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jueves, 14 de junio de 2012

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-EL MINISTRO DE EXTERIORES FRANCÉS LAURENT FABIUS PROPONDRÁ UNA ZONA DE EXCLUSIÓN AÉREA


Francia propondrá en la ONU una zona de exclusión aérea para Siria

París invoca el uso de la fuerza para evitar la guerra civil



Francia va a proponer al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas que el plan de paz para Siria diseñado por su enviado, Kofi Annan, se convierta en obligatorio para todas las partes bajo amenaza de sanciones mucho más duras e incluso de represalias militares, según según ha explicado hoy el ministro de Exteriores, Laurent Fabius.



Este nuevo paso adelante se daría invocando en el Consejo de Seguridad la aplicación del capítulo 7 de la Carta de Naciones Unidas, que autoriza a endurecer las sanciones y a usar la fuerza en caso de violación del proceso de paz.

Fabius ha afirmado además que otra de las opciones que está bajo discusión es la apertura de una zona de exclusión aérea sobre Siria, de la que se habla en Estados Unidos desde el miércoles, y él matizó que espera que Rusia “esté de acuerdo en subir un escalón el grado de las amenazas” contra el régimen de Bachar el Asad. Según París, el conflicto sirio ha evolucionado hacia “una guerra civil”, y es necesario detener la violencia cuanto antes.

“Necesitamos cambiar de marcha en el Consejo de Seguridad y situar el plan de Annan bajo el capítulo 7, es decir, hacerlo obligatorio para todos bajo la aplicación de sanciones mucho más duras y de severos daños” militares, ha dicho Fabius. En paralelo a sus gestiones ante las Naciones Unidas, París propondrá además la adopción de nuevas sanciones contra Siria en la próxima reunión de ministros de Exteriores de la UE, según ha anunciado el exprimer ministro.

Fabius cree además que la comunidad internacional debe elaborar una lista de oficiales de segundo rango del Ejército sirio para que sean acusados por la justicia internacional junto con Bachar el Asad y su entorno más cercano. “Deben entender que su único futuro es resistirse a la opresión”, ha dicho Fabius refiriéndose a los oficiales del régimen. “El tiempo de tomar una decisión ha llegado y deben subirse al barco”.



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La ONU, en el punto de mira en Siria

Los cascos azules desconfían de los escoltas que les proporcionan las autoridades, los mismos que les llevaron ayer a la encerrona en Al Haffa

Día 13/06/2012 - 16.20h
m. ayestaran
Uno de los observadores de la ONU fotografía los daños en uno de los vehículos blindados de la misión

Uno de los coches acribillados de Naciones Unidas descansa en el aparcamiento del hotel Porto de Tartús. La complicidad que pudo existir al comienzo entre militares sirios y cascos azules se ha roto en los últimos días tras los ataques sufridos en zonas leales al régimen. Los medios oficiales han logrado llegar a los sectores más duros que respaldan a Al Assad y el mensaje es que la misión de la ONU está atentando contra la soberanía del país. Camino de Al Haffa, donde se produjo la última emboscada, los vecinos temían que los cascos azules ayudaran a escapar a los «terroristas islamistas venidos de Turquía para sembrar el caos», como repiten de forma obsesiva los medios oficiales.
Aquí se observa lo que quieren las autoridades y por algún motivo no les interesa que la ONU llegue a Al Haffa, la ciudad suní sometida a un asedio militar desde hace una semana y donde la oposición asegura que hay miles de civiles atrapados. Tras la masacre de Qubair, los militares cerraron el paso a la misión internacional durante 24 horas y cuando llegaron solo vieron casas quemadas, nada de cuerpos.

El trabajo de los cascos azules es cada vez más peligroso porque ahora desconfían de los escoltas que les proporcionan las autoridades, los mismos que les llevaron directos a la encerrona de Al Haffa y que no estaban presentes cuando se produjeron los ametrallamientos de sus vehículos que huyeron en dirección a Idlib (22 impactos de bala) y Tartús (ocho impactos). 

AYER

Atacado el convoy de la ONU en el que viajaba el enviado de ABC en una zona leal al régimen

La comitiva cayó en una emboscada cerca de Latakia y sus coches fueron ametrallados

Día 13/06/2012 - 13.18h
afp
Un vehículo con observadores de la ONU pasa ante tropas del Ejército sirio el lunes en la ciudad de Homs

«¡Guarda la cámara, que no te vean!» Fady conserva el temple al volante. Se separa ligeramente de los vehículos blindados de la ONU y esquivando a manifestantes logra volver al asfalto, dar media vuelta y enfilar hacia Latakia. Dos encapuchados cierran el camino con picos en sus manos a la espera de que pasen los cascos azules. Por el retrovisor se ve a la marabunta rodeando a los inspectores y golpeando con palos, barras metálicas y piedras sus coches. Uno de los Toyotas blancos de Naciones Unidas intenta alejarse, pero un vehículo de la seguridad le frena como queriendo que siga sufriendo el hostigamiento. Nueve kilómetros nos separan de Latakia, a solo nueve kilómetros y pese a la escolta militar y de la inteligencia, ciudadanos de zonas leales Al Assad han realizado una emboscada para cortar el acceso de los inspectores a Al Haffa, uno de los puntos calientes ahora en Siria.
«¿Estaréis contentos, no?», pregunta un miembro de los observadores a los militares que custodian en el hotel Rotana de Latakia mientras se quita el chaleco antibalas y el casco. Después de varios días de negociaciones, el gobernador de la provincia dio luz verde a los cascos azules a quienes garantizó la seguridad hasta el último puesto de control del Ejército, pero no fue así. Y sufrieron una emboscada que parecía perfectamente organizada. En la huida los coches se dispersaron. Tres regresaron a Latakia, y junto a ellos este enviado especial junto a su conductor, y otros pusieron rumbo a Alepo y Tartús, estos fueron alcanzados por disparos cuando circulaban por la autopista que transcurre por zonas leales al régimen. No hubo que lamentar heridos, pero los vehículos resultaron seriamente dañados y uno de ellos presentaba veintidós impactos de bala. Al regreso al hotel de Latakia la escolta culpó a «elementos incontrolados» del ataque y algunos de los militares llegaron con los brazos vendados para demostrar que ellos también habían sufrido agresiones en su intento por proteger a los inspectores. Por la tarde el ministro de Interior y el gobernador de la provincia se acercaron al lugar donde estaban los observadores, pero no se dirigieron a ellos en ningún momento.

El plan de paz de Annan para Siria está muerto. El alto el fuego no se ha respetado en ningún momento y los observadores, además de no moverse con libertad, desconfían de sus escoltas y sufren ataques en zonas leales al régimen. «Los opositores te gritan, te menean los vehículos a empujones, te los pintan con sprays, pero no te disparan. Ahora el enemigo está en las zonas más leales donde las fuerzas de seguridad no hacen nada por impedir este tipo de acciones que se vienen repitiendo los últimos días», señalan fuentes cercanas a la misión de la ONU.
Con los cascos azules divididos, los tres vehículos que quedaban en Latakia decidieron realizar una evacuación a última de la tarde debido al agravamiento de la situación de seguridad. Los medios sirios informaron de la muerte de dos vecinos atropellados en la huida de los observadores, algo que negó el organismo internacional, y temían movilizaciones a las puertas de su cuartel general. Los tres vehículos, protegidos por la misma escolta que les vendió por la mañana, enfilaron hacia Tartús, al sur, siguiendo también la misma ruta de la costa donde sus compañeros fueron ametrallados. Fueron ochenta kilómetros eternos. Por una carretera desierta y en plena noche. Se despidieron de Latakia entre gritos, escupitajos y empujones de la gente y la misma escena se repitió a su llegada a Tartús, otra de las ciudades leales al régimen.

«Guerra civil»

Mientras aumenta la desconfianza entre la misión de la ONU y el régimen, el Ejército sigue con su operación en Al Haffa y las autoridades han logrado su objetivo: quitarse a los inspectores de en medio para que nadie sepa realmente lo que pasa. Desde la distancia, al menos, pudieron comprobar por primera vez cómo el Ejército ataca los feudos opositores con tanques, artillería y helicópteros, y ya califican el conflicto sirio abiertamente de «guerra civil», según declaró en Nueva York el vicesecretario general para operaciones de paz, Herve Ladsous. Los militares de Latakia trajeron hasta el hotel de la ONU a varias familias que supuestamente habían huido de Al Haffa «debido a la presencia de islamistas venidos de Turquía» a quienes acusaban de «secuestrar y matar sin piedad». Como antes en Houla o Qubair, escenarios de las dos últimas masacres ocurridas, el problema se centra en un núcleo suní rodeado de aldeas alauitas, secta minoritaria en el país a la que pertenece el presidente, cuya localidad natal está próxima a Latakia.




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