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jueves, 3 de marzo de 2011
GAGOMILITARIA NOTICIAS.-LIBIA, GADAFI VUELVE A BOMBARDEAR A SU PUEBLO EN LA CIUDAD DE BREGA
Gadafi vuelve a bombardear el este mientras los rebeldes intentan resistir
Las fuerzas leales al líder libio, Muamar Gadafi, han vuelto a centrar su objetivo en la ciudad petrolífera de Brega al este del país. Varios testigos aseguran que las fuerzas de Gadafi han lazado un ataque terrestre y aéreo en un nuevo intento por recuperar la ciudad tras los bombardeos de este miércoles repelidos por los rebeldes.
"Escuché primero un avión, después una fuerte explosión que dejó un cráter en la ciudad", explica Mohammed Shibli, un estudiante que se encontraba en la universidad de ingeniería de Brega.
"Hubo un ataque aéreo que duró una hora y media. Lo vi con mis propios ojos", confirmó Mohammed Awadh, un voluntario de las fuerzas rebeldes.
"Acaba de haber ataques aéreos tanto en Brega como en su aeropuerto, así como sobre nuestras fuerzas situadas en la entrada occidental de Ajdabiya", declaró también un capitán de los opositores, Bashir Abdul Gadr.
Mientras tanto, los opositores, como ya hicieran este miércoles, intentan resistir en la ciudad. Decenas de rebeldes se dirigieron a la ciudad petrolífera ante el temor de que Gadafi vuelve a tomar la ciudad.
"Las fuerzas de Gadafi están preparando un nuevo ataque", dijo Mahmud al-Fakhri, un insurgente, que dejó la ciudad de Ajdabiya, situada a unos 70 kilómetros de Brega con un grupo de hombres. Según él, durante la noche los alrededores de la ciudad sufrieron varios ataques aéreos.
Resistencia de los rebeldes
Ayer, los rebeldes libios lograron liberar Brega tras la toma de las fuerzas del régimen. Armados con machetes, los rebeldes tomaron la Universidad -'cuartel general' de los leales en la ciudad- a media tarde; a lo largo de la mañana los combates más intensos se vivieron en esta zona de la localidad, situada a 200 kilómetros de Bengasi (la segunda mayor ciudad de libia).
Aviones de las fuerzas leales al líder libio bombardearon la ciudad varias veces, en unos ataques que dejaron al menos 12 muertos y 27 heridos, según los insurgentes.
Por otro lado, cientos de jóvenes se presentaron este miércoles voluntarios en los centros de reclutamientos de Bengasi, bajo control de los rebeldes desde el 21 de febrero, para enfrentarse a las fuerzas del líder Muamar Gadafi, y dirigirse a la defensa de Brega.
"Estamos listos y felices de ayudar" a los opositores de Brega, dijo Abdul-Wahab abheda Driss, el líder de uno de los grupos.
Los rebeldes que luchan en el este de Libia contra las tropas del régimenha capturado a varios soldados y oficiales del ejército. Los militares leales a Gadafi fueron capturados el miércoles durante enfrentamientos en la ciudad de Al Brega, un centro de la producción petrolera del país norteafricano.
La ONU destina cinco millones de dólares para los refugiados que huyen de Libia
La subsecretaria general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, ha autorizado el desembolso de cinco millones de dólares (unos 3.600.000 de euros) del fondo de emergencias de Naciones Unidas para asistir a la población que huye del conflicto en Libia, según ha anunciado el organismo mundial.
Los fondos se destinarán principalmente a incrementar las operaciones humanitarias en la frontera entre Libia y Túnez, donde además de tunecinos que regresan a su país, unas 75.000 personas, la mayor parte egipcios, han cruzado la frontera y esperan alguna asistencia para retornar a su país.
Además, unas 40.000 personas -la mayoría de origen subsahariano- a las que no se ha permitido entrar a Túnez esperan del lado libio en condiciones muy precarias.
"Del inmenso número de personas que cruzan la frontera diariamente, una buena parte llegan sin nada. Muchos se encuentran varados, sin poder regresar a sus países, por lo que necesitan techo, alimentos, agua y servicios sanitarios", señaló en un comunicado de prensa Naciones Unidas.
El organismo indicó que es crucial aumentar las repatriaciones de estos trabajadores extranjeros de numerosos países que quieren llegar cuanto antes a sus hogares.
También destacó que las agencias humanitarias colaboran estrechamente con las autoridades de Egipto, Túnez y Níger para atender a las personas que llegan a sus respectivas fronteras con Libia, donde el régimen de Muamar el Gadafi trata de sofocar una rebelión que se ha hecho con el control de buena parte del país.
A medida que el conflicto en territorio libio escale, Naciones Unidas señaló que se necesitará incrementar la respuesta humanitaria a la crisis. La organización internacional tiene previsto presentar el próximo lunes un plan de asistencia y solicitar ayuda financiera a los donantes internacionales para los refugiados de la crisis libia.
El Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) ha confirmado que la situación ha llegado a "un punto de crisis" que podría tener serias consecuencias si no se resuelve pronto.
Tres soldados holandeses capturados en una operación de evacuación de civiles
res soldados holandeses fueron capturados el domingo por hombres próximos a Muamar Gadafi durante una operación de evacuación de dos civiles europeos en la localidad de Sirte (norte del país), según confirmó este jueves el Ministerio de Defensa en La Haya.
El ministerio explicó que los soldados se habían desplazado en helicóptero, desde un buque de la Marina holandesa anclado frente a las costas de Libia, a Sirte para rescatar a dos compatriotas atrapados en esa ciudad. Tras el aterrizaje, la tripulación fue atacada y capturada por la milicia leal a Gadafi.
Los dos civiles fueron entregados por los libios a la embajada de los Países Bajos y ya han salido del país, mientras que los tres soldados siguen prisioneros.
El ministerio de Defensa dijo que en estos momentos se llevan a cabo intensas negociaciones para lograr la puesta en libertad de los holandeses.
Según el diario 'De Telegraaf', el incidente se produjo el pasado domingo pero por motivos de seguridad fue mantenido en secreto hasta ahora.
Fuente Diario "EL MUNDO"
Gadafi vuelve a bombardear a los rebeldes de Brega
La aviación del dictador bombardea el aeropuerto de la ciudad petrolera y otra posición rebelde en Ajdabiya
Los aviones del Ejército libio han retomado este jueves a primera hora los bombardeos sobre la ciudad petrolífera de Brega, reconquistada ayer por los rebeldes después de horas de intensos combates con las fuerzas leales a Gadafi. Las bombas de la aviación libia han alcanzado el aeropuerto de la ciudad y otra posición rebelde en Ajdabiya, a 80 kilómetros de Brega, según fuentes de la insurgencia.
El bombardeo de Brega ha sido confirmado por varios testigos a Reuters. "He escuchado los motores del avión, luego la explosión y después he visto el cráter dejado por la bomba", ha dicho Mohammed Shibli, que ha añadido que la bomba cayó cerca de la facultad de Ingeniería de Perforaciones Petroleras, a 2 kilómetros de la terminal petrolera. "Hubo un ataque aéreo hace una hora y media. Lo he visto con mis propios ojos", ha dicho por su parte Awadh Mohammed, un voluntario adscrito a las fuerzas rebeldes.
Los sublevados aseguran haber expulsado de la zona de Brega a los mercenarios extranjeros y las tropas enviadas al este de Libia por Muamar el Gadafi, que ahora se estarían concentrando en torno a la ciudad de Ras Lanuf, a 600 kilómetros de Trípoli y donde también hay una gran terminal petrolera. "Las fuerzas de Gadafi están en Ras Lanuf. Nuestros efectivos, en Brega y Ajdabiya", ha resumido el comandante rebelde Bashir Abdul Gadr.
Nadie duda en Bengasi de Gadafi es un cadáver político. Pero el tirano no claudica. Y ayer, por primera vez, lanzó a sus mercenarios extranjeros al ataque en el este de Libia. De madrugada, asaltaron la ciudad de Brega, a 230 kilómetros de Bengasi, y trataron de conquistar su estratégico aeropuerto y la terminal petrolera. La pérdida de esta plaza habría supuesto un gravísimo contratiempo para los sublevados. Sin embargo, la movilización de los insurgentes fue inmediata.
En la carretera que enlaza Bengasi y Ajdabiya, la última ciudad controlada por los alzados contra Gadafi antes de entrar en la tierra de nadie, transitaban camionetas cargadas de chicos que se dirigían con entusiasmo al frente. Aparte del ardor guerrero, los defensores de Brega apenas contaron con tres viejos tanques de origen ruso y tres ametralladoras antiaéreas montadas en camionetas.
Por la tarde, todavía bombardeaba Brega la aviación del dictador, pero los matones contratados en Nigeria, Chad, Congo y países asiáticos ya habían sido expulsados. Los combates causaron al menos 14 muertos, según distintas fuentes.
En Ajdabiya, en pleno desierto, el frenesí dominaba el panorama. Pasadas las diez de la mañana, una gran explosión se oyó en el último control de los rebeldes al sur de esta ciudad, en una zona que acoge enormes arsenales. El nerviosismo se exacerbó cuando los aviones de combate sobrevolaron la zona. La gente se dispersaba a la carrera, pero docenas de chavales y hombres seguían a lo suyo: limpiaban los proyectiles de las baterías antiaéreas y de los tanques, y abrían cajas de munición sin descanso. "Gadafi no cuidaba su Ejército, y las armas estaban en pésimo estado. A veces disparan, pero es únicamente para probar que las baterías funcionan", precisaba uno de los mandos.
Deambulaban los alzados que, a menudo, solo portaban fusiles Kaláshnikov o escopetas, pero una determinación sin límite al grito de "Alá es grande". "Solo los tanques están manejados por soldados que se unieron a la revuelta", explicaba un uniformado. El desconcierto se adueñó de los luchadores cuando se desató el rumor de que los esbirros de Gadafi avanzaban hacia Ajdabiya. Nunca se confirmó. Como resultaba difícil verificar los derribos de helicópteros. "Gadafi tiene secuestrados a familiares de pilotos, pero algunos desertan", dijo un coronel, piloto él mismo, que se unió a las filas rebeldes desde el primer día del alzamiento iniciado el 15 de febrero.
"Unos 400 mercenarios de Gadafi trataron de conquistar el aeropuerto de Brega para poder transportar a más hombres armados", comentaba un oficial. Además de contar con un aeródromo y las instalaciones desde las que se exporta el crudo, Brega acoge unos depósitos de gas que abastecen a Libia y alimentan también de combustible a las gasolineras de Libia oriental. "En Brega hay depósitos de varios gases peligrosos, que ahora están cerrados y algunos vacíos. Pero desde allí se suministra gas a las terminales petroleras de Zuaitina y Bengasi. Hace días nos ordenaron que cortáramos el flujo, pero solo a la región oriental. Los trabajadores nos negamos", afirmó Mashala Agub, un ingeniero empleado en esa industria.
Además, la toma de Brega habría permitido a Gadafi acercarse a Ajdabiya, a solo 75 kilómetros. En las cercanías de esta ciudad se ubican enormes depósitos de armas, y a 20 kilómetros las importantes instalaciones de Zuaitina. A las tres de la tarde, con la carretera hacia Bengasi más nutrida de inquietos rebeldes, las camionetas marchaban hacia Brega, en medio de la tormenta de arena, para poner punto final al episodio.
Los insurgentes no se conformaron y persiguieron a los mercenarios en dirección al oeste. También hubo refriegas en Sebrata y Gharya, dos ciudades próximas a Trípoli, bastión de un Gadafi incapaz de romper el cerco.
Consciente del fracaso, Gadafi se aferró ayer de nuevo a la tesis del turbio complot. "Hay una conspiración para dominar el petróleo de Libia y para que su tierra sea colonizada otra vez... Nunca volveremos a ser esclavos como lo fuimos de los italianos", afirmó el sátrapa, quien advirtió: "Entraremos en una sangrienta guerra y miles de libios morirán si Estados Unidos o la OTAN intervienen".
Mientras tanto, las palabras de su hijo Saif el Islam, que repite hasta el hartazgo que el país está tranquilo, suscitan hilaridad. Porque esa estabilidad está lejos de instalarse en un país en el que los almacenes de alimentos están casi vacíos; la producción de crudo, hundida, y su exportación, bajo mínimos. Sin mencionar los cientos, quizás miles, de víctimas que ha provocado el gobernante.
"Nuestra capital es Trípoli, allí iremos"
Los sublevados de Al Baida reivindican la unidad de los libios por encima de las divisiones tribales y aseguran que el objetivo común es ser libres
Si hay un denominador común en los alzamientos que recorren el mundo árabe estos días es la plaza. En Tobruk los hombres la tomaron el día 17 de febrero y allí siguen con sus tiendas y sus fogatas, bebiendo té y dibujando pancartas. También en Bengasi, la capital del este del país, las principales protestas se producen a diario en el foro del centro de la ciudad. Mientras, en Al Baida, a medio camino entre las dos, la plaza se ha convertido en un símbolo de la lucha. En un lateral en el que los hombres beben y conversan mientras fuman sin cesar, hay decenas de fotografías de jóvenes que apenas superan los veinte años. También la de un bebé. Todos muertos.
Un hombre destaca sobre el resto por su atuendo, colorido y tradicional. Su luenga barba blanca, sus ojos azules y su turbante visten un rostro cubierto de tatuajes tribales. Tras él, en un muro color tierra se puede leer: "Somos libios de este a oeste". "Todos somos Libia", dice el anciano. "Muamar está intentando ofrecer al mundo una idea muy distinta de lo que somos en realidad. Quiere que parezca que estamos divididos en tribus y que luchamos por el poder entre nosotros. Pero no es cierto", afirma. "Pertenecemos a distintos clanes, pero somos un solo pueblo y tenemos un mismo objetivo. Ser libres", concluye.
En otra esquina de la plaza un libio alto con abrigo militar y boina se presenta como Idris Mohamed en un perfecto italiano. "Gadafi ha querido dividirnos entre nosotros, pero ha querido aislarnos también del mundo". Aprendió italiano en el Ejército, al que ha pertenecido "tanto tiempo" que ya no puede recordar los años. Señala una pintada en italiano, otra en francés. También las hay en alemán y en español. Como si decirle al dictador que se vaya en la lengua de otro país fuera a conseguir un mayor efecto. "Aquí casi nadie habla otros idiomas, porque quería ponernos fuera del mundo", señala. Solo los que aprendieron hace años o los que trabajan con las compañías de petróleo se comunican en otras lenguas.
"Ha querido robarnos nuestra identidad. Nuestros hijos no tienen modelos a quienes seguir porque él eliminó todas las alternativas. Solo se podía hablar de él en televisión", explica Shaida Hatem, una profesora de secundaria. "Mi hija Sarah solo ha podido estudiar sobre él en el colegio. No sabe nada de nadie más. Al único que no pudo borrar es a Omar el Mojtar", señala.
No lejos de Al Baida, entre la cordillera de las Montañas Verdes, que separan la costa cirenaica del desierto, un enorme puente se suspende sobre un valle profundo con el rojo de la tierra arcillosa mezclándose con árboles y plantas de vivos colores. En un hueco abierto en la pared frente al puente ejecutaron a Omar el Mojtar. De rostro sereno y túnica blanca, este hombre lideró en 1912 la resistencia de los habitantes de la zona al control italiano. Estos lo capturaron y lo colgaron en 1931. Pero parece que su célebre máxima, "sobreviviré a mi verdugo", se ha cumplido.
No hay un solo libio que estos días no hable o recuerde algo de Mojtar. El símbolo de la lucha y la fortaleza de un pueblo que no quiere dar su brazo a torcer ante la tiranía. En la plaza de Al Baida una imagen del héroe nacional preside la plaza. También en Shahat o Bengasi, o en Tobruk, muy cerca de donde nació el carismático líder que fue inmortalizado por Anthony Quinn
en El león del desierto. Más que nadie, Mojtar representa la victoria y la unidad, igual que la nueva bandera (también de principios del siglo XX), o el viejo himno nacional, que ahora suena en las radios y los móviles. "Nuestra capital es Trípoli", afirman los hombres para subrayar que el este y el oeste están unidos en la lucha. "Somos uno". Un solo país y un solo destino.
Guerra de guerrillas en la frontera
Las tropas de Gadafi y los rebeldes juegan al gato y al ratón en el desierto
Muamar el Gadafi tiene controladas las fronteras occidentales de Libia. Además del puesto de Ras el Ajdir, muy cerca de la costa, las tropas del dictador han recuperado posiciones más al sur, concretamente en el paso de Dehibat. Un grupo de soldados controlaba ayer el acceso, en pleno desierto, rodeado de unas pequeñas elevaciones sobre el terreno con la cumbre aplastada, que se conocen como los montes de Ramda. Ondeaba en el puesto la bandera verde de los partidarios de Gadafi y un gran cartel con la imagen del líder.
Más que una guerra, la situación en el lado libio se parece más al juego del gato y el ratón, según se desprende de los testimonios de un reducido grupo de periodistas que consiguió entrar por el paso hace tres días, cuando la carretera no estaba tomada. Los militares afines a Gadafi persiguen a los comités revolucionarios en las inmediaciones de una ciudad llamada Nalut, a 68 kilómetros de la frontera. Esa ciudad está tomada por las fuerzas rebeldes pero resulta difícil moverse cerca de ella. Armados con Kaláshnikov y ayudándose de unos prismáticos, los miembros de los comités revolucionarios rastrean las rutas libres que dejan las fuerzas leales al dictador y aprovechan los recovecos de un terreno inhóspito y ocre de casas incrustadas en las montañas muy similar al del planeta Tatooine de La guerra de las galaxias. De hecho, no muy lejos de la frontera, a unos 125 kilómetros, se encuentra la ciudad tunecina, Tataouine, que dio origen al planeta de ficción y donde se rodaron muchas escenas de la saga.
Como los moradores de las arenas que salían en aquella película, los rebeldes se desplazan lentamente por el terreno. "Es muy difícil moverse entre las ciudades, muy peligroso", dijo ayer en la frontera un fotógrafo del grupo de periodistas que conseguió entrar y logró salir evitando el paso tras dos días estancado en Nalut. "La gente tiene mucho miedo a salir para abastecerse y procura no moverse de las casas por temor a encontrarse con una patrulla".
Quienes sí están haciendo acopio de provisiones son los soldados de Gadafi. Varios testimonios de tunecinos de la zona describieron cómo un avión libio se adentró el martes en territorio tunecino y cuándo aterrizó en territorio libio y descargó una gran cantidad de víveres. Según estos testimonios, una camioneta de los militares se acercó después y se llevó la carga hacia el interior.
La situación allí es un buen ejemplo de lo que está pasando en el oeste del país. Las tropas del coronel Gadafi han perdido algunas ciudades vitales como Zauiya, a 50 kilómetros de Trípoli por la carretera de la costa. Sus fuerzas han lanzado ataques a esos lugares pero los rebeldes han conseguido repelerlos. Pese a esa debilidad, Gadafi no ha perdido el control de los caminos. Cerca de Zuara, la primera ciudad importante con la que uno se topa en el camino a Trípoli, hay una base militar que se mantiene leal al dictador y que corta cualquier posibilidad de acercarse a las ciudades por esa carretera desde Ras el Ajdir.
En ese último punto, el paso fronterizo principal hacia Libia, se amontonan desde hace unos días los miles de refugiados que huyen de la guerra en el país. Todos cuentan historias similares: que les sacaron del trabajo y les pegaron, que les quitaron los móviles para impedir que hicieran fotos y que les obligaron a dar un rodeo en su éxodo para evitar las ciudades que los rebeldes habían tomado.
La llegada de las ONG y organismos internacionales para atender a los refugiados ha mejorado un poco las cosas en Ras el Ajdir y la sensación es que el ritmo de llegada no es tan intenso como el de hace dos días, cuando 20.000 personas colapsaban la frontera. La respuesta médica al problema está cubierta y todos los esfuerzos se concentran ahora en el traslado de los refugiados en barco o por avión a sus países de origen.
Organizaciones como Médicos sin Fronteras están ya en el terreno para atenderles. Ivan Gawton, uno de los coordinadores de la ONG, señaló que su principal objetivo es entrar en Libia. "Tenemos contacto con los médicos de allí y nos dicen que hay muchas casos de emergencia. Tenemos un equipo de cirujanos y material quirúrgico y queremos entrar, pero las autoridades libias nos bloquean el paso", explicó.
Fuente Diario "EL PAÍS"
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