Las potencias agotan el plazo para un alto el fuego en Siria
Los combates se intensifican y la artillería turca ataca a las milicias kurdas
Jerusalén
Altos cargos diplomáticos y militares de Estados Unidos y Rusia se reunieron este viernes en Ginebra para intentar fijar las condiciones para un alto el fuego en Siria. El plazo fijado hace una semana en Múnich se agotó sin alcanzar un acuerdo para el cese de hostilidades. Los combates entre fuerzas gubernamentales y rebeldes se intensifican mientras tanto, y la artillería turca ataca posiciones de las milicias kurdas sirias cercanas a su frontera.
Tras casi cinco años de guerra civil, la esperanza de una tregua sigue consumarse, a pesar del comienzo del envío de ayuda humanitaria a los civiles cercados por el conflicto, que era una de las condiciones clave para un acuerdo, y de las advertencias del Kremlin al régimen de Damasco para que renuncie a recuperar el control de todo el país.
El propio mediador de Naciones Unidas para Siria, Staffan de Mistura, ha reconocido que no es “realista” convocar la reanudación de las conversaciones de Ginebra entre las partes en conflicto el próximo día 25, como estaba previsto. En declaraciones al diario sueco Svenska Dagabladet, De Mistura precisó que “hace falta al menos 10 días para organizar el diálogo e invitar a los asistentes”. “Espero que las negociaciones puedan convocarse pronto (…) si EE UU y Rusia logran un cese de hostilidades de aquí a mediados de la semana que viene”, aseguró.
La reunión entre los expertos rusos y estadounidenses debería de haber estado seguida de un encuentro de los representantes de los 17 países miembros del llamado Grupo de Apoyo a Siria, en el que figuran Turquía y Arabia Saudí, entre los partidarios de la oposición, e Irán, entre los que respaldan al régimen. Pero la tensión sobre el terreno parece haber bloqueado la iniciativa para fijar las condiciones políticas y militares de un alto el fuego.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas tenía previsto reunirse en la noche del viernes, a petición de Rusia, para analizar la amenaza de una eventual intervención militar terrestre de Turquía en la guerra. El presidente francés, François Hollande, advirtió del riesgo de un enfrentamiento directo entre Ankara y Moscú en Siria. Durante la última semana Turquía no ha cesado de atacar con su artillería las posiciones de las llamadas Unidades de Protección del Pueblo (YPG), las milicias kurdas que controlan la mayor parte de la frontera entre Siria y Turquía.
Acusaciones de Erdogan
El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, ha acusado a las YPG de estar detrás del atentado con bomba que el pasado miércoles causó 28 muertos en el centro de Ankara. Erdogan también asegura que este grupo kurdo aliado del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK, separatista turco) han utilizado material militar de origen norteamericano contra civiles, lo que se apresuró a desmentir el Departamento de Estado.
El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos, una ONG con sede en Reino Unido que cuenta con una red de informadores en el país árabe, anunció que fuerzas rebeldes respaldadas por Estados Unidos y encabezadas por las milicias kurdas han tomado la ciudad de Al Shadadi en su ofensiva contra el Estado Islámico para cortar las rutas de aprovisionamiento a Raqqa, la capital de los yihadistas en el norte de Siria, desde Mosul, la sede del califato en el vecino Irak.
EL PAÍS
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