Irán defiende su programa nuclear con pruebas de su poder militar
Teherán prueba tres misiles en apenas 48 horas para demostrar que seguirá adelante con su plan atómico a pesar de las sanciones que soporta el país
¿Qué quiere el régimen iraní? El anuncio ayer de que ha probado un misil de
largo alcance parece algo más que la notificación de una nueva proeza militar.
Teherán está enviando un doble mensaje. Por un lado, indica que no va a cejar en
su empeño nuclear y que las sanciones con las que Estados Unidos y sus aliados intentan
disuadirle pueden llegar a convertirse en un casus belli. Por otro,
la intensidad con la que proyecta su poderío revela también hasta qué punto la
presión internacional está ahogando su economía. El rial perdió un 12% de su
valor respecto al dólar y acumula una caída del 66% desde hace un año.
"El estrecho de Ormuz está completamente bajo nuestro control. No permitiremos que ningún enemigo amenace nuestros intereses", declaró el jefe de la Armada iraní, el almirante Habibolá Sayyari, citado por la agencia oficial Irna. Sus palabras ponen en contexto el objetivo de las maniobras navales durante las que se probaron el Ghader y varios misiles más.
La cadena iraní PressTV mostró imágenes del lanzamiento de dos cohetes que, dijo, podían alcanzar objetivos a "cientos de kilómetros", sin más precisión. El locutor también informó de que se habían probado otros dos misiles de menor alcance, el Nur (Luz) y el Nasr (Victoria).
Más allá de su autonomía, que PressTV describió como "de largo alcance", los portavoces militares insistieron en su "precisión para destruir el objetivo" y en su "altamente avanzados sistemas de radar, comunicación por satélite y mecanismos de evasión". Esos detalles sugieren que tiene capacidad para enfrentarse a la presencia naval de Estados Unidos en el golfo Pérsico que es, en definitiva, el factor de disuasión que pretende proyectar Irán. Cuando el misil Ghader se entregó a la Marina de la Guardia Revolucionaria el pasado mes de septiembre, Teherán dijo que podía destruir barcos de guerra.
El subtexto belicista que se aprecia en las acciones iraníes responde a la creciente presión económica de Washington. Desanimados ante el fracaso de la diplomacia para que Irán renuncie a su programa nuclear, los estrategas norteamericanos hace ya varios años que pusieron en marcha una vía paralela de presiones financieras a resultas de la cual la mayoría de los bancos internacionales y grandes empresas abandonaron Irán. Sin embargo, el alto precio del petróleo, que proporciona el 80% de los ingresos del país, ha permitido buscar vías alternativas y que sus gobernantes se mantengan en el poder a pesar de una gestión desastrosa.
A través de esa vía de agua sale el 90% del crudo que exportan los países ribereños del golfo Pérsico —17 millones de barriles diarios—, que suponen entre un 30% y un 40% de todo el petróleo que se comercializa en el mundo, según datos de la Agencia Internacional de la Energía. A ellos hay que sumar otros dos millones de barriles de derivados del petróleo, además de gas natural licuado y la mayoría de los suministros militares que necesitan las tropas estadounidenses estacionadas en la zona. Según los analistas, su cierre dispararía el barril hasta los 200 dólares, el doble de su cotización actual.
Sin embargo, pocos creen que eso vaya a suceder. En primer lugar, porque Irán, quinto exportador de crudo del mundo, vive de esa fuente de divisas y el coste económico, político y militar sería demasiado alto para el régimen. Además, los propios militares iraníes han dicho que no tienen intención de bloquear el estrecho, al menos por ahora.
Mientras tanto, los medios iraníes se hicieron eco ayer de que la moneda iraní ha caído un 12% con respecto al dólar, tras el anuncio de nuevas sanciones de Washington contra el Banco Central.
El billete verde norteamericano llegó a cambiarse a 17.800 riales frente a los 16.050 del día anterior, cuando cedió un 5% de su valor. Esas cifras, que suponen una depreciación del 66% respecto a enero de 2011, indican una clara pérdida de confianza mientras las autoridades mantienen la tasa oficial de cambio del dólar en 11.180 riales. Hace un par de meses, el presidente Mahmud Ahmadineyad pidió a los iraníes que dejaran de comprar dólares, convertidos en único refugio seguro para sus ahorros.
Fuente Diario "EL PAÍS"
"El estrecho de Ormuz está completamente bajo nuestro control. No permitiremos que ningún enemigo amenace nuestros intereses", declaró el jefe de la Armada iraní, el almirante Habibolá Sayyari, citado por la agencia oficial Irna. Sus palabras ponen en contexto el objetivo de las maniobras navales durante las que se probaron el Ghader y varios misiles más.
La cadena iraní PressTV mostró imágenes del lanzamiento de dos cohetes que, dijo, podían alcanzar objetivos a "cientos de kilómetros", sin más precisión. El locutor también informó de que se habían probado otros dos misiles de menor alcance, el Nur (Luz) y el Nasr (Victoria).
Alcance reducido
A falta de que los expertos analicen las poco relevantes imágenes o alguna filtración, solo se sabe que una versión anterior del Ghader tenía un alcance de 200 kilómetros y volaba a baja altitud. Como el Nur, se trata de una variante del misil chino C 802.Más allá de su autonomía, que PressTV describió como "de largo alcance", los portavoces militares insistieron en su "precisión para destruir el objetivo" y en su "altamente avanzados sistemas de radar, comunicación por satélite y mecanismos de evasión". Esos detalles sugieren que tiene capacidad para enfrentarse a la presencia naval de Estados Unidos en el golfo Pérsico que es, en definitiva, el factor de disuasión que pretende proyectar Irán. Cuando el misil Ghader se entregó a la Marina de la Guardia Revolucionaria el pasado mes de septiembre, Teherán dijo que podía destruir barcos de guerra.
El subtexto belicista que se aprecia en las acciones iraníes responde a la creciente presión económica de Washington. Desanimados ante el fracaso de la diplomacia para que Irán renuncie a su programa nuclear, los estrategas norteamericanos hace ya varios años que pusieron en marcha una vía paralela de presiones financieras a resultas de la cual la mayoría de los bancos internacionales y grandes empresas abandonaron Irán. Sin embargo, el alto precio del petróleo, que proporciona el 80% de los ingresos del país, ha permitido buscar vías alternativas y que sus gobernantes se mantengan en el poder a pesar de una gestión desastrosa.
Exportaciones de crudo
En una nueva vuelta de tuerca en ese forcejeo, Washington apunta ahora hacia las exportaciones iraníes de crudo. Claramente irritados ante esa decisión, varios diputados y altos cargos políticos iraníes han amenazado en los últimos días con cerrar el estratégico estrecho de Ormuz. Su razonamiento parece ser que si el mundo pretende cerrarles el grifo del petróleo, tendrá que pagar el precio.A través de esa vía de agua sale el 90% del crudo que exportan los países ribereños del golfo Pérsico —17 millones de barriles diarios—, que suponen entre un 30% y un 40% de todo el petróleo que se comercializa en el mundo, según datos de la Agencia Internacional de la Energía. A ellos hay que sumar otros dos millones de barriles de derivados del petróleo, además de gas natural licuado y la mayoría de los suministros militares que necesitan las tropas estadounidenses estacionadas en la zona. Según los analistas, su cierre dispararía el barril hasta los 200 dólares, el doble de su cotización actual.
Sin embargo, pocos creen que eso vaya a suceder. En primer lugar, porque Irán, quinto exportador de crudo del mundo, vive de esa fuente de divisas y el coste económico, político y militar sería demasiado alto para el régimen. Además, los propios militares iraníes han dicho que no tienen intención de bloquear el estrecho, al menos por ahora.
Tráfico en Ormuz
"No vamos a interrumpir el tráfico a través de Ormuz. No es nuestro objetivo", señaló el número dos de la división naval de la Guardia Revolucionaria, el almirante Mahmud Musaví, citado por la agencia semioficial Isna. Musaví aclaró que las maniobras pretendían demostrar que tienen la capacidad de asumir el control "en caso necesario". En otras palabras, se trata de un mensaje para Estados Unidos y sus aliados, a los que deja claro que controla el Golfo y muestra su capacidad para defenderse de cualquier amenaza a su supremacía.Mientras tanto, los medios iraníes se hicieron eco ayer de que la moneda iraní ha caído un 12% con respecto al dólar, tras el anuncio de nuevas sanciones de Washington contra el Banco Central.
El billete verde norteamericano llegó a cambiarse a 17.800 riales frente a los 16.050 del día anterior, cuando cedió un 5% de su valor. Esas cifras, que suponen una depreciación del 66% respecto a enero de 2011, indican una clara pérdida de confianza mientras las autoridades mantienen la tasa oficial de cambio del dólar en 11.180 riales. Hace un par de meses, el presidente Mahmud Ahmadineyad pidió a los iraníes que dejaran de comprar dólares, convertidos en único refugio seguro para sus ahorros.
Fuente Diario "EL PAÍS"
Teherán exhibe un misil capaz de golpear a las bases y buques de EE.UU. en el Golfo Pérsico
Irán
demostró su capacidad de alcanzar a buena parte de las bases y buques de Estados
Unidos en el Golfo Pérsico gracias a los avances logrados por su industria
balística. La penúltima jornada de las maniobras navales «Velayat 90» culminó
con la prueba de los nuevos misiles «Qader», «el arma más poderosa y precisa» de
la Marina iraní, según el almirante Mohamed Musavi. Un misil, que es una mejora
de una versión anterior, con un alcance de 200 kilómetros que se fabrica
enteramente en Irán y cuya producción en cadena se inició en verano.
Pese
a que la república islámica cuenta con otros misiles como el «Sajjil 2» con
capacidad de golpear a mayor distancia —una versión modificada del «Shahab 3»
que llegaría hasta los 2.400 kilómetros, una distancia que le permitiría
alcanzar Israel— este modelo bautizado como «Qader» podría ser el arma ideada
para bloquear el tráfico en el estrecho de Ormuz ya que está diseñado para
objetivos de zonas costeras y es capaz de destruir un buque de guerra. La Armada
iraní lanzó también el misil «Nur», informó la agencia oficial de noticias
iraní, IRNA. Este misil es también una variante de un modelo anterior «muy
mejorado en relación a los sistemas antirradar y seguimiento de objetivos» e
impactó «con éxito» en los objetivos previstos durante el ejercicio, según la
agencia.
Pese
al anuncio de un ejercicio con la simulación del cierre de este paso estratégico
por el que discurre en buques petroleros casi un cuarenta por ciento del
comercio marítimo del crudo mundial, Musavi quiso aclarar que «no cerraremos el
tráfico marítimo porque no es nuestro objetivo».
El
comandante de las Fuerzas Navales iraníes, Habibollah Sayyari, fue tajante al
subrayar que «el estrecho está completamente bajo nuestro control» y «no
toleraremos amenazas del enemigo», una alusión directa a la Quinta Flota de
EE.UU., con sede en Bahréin, que desde el jueves tiene un portaaviones en la
zona de acción iraní.
Alarma en el estrecho
Pese
a la exhibición de fuerza de las últimas jornadas, la Marina iraní está muy
lejos del poderío estadounidense y de sus socios en la región como Emirato
Árabes Unidos o Arabia Saudí, que esta misma semana han cerrado acuerdos
millonarios para la compra de cazas y misiles. Sin embargo, el valor estratégico
de Ormuz ha hecho que se enciendan todas las alarmas.
Terminan
las maniobras navales, pero la cuestión que ha provocado el aumento en la
tensión entre Irán y Occidente sigue abierta y sin solución a la vista. El
programa atómico de la república islámica está más en entredicho que nunca desde
el último informe del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) en el
que se recogían «indicios» de su finalidad militar y no civil.
Tras
cuatro rondas de sanciones inútiles por parte del Consejo de Seguridad de
Naciones Unidas, tanto Estados Unidos como sus socios europeos parecen
dispuestos ordenar un bloqueo sobre la exportación de crudo del país lo que
provocó la respuesta de Teherán con las amenazas sobre el cierre de Ormuz. El
petróleo proporciona el 80 por ciento de los ingresos a Irán y los ayatolás no
están dispuestos a permitir amenazas al respecto. En lugar de un embargo directo
se baraja en algunos países la opción de sumarse a la iniciativa norteamericana
de aumentar las sanciones contra el Banco Central de Irán (BCI), entidad
encargada de recibir los pagos por la venta de crudo.
El
Irán real
Como
han demostrado los últimos ultimátum lanzados contra Irán, el régimen se crece
ante las amenazas y además de las maniobras militares iniciadas el pasado 24 de
diciembre, Teherán celebró el inicio del año con el anuncio de la fabricación de
la primera barra de combustible nuclear. De confirmarse este avance supondría
que Irán ya es capaz de enriquecer uranio al 20 por ciento, lo que le colocaría
en el camino al 90 por ciento necesario para la fabricación de una bomba tal y
como sospecha el OIEA.
Los
ciudadanos de a pie en Irán siguen este pulso desde la lejanía, más preocupados
por la mala marcha de una economía en la que se ha desplomado el valor del rial
respecto al dólar. La moneda local ha perdido un 55 por ciento de su valor desde
enero.
Fuente Diario "ABC"
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