sábado, 19 de marzo de 2016

LA FALANGE MACEDONIA Y EL YUNQUE DE ALEJANDRO

El yunque de Alejandro. La falange de piqueros macedonia.

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Cuando Filipo II de Macedonia llegó al poder en el 359 a.C. comenzó una reforma total del ejército. Los ejércitos macedonios se basaban en la caballería, a la cual solo accedían los nobles a los que se denominaba los Compañeros (hetairoi). La infantería constaba de levas mal organizadas e instruidas. La infantería de buena calidad es en batalla un bien insustituible y Filipo necesitaba una infantería insuperable para los planes que tenía para su nación.

Mosaico de la batalla de Issos

Convierte a sus soldados en profesionales y da categoría a sus infantes nombrandoles pezheraitoi (compañeros a pie), cambia su organización dándoles más cantidad de hombres por unidad así logrando más profundidad en la formación, cambia su armamento y les dota de las sarissas, largas picas de hasta 6 metros. De hecho las sarissasiban en dos piezas que se ensamblaban antes de la batalla, tenían un tope para anclarlas así al suelo y aguantar una carga de caballería. Se les mejora la protección, que aún así sigue siendo ligera. Debido a la gran longitud de las sarissas, que las hacía muy aparatosas, el hoplón ya no es válido como escudo, se les dota de un escudo más pequeño, de manera que pueden usar su arma principal con las dos manos si es necesario.

Vista frontal de la falange

Se introduce el entrenamiento físico y táctico, los hombres se van endureciendo y acostumbrando así a los rigores de la guerra.
Se compone cada unidad básica, llamadas syntagma por 256 hombres y mandadas por un oficial (syntagmarchos). Se solía formar en 16 filas, cada una de ellas denominada lochoi y que mandaba un lochagos, que vendría a ser un suboficial, estas de se dividían en escuadras (enomotia) mandada por un enomotargos, que haría las funciones de cabo. El ejército completo se denominaba phalanx y se formaba de manera ideal por 64 syntagmas.

Falange formada

Filipo organiza sus infantes con un claro objetivo, iban a ser el “yunque” que sujetaria el grueso del ejército enemigo y los hetairoi, aprovechando su velocidad, maniobrabilidad y la fuerza de choque propia de la caballería, serían el martillo. Esta táctica alcanza su plena efectividad bajo el mando de su hijo Alejandro.


Vista cenital de la formación (Las legiones de Julio César, José I. Lago)

En terreno descubierto es una unidad férrea. Las cinco primeras filas bajan las sarissas dejándolas horizontales, esto crea un frente de filos y puntas hacia las que sólo cargaría un loco. La enorme longitud de estas armas ofrecía gran protección a distancia y el combate hombre a hombre era raro, aún así los falangitas llevaban un pequeño puñal como arma secundaria. De la quinta fila para detrás bajar la sarissa era un peligro para los propios compañeros de delante, así pues mantenían las sarissas en alto, una ventaja que tenía es que la enorme densidad de astas hacia arriba también desviaba y protegía de las saetas y dardos enemigos.

Grabado donde se observa la colocación de las sarissas

Los problemas de formación en falange de estos piqueros era que en terreno abrupto se deformaba y si se perdía la formación se perdía la fuerza. “Una falange es tan fuerte como lo sea su miembro más débil” se suele decir, y esto es cierto, las formaciones rígidas y compactas se basan en la fuerza de unidad, si se abre un hueco por un mal paso o un hombre caído debe ser cubierto lo más rápido posible antes de que el enemigo aproveche la brecha. Otro inconveniente de esta rigidez era la maniobrabilidad y velocidad, que aún a pesar de comparado con otro tipo de falange es bastante superior, sigue siendo muy torpe para enfrentarse a un enemigo surgido de improviso, por ello depende de que la caballería e infantería ligera (tanto Alejandro como Filipo usarían a los agrianos para el papel de Infantería de apoyo) eviten en la medida de lo posible flanqueos.

La falange de piqueros fue la infantería dominante hasta la aparición de las legiones romanas, llegó a ser considerada en el mundo helénico como invencible, servirían de inspiración para las tácticas adoptadas por los piqueros suizos y los famosos Tercios de Infantería españoles.

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