UN DIA EN EL GUETO DE MOHAMED
María C., una joven española que residió en Toulouse con una beca Erasmus en el curso 2009-2010, no daba ayer crédito a sus ojos al ver las fotos del asesino acorralado. «¡No me lo podía creer: era la fachada de mi casa, podía ver mi ventana!», relata al recordar el año en que residió, junto con otra estudiante española, en el bloque de viviendas del barrio de «Côte pavée» de Toulouse.
«Son ocho edificios bajos de muy poca calidad, de dos pisos, con patios interiores y un ambiente inhóspito, de paredes desconchadas, que contrasta con las zonas residenciales colindantes», recuerda María. «Todo indica al llegar que se pasa de la bella Francia al país de los guetos; el fuerte olor a cuscús de las escaleras (por supuesto no hay ascensores) te hace saber desde el primer momento que entras en otro mundo».
María no reconoce el rostro mostrado por las fotografías de Mohamed Merah («todos los chicos de origen magrebí de ese barrio se parecen mucho»), pero allí vivía el joven toulousano de padres argelinos, que contaba ya con un largo historial delictivo en su adolescencia, y una juventud aventurera en los campos de entrenamiento yihadista de Pakistán y Afganistán.
«Todos los días mi compañera y yo comentábamos lo mismo al observar la cantidad de jóvenes musulmanes que pasaban el día entero en el patio interior manipulando piezas de motor», recuerda María: «¡No estamos en Francia, sino en el Bronx!».
Inadvertido
Uno de los jóvenes que observaba, sin saberlo, era Mohamed, que se ganaba la vida con sus compañeros en un taller clandestino de reparaciones mientras urdía sus planes de venganza «en nombre del islam».
«Todos los vecinos de “Côte pavée” eran, por decirlo de algún modo, muy raros. El de la puerta de al lado era alcohólico, y la vecina de enfrente tenía una extraña psicosis. Una noche llegó la Policía, se la llevó y precintaron la puerta», relata María.
«Nunca tuve problemas con la gente del gueto, ni con los jóvenes, pero procuraba no buscármelos tampoco cuando regresaba de mis clases en la Universidad de Capitol (UT1). Me recogía en mi cuarto, y como diversión observaba con mi compañera el trajín de los patios interiores y sus talleres clandestinos».
«¿Alguna agresión por ser occidental de cultura? No. Al menos de obra. Al llegar al barrio siempre me llevaba comentarios de los chicos musulmanes, algunos subidos de tono, pero nunca pasó de la palabra». María no recuerda haber tenido en todo el año contacto con las vecinas. «Eran huidizas, se dejaban ver muy poco y casi todas llevaban velo».
«No se hablaba de guerra santa ni de odio a la República, pero todo en la atmósfera del barrio hablaba de marginalidad y falta de horizontes», afirma la estudiante española, para quien en ese clima «cualquier joven yihadista como Mohamed Merah podía pasar perfectamente inadvertido».
Según recuerdan los analistas, en los años 90 algunos predicadores de las mezquitas francesas podían hablar impunemente de la «guerra santa» y propiciar el reclutamiento de yihadistas. Pero cuando, a partir del 11 de Septiembre, los servicios de inteligencia penetraron en las mezquitas, la leva de salafistas se hizo más difícil, y pasó al ámbito de internet y de las relaciones personales en barrios-gueto como el de ««Côte pavée» de Toulouse.
LOS PEORES ATENTADO ISLAMISTAS EN EUROPA DESDE EL 11-M
En la última década el terrorismo islamista ha golpeado el corazón de Europa en cinco ocasiones. No siempre han actuado bajo las órdenes de una organización, si no que a veces han sido ataques individiales. El último ha ocurrido en Toulouse, donde un hombre francés de origen argelino identificado como Mohamed Merah, ha confesado los asesinatos de un soldado el pasado día 11, dos más en Montauban cuatro días más tarde y los de un profesor y tres niños de la escuela judía Ozar Hatorah. Merah estaba controlado por los servicios secretos por sus contactos con radicales.
11 de marzo en Madrid
Diez explosiones simultáneas en cuatro trenes de cercanías de Madrid causaronn la muerte de 191 personas y dejaron más de 1.800 heridas. El atentado fue obra de una célula de islamistas vinculados con Al Qaeda. Veintitrés días después, cuatro islamistas relacionados con esa célula que se hallaban cercados por la Policía en un apartamento de Leganés, se suicidan y causan la muerte a un miembro de la Grupo Especial de Operaciones (GEO) y heridas a otros 11 agentes.
7 de julio de 2005 en Londres
Cuatro explosiones, tres en el metro y una en un autobús, causaron 56 muertos (incluidos cuatro terroristas) y 700 heridos en Londres. La acción fue atribuida a islamistas vinculados ideológicamente con Al Qaeda.
Las cámaras de seguridad del metro captaron 4 hombres que las autoridades creyeron que se trataba de los terroristas suicidas. Aquellas imágenes dieron la vuelta al mundo. El día del atentado fue significativo, ya que se estaba celebrando la reunión del G-8, además, tan solo un dia antes Londres había sido designada sede de los Juegos Olímpicos del 2012 por el COI.
2 de noviembre de 2004 en Amsterdam
Mohamed Buyeri, un hombre de nacionalidad marroquí y holandesa, miembro del grupo musulmán holandés "Hofstad", apuñaló y después disparó contra el cineasta holandés Theo van Gogh en Amsterdam. Otra persona fue herida por una bala del arma de Buyeri.
El director, pariente del pintor Vincent van Gogh, realizó la película «Submission», en la que analizaba la sumisión de la mujer y el Corán. Esto significó una ofensa para algunos musulmanes que juraron venganza contra el director, que tuvo que ser puesto bajo protección policial.
12 de diciembre de 2010 en Suecia
Taymur Abdulwahab, un terrorista suicida de origen iraquí, intentó detonar un coche bomba y una mochila con explosivos en el centro de Estocolmo (Suecia) sin lograrlo al fallar el mecanismo. Aunque se suicidó poco después con un cinturón con explosivos y que causaron dos heridos.
Este acto terrorista, tal y como lo describieron el ministro sueco de Asuntos Exteriores, Carl Bildt, y el Servicio de Seguridad Sueco (SÄPO), ha sido considerado como el primer ataque suicida llevado a cabo por el terrorismo islámico en los países nórdicos.
En Alemania el 2 de marzo de 2011
Arid Uka, un islamista de origen albanés, asesinó a tiros en el aeropuerto alemán de Fráncfort a dos soldados estadounidenses que se dirigían a Afganistán y causó heridas a otros dos. El ataque no fue a mayores ya que la pistola del terrorista se bloqueó y le impidió continuar disparando de manera indiscriminada contra la gente del aeropuerto.
El autor de los hechos fue condenado a cadena perpetua en Alemania. En la sentencia se demostró probado que el acusado actuó solo, y que sus ideas se radicalizaron al entrar en contacto con foros que predican la «yihad».
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El asesino de Tolouse estaba en la lista negra de vuelos del FBI
Mohamed Merah fue detenido en Afganistán en 2010 por el Ejército de EE UU
Visitó Asia Central en dos ocasiones, buscando trabar contacto con Al Qaeda
![](http://ep01.epimg.net/internacional/imagenes/2012/03/22/actualidad/1332447455_223674_1332448736_noticia_normal.jpg)
Captura de video tomada de unas imágenes de la televisión nacional francesa France 2 que muestra a quien podría ser el asesino de Toulouse de 24 años, Mohamed Merah. / EFE
El asesino confeso de Tolouse, Mohamed Merah, se encontraba en la lista negra de denegación de vuelo que gestiona el FBI, la policía federal norteamericana, según han revelado fuentes del Departamento de Justicia en Washington. El FBI le seguía la pista a través de diversos informes de inteligencia recibidos desde el frente de guerra afgano.
La lista de denegación del vuelo impide a aquellos que figuren en ella que embarquen en un avión comercial con origen o destino en Estados Unidos. Según fuentes de Justicia, el año pasado había en esa lista más de 10.000 nombres, aunque sus integrantes varían constantemente, dependiendo de la información que maneje el centro de lucha antiterrorista del FBI. Fuentes del Gobierno estimaron ayer que, a día de hoy, sus integrantes superan los 21.000.
Esa lista negra se creó después de los atentados terroristas de septiembre de 2001 contra Washington y Nueva York, en los que 19 terroristas de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales. Los nombres de sus integrantes se hallan en una base de datos que deben consultar las aerolíneas, que son las encargadas, en última instancia, de cotejar en ella los nombres de los pasajeros.
Merah, que murió este jueves de un tiro en la cabeza, después de un asalto de las fuerzas de élite RAID de la policía francesa, hizo dos viajes a Afganistán y Pakistán, según fuentes del Pentágono. Estas han confirmado que en 2010 estuvo bajo custodia, brevemente, de las fuerzas armadas de EE UU.
En un control policial en Kandahar, bastión de la insurgencia talibán, las autoridades locales le detuvieron y le entregaron a los soldados norteamericanos. Estos le deportaron a Francia, a la vez que crearon un cable clasificado con información relativa a él y a su paso por Afganistán. Merah se había sometido a entrenamiento con Al Qaeda en la provincia de Waziristán, en Pakistán.
Fuentes de inteligencia del Pentágono, sin embargo, no considera que Merah estuviera conectado con los mandos de Al Qaeda, ni que llegara a tratar con ellos durante sus dos visitas a Asia Central. Por el contrario, creen que en realidad tramó sus planes en solitario o con la ayuda de un reducido grupo de colaboradores, entre el que se puede hallar su hermano.
El terrorista regresó a Afganistán en 2011, pero tuvo que marcharse antes de culminar ningún entrenamiento, porque contrajo el virus de la hepatitis A. Regresó a Francia, por propia voluntad, en octubre. Merah, nacido en Francia hace 23 años y de ascendencia argelina, confesó antes de morir que era el autor de las muertes de siete personas (tres de ellos niños) en Toulouse y Montauban.
Los servicios de inteligencia norteamericanos no revelaron ayer si habían compartido información con sus homólogos franceses antes de los ataques, y si la inclusión de Merah en la lista negra del FBI obedecía únicamente al incidente de Afganistán en 2010. De las múltiples listas de control de terroristas de las que dispone EE UU, la del FBI es la más restrictiva. La llamada Lista de Vigilancia de Terroristas, que es distinta y no impide el vuelo, tiene más de 400.000 nombres.
La lista negra del FBI ha generado polémica en los pasados años, porque no se colocó en ella a Umar Farouk Abdulmutallab, que se declaró culpable en diciembre de haber intentado explotar un avión mientras aterrizaba en Detroit en la navidad de 2009. Abdulmutallab había sido adoctrinado en 2009 en Yemen por Anwar al Awlaki, el propagandista de Al Qaeda al que EE UU aniquiló en septiembre.
La lista de denegación del vuelo impide a aquellos que figuren en ella que embarquen en un avión comercial con origen o destino en Estados Unidos. Según fuentes de Justicia, el año pasado había en esa lista más de 10.000 nombres, aunque sus integrantes varían constantemente, dependiendo de la información que maneje el centro de lucha antiterrorista del FBI. Fuentes del Gobierno estimaron ayer que, a día de hoy, sus integrantes superan los 21.000.
Esa lista negra se creó después de los atentados terroristas de septiembre de 2001 contra Washington y Nueva York, en los que 19 terroristas de Al Qaeda secuestraron cuatro aviones comerciales. Los nombres de sus integrantes se hallan en una base de datos que deben consultar las aerolíneas, que son las encargadas, en última instancia, de cotejar en ella los nombres de los pasajeros.
Merah, que murió este jueves de un tiro en la cabeza, después de un asalto de las fuerzas de élite RAID de la policía francesa, hizo dos viajes a Afganistán y Pakistán, según fuentes del Pentágono. Estas han confirmado que en 2010 estuvo bajo custodia, brevemente, de las fuerzas armadas de EE UU.
En un control policial en Kandahar, bastión de la insurgencia talibán, las autoridades locales le detuvieron y le entregaron a los soldados norteamericanos. Estos le deportaron a Francia, a la vez que crearon un cable clasificado con información relativa a él y a su paso por Afganistán. Merah se había sometido a entrenamiento con Al Qaeda en la provincia de Waziristán, en Pakistán.
Fuentes de inteligencia del Pentágono, sin embargo, no considera que Merah estuviera conectado con los mandos de Al Qaeda, ni que llegara a tratar con ellos durante sus dos visitas a Asia Central. Por el contrario, creen que en realidad tramó sus planes en solitario o con la ayuda de un reducido grupo de colaboradores, entre el que se puede hallar su hermano.
El terrorista regresó a Afganistán en 2011, pero tuvo que marcharse antes de culminar ningún entrenamiento, porque contrajo el virus de la hepatitis A. Regresó a Francia, por propia voluntad, en octubre. Merah, nacido en Francia hace 23 años y de ascendencia argelina, confesó antes de morir que era el autor de las muertes de siete personas (tres de ellos niños) en Toulouse y Montauban.
Los servicios de inteligencia norteamericanos no revelaron ayer si habían compartido información con sus homólogos franceses antes de los ataques, y si la inclusión de Merah en la lista negra del FBI obedecía únicamente al incidente de Afganistán en 2010. De las múltiples listas de control de terroristas de las que dispone EE UU, la del FBI es la más restrictiva. La llamada Lista de Vigilancia de Terroristas, que es distinta y no impide el vuelo, tiene más de 400.000 nombres.
La lista negra del FBI ha generado polémica en los pasados años, porque no se colocó en ella a Umar Farouk Abdulmutallab, que se declaró culpable en diciembre de haber intentado explotar un avión mientras aterrizaba en Detroit en la navidad de 2009. Abdulmutallab había sido adoctrinado en 2009 en Yemen por Anwar al Awlaki, el propagandista de Al Qaeda al que EE UU aniquiló en septiembre.
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