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miércoles, 9 de marzo de 2011

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-LIBIA, GADAFI A LA VEZ QUE GOLPEA,....QUIERE NEGOCIAR






Los combates entre tropas de Gadafi e insurgentes se recrudecen en todos los frentes

Los rebeldes se retiran del centro de Zauiya, su principal bastión al oeste, y afirman recuperarlo horas después.- El asedio al enclave obliga a cerrar una importante refinería.- Al este, el régimen lanza una ofensiva pare recuperar el control de Ras Lanuf, donde el ataque a unas instalaciones petroleras provoca una inmensa columna de humo

El conflicto se recrudece en Libia mientras el régimen de Gadafi intensifica sus acciones en el campo de batalla y en los despachos. En lo militar, los combates apenas se han desplazado de las poblaciones en que se venían produciendo en los últimos días, tanto en el frente oriental como en el occidental. Sin embargo, la nueva intensidad en la batalla ha llevado a la aviación del dictador a bombardear una refinería en Ras Lanuf (este) mientras la artillería atacaba con tal violencia Zauiya (oeste) que por primera vez logró, al menos por unas horas, que los rebeldes se retiraran del centro de la ciudad. En lo diplomático, Gadafi ha enviado emisarios a varias ciudades, y sobre todo a Bruselas, consciente de que lo que se decida en la capital europea, donde se celebran desde mañana dos importantes reuniones de la OTAN y la Unión Europea para tratar una posible intervención internacional en Libia, puede ser decisivo para el desenlace de la guerra.

El castigo del Ejército libio sobre la ciudad estratégica de Zauiya, a 50 kilómetros al oeste de Trípoli, ha obtenido al menos momentáneamente sus frutos. Tras una jornada de nuevos bombardeos contra los rebeldes atrincherados en su interior, estos se han visto obligados a retirarse, aunque horas después han reivindicado de nuevo el control del área."Nos hemos replegado y ellos han llegado al centro de la plaza, pero les atacaremos de nuevo y la recuperaremos", aseguraba un combatiente rebelde a Reuters. Horas después, informaba de que los anti-Gadafi habían logrado su objetivo. Un médico contactado por la misma agencia ha situado el balance de víctimas por los enfrentamientos de las últimas horas en al menos 40 muertos.

Los combates en la zona también han obligado a cerrar, esta mañana, una de las más importantes refinerías del país, según fuentes del complejo petrolero citadas por Reuters. "Armamento pesado ha sido disparado en las proximidades y no podemos continuar trabajando en las actuales circunstancias", ha dicho un responsable. La refinería de Zauiya es el principal proveedor de gasolina para los coches en Libia, y puede producir hasta 120.000 barriles al día. La planta ha estado operando estas últimas dos semanas al 70% de su capacidad. El presidente de la Corporción Nacional de Petróleo ha asegurado al final del día que, debido a la situación que atraviesa el país, la producción de petróleo se ha reducido en más de la mitad desde el pasado 15 de febrero, de 1,6 millones a 500.000 barriles diarios.

Los tanques de Gadafi se han ido acercando cada vez más a la plaza principal de la ciudad y bastión de los rebeldes en la parte occidental del país, mientras francotiradores del régimen disparaban desde las azoteas, según el relato de combatientes y testigos. Estos aseguran que entre las ruinas de muchos edificios destruidos por la artillería se amontonan los cadáveres. Las calles de esta ciudad de casi 300.00 habitantes se han quedado desiertas durante horas. "Podemos ver los tanques. Están en todas partes", contaba a Reuters Ibrahim, un miliciano insurgente. El guerrillero aseguraba que las fuerzas leales al dictador tenían ya el control de la principal carretera de acceso a la ciudad y de los barrios de la periferia.

La situación ahora mismo es confusa. Tras confirmar su retirada, los rebeldes han asegurado luego que habían reconquistado la plaza central de Zauiya, información a la que no ha reaccionado el Gobierno de Gadafi. Mientras, el régimen ha aprovechado para sacar pecho y anotarse una victoria. En la misma información, se ha asegurado que la ciudad, prácticamente la única del oeste que se unió impetuosamente a las protestas anti-Gadafi, vivía una "enorme manifestación" protagonizada por los partidarios del dictador y mostraba imágenes, supuestamente obtenidas allí, con varios centenares de personas coreando consignas prorrégimen.

Ataque contra una refinería del este

Los enfrentamientos al este del país han tenido hoy su principal escenario en la localidad de As Sidr, al oeste de Ras Lanuf, donde los aviones del dictador han bombardeado posiciones rebeldes próximas a la refinería con el objetivo de hacerse de nuevo con el control de área, que perdieron a finales de la pasada semana.

Los rebeldes han contestado con el lanzamiento de varios cohetes pero se han replegado a las afueras de la ciudad con la intención de volver a ella más adelante. Una densa columna de humo negro se ha levantado en los alrededores de la instalación petrolera, según han mostrado las imágenes de Al Yazira. La cadena catarí asegura que se debe a un bombardeo de la aviación fiel a Gadafi contra las instalaciones petroleras, aunque el régimen, en un nuevo intento de sembrar la confusión, ha asegurado a través de la televisión estatal que se trata de un atentado de Al Qaeda.

Además, varios ataques aéreos han sacudido también Ras Lanuf, a 650 kilómetros de Trípoli, una zona desértica crucial por sus instalaciones petrolíferas, según testigos citados por Reuters.

Gadafi siembra el desconcierto en la oposición

Muamar el Gadafi, aislado ante el mundo y acorralado en Trípoli, aunque aún fuerte en el combate contra los rebeldes libios, propuso ayer a los insurrectos abandonar el poder a cambio de una fuga honrosa con su botín a cuestas. Muy probablemente conocía que la respuesta de los sublevados sería negativa. Pero sí consiguió el dictador dividir al Consejo Nacional, el Gobierno de facto de los alzados en la oriental Cirenaica. Mientras su presidente, Mustafá Abdelyalil, ofrecía 72 horas a Gadafi para que abandone el poder con la promesa de que no sería perseguido por sus crímenes, el portavoz, Abdelhafiz Ghoga, se apresuró a rechazar todo compromiso. Primero debe renunciar. Después, ya se verá.

El líder que dirige el país magrebí desde 1969 llamó al diálogo nacional el lunes por la noche, y en la madrugada de ayer lanzó su propuesta. Un dirigente del Consejo lo confirmó. Y Ghoga tuvo que apresurarse. Cogió un micrófono, se asomó a una ventana en el edificio de los juzgados, y se digirió a los congregados en la plaza de Mahkama. "¿Quién va a permitir a Gadafi una salida segura?", clamó Ghoga, que abandonó la habitación enojado tras dirigirse a los enfurecidos vecinos que soportaban la lluvia. Poco después, Abdelyalil declaraba que el dictador tenía tres días de plazo para escapar. Y Ghoga compareció de nuevo por la tarde para desmentirlo todo. Desmantelado el Estado en Bengasi -los edificios oficiales, pintadas sus cornisas con el verde revolucionario de Gadafi, fueron incendiados o arrasados-, los nacientes organismos rebeldes demuestran tanta voluntad como inexperiencia.

La disyuntiva era: ¿vale la pena librarse del autócrata a costa de su impunidad en Libia? La disensión en el Consejo resulta evidente. Como es patente que la gran mayoría de los bengasíes, que han sufrido una represión atroz durante décadas, no permitirían semejante componenda. Aunque esa impunidad nunca sería completa, porque el expediente de Gadafi ya se halla en la Corte Penal Internacional.

Para cuadrar el círculo del desconcierto, tanto el Consejo como el Gobierno de Gadafi negaban finalmente que hubiera habido iniciativa alguna de ningún bando. Gadafi tiene que saber que el tiempo corre en su contra, por mucho que intente confundir con el ofrecimiento a la Unión Europea para que envíe a Libia una delegación para investigar las violaciones de los derechos humanos.

Los Awacs de la OTAN vigilan el cielo libio para recabar información militar y Reino Unido y Francia promueven en Naciones Unidas el establecimiento de la zona de exclusión aérea, iniciativa a la que se han sumado los países del golfo Pérsico y la Organización de la Conferencia Islámica, algo fundamental porque la petición de los emiratos y Arabia Saudí otorga legitimidad a una intervención extranjera en el Estado árabe, una cuestión siempre delicadísima. Y la UE ha decidido congelar los fondos invertidos por el Ejecutivo libio en Europa, una gran porción de los 50.000 millones de euros que Gadafi atesora en el extranjero.

Gadafi intenta desplegar sus habilidades en todos los terrenos, y arrecia en su campaña de propaganda cuando ya han pasado seis días sin que la conexión a Internet sea posible, salvo que se disponga de enlace vía satélite. El tirano sigue empeñado en infundir miedo a la población -y a las potencias occidentales- con la idea de que partidarios drogados de Al Qaeda encabezan la rebelión, con la división del país, con la supuesta conquista de ciudades en Cirenaica que se revelan falsas, con supuestos contubernios occidentales para esquilmar los recursos petroleros, que en todo caso ya se destinan a Europa. El Consejo Nacional reacciona a algunas de estas diatribas. A veces con acierto.

La expulsión inmediata, días atrás, de la clandestina delegación británica resta bazas a Gadafi, siempre atento a explotar los sentimientos anticolonialistas de los libios. "Pueden venir cuando lo deseen, pero deben hacerlo coordinándose con nosotros", declaró a este diario un portavoz del Consejo, que desea ser reconocido formalmente como la autoridad legal del país.

El ministro de Exteriores de Gadafi, Musa Kusa, no obstante, insiste: Estados Unidos quiere dividir a Libia. Los imanes insisten en sus sermones semanales en el lema que cantan los rebeldes: "Trípoli es nuestra capital para siempre". La unidad del país es sagrada.


Contra Gadafi, guerra justa


Egipto no es Túnez. Libia no es Egipto. Muy bien. Ya lo sabemos. Y podemos seguir hasta el infinito el ejercicio ubuesco. Pero entonces digamos también y sobre todo, que Gadafi no es Sadam Husein. Tiranos los dos, el trato que han merecido por parte de la comunidad internacional es bien distinto. Contra Sadam se hizo una guerra ilegal e injusta. Contra Gadafi hay ahora en marcha una guerra justísima, que es la que esta librando el pueblo libio por sus libertades, mientras quienes han sido amigos y socios empresariales del dictador hasta última hora observan horrorizados pero desde la barrera lo que esta haciendo su antiguo aliado. No a la guerra de Bush, claro está. No a la guerra de Gadafi contra su pueblo, por supuesto. Pero un sí rotundo y toda la ayuda a la guerra del pueblo libio contra el dictador que lo oprime.
Sadam era un apestado cuando George Bush desencadenó la guerra preventiva para derrocarle. Dos amplias regiones de su país, por encima del paralelo 36 por el norte y por debajo del 33 por el sur, eran zonas de exclusión de vuelos. Los inspectores de Naciones Unidas se metían en todo tipo de instalaciones en búsqueda de unas armas de destrucción masiva que nunca aparecieron y que muchos en aquel momento consideraban ya una fabricación de los servicios secretos occidentales. Sus vínculos comerciales y económicos con el exterior eran muy débiles y su ejército se hallaba todavía en pésimo estado debido a su derrota en la primera Guerra del Golfo más de diez años antes.

Gadafi es todo lo contrario. Nadie le sometía a marcaje alguno desde que se convirtió en un dictador sumiso y obediente a los designios de Washington. A cambio de su honorable reintegración en el Eje del Bien había renunciado a su programa nuclear: algo que, por cierto, ahora en el momento de bunkerizarse debe echar de menos, y constituye el único mérito de Bush en todo este mal negocio. Mantenía unas estrechas relaciones con mandatarios de todo el mundo y sus intereses económicos se extendían como un pulpo desde Estados Unidos hasta Europa. Su extensa familia y su entorno político se hallan colocados en numerosos consejos de administración y tiene lazos estrechos con medios de negocios de todo el mundo, especialmente italianos y británicos.

Nada tienen que ver las figuras de los dos dictadores, y menos tienen que ver todavía las circunstancias exteriores. A Sadam no le derrocó su pueblo, sino Estados Unidos, en una guerra preventiva que hizo millares de víctimas entre la población civil inocente y que fue concebida y ejecutada como una guerra de conquista por el petróleo y por la superioridad estratégica de EE UU en la zona. La democratización de Irak fue un argumento de uso posterior, ante la inexistencia de las armas de destrucción masiva, la catástrofe de la guerra y la división provocada en la comunidad internacional. Iba dirigido a persuadir a la opinión pública más progresista, que había propugnado la obligación de proteger como principio del derecho internacional, después de los desastres de los Balcanes y de Ruanda.

A Gadafi está intentando derrocarle su pueblo. Con las manos desnudas. Sin más armas que las que pueden apresar al ejército y hasta ahora sin ayuda internacional alguna. Al contrario, hay suficientes datos para sospechar que el déspota tiene todavía canales de auxilio financiero e incluso político en las capitales occidentales. Hay ya numerosas víctimas civiles, fruto de la represión de las manifestaciones primero y ahora de la guerra civil desigual que ha desencadenado. Una intervención internacional, del tipo que fuere, no sería en ningún caso una guerra preventiva, sino un caso evidente de la obligación de proteger consagrada por Naciones Unidas. Formalmente requiere una resolución del Consejo de Seguridad, pero la legitimidad moral de una intervención, al contrario de la guerra de Irak, es absoluta.

Una acción militar o un simple apoyo logístico para ayudar a los insurgentes y terminar con la dictadura respondería plenamente a la casuística del derecho internacional sobre la justicia de un acto de guerra: 1.- serviría a una causa justa; 2.- con una intención recta; 3.- siempre como último recurso; 4.- contaría con posibilidades de éxito; 5.- se podría hacer con proporcionalidad de medios y de violencia para terminar con el mal mayor; 6.- y sólo faltaría un punto, como sería la cobertura de una autoridad legítima para que reuniera todas las condiciones. El ideal de legitimidad sería una resolución del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, que requiere el voto o la abstención de Rusia y China, dos países normalmente opuestos al derecho de injerencia. Apenas alguna de estas condiciones se cumplían en Irak. Todas, incluida la última, se cumplen o se pueden cumplir en Libia.

Si no fuera posible una resolución de Naciones Unidas, valdría también para legitimar algún tipo de acción de apoyo a los insurgentes que estos se constituyeran en un gobierno provisional, rápidamente reconocido internacionalmente y que éste solicitara la ayuda imprescindible para terminar con Gadafi. La acción internacional podría ser muy ligera y muy eficaz: bastaría con declarar Libia zona de prohibición de sobrevuelos, de forma que la aviación no pudiera bombardearles; garantizar el suministro de armas para hacer frente a Gadafi; y proporcionar algo de instrucción militar. Derrocar al tirano deberá ser al final tarea de los propios libios.

No hay mayor cinismo que pretender legitimar la guerra inmoral de Irak con los argumentos de la que es la guerra más moral de nuestra historia reciente. Es incomprensible que quienes apoyaron entonces a Bush en su guerra preventiva sin atender a argumentos ni a pruebas sobre las armas de destrucción masiva estén ahora reticentes ante cualquier acción que pueda emprenderse para apoyar a quienes combaten al dictador. Como es incomprensible que quienes salían entonces con toda la razón del mundo a manifestarse contra una guerra injusta permanezcan callados e inhibidos ante la guerra injusta que Gadafi ha lanzado contra su pueblo a unos centenares de kilómetros de Europa.

Ni unos ni otros tienen en cuenta que el 'no a la guerra' de entonces dirigido a Bush vale también como un 'no a la guerra' dirigido a Gadafi. El primero conducía a exigir la continuación de las inspecciones de Naciones Unidas en Irak y de las negociaciones con Sadam Husein, mientras que el segundo exige intervenir con urgencia para ayudar a los libios. Contra Gadafi, la guerra justa de los libios exige todo el apoyo de la comunidad internacional.

Lluis Bassets

Gadafi lanza una ofensiva diplomática dirigida a la OTAN y la UE

Portugal, miembro no permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, recibe a un emisario de Gadafi en las próximas horas.- Divergencias entre EE UU y Francia sobre cómo se debe llevar a cabo la zona de exclusión aérea.- El dictador libio asegura que el pueblo "se levantará en armas" si la comunidad internacional adopta la medida

Conforme gana fuerza la idea de una intervención internacional en Libia, y ante las decisivas reuniones de la Unión Europea y la OTAN celebrarán antes del fin de semana, el dictador libio, Muamar el Gadafi, ha decidido iniciar una ofensiva diplomática. Representantes del Gobierno libio llegarán en las próximas horas a Bruselas para encontrarse con autoridades de la Unión Europea y de la OTAN. Antes, uno de los emisarios del dictador será recibido en Portugal. "Parece que dos aviones del régimen libio [otras fuentes han señalado que es solo una aeronave] han partido de Libia hacia Bruselas para intentar un encuentro de emisarios de Gadafi con los representantes que tomarán parte en las cumbres de la Unión Europea y de la OTAN mañana y pasado", ha asegurado el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini. En esos dos días, los ministros de Defensa de la Alianza Atlántica van a mantener una reunión en Bruselas para hablar sobre Libia. El viernes, además, la situación del país árabe será el motivo de una sesión extraordinaria del Consejo Europeo que reunirá, también en la capital belga, a los jefes de Estado o Gobierno de los Veintisiete. La OTAN ha descartado reunirse con ellos, según fuentes próximas al secretario general, Anders Fogh Rasmussen, citadas por Europa Press.

Como el propio Frattini ha reconocido, es incierto el mensaje que los representantes libio enviarán a la comunidad internacional. Más claro parece, en cualquier caso, que Gadafi trata de impedir a toda costa la intervención extranjera en la guerra civil libia. La representación con destino a Bruselas no es la única que ha enviado hoy el régimen al extranjero. Uno de los emisarios que el líder libio ha enviado a varios países en una aparente misión diplomática viaja a Lisboa. Se trata del secretario libio de Estado de Asuntos Exteriores, Mohamed Siala, según confirmaron a El País fuentes diplomáticas. No han trascendido detalles de la misión, pero es más que probable que Siala se reúna con el jefe de la diplomacia portuguesa, Luis Amado. Portugal presidirá el comité de sanciones a Libia en el Consejo de Seguridad de la ONU, donde ocupa un asiento de miembro no permanente durante este año y el próximo, en una decisión que se votó el pasado 12 de octubre y que contó con el apoyo libio. La eurodiputada portuguesa Ana Gomes (socialista), relatora del Parlamento Europeo sobre Libia, ha declarado a este diario que "la única cosa que podría ofrecer Portugal a Gadafi es asilo temporal, para poner fin a un régimen masacrador y dictatorial. Las autoridades de Portugal han consultado con la alta representante de la UE, Catherine Ashton, antes de aceptar la visita, según fuentes próximas a la jefa de la diplomacia europea citadas por Efe.

Y otro avión ha aterrizado ya en El Cairo, la capital egipcia. A bordo iba un alto cargo del régimen de Gadafi con un mensaje para la junta militar que dirige Egipto desde que las revueltas populares depusieron al dictador Hosni Mubarak. El contenido de ese mensaje no ha trascendido de momento. Mientras, otro avión similar ha aterrizado esta tarde en Malta. Se trataría del mismo avión que ha puesto luego rumbo a Portugal, de acuerdo con las autoridades maltesas, que han confirmado una reunión con los representantes de Gadafi pero no han desvelado nada sobre su contenido.

Otra reunión que se ha confirmado es la que mantendrán mañana en París el presidente francés, Nicolas Sarkozy, con dos emisarios del Consejo Nacional Libio que han creado los opositores a Gadafi. Francia ha reconocido al Ejecutivo de facto instalado en la segunda ciudad libia, Bengasi, como representante legítimo del país norteafricano. Representantes del Consejo Nacional Libio estarán también en Bruselas ante las cumbres de los próximos días, aunque la ministra española de Exteriores, Trinidad Jiménez, ha asegurado que no hay prevista ninguna reunión "formal" con ellos.

EE UU pide respaldo de la ONU para intervenir

Horas antes, la secretaria de Estado de Estados Unidos, Hillary Clinton, ha dejado claro este miércoles que el establecimiento de una zona de exclusión aérea en Libia para frenar los bombardeos de Muamar el Gadafi contra la población sublevada tendrá que contar con el respaldo de Naciones Unidas y ser una decisión multilateral que implique a más países que Estados Unidos.

"Queremos que la comunidad internacional la respalde (la zona de exclusión aérea)", ha dicho Clinton en declaraciones a Sky News. "Es muy importante que no se trate únicamente de una iniciativa estadounidense, porque esta petición llega del pueblo de Libia, no de fuera; esto no viene de las potencias occidentales o de ningún país del Golfo", ha insistido en un intento de espantar cualquier acusación de injerencia en asuntos internos libios. "Pedimos que el coronel Gadafi abandonde", ha añadido. "Cuando un líder se vuelve contra su pueblo, esto implica su final".

Sin embargo, en la víspera de la reunión de la OTAN, han surgido algunas divergencias entre París y Washington sobre cómo llevar a cabo la operación. Según un alto responsable estadounidense citado por France Presse, EE UU considera que, una vez Naciones Unidas la apruebe, la Alianza Atlántica es la "elección natural" para la misión de convertir el espacio aéreo libio en una zona libre de vuelos. Por contra, el ministro de Exteriores francés, Alain Juppé, ha dicho que "la OTAN no es la organización adecuada". París cree que una intervención de la Alianza no beneficiaría a su imagen en el mundo árabe, que la percibe como una organización agresiva, especialmente tras la guerra de Irak en 2003.

Por su parte, Gadafi ha asegurado hoy que la imposición de un corredor aéreo hará que el pueblo libio "se levante en armas" contra Occidente. En una entrevista con la televisión turca, el líder libio ha dicho que los países occidentales buscan con esa medida hacerse con el petróleo de su país. "El pueblo libio sabrá la verdad, que lo que realmente quieren es robar su petróleo", ha explicado.

París y Londres ultiman la resolución

Francia y Reino Unido ultiman un borrador de resolución que presentarán al Consejo de Seguridad y que contempla la creación de dicho espacio sobre territorio libio. Rusia y China, con derecho a veto en el máximo órgano de seguridad de la ONU, ya han advertido de que se opondrán a cualquier intervención unilateral en el país magebrí y han reclamado una salida negociada a la actual situación.

La imposición del pasillo aéreo es técnicamente viable pero requerirá, según expertos militares consultados por este periódico, un importante despliegue militar en la zona y posiblemente un ataque previo selectivo para anular las defensas de Gadafi. La iniciativa ha contado en las últimas horas con el respaldo de los países del golfo Pérsico y la Organización de la Conferencia Islámica, algo fundamental porque la petición de los emiratos y Arabia Saudí otorga legitimidad a una intervención extranjera en el Estado árabe, una cuestión siempre delicadísima.

El presidente estadounidense, Barack Obama, y el primer ministro británico David Cameron coincidieron ayer en que el "objetivo común" era acabar con la violencia y forzar la salida de Gadafi, según explicó en un comunicado la Casa Blanca. En una conversación por teléfono, ambos líderes "acordaron continuar valorando, también en el contexto de la OTAN, el abanico de posibles respuestas, incluidas la vigilancia, la asistencia humanitaria, el refuerzo del embargo de armas y la zona de exclusión aérea".

Operación humanitaria de EE UU y la UE

En paralelo a estos esfuerzos, Estados Unidos y sus aliados europeos están considerando el uso de fuerzas navales para hacer llegar ayuda humanitaria a la población libia y para bloquear la llegada de nuevo armamento al régimen de Gadafi, según fuentes estadounidenses y europeas consultadas por The Washington Post.

Mandos militares de la OTAN ha comenzado a contactar con los Gobiernos sobre un abanico de posibles acciones para frenar la guerra civil en el país magrebí que serán presentados a los ministros de Defensa que se reunirán este próximo jueves en Bruselas.

La Administración de Obama, la OTAN y otras organizaciones internacionales coinciden en la necesidad de que una acción militar en Libia requiere del consenso y respaldo internacional. Pero las dificultades para contar pronto con una resolución de Naciones Unidas que autorice el uso de la fuerza, obligan a aquellos países a favor de una intervención -EE UU, Reino Unido, Francia e Italia- a valorar otros posibles escenarios, según informa el diario estadounidense citando fuente oficiales de esos Gobiernos. Estas mismas fuentes aseguran que el respaldo podría llegar de bloques regionales, y recuerdan en este sentido que los bombardeos de la OTAN sobre Yugoslavia en 1999 no contaron con el beneplácito de Naciones Unidas. "Si tienes el respaldo de la Liga Árabe, de la Unión Africana, de la OTAN y potencialmente de la UE, tienes de tu lado todos los países a menos de 8.000 kilómetros de Libia", explica una fuente de la Alianza Atlántica. "Eso te da un cierto nivel de legitimidad".

Complot occidental

Entretanto, el líder libio, un superviviente nato que juega el despiste con la oposición con la intención de dividirla, ha vuelto a lanzar un discurso desafiante en la televisión libia en el que ha acusado de traidores a los líderes rebeldes. Desde una habitación rodeada de fieles jaleándole, Gadafi ha insistido en que las revueltas están protagonizadas por jóvenes drogados por Al Qaeda y que elementos extranjeros participan en la sublevación. Se trata, en opinión del presidente libio, de un complot para colonizar Libia, como demuestran las úlitmas detenciones de "varios extranjeros".

"Ayer, las fuerzas de seguridad recuperaron el control de una mezquita y encontraron en su interior armas y alcohol. Había afganos, egipcios y algunos argelinos, que buscan engañar a nuestros jóvenes", ha dicho Gadafi, que ha añadido que "fuerzas extranjeras" estaban reclutando a jovenes en ciudades como Zentain, Az Zawiyah y Bengasi, todas ellas bajo control de los sublevados.

El discurso de Gadafi tuvo lugar horas después de que los líderes rebeldes lanzaran un ultimátum de 72 horas para que abandonara el poder. "Si abandona Libia inmediatamente, durante 72 horas, y frena los bombardeos, nosotros como libios dejaremos de perseguirle por sus crímenes", dijo Mustafa Abdel Jalil, líder del Consejo Nacional, una suerte de Gobierno de transición en la Libia liberada.

Fuente Diario "EL PAÍS"


Portugal recibe a los emisarios de Gadafi en nombre de la UE


Un emisario del régimen de Muamar Gadafi ha sido recibido hoy por el ministro de Exteriores de Portugal, Luis Amado. El emisario, que viajó a Lisboa tras una breve escala en Malta -donde se reunió con miembros del Gobierno de La Valetta-, se reunió con Amado después que éste recibiera el visto bueno y apoyo de la jefa de la diplomacia de la Unión Europea, Catherine Ashton.

Aunque inicialmente hubo confusión acerca del interés del emisario libio en reunirse con el político luso, luego se dio a entender que el representante de Gadafi había acudido a Lisboa para entablar conversaciones con Portugal en función de la posición del país como presidente del Comité de sanciones de la ONU al país norteafricano.

El ministerio informó en un comunicado oficial que la entrevista con el emisario, al que no identificó, estaba orientada a recabar informaciones sobre la situación que vive Libia.
Delegación rumbo a Bruselas

Emisarios del régimen del coronel Gadafi tambien vuelan hacia Bruselas para reunirse con representantes de la Unión Europea y la OTAN, según ha revelado el ministro de Exteriores italiano, Franco Frattini, el miércoles.

Frattini ha desvelado la existencia del viaje de la delegación libia durante una reunión de una comisión parlamentaria en Roma, donde también ha mencionado que representantes del dictador libio se han dirigido a El Cairo, donde intentan reunirse con las autoridades egipcias.

"Dos aviones que pertenecen al régimen libio se dirigen a Bruselas, con la intención de facilitar una reunión entre emisarios de Gadafi y diplomáticos de la UE y la OTAN" el jueves y el viernes, ha declarado el ministro.

Frattini señala que las visitas a El Cairo y Bruselas sugieren que la situación que vive el régimen es "fluida" y pidió que no se tomaran acciones "prematuras".

"No se que se hablará en El Cairo, ni tampoco quién se reunirá en Bruselas, pero estos movimientos son muy significativos".

Fuente Diario "EL MUNDO"

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