AFGANISTÁN | Con las tropas españolas
Encerrados en la base militar
Uno de los helicópteros españoles de evacuación médica en Herat. | Mònica Bernabé
"Siempre le digo a mi mujer por teléfono que esté tranquila porque yo siempre estoy dentro de la base, no salgo para nada. Y ella me responde: ¿entonces para qué vas a Afganistán?", comentaba un militar español la semana pasada en la base de las tropas internacionales en las afueras de la ciudad de Herat, en el oeste de Afganistán. Es cierto que muchos de los militares españoles destinados en Herat nunca salen de la base. Sin embargo, eso no significa que no tengan ningún cometido, sino todo lo contrario.
La base de Herat es una de las instalaciones militares en Afganistán con mayor actividad. Construida en el 2005 con la expansión fuera de Kabul de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), es una base aérea de las tropas internacionales pero que siempre ha estado dirigida por un oficial español. En la actualidad el coronel Domingo Porras está al mando.
En la base se alojan casi 2.500 personas, la mayoría de ellas italianas (1.545) pero también hay estadounidenses, albanos, búlgaros, lituanos, eslovenos y evidentemente españoles. En el recinto militar también se encuentra el mando militar de la región oeste de Afganistán, que en este caso recae en un general italiano.
Afganistán se encuentra dividido en cinco mandos regionales. Y recientemente el denominado Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT en sus siglas en inglés) también se ha trasladado a la base por razones de seguridad, es decir el contingente civil y militar italiano que se encarga de la reconstrucción de la provincia de Herat y cuyo centro de operaciones estaba antes en el centro urbano de su capital.
Por otra parte, la base se encuentra a pie de del aeropuerto civil de Herat, el segundo más importante de Afganistán después del de Kabul. Ocho controladores militares españoles y dos italianos se encargan del tráfico aéreo con equipos básicos. No hay radares. Cada día en Herat se registran unos cien movimientos aéreos entre vuelos civiles y militares.
"Un intérprete de la ISAF cobra más que un controlador aéreo afgano", afirma el teniente coronel Ezpeleta para explicar por qué es tan difícil encontrar controladores aéreos afganos que se encarguen del aeropuerto. Los pocos que existen se dedican a otras ocupaciones con las que pueden ganar más dinero debido a sus conocimientos de inglés, lamentan los oficiales españoles.
En la base de Herat también hay un hospital Role II que en el 2011 atendió a 8.122 pacientes y este año ya ha atendido 1.356. Y cada día entran en la instalación militar unos 500 afganos que trabajan en el recinto. Se puede decir que el coronel Porras gestiona una especie de ciudad y un aeropuerto mucho más grandes y con mayor actividad que muchas localidades y aeródromos españoles. De los 366 militares españoles destinados en Herat, la mitad se dedica al funcionamiento puro de la base.
Las tropas españolas pueden operar en la provincia de Badghis –donde se concentra el grueso del contingente- también gracias al destacamento de Herat. Desde allí se pilotan los cuatro aviones no tripulados que España tiene en Afganistán y que son imprescindibles para el reconocimiento de las carreteras para detectar posibles amenazas antes de que los militares españoles se pongan en marcha en Badghis.
Las cámaras de esos aviones pueden captar la cara de una persona perfectamente a cinco mil metros de altura. Asimismo en la base de Herat se encuentran los helicópteros de evacuación médica y otras aeronaves de transporte que dan servicio a las tropas españolas en Badghis y de otros países en el oeste de Afganistán.
En Herat también es donde se tendrá que gestionar la retirada de las tropas españolas e italianas de Afganistán. Por su base aérea pasarán todos los soldados, equipos e infraestructura que haya que llevar de vuelta a casa. Los militares españoles destinados allí consideran que ahora no salen de la base, pero también serán los últimos que salgan de Afganistán en el 2014, cuando está prevista la retirada de las fuerzas internacionales
La base de Herat es una de las instalaciones militares en Afganistán con mayor actividad. Construida en el 2005 con la expansión fuera de Kabul de la Fuerza Internacional de Asistencia para la Seguridad (ISAF), es una base aérea de las tropas internacionales pero que siempre ha estado dirigida por un oficial español. En la actualidad el coronel Domingo Porras está al mando.
En la base se alojan casi 2.500 personas, la mayoría de ellas italianas (1.545) pero también hay estadounidenses, albanos, búlgaros, lituanos, eslovenos y evidentemente españoles. En el recinto militar también se encuentra el mando militar de la región oeste de Afganistán, que en este caso recae en un general italiano.
Afganistán se encuentra dividido en cinco mandos regionales. Y recientemente el denominado Equipo de Reconstrucción Provincial (PRT en sus siglas en inglés) también se ha trasladado a la base por razones de seguridad, es decir el contingente civil y militar italiano que se encarga de la reconstrucción de la provincia de Herat y cuyo centro de operaciones estaba antes en el centro urbano de su capital.
Por otra parte, la base se encuentra a pie de del aeropuerto civil de Herat, el segundo más importante de Afganistán después del de Kabul. Ocho controladores militares españoles y dos italianos se encargan del tráfico aéreo con equipos básicos. No hay radares. Cada día en Herat se registran unos cien movimientos aéreos entre vuelos civiles y militares.
"Un intérprete de la ISAF cobra más que un controlador aéreo afgano", afirma el teniente coronel Ezpeleta para explicar por qué es tan difícil encontrar controladores aéreos afganos que se encarguen del aeropuerto. Los pocos que existen se dedican a otras ocupaciones con las que pueden ganar más dinero debido a sus conocimientos de inglés, lamentan los oficiales españoles.
En la base de Herat también hay un hospital Role II que en el 2011 atendió a 8.122 pacientes y este año ya ha atendido 1.356. Y cada día entran en la instalación militar unos 500 afganos que trabajan en el recinto. Se puede decir que el coronel Porras gestiona una especie de ciudad y un aeropuerto mucho más grandes y con mayor actividad que muchas localidades y aeródromos españoles. De los 366 militares españoles destinados en Herat, la mitad se dedica al funcionamiento puro de la base.
Las tropas españolas pueden operar en la provincia de Badghis –donde se concentra el grueso del contingente- también gracias al destacamento de Herat. Desde allí se pilotan los cuatro aviones no tripulados que España tiene en Afganistán y que son imprescindibles para el reconocimiento de las carreteras para detectar posibles amenazas antes de que los militares españoles se pongan en marcha en Badghis.
Las cámaras de esos aviones pueden captar la cara de una persona perfectamente a cinco mil metros de altura. Asimismo en la base de Herat se encuentran los helicópteros de evacuación médica y otras aeronaves de transporte que dan servicio a las tropas españolas en Badghis y de otros países en el oeste de Afganistán.
En Herat también es donde se tendrá que gestionar la retirada de las tropas españolas e italianas de Afganistán. Por su base aérea pasarán todos los soldados, equipos e infraestructura que haya que llevar de vuelta a casa. Los militares españoles destinados allí consideran que ahora no salen de la base, pero también serán los últimos que salgan de Afganistán en el 2014, cuando está prevista la retirada de las fuerzas internacionales
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