Un doble atentado en Damasco deja varios policías y civiles muertos
Los dos coches bomba estaban situados frente a dos edificios de la seguridad del Estado
Día 17/03/2012 - 10.57h
Dos edificios de la seguridad del Estado sirio han sido los objetivos del doble atentado que sacudió hoy Damasco, causando la muerte de un número indeterminado de civiles y policías, según testigos y medios oficiales.
La agencia oficial de noticias SANA había informado de que dos coches bomba explotaron hoy en Damasco, en acciones calificadas de «terroristas» por el medio estatal, dos días después de cumplirse un año del inicio de la rebelión contra el régimen de Bachar al Asad.
Entre las víctimas mortales hay civiles y miembros de seguridad, según confirmó la televisión siria, que mostró imágenes de cadáveres carbonizados y de numerosos destrozos materiales, además de grandes columnas de humo en el lugar de los atentados.
El primero de los ataques tuvo como objetivo la sede de la Inteligencia aérea, ubicado en el norte de la capital siria, mientras que un segundo estallido se escuchó alrededor de las 7.40 hora local (5.40 GMT) en un edificio de la Seguridad Criminal, en el oeste de la ciudad.
Damasco volvió a ser escenario de atentados, a pesar de que se ha mantenido relativamente tranquilo desde que estallara la rebelión contra Al Asad en marzo del año pasado.
En diciembre pasado, al menos 40 personas murieron en la capital en dos ataques suicidas con coche bomba que estallaron de manera casi simultánea en las inmediaciones de dos edificios de la Seguridad Central, en un ataque que las autoridades atribuyeron a la organización terrorista Al Qaeda.
El pasado 6 de enero, un ataque suicida mató a una veintena de personas en la capital en Damasco, mientras que cuatro días después 28 personas perdieron la vida en un doble atentado en Alepo, otra de las ciudades que se mantienen relativamente al margen de la revuelta.
Las explosiones de hoy se producen después de que el enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe para Siria, Kofi Annan, declarase ayer su intención de enviar en los próximos días una misión técnica a Siria para continuar las conversaciones con las partes enfrentadas y hallar una solución a la crisis.
Desde que comenzaron las protestas en marzo de 2011, más de 8.000 personas han muerto por la represión gubernamental en Siria, según la ONU, si bien el régimen responsabiliza de la violencia a supuestos grupos terroristas.
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Doble atentado terrorista contra edificios de seguridad en Damasco
La televisión estatal ha informado de la muerte de varios civiles y miembros de las fuerzas del orden al estallar dos coches bomba
![](http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2012/03/17/actualidad/1331966884_946870_1331977419_noticia_normal.jpg)
Foto de la agencia SANA de un edificio destrozado por el atentado. / AFP
Dos edificios de las fuerzas de seguridad en Damasco han sido objetivos hoy de sendos atentados con coches bomba. La televisión estatal siria ha informado de los ataques terroristas precisando que hay varios muertos entre civiles y miembros de las fuerzas de seguridad. Las explosiones se han producido junto a un complejo de los servicios de inteligencia y un edificio de la policía.
Según las primeras pesquisas de las que ha dado cuenta la televisión estatal, las explosiones han sido causadas por dos coches bomba. Uno de ellos estaba colocado frente a un complejo usado por los servicios de inteligencia del régimen del presidente, Bachar El Asad, mientras el otro ha estallado junto a una comisaría.
Desde que, hace ahora un año, estallara una revuelta contra la dictadura de El Asad, no es la primera vez que las fuerzas del orden del régimen sufren atentados terroristas. Decenas de personas murieron el pasado 23 de diciembre en un atentado contra dos edificios de la inteligencia siria, mientras que en enero, una explosión junto a varias furgonetas policiales mató al menos a 26 personas. Más de 8.000 personas han muerto en Siria desde que estalló la revuelta contra el régimen de El Asad, según cifras de la ONU.
El ex secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, que ha viajado esta semana al país para entrevistarse con las autoridades, incluyendo el presidente, ha informado al Consejo de Seguridad de la respuesta negativa del Gobierno sirio a sus iniciativas de paz y llamó a las potencias internacionales a dejar a un lado sus diferencias y ocuparse en serio del conflicto sirio. Rusia y China se han opuesto reiteradamente a las iniciativas occidentales y de los países árabes contra El Asad.
Por su parte, Turquía, que comparte frontera con Siria, propuso ayer la idea de crear una zona de seguridad dentro de Siria para proteger a los refugiados, que llegan por centenares a su territorio huyendo de la guerra y de la represión del régimen
Según las primeras pesquisas de las que ha dado cuenta la televisión estatal, las explosiones han sido causadas por dos coches bomba. Uno de ellos estaba colocado frente a un complejo usado por los servicios de inteligencia del régimen del presidente, Bachar El Asad, mientras el otro ha estallado junto a una comisaría.
Desde que, hace ahora un año, estallara una revuelta contra la dictadura de El Asad, no es la primera vez que las fuerzas del orden del régimen sufren atentados terroristas. Decenas de personas murieron el pasado 23 de diciembre en un atentado contra dos edificios de la inteligencia siria, mientras que en enero, una explosión junto a varias furgonetas policiales mató al menos a 26 personas. Más de 8.000 personas han muerto en Siria desde que estalló la revuelta contra el régimen de El Asad, según cifras de la ONU.
El ex secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, que ha viajado esta semana al país para entrevistarse con las autoridades, incluyendo el presidente, ha informado al Consejo de Seguridad de la respuesta negativa del Gobierno sirio a sus iniciativas de paz y llamó a las potencias internacionales a dejar a un lado sus diferencias y ocuparse en serio del conflicto sirio. Rusia y China se han opuesto reiteradamente a las iniciativas occidentales y de los países árabes contra El Asad.
Por su parte, Turquía, que comparte frontera con Siria, propuso ayer la idea de crear una zona de seguridad dentro de Siria para proteger a los refugiados, que llegan por centenares a su territorio huyendo de la guerra y de la represión del régimen
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MUNDO | Según ha informado la televisión oficial
Dos explosiones sacuden Damasco
![Escenario de uno de los atentados de Damasco | Foto cedida a Efe por la agencia oficial siria SANA Escenario de uno de los atentados de Damasco | Foto cedida a Efe por la agencia oficial siria SANA](http://estaticos01.cache.el-mundo.net/elmundo/imagenes/2012/03/17/internacional/1331965668_0.jpg)
Dos edificios de la seguridad del Estado sirio han sido los objetivos del doble atentado que ha sacudido esta mañana Damasco, causando la muerte de un número indeterminado de civiles y policías, según testigos y medios oficiales. Las acciones han sido calificadas de "terroristas" por el medio estatal.
Entre las víctimas mortales hay civiles y miembros de seguridad, según confirmó la televisión siria, que mostró imágenes de cadáveres carbonizados y de numerosos destrozos materiales, además de grandes columnas de humo en el lugar de los atentados.
El primero de los ataques tuvo como objetivo la sede de la Inteligencia aérea, ubicado en el norte de la capital siria, mientras que un segundo estallido se escuchó alrededor de las 7.40 hora local (6.40 hora peninsular española) en un edificio de la Seguridad Criminal, en el oeste de la ciudad.
"Mi familia está bien, pero las ventanas de mi casa han quedado totalmente destruidas. La explosión ha sido terrible", relató una mujer que vivía en la plaza Tahrir (liberación), cerca del complejo de seguridad situado en el norte.
Damasco volvió a ser escenario de atentados, a pesar de que se ha mantenido relativamente tranquilo desde que estallara la rebelión contra el presidente sirio, Bachar al Asad, en marzo del año pasado.
En diciembre pasado, al menos 40 personas murieron en la capital en dos ataques suicidas con coche bomba que estallaron de manera casi simultánea en las inmediaciones de dos edificios de la Seguridad Central, en un ataque que las autoridades atribuyeron a la organización terrorista Al Qaeda.
Entre las víctimas mortales hay civiles y miembros de seguridad, según confirmó la televisión siria, que mostró imágenes de cadáveres carbonizados y de numerosos destrozos materiales, además de grandes columnas de humo en el lugar de los atentados.
El primero de los ataques tuvo como objetivo la sede de la Inteligencia aérea, ubicado en el norte de la capital siria, mientras que un segundo estallido se escuchó alrededor de las 7.40 hora local (6.40 hora peninsular española) en un edificio de la Seguridad Criminal, en el oeste de la ciudad.
"Mi familia está bien, pero las ventanas de mi casa han quedado totalmente destruidas. La explosión ha sido terrible", relató una mujer que vivía en la plaza Tahrir (liberación), cerca del complejo de seguridad situado en el norte.
Damasco volvió a ser escenario de atentados, a pesar de que se ha mantenido relativamente tranquilo desde que estallara la rebelión contra el presidente sirio, Bachar al Asad, en marzo del año pasado.
En diciembre pasado, al menos 40 personas murieron en la capital en dos ataques suicidas con coche bomba que estallaron de manera casi simultánea en las inmediaciones de dos edificios de la Seguridad Central, en un ataque que las autoridades atribuyeron a la organización terrorista Al Qaeda.
230.000 personas han tenido que dejar sus hogares
Sami y Ahmed, retrato del drama de los refugiados sirios
![](http://estaticos.elmundo.es/albumes/2012/03/16/drama_refugiados_sirios/1331891630_extras_albumes_1.jpg)
Batoul, en un coche que huye de Siria rumbo al Líbano.| Alessio Romenzi / Save The Children
Sami tiene 40 años y llegó a la localidad libanesa de Baalbek procedente del ya trágicamente famoso barrio de Bab Amro, en Homs. Desde hace dos semanas se encuentra refugiado en casa de unos conocidos de su hermano.
ACNUR calcula que unos 11.000 sirios han huido al Líbano, a pesar de que el ejército ha minado la frontera para frenar este éxodo. La mayoría está asentada en el norte, algunos en viviendas de alquiler (los que menos) y la gran mayoría, en casas de familiares o refugios improvisados.
Como sus compatriotas, Sami vino a Baalbek, a unos 200 kilómetros al este de Beirut, huyendo del conflicto con su esposa y sus dos hijos: Fouad, de tan sólo un mes y Aya, de 2 años. "La vida aquí es muy difícil. No pudimos traer nada y ahora estamos viviendo con otra familia que también es muy pobre. Yo no trabajo y no sé cómo vamos a mantenernos", se lamenta.
Pero si su situación ahora es mala, antes era un verdadero infierno. "Bombardeaban a nuestro alrededor, las casas se derrumbaban y perdí la mía. '¡Papá, que nos van a matar!' decía Aya cada vez que oía un bombardeo. Se despertaba y empezaba a llorar y a gritar", cuenta Sami.
Desesperados, tomaron un coche en Homs que los llevó a Baalbek. "Estaba muy preocupado. Temía perder a mis hijos. Llevamos casado 15 años y estuvimos esperando este don durante mucho tiempo. Son todo lo que tenemos", explica.
Su viaje es un auténtico relato de terror. "Había francotiradores por todas partes y no teníamos comida ni agua. Muchas personas venían con nosotros, en su mayoría mujeres y niños. Los hombres se asustaron al cruzar la frontera ya que temían ser arrestados".
Según este sirio, "había más de 20 puestos de control antes de llegar a la frontera. Me pidieron incluso que le quitará la ropa a la bebé aunque estaba nevando. Hacía mucho frío y estuvo desnuda una media hora. El ejército sirio pensaba que estábamos escondiendo algo en sus pañales".
Muchos parientes de Sami continúan en Siria, pero se han trasladado a Alepo, en busca de seguridad. "No estaban dispuestos a venir a Líbano, es un país muy caro y no se lo pueden permitir", explica.
"Desde Homs hasta Baalbek, tuvimos que detenernos en cada punto de control. "Una vez que logré sacar a mi familia del Líbano, tuve que regresar a la frontera para dejar el coche, ya que era de alquiler", precisa.
Desde que llegó al Líbano, el hermano de Sami no trabaja y la familia con la que viven les proporciona comida y ropa, entre otras cosas. Mientras su hija mayor ejerce de madre con el pequeño Ali, que no suelta su botella de leche, este hombre, que regentaba una carnicería en Homs se desahoga: "Siento que he perdido todo lo que tenía, por lo que he trabajado toda mi vida. Esta situación es difícil para mí y para mi esposa. Estoy muy triste por no poder dar a mis hijos lo que necesitan. Cuando tienen hambre, no puedo comprar comida ... Me han contado que mi casa fue asaltada y la carnicería, destruida".
Ahmed y Mariam dejaron de ir a la escuela hace un año, cuando comenzó el conflicto en Hasibieh, el pueblo donde vivían, muy cerca de la frontera. Los maestros no iban a clase y tuvieron que quedarse en casa. Han perdido un curso.
La casa de su tío es ahora su hogar. En dos habitaciones, una cocina, un baño y un pequeño balcón se hacinan 15 personas. Unos duermen en la sala de estar, las mujeres y las niñas se quedan en el dormitorio y los otros utilizan la cocina y el baño.
El padre de Ahmed es libanés y sus hijos tienen pasaporte libanés. Pero su madre es siria y no pudo cruzar la frontera.
"Decidimos marcharnos cuando vimos llegar los tanques y nos enteramos de que algunas personas habían muerto. Mis padres y yo siempre hemos vivido en Siria y me encanta mi pueblo. Pero bombardearon una casa a sólo 300 metros de la nuestra. Yo estaba muy asustado", explica Ahmed.
Mariam cuenta que se fueron al amanecer: "Salimos de Hasibieh a las 7.00 horas en una motocicleta. La distancia que teníamos que recorrer no era mucha, pero estábamos muy preocupados porque mi madre tuvo que quedarse con mis abuelos.
"Hemos llamado a mi madre y está bien, pero tenemos miedo por lo que pueda ocurrirle", afirma esta adolescente.
Historias como la de Sami y Ahmed retratan el drama de los más de 230.000 sirios que se han visto obligados a dejar sus hogares para escapar de la violencia.
Organizaciones como Save the Children tratan de atender sus necesidades. En colaboración con otros organismos, esta ONG proporciona a los refugiados desde cosas tan elementales como jabón, toallas, cubos y cepillos de dientes a ayuda psicológica o educación.
"Queremos crear zonas seguras para que los niños se reunan, jueguen y cuenten sus experiencias. Vamos a impartir formación a profesores, trabajadores sociales y padres para ayudar a los pequeños a superar los traumas generados por el conflicto y a integrarse en el sistema escolar libanés". Tienen muy claro que cuanto antes les ayuden, antes podrán iniciar una nueva vida.
ACNUR calcula que unos 11.000 sirios han huido al Líbano, a pesar de que el ejército ha minado la frontera para frenar este éxodo. La mayoría está asentada en el norte, algunos en viviendas de alquiler (los que menos) y la gran mayoría, en casas de familiares o refugios improvisados.
Como sus compatriotas, Sami vino a Baalbek, a unos 200 kilómetros al este de Beirut, huyendo del conflicto con su esposa y sus dos hijos: Fouad, de tan sólo un mes y Aya, de 2 años. "La vida aquí es muy difícil. No pudimos traer nada y ahora estamos viviendo con otra familia que también es muy pobre. Yo no trabajo y no sé cómo vamos a mantenernos", se lamenta.
Pero si su situación ahora es mala, antes era un verdadero infierno. "Bombardeaban a nuestro alrededor, las casas se derrumbaban y perdí la mía. '¡Papá, que nos van a matar!' decía Aya cada vez que oía un bombardeo. Se despertaba y empezaba a llorar y a gritar", cuenta Sami.
Desesperados, tomaron un coche en Homs que los llevó a Baalbek. "Estaba muy preocupado. Temía perder a mis hijos. Llevamos casado 15 años y estuvimos esperando este don durante mucho tiempo. Son todo lo que tenemos", explica.
'Me pidieron que desnudara a la bebé aunque estaba nevando. El ejército creía que escondíamos algo en sus pañales'
Según este sirio, "había más de 20 puestos de control antes de llegar a la frontera. Me pidieron incluso que le quitará la ropa a la bebé aunque estaba nevando. Hacía mucho frío y estuvo desnuda una media hora. El ejército sirio pensaba que estábamos escondiendo algo en sus pañales".
Muchos parientes de Sami continúan en Siria, pero se han trasladado a Alepo, en busca de seguridad. "No estaban dispuestos a venir a Líbano, es un país muy caro y no se lo pueden permitir", explica.
Empezar de cero... con ocho hijos
Pero en Baalbek, Sami se reencontró con su hermano, que huyó de Homs dos meses antes. "Llegué al Líbano con mis 8 hijos: Aziza, de 11 años; Ghazuran, de 10; Mohammad, de 9; Omran y Batoul, de 6; Hasan y Hussein, de cuatro y medio y Ali, de dos. Sufría por mi esposa e hijos. Cogimos un coche con cristales tintados y nos vimos rodeados por un tiroteo", relata Hassan."Desde Homs hasta Baalbek, tuvimos que detenernos en cada punto de control. "Una vez que logré sacar a mi familia del Líbano, tuve que regresar a la frontera para dejar el coche, ya que era de alquiler", precisa.
Desde que llegó al Líbano, el hermano de Sami no trabaja y la familia con la que viven les proporciona comida y ropa, entre otras cosas. Mientras su hija mayor ejerce de madre con el pequeño Ali, que no suelta su botella de leche, este hombre, que regentaba una carnicería en Homs se desahoga: "Siento que he perdido todo lo que tenía, por lo que he trabajado toda mi vida. Esta situación es difícil para mí y para mi esposa. Estoy muy triste por no poder dar a mis hijos lo que necesitan. Cuando tienen hambre, no puedo comprar comida ... Me han contado que mi casa fue asaltada y la carnicería, destruida".
'Vimos los tanques entrar en el pueblo'
Ahmed tiene 10 años y se pregunta ¿qué está pasando? No entiende por qué todo su mundo se ha vanido abajo. Sólo sabe que "es horrible". Llegó al Líbano el 8 de marzo con su padre y su hermana mayor, Mariam, que tiene 15 años. Allí se reunió con otros dos hermanos que ya estaban trabajando en el país de los cedros antes de la sublevación, Ali, de 17 años y Mahmood, de 14.Muchos refugiados se alojan con sus familias. En una casa con dos habitaciones se hacinan 15 personas
La casa de su tío es ahora su hogar. En dos habitaciones, una cocina, un baño y un pequeño balcón se hacinan 15 personas. Unos duermen en la sala de estar, las mujeres y las niñas se quedan en el dormitorio y los otros utilizan la cocina y el baño.
El padre de Ahmed es libanés y sus hijos tienen pasaporte libanés. Pero su madre es siria y no pudo cruzar la frontera.
"Decidimos marcharnos cuando vimos llegar los tanques y nos enteramos de que algunas personas habían muerto. Mis padres y yo siempre hemos vivido en Siria y me encanta mi pueblo. Pero bombardearon una casa a sólo 300 metros de la nuestra. Yo estaba muy asustado", explica Ahmed.
Mariam cuenta que se fueron al amanecer: "Salimos de Hasibieh a las 7.00 horas en una motocicleta. La distancia que teníamos que recorrer no era mucha, pero estábamos muy preocupados porque mi madre tuvo que quedarse con mis abuelos.
"Hemos llamado a mi madre y está bien, pero tenemos miedo por lo que pueda ocurrirle", afirma esta adolescente.
Historias como la de Sami y Ahmed retratan el drama de los más de 230.000 sirios que se han visto obligados a dejar sus hogares para escapar de la violencia.
Organizaciones como Save the Children tratan de atender sus necesidades. En colaboración con otros organismos, esta ONG proporciona a los refugiados desde cosas tan elementales como jabón, toallas, cubos y cepillos de dientes a ayuda psicológica o educación.
"Queremos crear zonas seguras para que los niños se reunan, jueguen y cuenten sus experiencias. Vamos a impartir formación a profesores, trabajadores sociales y padres para ayudar a los pequeños a superar los traumas generados por el conflicto y a integrarse en el sistema escolar libanés". Tienen muy claro que cuanto antes les ayuden, antes podrán iniciar una nueva vida.
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