EEUU mantiene a Cuba, Irán y Siria entre los países que patrocinan el terrorismo
Estados Unidos mantiene a Cuba, Irán, Sudán y Siria en su lista de países que patrocinan acciones terroristas, según el informe anual sobre el terrorismo en el mundo que presentó hoy el Departamento de Estado.
El Gobierno estadounidense señala que Cuba, incluido en la lista desde 1982, "continúa" albergando a miembros de ETA y que ha facilitado ayuda médica y asistencia política a guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC).
No obstante, añade que "no hay evidencias de que el Gobierno de Cuba haya facilitado armas o entrenamiento militar ni para ETA ni para las FARC", aunque insiste en que "continúa permitiendo" que residan fugitivos buscados por EEUU a los que proporciona casa, comida y atención sanitaria.
En cuanto a Irán, país al que incluyó como patrocinador del terrorismo en 1984, EEUU afirma que ha "aumentado su actividad relacionada con el terrorismo", en lo que considera un intento para "aprovechar las condiciones de incertidumbre política" tras la primavera árabe, así como el aumento de la presión internacional al régimen de Teherán.
Estados Unidos acusa a Irán de facilitar entrenamiento y armas para ayudar al Gobierno de Bachar al Asad en Siria y de continuar "dando apoyo financiero, material y logístico a terroristas y grupos de militantes en Oriente Medio y Asia Central" como el palestino Hamás.
El Departamento de Estado asegura además que Teherán utiliza a la Guardia Revolucionaria Islámica, el cuerpo de elite de las Fuerzas de Seguridad iraníes, para entrenar a grupos chiíes en Irak, junto con el grupo libanés Hizbulá, a quienes proporciona armas y financiación, según el mismo informe.
Recuerda el documento que el pasado año se desveló un complot para asesinar al embajador de Arabia Saudí ante la Casa Blanca, Adel al Jubeir, lo que, a su juicio, "subraya un renovado interés de Irán de usar el terrorismo internacional para perseguir sus objetivos en política exterior".
De Siria indica que "continúa su apoyo político a una variedad de grupos terroristas que afectan a la estabilidad de la región y más allá", entre los que menciona al grupo libanés Hizbulá y los palestinos Hamás, el Frente de Liberación Palestino, la Yihad Islámica Palestina, entre otros, que aseguran tienen sedes en el país.
Asimismo, muestra su preocupación por un aumento de los atentados en Siria durante el conflicto desatado tras las protestas que comenzaron el pasado año contra el presidente Bachar al Asad, y recuerda los atentados en Damasco en diciembre del pasado año "que no fueron reivindicados por ningún grupo".
El Departamento de Estado señala que Siria tiene leyes contra el terrorismo y su financiación pero "ha utilizado estos instrumentos legales en contra de los opositores al régimen, incluidos los manifestantes políticos y otros miembros del movimiento opositor".
Por contra, considera que estas leyes no se aplicaron a Hamás, Hizbulá o los diversos grupos palestinos asentados en Damasco.
En cuanto a Sudán, incluido desde 1993, Estados Unidos reconoce que cooperó el pasado año en la lucha antiterrorista aunque lo mantiene en su lista por considerar que sigue siendo "base logística" y "punto de tránsito" de extremistas violentos que se dirigen a Irak y Afganistán.
"También hay evidencia de que extremistas sudaneses han participado en actividades terroristas en Somalia" y grupos como Hamás y la Yihad Islámica Palestina "han aumentado su presencia desde finales de 2011", según el Departamento de Estado.
Estados Unidos considera que un Estado es patrocinador del terrorismo cuando el Gobierno de ese país "ha dado apoyo en repetidas ocasiones a actos de terrorismo internacional", explica el informe.
Estar en esta lista incluye sanciones como la prohibición de la venta y exportación de armas, la prohibición de ayuda económica y otro tipo de sanciones económicas y restricciones.
No obstante, añade que "no hay evidencias de que el Gobierno de Cuba haya facilitado armas o entrenamiento militar ni para ETA ni para las FARC", aunque insiste en que "continúa permitiendo" que residan fugitivos buscados por EEUU a los que proporciona casa, comida y atención sanitaria.
En cuanto a Irán, país al que incluyó como patrocinador del terrorismo en 1984, EEUU afirma que ha "aumentado su actividad relacionada con el terrorismo", en lo que considera un intento para "aprovechar las condiciones de incertidumbre política" tras la primavera árabe, así como el aumento de la presión internacional al régimen de Teherán.
Estados Unidos acusa a Irán de facilitar entrenamiento y armas para ayudar al Gobierno de Bachar al Asad en Siria y de continuar "dando apoyo financiero, material y logístico a terroristas y grupos de militantes en Oriente Medio y Asia Central" como el palestino Hamás.
El Departamento de Estado asegura además que Teherán utiliza a la Guardia Revolucionaria Islámica, el cuerpo de elite de las Fuerzas de Seguridad iraníes, para entrenar a grupos chiíes en Irak, junto con el grupo libanés Hizbulá, a quienes proporciona armas y financiación, según el mismo informe.
Recuerda el documento que el pasado año se desveló un complot para asesinar al embajador de Arabia Saudí ante la Casa Blanca, Adel al Jubeir, lo que, a su juicio, "subraya un renovado interés de Irán de usar el terrorismo internacional para perseguir sus objetivos en política exterior".
De Siria indica que "continúa su apoyo político a una variedad de grupos terroristas que afectan a la estabilidad de la región y más allá", entre los que menciona al grupo libanés Hizbulá y los palestinos Hamás, el Frente de Liberación Palestino, la Yihad Islámica Palestina, entre otros, que aseguran tienen sedes en el país.
Asimismo, muestra su preocupación por un aumento de los atentados en Siria durante el conflicto desatado tras las protestas que comenzaron el pasado año contra el presidente Bachar al Asad, y recuerda los atentados en Damasco en diciembre del pasado año "que no fueron reivindicados por ningún grupo".
El Departamento de Estado señala que Siria tiene leyes contra el terrorismo y su financiación pero "ha utilizado estos instrumentos legales en contra de los opositores al régimen, incluidos los manifestantes políticos y otros miembros del movimiento opositor".
Por contra, considera que estas leyes no se aplicaron a Hamás, Hizbulá o los diversos grupos palestinos asentados en Damasco.
En cuanto a Sudán, incluido desde 1993, Estados Unidos reconoce que cooperó el pasado año en la lucha antiterrorista aunque lo mantiene en su lista por considerar que sigue siendo "base logística" y "punto de tránsito" de extremistas violentos que se dirigen a Irak y Afganistán.
"También hay evidencia de que extremistas sudaneses han participado en actividades terroristas en Somalia" y grupos como Hamás y la Yihad Islámica Palestina "han aumentado su presencia desde finales de 2011", según el Departamento de Estado.
Estados Unidos considera que un Estado es patrocinador del terrorismo cuando el Gobierno de ese país "ha dado apoyo en repetidas ocasiones a actos de terrorismo internacional", explica el informe.
Estar en esta lista incluye sanciones como la prohibición de la venta y exportación de armas, la prohibición de ayuda económica y otro tipo de sanciones económicas y restricciones.
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EEUU considera a Al Qaeda una «seria» amenaza pese a la muerte de Bin Laden
Al Qaeda continúa siendo una "seria" amenaza para Estados Unidos pese a la muerte de su líder, Osama bin Laden, en 2011, según el informe anual sobre el terrorismo en el mundo que presentó hoy el Departamento de Estado.
Este informe, que Estados Unidos presenta anualmente para enviar al Congreso y que este tome medidas económicas respecto a los países implicados, destaca que pese a la presión contra el núcleo de Al Qaeda en Pakistán, el grupo terrorista y sus afiliados han mostrado "resistencia" y han logrado "adaptarse" a las nuevas circunstancias.
"Conservan la capacidad de lanzar ataques regionales e internacionales, y eso es una amenaza seria y continua para nuestra seguridad nacional", según el informe oficial estadounidense.
En mayo de 2011, Osama bin Laden, líder de Al Qaeda durante 22 años, fue abatido en una operación militar estadounidense en el complejo residencial en el que se ocultaba, en la localidad de Abbotabad en Pakistán.
"La pérdida de Bin Laden y otras operaciones clave -que involucraron la muerte de otros cuatro altos cargos de Al Qaeda- han puesto a la red en un camino de declive que será difícil de revertir", señala el Departamento de Estado.
Esas operaciones incluyen las muertes en junio de 2011 de Ilyas Kashmiri, el comandante paquistaní más importante de Al Qaeda, que ganó notoriedad en la red terrorista tras la muerte de Bin Laden, y de Harun Fazul, el cerebro de los atentados contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania en 1998.
También murieron, en agosto, Atiyah Abd al Rahman, número dos de Al Qaeda, y en septiembre, el clérigo radical Anuar al Awlaki, considerado uno de los cabecillas de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA).
No obstante, el informe destaca que aunque el núcleo de Al Qaeda "se ha debilitado" ha habido un "resurgir" de los grupos afiliados a la organización en todo el mundo.
Estados Unidos apunta que el grupo ha logrado hacerse con el control de un territorio en el sur de Yemen, base de sus operaciones, y está aprovechando la inestabilidad política del país para conspirar contra intereses regionales y occidentales.
En la región africana del Sahel, Al Qaeda en el Magreb Islámico ha logrado aumentar sus fondos con rescates de secuestros y ha aprovechado la inestabilidad política en Libia y Mali para afianzar su presencia.
Otro de los grupos de afiliados que preocupa a Estados Unidos es Al Shabaab, que "ha demostrado su deseo y su habilidad para atacar fuera de Somalia" y sus atentados causaron más de 1.000 muertos el pasado año.
Estados Unidos señala que, aunque el pasado año no hubo atentados en su territorio, continúa preocupado por amenazas provenientes de personas aparentemente entrenadas "por Al Qaeda y sus afiliados", como el nigeriano Omar Faruk Abdulmutallab, acusado de intentar hacer explotar un avión comercial con 300 personas en 2009 y que se declaró culpable de los ocho cargos que se le imputaron.
El informe señala que grupos como el palestino Hamás y el libanés Hizbulá participan en la "desestabilización en Oriente Medio" y tienen relaciones con los regímenes de Siria e Irán
"Conservan la capacidad de lanzar ataques regionales e internacionales, y eso es una amenaza seria y continua para nuestra seguridad nacional", según el informe oficial estadounidense.
En mayo de 2011, Osama bin Laden, líder de Al Qaeda durante 22 años, fue abatido en una operación militar estadounidense en el complejo residencial en el que se ocultaba, en la localidad de Abbotabad en Pakistán.
"La pérdida de Bin Laden y otras operaciones clave -que involucraron la muerte de otros cuatro altos cargos de Al Qaeda- han puesto a la red en un camino de declive que será difícil de revertir", señala el Departamento de Estado.
Esas operaciones incluyen las muertes en junio de 2011 de Ilyas Kashmiri, el comandante paquistaní más importante de Al Qaeda, que ganó notoriedad en la red terrorista tras la muerte de Bin Laden, y de Harun Fazul, el cerebro de los atentados contra las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania en 1998.
También murieron, en agosto, Atiyah Abd al Rahman, número dos de Al Qaeda, y en septiembre, el clérigo radical Anuar al Awlaki, considerado uno de los cabecillas de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQPA).
No obstante, el informe destaca que aunque el núcleo de Al Qaeda "se ha debilitado" ha habido un "resurgir" de los grupos afiliados a la organización en todo el mundo.
Estados Unidos apunta que el grupo ha logrado hacerse con el control de un territorio en el sur de Yemen, base de sus operaciones, y está aprovechando la inestabilidad política del país para conspirar contra intereses regionales y occidentales.
En la región africana del Sahel, Al Qaeda en el Magreb Islámico ha logrado aumentar sus fondos con rescates de secuestros y ha aprovechado la inestabilidad política en Libia y Mali para afianzar su presencia.
Otro de los grupos de afiliados que preocupa a Estados Unidos es Al Shabaab, que "ha demostrado su deseo y su habilidad para atacar fuera de Somalia" y sus atentados causaron más de 1.000 muertos el pasado año.
Estados Unidos señala que, aunque el pasado año no hubo atentados en su territorio, continúa preocupado por amenazas provenientes de personas aparentemente entrenadas "por Al Qaeda y sus afiliados", como el nigeriano Omar Faruk Abdulmutallab, acusado de intentar hacer explotar un avión comercial con 300 personas en 2009 y que se declaró culpable de los ocho cargos que se le imputaron.
El informe señala que grupos como el palestino Hamás y el libanés Hizbulá participan en la "desestabilización en Oriente Medio" y tienen relaciones con los regímenes de Siria e Irán
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