Entre gudaris, paracaidistas alemanes y soldados napoleónicos
Medio centenar de vascos recrean con el máximo rigor histórico batallas de otros tiempos
Si viaja por una carretera secundaria y de repente le sale al paso un soldado de la Segunda Guerra Mundial, no pestañee dos veces, está viendo bien. Seguramente se trate de un encuentro de 'reenactors' en algún pueblo de los alrededores, personas que tienen como afición recrear guerras, enfrentamientos del pasado con el máximo rigor histórico. Uniformes, armas, vehículos, cascos, medallas, el saludo, la forma de desfilar... son idénticos a los soldados a los que quieren emular. Y hasta las batallas se reviven, en la medida de lo posible, con la máxima exactitud. Este hobby nació en Europa en los años 70, aunque en España empezó a asomar a finales del pasado siglo. Para hacerse una idea, son muchas las películas que recurren a estas personas para intentar no solo abaratar costes, sino ahorrar un montón de trabajo de documentación y evitar errores de bulto. 'Salvar al soldado Ryan' está repleta de reenactors. Pero hay grupos de todas las épocas, desde la Edad Media al Lejano Oeste, pasando por la Primera Guerra Mundial, la de Secesión norteamericana, la Revolución Francesa..
En Euskadi, medio centenar de rigurosos recreadores se entregan fundamentalmente a tres momentos de la historia: nuestra Guerra Civil, la Segunda Guerra Mundial y la época napoleónica. Además, el mundo del airsoft (juego de simulación militar donde se usan réplicas de armas de fuego que disparan bolas), que hasta ahora usaba atuendos de ejércitos actuales, se están volcando cada vez más en aportar un componente histórico. En Vizcaya hay dos grupos potentes, uno de ellos es el FJR5, que recrean a paracaidistas alemanes y a soldados de infantería estadounidense en la Segunda Guerra Mundial (se han iniciado también en la Guerra Civil como gudaris) Son invitados cada año por la organización que conmemora el Desembarco de Normandía. Jaime Txasko, uno de ellos, trabaja como asesor histórico de cine; algunos ejemplos son el documental 'Camaradas' de Sabin Eguilior y Basque Films, y el largometraje 'Tornarem', de TV3 (Felip Solé). Hace unas semanas regresaba de la cita anual en Cuatro Vientos, encuentro obligado para todos los reenactors de la Segunda Guerra Mundial, que en esta edición reunió a unos 300 recreadores.
Jaime empezó pintando soldaditos de plomo y poco a poco descubrió este mundo. Ya lleva diez años. "La mayoría ni ha oído hablar de nosotros, aunque cada vez se va sumando más gente. En viajes y ferias te vas haciendo con material, es más fácil encontrarlo en los países anglosajones y en Japón. Y en China, donde están haciendo unas réplicas bastante buenas y baratas de todo tipo de uniformes. Se funciona por error-acierto: cosen una chaqueta, pero el bolsillo no está en su sitio, así que los reenactors no la compran. Y vuelven a coser. El caso es que las prendas de coleccionista cuestan entre 2.000 y 3.000 euros, mientras que una réplica te puede salir por la décima parte. Otra cosa es que, aunque tengas el original, no te lo pondrías en las recreaciones para no estropearlo. Además, en aquellos años, las tallas eran pequeñísimas, es mentira que los alemanes fueran tíos enormes, así que hay que hacer otros tallajes. En realidad, siempre necesitas una réplica". La estrella de su colección es una ametralladora MP40 que compró hace años a un coleccionista por 60.000 pesetas y que ahora podría costar hasta 3.000 euros.
También destaca Tabernilla que en el caso de la Guerra Civil es más complicado lograr atuendos que, por ejemplo, para los grupos de Segunda Guerra Mundial: "Para ellos es más sencillo encontrar uniformes, armas, insignias, vehículos en el mercado internacional. Con dinero, consigues casi cualquier cosa. Pero si haces Guerra Civil... La recreación es válida si es respetuosa y creíble, y para eso hay que tener rigor. Esto no es un disfraz que te pondrías por carnavales. Hemos hecho un gran trabajo de investigación, los paños con que se hacían los uniformes ni existen ya. Y luego involucras a un montón de gente. Modistos para coser las prendas, pintores, zapateros... Hay que crear todo de la nada, es un trabajo de artesanos".
A su compañero de grupo José Ángel Brena, fue su madre quien le cosió la chaqueta de pana de gudari, "que me sirve también para hacer de miliciano o requeté". "El tema militar y de las armas me encanta, por eso me acerqué a la recreación, y con la excusa me compré un fusil de cerrojo. Pero lo de ‘tunear’ prendas está a la orden del día; en aquella época llevaban unas cazadoras de cuadros, denominadas 'canadienses', parecidas a las camisas de franela que se llevan hoy día pero eran cazadoras muy ceñidas, no camisas. También aprovechamos vacaciones o viajes para comprar prendas en zonas donde se siguen usando casi sin cambios desde hace muchos años, como por ejemplo en Extremadura, donde compré unos pantalones de pana que son la ropa de campo que se sigue empleando allí". Tabernilla tenía algunas piezas en su poder: "un par de mosquetones, cascos, un abrigo, algún correaje, una bayoneta, cantimplora...". Ha dedicado muchos años a ello, no solo en el grupo de recreación, sino al grueso de las actividades de la asociación a la que pertenece. Sancho de Beurko se ocupa de temas mucho más amplios, centrados siempre en el estudio de la Guerra Civil en Euskadi en todas sus facetas (editan libros, publicaciones, hacen inventario de fortificaciones, trabajos didácticos, gestionan el museo Memorial del Cinturón de Hierro en Berango...). Dentro de ella, el grupo de recreación, en sus ocho años de existencia, ha participado en cuatro documentales, otros tantos cortometrajes y dos películas, una de ellas para la televisión rusa, 'Patria'. Hace tres semanas, ETB emitía un documental realizado por esta asociación donde se les puede ver reviviendo la batalla de Villarreal. Este es el tráiler:
En Álava y Gipuzkoa, los grupos son napoleónicos. En el primero de estos territorios, funciona la asociación Histórica Vitoria 2013, encargada de recrear el año pasado con motivo del bicentenario los enfrentamientos en La Puebla de Arganzón y las campas de Armentia, dentro de la Guerra de la Independencia española (1808-1814) contra tropas francesas. Ahora aspiran a llevarlo a cabo cada dos años. Por su parte, Gipuzkoa cuenta con la Asociación Cultural Urgull Histórico, el grupo más antiguo de España y uno de los más veteranos de Europa. Participa en las recreaciones de Waterloo, Almeida, Bailén, Somosierra, San Marcial, Vitoria... y en las tamborradas.
¿El mejor momento para un reenactor? Contesta Jaime Txasko: "Cuando puedes recrear una batalla en el mismo sitio donde se produjo; el desembarco de Normandía en la playa de Omaha, la batalla de Carentan... Belchite como soldado republicano...".
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