
régimen. Del desarrollo de ese movimiento, que ha dejado de ser
estrictamente simbólico al haber tenido consecuencias políticas, depende
ahora la viabilidad de una nueva etapa.
Los últimos años han estado marcados en Venezuela por una deriva institucional sin precedentes. En medio hubo decenas de convocatorias y fechas simbólicas con las que los opositores buscaban el quiebre del régimen. Todas ellas se quedaron en simples sobresaltos. El chavismo y las fuerzas armadas, que tardaron unas horas en calificar de “golpe de Estado” las palabras de Guaidó, siempre han logrado restablecer su propio orden. Y la población, incluso amplísimos sectores de las clases populares, cada vez iba incubando más frustración. Sin embargo, desde las protestas de 2017 no se veía en el país una muestra de hartazgo colectivo de estas características. Las que comenzaron esta semana ya han dejado más de 25 muertos y un saldo de alrededor de 300 detenidos.
La diferencia es que hoy la oposición asegura tener un plan más definido y un apoyo internacional que va más allá de las declaraciones de solidaridad. “Hermanos y hermanas, estamos dando pasos importantes, haciendo lo que debemos hacer para lograr un Gobierno de transición y tener elecciones libres. Recuerden siempre que, si resistimos e insistimos esta lucha valdrá la pena”, manifestó el presidente de la Asamblea Nacional, el Parlamento elegido en 2015 que sigue funcionando pese a haber sido anulado de facto por el oficialismo hace dos años.
¿En qué se traducen esos pasos? Según aseguró Guaidó en su cuenta de Twitter, ya se trata de “resultados concretos”. En primer lugar, el envío de 20 millones de dólares para ayuda humanitaria anunciado por el secretario de Estado de Estados Unidos. En segundo lugar, el haber recibido el respaldo de otra institución que en América garantiza el acceso a fondos. “El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) manifiesta su voluntad de trabajar con el presidente interino de Venezuela para asegurar la continuidad de nuestro apoyo al desarrollo del pueblo venezolano”, dijo Luis Alberto Moreno, responsable de esa institución. A eso se suma el reconocimiento recibido por la Administración de Donald Trump, de Canadá, Brasil Colombia, Argentina, Perú, Ecuador o Chile.
El líder chavista, que cuenta con el apoyo político de Rusia, China y Turquía, se dirigió también al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y al de Uruguay, Tabaré Vázquez, para agradecerles su postura a favor de un proceso de negociación. “Yo al Gobierno de México y al de Uruguay les digo: ‘Estoy de acuerdo con una iniciativa diplomática de diálogo”, continuó durante la inauguración del año judicial. Y dejó a todos claro que seguirá en el poder al menos hasta el 2025. “Pretenden imponer un Gobierno paralelo, un Gobierno de payasos”, enfatizó. “El Gobierno que presido seguirá gobernando (…) seguiremos gobernando, aplicando la ley”, recalcó.
Los últimos años han estado marcados en Venezuela por una deriva institucional sin precedentes. En medio hubo decenas de convocatorias y fechas simbólicas con las que los opositores buscaban el quiebre del régimen. Todas ellas se quedaron en simples sobresaltos. El chavismo y las fuerzas armadas, que tardaron unas horas en calificar de “golpe de Estado” las palabras de Guaidó, siempre han logrado restablecer su propio orden. Y la población, incluso amplísimos sectores de las clases populares, cada vez iba incubando más frustración. Sin embargo, desde las protestas de 2017 no se veía en el país una muestra de hartazgo colectivo de estas características. Las que comenzaron esta semana ya han dejado más de 25 muertos y un saldo de alrededor de 300 detenidos.
La diferencia es que hoy la oposición asegura tener un plan más definido y un apoyo internacional que va más allá de las declaraciones de solidaridad. “Hermanos y hermanas, estamos dando pasos importantes, haciendo lo que debemos hacer para lograr un Gobierno de transición y tener elecciones libres. Recuerden siempre que, si resistimos e insistimos esta lucha valdrá la pena”, manifestó el presidente de la Asamblea Nacional, el Parlamento elegido en 2015 que sigue funcionando pese a haber sido anulado de facto por el oficialismo hace dos años.
¿En qué se traducen esos pasos? Según aseguró Guaidó en su cuenta de Twitter, ya se trata de “resultados concretos”. En primer lugar, el envío de 20 millones de dólares para ayuda humanitaria anunciado por el secretario de Estado de Estados Unidos. En segundo lugar, el haber recibido el respaldo de otra institución que en América garantiza el acceso a fondos. “El Banco Interamericano de Desarrollo (BID) manifiesta su voluntad de trabajar con el presidente interino de Venezuela para asegurar la continuidad de nuestro apoyo al desarrollo del pueblo venezolano”, dijo Luis Alberto Moreno, responsable de esa institución. A eso se suma el reconocimiento recibido por la Administración de Donald Trump, de Canadá, Brasil Colombia, Argentina, Perú, Ecuador o Chile.
Acusaciones de Maduro
Ante el incremento de la presión internacional e interna, Maduro, apoyado por las fuerzas armadas, lanzó este jueves algunas acusaciones habituales. “El Gobierno de EE UU está empujando a la derecha opositora a un estado de locura, violencia y caos”. El sucesor de Hugo Chávez, que el pasado 10 de enero empezó un segundo mandato que la oposición considera ilegítimo, llamó a la población, las comunidades, las familias a convertirse en “defensores activos de la paz”. Ordenó la salida antes del domingo de todos los diplomáticos estadounidenses y anunció el regreso de los funcionarios venezolanos en ese país.El líder chavista, que cuenta con el apoyo político de Rusia, China y Turquía, se dirigió también al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, y al de Uruguay, Tabaré Vázquez, para agradecerles su postura a favor de un proceso de negociación. “Yo al Gobierno de México y al de Uruguay les digo: ‘Estoy de acuerdo con una iniciativa diplomática de diálogo”, continuó durante la inauguración del año judicial. Y dejó a todos claro que seguirá en el poder al menos hasta el 2025. “Pretenden imponer un Gobierno paralelo, un Gobierno de payasos”, enfatizó. “El Gobierno que presido seguirá gobernando (…) seguiremos gobernando, aplicando la ley”, recalcó.
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