Desde que
comenzó la guerra en Europa fueron trasladados a Gran Bretaña 500.000 soldados
canadienses los que fueron entrenados hasta 1942. Mientras tanto, parte
de esas tropas canadienses participaron en dos batallas importantes que
terminaron en un total fracaso. El 25 de diciembre de 1941 se rindieron
en Hong Kong con un saldo de 290 muertos, 493 heridos y 1184 prisioneros.
Luego vino Dieppe el 19 de agosto de 1942 donde el desastre fue aún
mayor: 907 muertos, 1946 prisioneros. Todo ese tiempo la 1 División
Canadiense esperó en los campos de entrenamiento. Pero los 1851 oficiales
y 24.835 soldados canadienses de la reasignada 1ª División Canadiense y de la
1ª Brigada de Tanques fueron adscritos al 8º Ejército Británico bajo el mando
del General Montgomery para junto con el 5º Ejército de EEUU comenzar la
invasión de Europa en Italia.
El 10 de julio de 1943, los canadienses formaron parte de la
invasión de Sicilia que cayó en 38 días. Desde setiembre marcharon 200
km por la bota italiana y sufrieron 2310 bajas de las cuales 562 resultaron
fatales. El 8 de setiembre Italia capituló, pero los alemanes tomaron
las posiciones defensivas. Iniciada la invasión del continente, el 8º
Ejército Británico tomó la ruta de la costa este de la bota italiana, mientras
por el oeste avanzaba el 5º Ejército de EEUU. El día 23 de noviembre
cruzaron el río Sangro. En diciembre de 1943 los canadienses se
encontraban en el pueblo de Campobasso localizado en el banco sur del Río Moro
frente a la Línea Bernhard-Gustav alemana, columna vertebral de la defensa de
Italia por las fuerzas alemanas que estaban conformadas por el 5º y 8º
Ejércitos al mando del Mariscal Kesselring
Más al norte, el pueblo de Ortona está ubicado sobre una
meseta de 70 metros de altura en la costa de la provincia de Chieti, Región
Abruzzo, sobre el Adriático. La importancia estratégica de Ortona era la
profundidad de su puerto, uno de los pocos en la costa este de Italia con esas
características y que era imprescindible para el abastecimiento por mar de las
fuerzas británicas. Primero fueron tropas neozelandesas las encargadas
de ocupar esa población. Pero, la división neozelandesa compuesta por dos
brigadas de infantería y una brigada blindada fue insuficiente para quebrantar
las defensas alemanas. Pronto se llegó a un punto en que ni los
defensores cedían, ni los atacantes avanzaban. Después de perder 1200
hombres, incluyendo más de un tercio de la división, a los neozelandeses sólo
les quedaba suspender el ataque.
En su lugar fue enviada la Primera División Canadiense al
mando del Mayor General Christopher Vokes. Las fuerzas de Vokes, nacido
en Irlanda, se encontraban al máximo de su capacidad y ansiosas de lograr una
victoria. Vokes había reemplazado a Guy Simonds en el mes de noviembre y
era un comandante que sabía como tratar a los soldados. Este enérgico
oficial solía utilizar, en muy alta voz, un vocabulario que cualquier soldado
era capaz de comprender. Solía desplegar una gran energía y nadie dudaba
que el éxito de la 2da Brigada de Infantería Canadiense en Sicilia fue mérito
de Vokes.
La noche del 5 al 6 de diciembre de 1943, actuando por
primera vez al mando de una división, Vokes se lanzó a la batalla con mucho
entusiasmo y confianza en el éxito, pese a la persistente lluvia. De los
tres regimientos de Vokes, el de Infantería Ligera Princesa Patricia condujo un
reconocimiento exhaustivo en preparación al ataque. Afortunadamente para
los canadienses, la lluvia amainó y el río Moro, primer obstáculo en el avance,
pudo ser vadeado. Vokes decidió no utilizar la artillería y avanzar lo
más posible antes de entrar en combate con los alemanes. El cruce de la
autostrada 16 y la vía Ortona-Orsogna se encontraba a sólo 12 km de distancia y
Vokes esperaba alcanzarla en 72 horas. Ordenó al Brigadier Bert
Hoffmeister tomar como objetivos las localidades de Villa San Leonardo y Villa
Rogatti, mientras la 1ra Brigada trataba de atraer a los alemanes al camino
costero. El intento no fue del todo exitoso. Al anochecer del
segundo día, un contraataque alemán los obligó a retroceder. Sólo un
batallón del Regimiento Hastings y Príncipe Eduardo había podido mantener las
posiciones en la ribera opuesta del río.
El Teniente General Charles Allfrey, Comandante del Cuerpo de
Ejércitos envió a la 21ª Brigada India a relevar el flanco izquierdo de los
canadienses y asegurar Villa Rogatti permitiéndole a Vokes concentrar sus
fuerzas en un sólo objetivo. Se unió a Vokes el Escuadrón 417º de la
Royal Canadian Air Force comandado por el Capitán de Grupo Albert U.
"Bert" Houle. Durante la tarde del 8 de diciembre, el Royal
Canadian Regiment lanzó un ataque contra la cabeza de puente de los Hastings al
momento en que los recién llegados, la Primera División Fallschirmjäger (paracaidistas)
alemanes, al mando del Teniente General Richard Heidrich, comenzaban su
contraataque. Se desató una encarnizada batalla mientras el 48
Highlanders se aproximó a San Leonardo y estableció una línea base para el
ataque de la mañana siguiente contra la villa.
Al día siguiente los alemanes hicieron varios contraataques
en todo el frente. El Regimiento canadiense Calgary que apoyaba el
ataque principal de los Seaforths perdieron 27 de sus 51 tanques. En las
calles de San Leonardo el escuadrón del Mayor Amy fue aniquilado quedando con
apenas cuatro tanques.
Las tropas indias atacando por el este lograron establecer
una pequeña cabeza de puente apoyando a los zapadores de la 69ª Compañía de
Campo Bengalí que hicieron lo imposible por levantar un puente Bailey.
Al ser capturado San Leonardo los alemanes se retiraron a la vía
Ortona-Orsogna. Hacia el 20 de diciembre, el estancamiento se rompió no
por el poder de fuego sino por una maniobra acertada. El 22 Regimiento
Real Canadiense tomó el caminó que llevaba al flanco derecho de las fuerzas
alemanas con los 4 tanques restantes al mando del Mayor H. A. Smith y con ellos
lograron romper la línea alemana y ocupar Casa Berardi. Por esta acción
fueron condecorados con la Cruz Victoria.
Con Casa Berardi asegurada el risco pudo ser atacado
sistemáticamente. Los paracaidistas alemanes perdieron el control de la
carretera a Ortona pero sus ordenes de pelear casa por casa se mantuvo.
Las tropas indias flanquearon el pueblo de Ortona mientras Vokes avanzaba calle
por calle y casa por casa.
El 21 de diciembre el Regimiento Real Edmonton junto al
Seaforth Highlanders de Canadá con el apoyo blindado comenzaron el sangriento
avance por el pueblo de Ortona para dasalojar a los defensores alemanes que no
cedían posiciones. En el pueblo los alemanes hicieron varias barricadas
y formaron pilas de escombros en las calles aledañas a la Plaza Municipal.
El único camino disponible para los tanques canadienses era el Corso
Vittorio Emmanuele que parecía libre pero estaba fuertemente minado y lleno de
trampas antitanque y antipersonal. En todo el pueblo habían nidos de
ametralladoras y emplazamientos antitanques.
El 22 de diciembre los canadienses dividieron Ortona en
sectores asignando un batallón a cada sector para ocuparlo casa por casa.
Las tácticas usadas por los canadienses incluían el uso del arma antitanque
puesta en servicio por primera vez en Sicilia. Se trataba del
"Projector, Infantry, Anti Tank" (PIAT) usado entre otras cosas para
abrir boquetes en las paredes de las casas que usaban paredes medianeras.
Una vez abierto un boquete los soldados lanzaban granadas al interior y
se lanzaban al asalto.
Para evitar el abastecimiento alemán, fue enviada la 1ra
Brigada de Infantería a tomar posiciones al norte del pueblo. Por otro
lado, los días 23, 24 y 25 comenzaron a llegar reemplazos para relevar a las
agotadas fuerzas canadienses. El día 26 dos tercios del pueblo estaban
en manos de esas fuerzas norteamericanas. Sin posibilidades de recibir
refuerzos y al no poder detener el avance canadiense, el día 27 los alemanes
comenzaron a retirarse de Ortona.
Durante los ocho días de lucha en Ortona, los canadienses
tuvieron 1375 muertos y su artillería lanzó 3000 toneladas de proyectiles sin
lograr quebrantar la resistencia de los paracaidistas alemanes hasta que éstos
se retiraron. En total las fuerzas canadienses perdieron en Ortona la
cuarta parte del total de muertos durante la campaña de Italia. La lucha
fue tan dura que pronto los canadienses llamaron a Ortona "la pequeña
Stalingrado" y al igual que en el Frente del Este, la destrucción del
pueblo fue de tal magnitud que aún hoy en día se ven las huellas de la feroz
lucha. Durante los combates la población civil se mantuvo escondida en
los sótanos de sus casas y en edificios públicos, sufriendo las consecuencias
de la lucha sin cuartel.
El día 28 de diciembre las fuerzas canadienses tenían ya el
control de Ortona. Las bajas para el mes de diciembre fueron de 2400
hombres lo que obligó a la 1 División Canadiense a tomarse un largo descanso
para reponerse de la heridas
No hay comentarios:
Publicar un comentario