viernes, 29 de enero de 2016

NUEVA REORGANIZACIÓN DEL ARMA DE ARTILLERÍA

Más de 250 años de la reorganización de la Artillería y la creación de la Compañía de Caballeros Cadetes

Más de 250 años de la reorganización de la Artillería y la creación de la Compañía de Caballeros Cadetes

La nueva organización pasaba de dos a cuatro batallones. Además, se mandaba crear una Compañía de Caballeros Cadetes, que marcaría el tránsito definitivo entre la antigua formación de los oficiales del XVII y una nueva instrucción, más científica y militar, acorde con los planteamientos ilustrados del Siglo de las Luces, con lo que se suprimían los cadetes del regimiento y de las compañías provinciales...
 
El 29 de enero de 1762, el Rey Carlos III firmaba el “Reglamento del Nuevo Pie”, una importante norma para la Artillería española que ponía fin a la existencia de tres clases de Artillería: el Estado Mayor, el Regimiento Real y las Compañías Provinciales. Obra del Conde de Gazola –Teniente General e Inspector General de la Artillería-, se unificaban bajo la denominación de “Real Cuerpo de Artillería” a todos los oficiales y unidades entonces existentes.

La nueva organización pasaba de dos a cuatro batallones. Además, se mandaba crear una Compañía de Caballeros Cadetes, que marcaría el tránsito definitivo entre la antigua formación de los oficiales del XVII y una nueva instrucción, más científica y militar, acorde con los planteamientos ilustrados del Siglo de las Luces, con lo que se suprimían los cadetes del regimiento y de las compañías provinciales …

“…y de entre ellos se elegirán los que fueren más a propósito por su calidad, talento, asistencias y demás circunstancias para la formación de la expresada compañía de Caballeros Cadetes”.
 

Se organizaban cinco Departamentos, con sus capitales en Barcelona, Sevilla, La Coruña, Valencia y Segovia. En cada uno de ellos daría las guarniciones uno de los batallones, pero en el de Segovia estaría la Compañía de Cadetes más una compañía de cada uno de aquéllos.
A partir de este momento, todos los oficiales artilleros procederían del Departamento de Segovia, en cuyo Alcázar se establecería, pocos años después, el Real Colegio de Artillería, institución puntera en la enseñanza académica de la época.

Se unificaron las denominaciones de los empleos, abandonándose los antiguos de, por ejemplo, Teniente Provincial o Comisario Provincial, y adoptándose los comunes de los oficiales, como Coronel, Teniente Coronel, etc.

También, desde entonces, los artilleros iban a ascender por rigurosa antigüedad, cuestión que mantendrían hasta el reinado de Alfonso XIII, y que ocasionaría no pocos problemas, por los que el Cuerpo sería disuelto dos veces, al negarse a aceptar el ascenso por méritos de guerra. Porque, en opinión de todo el colectivo artillero, tan importante y vital era la abnegada labor de dirección de las fábricas de artillería, necesarias para abastecer a las unidades en campaña, como el heroico mando de las unidades en el frente.

Servir de forma útil y eficaz a España podía hacerse en ambos destinos.

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