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viernes, 16 de agosto de 2013

BOCAGE, LOS SETOS DEL INFIERNO

Combate del Bocage

  
Siguiendo las órdenes de Hitler de resistencia numantina, el general Hausser concentró a sus fuerzas, obligando a los estadounidenses a pelear por cada palmo de terreno. Su idea consistía en ofrecer resistencia en un frente estrecho con una pequeña parte de sus fuerzas, empleando las reservas en flanquear al enemigo. La primera línea de defensa consistía en una serie de pequeñas fincas interconectadas entre sí. Pequeños destacamentos defendían las fincas y los bocages adyacentes. La estrategia defensiva alemana consistió en convertir cada bocage en un bastión mediante la combinación de fuego de armas automáticas pesadas y ligeras, amén de fuego de mortero y armas antitanque. La combinación de fuego directo e indirecto resultó especialmente eficaz para detener el avance estadounidense. Unas estrechas trincheras cavadas detrás de los setos protegían a los alemanes del fuego de mortero y artillería estadounidense. Si bien el mando estadounidense no desconocía la naturaleza del terreno, los oficiales no se molestaron en examinar el terreno en profundidad y en preparar a sus tropas para ese tipo de combate. Las tácticas de ataque de la infantería estadounidense se revelaron completamente ineficaces en aquel tipo de terreno. Apenas los infantes atravesaban la vegetación del bocage, quedaban expuestos al fuego alemán, siendo imposible la progresión. El empleo de morteros a distancias de menos de 300 metros provocaba bajas por fuego amigo…

 Combate del Bocage

La densa vegetación hacía imposible el uso de armas pesadas por falta de visibilidad. A ello se añadía la falta de agresividad de la infantería estadounidense, cuya táctica consistía en localizar al enemigo y solicitar apoyo aéreo o artillero para desalojarlo de sus posiciones. El control y mando de las unidades también se vio afectado por los bocages, que impedían la comunicación entre unidades y forzaban la concentración de infantería en determinadas zonas, facilitando el trabajo de los defensores. Las unidades blindadas estadounidenses eran incapaces de atravesar los bocages. En el caso de los setos más pequeños, los tanques estadounidenses quedaban atrapados por la panza con sus armas apuntando al cielo, facilitando el ataque de los infantes alemanes por los flancos o la desguarnecida panza. De ese modo, los tanques permanecían en los caminos o carreteras, cayendo en las trampas de las armas antitanque alemanas. A ello había que unir la falta de coordinación con la infantería estadounidense, dejando a los tanques expuestos ante la infantería alemana. El primero de los problemas americanos consistió en mejorar la coordinación entre la infantería y los blindados. Sin embargo, la dificultad técnica que los tanques tenían para atravesar los bocages fue abordada de varios modos.
 
File:Bocage combat.jpg
Posición americana en el Bocage
 
El general Bradley solicitó aumentar el número de tanques especializados en demoler obstáculos, equipados con una pala similar a los bulldozer. Por lo normal, un batallón de tanques apenas disponía de cuatro de ellos equipados con pala. Sin embargo, dichos suministros iban a tardar en llegar. La urgencia de la situación hizo que se buscasen soluciones improvisadas para mejorar la maniobrabilidad de los tanques. Por un lado, los soldados del cuerpo de ingenieros realizaron pruebas para demoler los setos por medio de explosivos depositados en su base. La gran cantidad de explosivos necesaria y los problemas logísticos derivados, hicieron que se buscasen métodos para enterrarlos y así aumentar su eficacia, disminuyendo la cantidad de explosivo que habría de emplearse. Enterrarlos a mano se hacía virtualmente imposible, con lo que el teniente coronel Ploger del 747º Batallón de Tanques desarrolló un sistema para enterrar los explosivos soldando trozos de tubería a los tanques, que los clavaban bajo la base de los bocages. Si bien el sistema se mostró altamente efectivo y el Batallón equipó gran cantidad de tanques con dicho dispositivo, los alemanes pronto aprendieron a concentrar el fuego en los agujeros abiertos por las explosiones, perdiéndose el elemento sorpresa. Durante los experimentos realizados con los tubos, se observó que algunos tanques lograban arrancar parte de los setos por medio de los tubos. El teniente primero Charles B. Green del 747º inventó un dispositivo mediante el uso de raíles de ferrocarril soldados a la parte frontal de los tanques. Dicho sistema probó ser eficaz en combate y la mayoría de los tanques del Batallón quedó equipado con el mismo.
 
File:Hedgerowcuttersv1.jpg
Dispositivo del Sgto. Culin
 
A finales de junio, las unidades del Primer Ejército habían desarrollado varios sistemas para atravesar los bocages, siendo el más famoso de ellos el siguiente: el sargento Curtis G. Culin del 102º Escuadrón de Reconocimiento de Caballería de la Guardia Nacional tuvo la idea de aprovechar las defensas antitanque que los alemanes habían plantado en las playas de Normandía para incorporarlas a la parte frontal de su tanque M4 Sherman. El tanque así equipado mostró ser un arma tan eficaz para atravesar los bocages, que el general Bradley solicitó su incorporación a todos los tanques posibles de su Ejército. Antes de la Operación Cobra, el 60% de los tanques del Primer Ejército estaban equipados con el dispositivo, recibiendo el sobrenombre de Tanques Rinoceronte. Si bien la infantería norteamericana logró ser contenida en los combates durante casi dos meses, perdiendo gran cantidad de hombres, sí pudo superar sus fallos iniciales. La infantería ganó en capacidad de decisión y maniobrabilidad en combate cercano y mejoró su coordinación con las unidades de blindados. Por su parte, los alemanes perdieron una gran cantidad de hombres durante los combates, en especial unidades ya veteranas. Dichas unidades no pudieron ser reemplazadas más que en una pequeña parte…[1]
 

La Factoria Historica

 
[1] La Operación Overlord consistía en dos fases: la primera era establecer y afianzar unas cabezas de playa en Normandía. La segunda, expandir el terreno conquistado con el fin de establecer un área amplia en el que desembarcar la gran cantidad de tropas y suministros necesarios para la guerra en Europa. El Primer Ejército estadounidense era el responsable de las operaciones entre Cherburgo y Caumont. El ala izquierda de las fuerzas aliadas era responsablidad del Segundo Ejército británico. El objetivo más importante de los americanos era la ciudad de Cherburgo con sus instalaciones portuarias, vitales para el abastecimiento de los ejércitos aliados. Así, el general Bradley empleó casi todos sus suministros en abastecer las tropas al mando del general de división (Major General) J. Lawton Collins que tomaron la ciudad el 26 de junio. El resto del ejército se destinó a afianzar las posiciones en las playas. Una vez aseguradas las cabezas de playa de Normandía, el Primer Ejército estadounidense se dispuso a una ofensiva completa contra el Séptimo Ejército alemán con el fin de aliviar la presión sobre los británicos. La ofensiva se programó para el 1 de julio. Las unidades británicas que progresaban desde las playas de Normandía encontraron zonas de pastos y sembrados, de terreno seco y firme, que permitieron el rápido avance británico. Por el contrario, los americanos hallaron zonas irregulares y pantanosas que hacían casi imposible el avance. Tan solo el flanco derecho americano presentaba un relieve relativamente fácil. A quince kilómetros de la costa, los americanos hallaron una meseta elevada unos 200 m sobre el nivel del mar, compartimentada por medio de bocages. Los bocages consistían en zonas rectangulares de terreno de una longitud entre 200 y 400 metros de lado, rodeados por setos de hasta 3 metros de altura consistentes en raíces, piedras y tierra. Siguiendo las órdenes de Rommel para defenderse ante la inminente invasión aliada, aquellos bocages susceptibles de poder ser utilizados para el aterrizaje de planeadores o como zona de aterrizaje de paracaidistas habían sido minados o sembrados de trampas como estacas clavadas en el suelo (llamadas espárragos de Rommel). Otros habían sido reforzados con fortificaciones, alambre, zanjas y toda clase de defensas artificales

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