GAGOMILITARIA NOTICIAS.- 30 AÑOS DE LA DISOLUCION DE E.T.A POLÍTICO MILITAR

Se cumplen tres décadas de la autodisolución de ETApm

En su decisión de desaparecer sin condiciones fue fundamental el papel de su «brazo político» Euskadiko Ezkerra. ¿Cuándo tomará nota Sortu?

j. p. / madrid

Día 02/10/2012 - 04.11h

efe

Los polimilis, a cara descubierta, anuncian su autodisolución presididos por una foto de «Pertur»

Se cumplen treinta años desde que ETA político militar (VII Asamblea) anunció en el sur de Francia su autodisolución sin exigir a cambio contraprestaciones políticas. Diez de sus dirigentes, a cara descubierta, lo anunciaron en una rueda de prensa celebrada en el frontón Euskal Jai de Biarriz, a unos veinte kilómetros de la frontera franco española. «Pensamos que la violencia armada era necesaria en un momento determinado, pero hoy estamos convencidos de que son los valores y la lucha democrática los que en un avance de conciencia y organización del pueblo pueden dar soluciones verdaderas a los problemas de Euskadi», proclamaron Joseba Aulestia y el resto de los cabecillas polimilis. «La lucha armada y ETA ya han cumplido su papel».

En esta decisión fue clave el papel desempeñado por su «brazo político», el partido Euskadiko Ezkerra, y, especialmente, por sus dirigentes Juan María Bandrés y Mario Onaindía, ambos ya fallecidos. El camino, sin embargo, no fue fácil por los muchos obstáculos que encontraron sus promotores. Un sector de los «polimilis», agrupados en la VIII Asamblea, se empecinó en perpetuarse en la actividad terrorista y formando el colectivo «milikis» acabó por incorporarse a ETA. Entre ellos figuraba Arnaldo Otegi Mondragón, alias «el Gordo». El «hombre de paz» que ahora pide, desde la cárcel de Logroño, «disculpas» a las víctimas del terrorismo por su «insensibilidad» a la hora de valorar los atentados, pero que se resiste, 30 años después, a exigir a ETA su incondicional autodisolución.

Por otra parte, antes de tomar su decisión, los expolimilis recibieron en el sur de Francia la visita del expresidente del PNV, Xabier Arzalluz, quien les vino a decir que ellos sabrían lo que harían, pero sin la presión de las armas el Gobierno no iba a atender las demandas de autogobierno del pueblo vasco. Lo denunció en su día Bandrés y lo corroboraron los propios dirigentes de la extinta banda.