viernes, 1 de abril de 2011

GAGOMILITARI NOTICIAS.-LIBIA, GADAFI AUN TIENE UN EJERCITO 10 VECES SUPERIOR AL REBELDE, ESTOS RECLAMAN MAS BOMBARDEOS DE LA COALICIÓN









Rebeldes y leales a Gadafi se enfrentan en torno a la estación petrolífera de Brega

Las fuerzas gubernamentales libias y los rebeldes mantienen enfrentamientos este jueves en los alrededores de una estación petrolífera en Brega (ciudad en el este de Libia), según informa la agencia AFP.

Los rebeldes han construido un puesto de control al este de Brega, en la carretera de Ajdabiya, y se desconoce quién tiene el control de la estación petrolífera.

Según testigos, los enfrentamientos han causado estragos en la ciudad, ubicada a 800 kilómetros al este de Trípoli, y los periodistas han podido escuchar aviones sobrevolando la región. Además, se oyeron con claridad cinco explosiones, pero no es posible determinar los objetivos.

Por el momento, se desconoce si los ataques que llevó a cabo la coalición internacional el miércoles en el oeste de Ajdabiya han frenado la progresión de las tropas pro Gadafi, ni si mantienen el control de las instalaciones petrolíferas de Ras-Lanouf, que recobraron el miércoles.

Según un capitán del Ejército libio que se ha unido a la rebelión, Brega es escenario de batallas en la calle, y pequeños grupos de leales a Gadafi "recorren las calles disparando desde vehículos indiscriminadamente". Al menos un rebelde habría fallecido en estos enfrentamientos.

"Esperamos los ataques aéreos para después avanzar sobre el terreno", ha explicado el capitán Awad Alourfi.
Bombardeos sobre Sirte

Por otra parte, aviones franceses atacaron una base de misiles antiaéreos del Ejército libio situada a unos 20 kilómetros al sur de la ciudad de Sirte, según comunicó el Estado mayor del Ejército francés. El ataque se produjo el miércoles, por medio de una patrulla Rafale Air, una patrulla M 2000D y una patrulla mixta Rafale y Super-Etendard, agregó en su último comunicado el Estado mayor francés.

Esos aparatos fueron apoyados por dos aviones de suministro C135, un E3F y un Hawkeye; además, una patrulla de Rafale de la Marina realizó una misión de reconocimiento, añadió el comunicado.

El Ejército señaló que el martes las fuerzas francesas de la coalición internacional que vigila la aplicación de la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU atacaron un depósito militar situado a unos 30 kilómetros al sur de Trípoli. Además, el miércoles una patrulla de seis aviones efectuó una misión de prohibición de sobrevuelo del espacio aéreo libio en la que participaron dos aparatos M 2000-5 franceses y cuatro M 2000-5 de Catar.

El portavoz del Estado Mayor, coronel Thierry Burkhard, precisó que, desde el pasado lunes, los aviones galos han tenido 370 horas de vuelo en un total de 48 misiones de ataques contra suelo libio. Esas misiones han sido realizadas con patrullas Rafale Air y Mirage 2000D y Rafale de la Marina, entre otros aparatos de las fuerzas aéreas francesas implicadas en la operación.

Desde la base de La Sude, en la isla griega de Creta, se han realizado 10 misiones de reconocimiento y 6 de defensa aérea con Mirage 2000-5 en cooperación con efectivos de Catar. Además, Burkhard precisó que ha habido ocho misiones de control aéreo (con aviones E3F y ESC Hawkeye) y 21 misiones de suministro de combustible.

Por su parte, el general de brigada aérea Jean-Jacques Borel indicó que, desde el principio de la operación en Libia, los aviones franceses han protagonizado 1.500 horas de vuelo y más de 250 salidas.

El portavoz Burkhard contó que los pilotos que intervienen en las operaciones necesitan ahora "mayor capacidad de precisión" puesto que sus objetivos son "más ligeros" y más difíciles de neutralizar.

Agregó que, "aunque sean menos peligrosos" esos objetivos militares sobre el terreno en Libia, "la amenaza persiste", así como el riesgo de "diseminación" de esos medios del Ejército de Gadafi, aunque precisó que no hay certeza de que eso vaya a suceder.

A esto se refirió también el ministro de Defensa, Gérard Longuet, quien abrió la conferencia de prensa de hoy en París y dijo que "no se identifican más movimientos de tropas constituidas por grupos importantes". "Los tanques de Gadafi están donde tienen que estar, lejos del contacto con la población", señaló el ministro.

Familiares de víctimas de Lockerbie piden llevar a Musa Kusa ante la justicia

Familiares de las víctimas del atentado de Lockerbie contra un avión de la compañía norteamericana Pan Am exigen llevar ante la justicia al ministro de Exteriores libio, Musa Kusa, quien el miércoles anunció en Londres que renunciaba a seguir representando al régimen libio.

Los medios británicos señalan este viernes que poco después de conocerse la defección de Kusa, la Fiscalía escocesa comunicó al Gobierno central su deseo de interrogar a Kusa, quien fue también durante mucho tiempo jefe del espionaje exterior libio, por el atentado ocurrido en 1988 en el espacio aéreo escocés, que causó 270 víctimas. Jim Swire, que perdió a una hija en Lockerbie, declaró a la prensa que si Libia estuvo involucrada en el atentado, Musa Kusa podrá explicar cómo se llevó a cabo aquella acción atroz y por qué.

Por su parte, Mahmud Shamam, ministro de Información del consejo rebelde, dijo al diario "The Times' que Kusa debe responder ante la justicia por haber estado al frente de los servicios de inteligencia entre 1994 y 2009.

Según el portavoz de los rebeldes, Mustafa Gheriani, Kusa está implicado en el asesinato tanto de figuras de la oposición a Gadafi que vivían en el extranjero como en la brutal represión interna.

Kusa tuvo un papel muy importante a la hora de negociar el pago por Libia de una compensación multimillonaria a los familiares de las víctimas de Lockerbie y de poner fin al programa de "armas de destrucción masiva" de Libia, que permitió que el coronel dejase de ser un paria internacional.

También fue clave su papel en la liberación del libio Abdelbaset al Megrahi, condenado a cadena perpetua por Lockerbie y puesto en libertad por la justicia escocesa por razones humanitarias después de que se le diagnosticase un cáncer de próstata en fase terminal.

El primer ministro británico, David Cameron, afirmó este jueves que su Gobierno no había concedido la inmunidad diplomática a Kusa a cambio de su defección, pero funcionarios del Gobierno británico dijeron a la prensa que éste no era el "principal sospechoso" por Lockerbie.

Pese a esas seguridades gubernamentales, el diario conservador 'Daily Mail' pregunta hoy en grandes titulares en primera plana junto a una fotografía de Kusa: "¿Por qué hemos ofrecido un santuario a este asesino?".
Apoyo a los terroristas del IRA

El tabloide le acusa directamente de ser el cerebro tras el atentado de Lockerbie y afirma que muchos diputados están furiosos por su apoyo a los terroristas del IRA provisional, a los que los servicios libios suministraron el explosivo Semtex en los años 70 y 80.

Kusa, que llegó al Reino Unido desde Túnez en un avión privado, se encuentra, según la prensa, en un lugar seguro en las proximidades de Londres, donde está siendo interrogado por funcionarios del Gobierno británico.

Fuentes de los servicios de inteligencia británicos dijeron a ese periódico que el MI6 (espionaje exterior) había ayudado a la defección de Kusa y le había prometido que se ocuparían de él.

Kusa "llevaba ya bastante tiempo hablando con nuestros servicios de inteligencia", dijo al "Daily Mail" el ex funcionario del MI6 Harry Ferguson.

El diputado tory Robert Halfon comparó la defección de Musa con el vuelo en solitario a Alemania del lugarteniente de Hitler Rudolf Hess durante la II Guerra Mundial supuestamente para negociar un acuerdo de paz.

Mientras tanto, el diario 'The Independent', que cita fuentes rebeldes, dice hoy que el Gobierno británico mantiene conversaciones con otras 10 figuras del régimen del coronel Gadafi que podrían estar también interesadas en abandonar.

Entre esos personajes, el diario menciona al también ex ministro de Exteriores Ali Abussalam Treki, del que algunas fuentes dicen que ya ha abandonado al régimen, al ministro del petróleo, Shukri Ghanem, y al jefe del espionaje exterior, Abuzed Omar Durda

La deserción del ministro libio Musa Kusa ha propiciado una primera consecuencia judicial. La policía escocesa ha anunciado que quiere interrogarle por el atentado de Lockerbie, que se cobró en 1988 la vida de 270 personas. Por entonces, Kusa formaba parte de los servicios libios de espionaje y algunos expertos lo han señalado como el cerebro de la masacre. Los familiares de las víctimas esperan que sus palabras puedan aportar luz sobre los entresijos de un caso sobre el que quedan muchas incógnitas por aclarar.

Los planes de la Justicia escocesa los ha confirmado en la BBC el comisario Patrick Shearer, responsable de la fuerza policial encargada de la investigación. Y los ha saludado con interés Jim Swire, que perdió a su hija Flora en el atentado y desde entonces ha dirigido una campaña para averiguar quién está detrás de lo sucedido. "Éste es un hombre que lo sabe todo", decía Swire este jueves. "Es un día fantástico para todos los que queremos saber la verdad sobre el atentado de Lockerbie".

En diciembre de 1988 un avión de la Pan-Am explotó sobre la localidad escocesa de Lockerbie. Murieron 270 personas y durante años la autoría del atentado fue una incógnita. En 2001 la Justicia escocesa condenó como autor al agente libio Abdul Baset Ali al Megrahi. Pero en agosto de 2009 fue liberado invocando criterios humanitarios: los informes médicos decían que se estaba muriendo de cáncer de próstata. Hubo quien vio en la liberación de Al Megrahi una contrapartida por el retorno del régimen libio a la comunidad internacional y por los contratos de BP en territorio libio. Pero el Gobierno laborista siempre negó cualquier intervención en el caso y lo presentó como una decisión exclusiva del Ejecutivo de Edimburgo.

La petición de interrogar a Musa Kusa llega después de las palabras del titular británico de Exteriores, William Hague, que ha explicado que la dimisión de su ex colega es un acto voluntario y no el fruto de una negociación. Hague ha explicado que el Reino Unido no ha ofrecido inmunidad diplomática al dirigente libio y ha despejado así una de las incógnitas que rodeaban a su dimisión.

Las palabras de Hague son importantes. Y no sólo por la sombra del atentado de Lockerbie. También por la investigación sobre las masacres a civiles que mantiene abierta el Tribunal Penal Internacional.
La deserción

Kusa aterrizó anoche en el aeródromo de Farnborough despojándose voluntariamente de su cargo y solicitando una reunión con representantes de la diplomacia británica.

Llevaba en Túnez desde el martes. Según habían dicho fuentes del régimen libio, en una visita privada. Según se ha demostrado ahora, preparando cuidadosamente su deserción. Un portavoz del Foreign Office confirmó anoche la llegada del ministro libio y emitió luego un comunicado subrayando la trascendencia de la situación: "Musa Kusa es una de las figuras más importantes del Gobierno de Gadafi y su rol era representar al régimen en la escena internacional. Algo que ya no tiene voluntad de hacer. Animamos a aquéllos que están junto a Gadafi a abandonarlo y trabajar por un futuro mejor para Libia que permita una transición política y unas reformas reales".

El régimen libio ha restado importancia a la deserción de Kusa y ha afirmado que salió del país con la excusa de someterse a un tratamiento médico porque sufre diabetes y una altísima presión arterial.

Gadafi prohíbe a sus ministros viajar al exterior tras la deserción de Musa Kusa

El líder libio, Muamar Gadafi, ha prohibido a todos los miembros de su Gobierno y a los funcionarios de alto rango que viajen al exterior, asegura hoy el diario árabe 'Al Sharq Al Awsat' citando "fuentes oficiales" en Trípoli.

Según el periódico, después de la huida al Reino Unido del ministro libio de Relaciones Exteriores, Musa Kusa, otros funcionarios de alto rango del régimen de Gadafi, entre ellos el presidente del Parlamento y primer ministro Al Baghdadi al Mahmudi, quieren abandonar el país.

De acuerdo con informaciones procedentes de Túnez, un nutrido grupo de funcionarios del Gobierno de Libia ya llegó hace dos semanas al vecino país, aunque no se sabe dónde se encuentran esas personas.

Además, varios automóviles libios con placas diplomáticas habrían cruzado la frontera con Túnez a mediados de esta semana. Sin embargo, no se sabe quiénes viajaban en esos vehículos.

Mientras tanto, Gadafi reaccionó en la noche del jueves a la demanda internacional de que renuncie exigiendo la dimisión de todos los jefes de Estado de los países que participan en la alianza militar creada para proteger a la población libia.

En declaraciones a la agencia estatal de noticias Jana, Gadafi tildó los ataques aéreos de la alianza en Libia como una nueva edición de las cruzadas, "una lucha entre musulmanes y cristianos" en las dos orillas del Mediterráneo.

Fuente Diario "EL MUNDO"


Un emisario de Gadafi discute en Londres una salida para el dictador


Los hijos del coronel son quienes han impulsado el encuentro, uno más entre los muchos mantenidos estos días.-Varios altos cargos del régimen habrían abandonado a Gadafi en las últimas horas, según Al Yazira

El régimen de Muamar Gadafi ha enviado a Londres a un emisario de su confianza para mantener conversaciones secretas con autoridades británicas, según han informado fuentes conocedoras de estos encuentros al periódico The Guardian.

El diario británico detalla en su exclusiva que a quien envió el régimen hace unos días para reunirse con el embajador británico en Libia y varios oficiales del M16 es Mohamed Ismail, uno de los principales asesores de uno de los hijos del dirigente libio, Saif al Islam. Su nombre figura en los cables diplomáticos filtrados por el portal Wikileaks como uno de los artífices de contratos armamentísticos firmados por Trípoli, al tiempo que también habría actuado de interlocutor en asuntos de carácter militar o político.

Estos contactos formarían parte de los iniciados por el régimen libio en las últimas semanas y que se enmarcarían en la intención de Trípoli de buscar un fin estratégico del conflicto en que vive sumido el país magrebí desde febrero.

Fuentes diplomáticas consultadas por el rotativo británico explican que entre los hijos de Gadafi ha crecido el interés por lograr una salida al conflicto. Sin embargo, no existen versiones oficiales a este respecto. Una de las posibilidades que se barajan para un relevo a corto plazo pasa por que el dirigente libio renuncie de facto al poder a cambio de mantenerse de forma simbólica, mientras que se estudiaría también la creación de un Gobierno de unidad nacional que estaría encabezado por Mutasim Gadafi -otro de los hijos del mandatario- y que contaría con elementos de la oposición.

Un portavoz del Ministerio de Exteriores británico no ha especificado el contenido de las conversaciones y se ha limitado a declarar que el mensaje entregado a Ismail "es que Gadafi tiene que irse" y que será juzgado por los crímenes cometidos ante el Tribunal Penal Internacional.

Más deserciones

El régimen libio está intentando frenar el efecto dominó que podría tener la deserción del ministro de Asuntos Exteriores libio, Musa Kusa, huido a Londres junto a su familia el pasado miércoles. Trípoli ha asegurado que el antiguo jefe de los servicios secretos de Gadafi estaba exhausto y sufría una enfermedad mental. Pero la traición de Kusa ha marcado un punto de inflexión en la crisis libia. Y su ejemplo podría ser el acicate para la estampida de otros altos cargos.

The Independent asegura que Londres mantiene contacto con otros 10 altos cargos libios para que también renuncien. Este periódico informa de que un miembro relevante de la embajada libia en Londres habría desertado. Mientras, los rumores sobre una inminente cascada de dimisiones se incrementan en Trípoli.

El canal catarí Al Yazira informa este viernes de que más cargos del círculo de confianza del dictador habrían decidido dejar el Gobierno y optar por el exilio. Siguiendo el ejemplo de Musa Kusa, un grupo de altos cargos enviados a Túnez habrían decidido no volver a Libia, siempre según Al Yazira.

Periódicos árabes citados por el canal catarí aseguran que entre los desertores está Abu Al Qassim Al Zawi, presidente del Comité Popular libio, el equivalente al Parlamento, y Shokri Ghanem, responsable de Petróleo. Shokri ha emitido un comunicado negando su marcha, asegurando a Reuters que hablaba desde su oficina en Trípoli.

El corresponsal de Al Yazira en Túnez, Nazanine Moshiri, informa de que Abu Zayed Dordah, exprimer ministro libio entre 1990 y 1994, también ha perdido la confianza en Gadafi y le habría retirado su apoyo.

Mientras, el hombre designado por Gadafi para encabezar la delegación libia ante Naciones Unidas, Ali Abdessalam Treki, exministro de Exteriores, ha descartado el ofrecimiento y ha asegurado desde El Cairo que no aceptará ningún puesto en el actual Gobierno libio, según recogen varias web de opositores libios.

El tipo que daba más miedo que Gadafi

Musa Kusa dirigió durante 15 años los servicios secretos a la sombra del dictador

Musa Imhimid Kusa, nacido en 1948, ha desarrollado casi toda su carrera política a la sombra de Muamar el Gadafi. Considerado en tiempos la mano derecha del coronel, o una de sus muchas manos derechas, cimentó su influencia durante los 15 años que pasó al frente de los servicios secretos de Libia. El cambio geoestratégico que supusieron los atentados del 11 de septiembre de 2001 llevaron a Kusa a convertirse en uno de los principales promotores del acercamiento de Libia a Occidente. Un cambio estratégico del que dicen que Gadafi siempre receló y que aceptó solo a regañadientes. Y que a la larga parece estar en el origen de un creciente alejamiento mutuo que ahora se ha plasmado en pura y simple deserción.

Los papeles del Departamento de Estado filtrados por Wikileaks dibujan a Kusa como un pragmático, deseoso de no provocar a Occidente e incómodo con las intransigencias de Gadafi y algunos de sus desafíos más innecesarios. Un Kusa que ronda ya entonces los 60 y que se parece muy poco al ardoroso estudiante que a principios de los años setenta entrevistó a Gadafi para su trabajo final en el máster de Sociología que cursó en la Universidad de Michigan. "Era un tipo muy brillante", recuerda en el diario Los Angeles Times el entonces tutor de la tesis y ahora responsable del Departamento de Sociología, Christopher K. Vanderpool. "Lo habría hecho muy bien si hubiera querido ser profesor de planificación social".

Pero Musa Kusa rechazó las ofertas de realizar un doctorado en Michigan y prefirió volver a la Libia del coronel Gadafi y empezar su carrera política como responsable de seguridad en las embajadas libias en Europa, convirtiéndose en el embajador en Londres en 1980. Una etapa que sería muy breve. Unas declaraciones suyas afirmando su admiración por los terroristas del IRA y una entrevista en The Times en la que expresó su apoyo al asesinato de exiliados libios en Reino Unido, provocaron su expulsión.

De nuevo en Trípoli, se convirtió en director del Centro Mundial de Resistencia contra el Imperialismo, un instrumento que intentaba exportar la revolución de Gadafi a otros países. A finales de los ochenta ascendió a número dos del espionaje libio, la Organización de Seguridad Exterior. Algunos servicios de inteligencia creen que en ese periodo Musa Kusa ideó o apoyó varios atentados libios en el exterior, como el avión de Pan Am que estalló sobre Lockerbie, la voladura de un avión francés en el cielo de Níger o el atentado con bomba en una discoteca en Alemania.

Tras un breve periodo como número dos de Exteriores, Kusa alcanzó en 1995 la cima de los servicios de inteligencia, una inmensa atalaya de poder que mantuvo durante 15 años, hasta que en 2009 fue nombrado ministro de Asuntos Exteriores.

Lo que parece un ascenso, un cargo político de relevancia pública, puede ser también una prueba de su alejamiento de la sombra que más le cobijaba: la de Gadafi. Los acuerdos por los que Libia dejó de ser un país paria a cambio de renunciar a su programa de armamento nuclear y entregar a los sospechosos del atentado de Lockerbie parecen haber minado la relación con el coronel.

Las posteriores negociaciones para trasladar a Libia desde una cárcel de Escocia al único condenado por el atentado de Lockerbie, Abdel Basset al Megrahi, le permitieron conectar directamente con los servicios de inteligencia británicos, y de hecho estuvo dos veces en Escocia durante esas negociaciones. Aquel vínculo puede haber facilitado ahora su huida a Reino Unido.

Su distanciamiento del coronel quedó patente en una cumbre internacional en diciembre, cuando se veía a menudo a Kusa fumando por los pasillos, sin poder acceder a la sala en que Gadafi estaba encerrado con su familia y su círculo más próximo. O los rumores de que ha tenido dos enfrentamientos graves con hijos del líder libio y que en uno de ellos uno de los hijos le abofeteó en público. O la anécdota relatada por un corresponsal de la BBC, que cree haber visto a un Kusa más humano y accesible en sus últimos años al frente de la inteligencia.

Un Kusa muy distinto del que conoció Jim Swire, padre de una de las víctimas de Lockerbie, en un viaje a Trípoli en 1998. "Era un hombre que daba mucho miedo, daba más miedo que el propio Gadafi. Estaba claro que era él quien lo manejaba todo", declaró ayer.


El Ejército del régimen siembra de minas la costa libia


El frente se estabiliza en Brega, a 230 kilómetros al oeste de Bengasi

Los milicianos y los ciudadanos de Libia oriental tienen otro motivo de preocupación: las minas. En los alrededores de Ajdabiya, y a pocos metros de la carretera que enlaza esta ciudad con Bengasi, el vehículo de unos trabajadores de una compañía eléctrica aplastó el lunes uno de estos artefactos. La búsqueda se inició inmediatamente y, aunque se ignora cuántas pudieron sembrar los soldados de Muamar el Gadafi, Human Rights Watch (HRW) denunció ayer que se han encontrado dos docenas de minas antipersona, prohibidas por un tratado internacional firmado en 1997, aunque no suscrito por el régimen del dictador.

Fueron desactivadas también 24 antitanque, legales aunque se viole a menudo la legislación humanitaria por su uso contra objetivos civiles. Esta ONG, laureada con el Nobel de la Paz por su campaña para la erradicación de estas armas, apeló al Ejército para que deje de utilizarlas. Tal apelación a Gadafi, que continúa bombardeando ciudades, es una petición a oídos sordos.

Ajdabiya fue conquistada el 17 de marzo por los militares libios, que durante 10 días provocaron serios destrozos en la ciudad que abre el camino a Cirenaica. En ese lapso enterraron las minas, según HRW. Los sublevados también cuentan con decenas de miles de ellas, después de que los depósitos del Ejército fueran abandonados en Bengasi al comienzo de la revuelta. Han prometido que no las usarán.

La guerra en Libia se estancó ayer en torno a la ciudad petrolera de Brega, 230 kilómetros al suroeste de Bengasi. El bando rebelde no avanza porque no puede, dado su raquítico armamento. Las fuerzas de Gadafi, bien adiestradas, porque parecen hacer la guerra con sentido, asegurando posiciones antes de seguir hacia delante. Las dos partes coinciden en estar bien atentas a quien en realidad tiene capacidad para dar un golpe sobre la mesa, aunque no tenga interés alguno en hacerlo: la OTAN, que ayer asumió el mando de las operaciones.

El Consejo Nacional, Gobierno de transición de los insurgentes, habla de miles de mercenarios chadianos combatiendo en las filas de Gadafi; de que las tropas del dictador emplean armas israelíes; de que están perpetrando un genocidio en Libia occidental contra una tribu bereber... Algo de cierto puede haber en alguna de estas acusaciones, porque se ven de vez en cuando pasaportes de países africanos en manos de los insurrectos y los destrozos provocados por la artillería en viviendas civiles son evidentes en ciudades como Ajdabiya y Ras Lanuf.

Se percibe, no obstante, un punto de exageración en las imputaciones del Consejo. Seguramente porque quieren que los aviones aliados sigan calcinando tanques y vehículos blindados del déspota en campo abierto. Sumaban ayer más de 96 las horas en que los cazabombarderos de la alianza no atacaban a las tropas del tirano en tierra. Anders Fogh Rasmussen, secretario general de la OTAN, ha reiterado lo que se constata en el desértico frente de batalla: "Se protegerá a los civiles y las zonas de población civil bajo la amenaza de ataques". De momento, se repite el patrón: los pilotos lanzan misiles cuando los militares libios tienen a tiro las ciudades. Y no siempre. Misrata, la tercera ciudad del país, no lejos de Trípoli, fue martilleada de nuevo por la artillería de Gadafi desde las inmediaciones de la zona urbana. Una rutina desde hace cinco semanas.

Alemania advierte a los aliados que la solución a la crisis libia "no será militar"

Westerwelle reclama un alto el fuego y la apertura de un proceso de paz para el país magrebí

La salida a la crisis libia no será militar. Solo la diplomacia y la política alumbrarán una solución al conflicto. Así lo ha expresado el ministro alemán de Asuntos Exteriores, Guido Westerwelle, durante una visita a China, otro país firmemente opuesto a la intervención militar en Libia.

"La situación libia no se puede resolver por la vía militar", ha advertido Westerwelle durante un encuentro con la prensa junto a su homólogo chino Yang Jiechi, quien ha respaldado la doctrina alemana para escapar del laberinto libio. "Sólo puede haber una solución política y debemos poner en marcha un proceso de solución estrictamente político. Este debería arrancar con un alto el fuego que Gadafi tendría que respetar y así posibilitar el inicio de un verdadero proceso de paz", ha dicho.

Alemania se abstuvo en la votación en el Consejo de Seguridad que dio luz verde a la resolución 1973 que, con el respaldo de Francia, Reino Unido y Estados Unidos, autorizó los ataques aéreos para establecer una zona de exclusión y proteger así a la población de los combates. Berlin considera que tal medida no garantiza el final del régimen dictatorial liderado por Gadafi. Tampoco cree que sea eficaz para aislar a la población de los combates, como se está demostrando sobre el terreno.

El ministro chino, por su parte, ha expresado su preocupación por las contínuas noticias que llegan del frente de "muertos y heridos civiles" y por "la prolongación de los combates". Además ha reiterado la apuesta de Pekín por la vía diplomática para reconducir la situación.

Fuente Diario "EL PAÍS"



Un emisario de Gadafi negocia una salida en Londres para el líder libio


Un enviado del líder libio, Muamar al Gadafi, ha conversado los últimos días en Londres con funcionarios del Gobierno británico y sondeado al parecer una posible salida para éste y su familia, informaron hoy los medios de Reino Unido.

> La OTAN se niega a armar a los rebeldes
> Al menos 400 desaparecidos desde el comienzo del conflicto

1 Abril 11 - Londres - Efe

Se trata de Mohammed Ismail, ayudante de uno de los hijos del coronel Gadafi, a quien los representantes del Gobierno británico le dijeron lo mismo que el primer ministro, David Cameron, ha expresado en público: que el coronel tiene que dejar el poder. "En todos los contactos que establecemos, dejamos claros que Gadafi tiene que irse", explicó un portavoz del Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores).


Según la BBC, Ismail, ayudante de Saif al Islam Gadafi, el hijo del coronel que estudió en la London Schoolf of Economics, visitó la capital británica en días pasados. El Foreign Office se ha negado, sin embargo, a comentar la visita con el argumento de que no van a hablar continuamente de sus contactos con funcionarios libios. Según la BBC, el representante del régimen de Gadafi, que mientras tanto parece haber regresado al país norteafricano, trató de sondear una posible estrategia de salida para el líder libio.


La posición oficial del Gobierno británico es la de animar a todos los que rodean al coronel a abandonar el que califican de "régimen brutal". En la capital británica corren rumores según los cuales los hijos del coronel, especialmente Saif al Islam, Saadi y Mutassim, quieren discutir estrategias de salida ya sea para toda la familia, ya sólo para el coronel. El miércoles se produjo ya la primera defección importante cuando el ministro libio de Exteriores, Musa Kusa, voló al Reino Unido, donde explicó que no quería seguir representando al régimen libio.


Cameron afirmó ayer que la defección de Kusa "habla bien claro de la desesperación y el temor existentes en la misma cúspide del corrupto y tambaleante régimen de Gadafi". En respuestas a los periodistas, Cameron insistió por otro lado en que su Gobierno no ha ofrecido inmunidad a hasta ahora jefe de la diplomacia libia, que estuvo también varios años al frente de los servicios de inteligencia exterior de su país, en relación con el atentado de Lockerbie (Escocia).


La fiscalía escocesa quiere interrogar a Kusa en relación con aquella acción terrorista contra un avión de la compañía estadounidense Pan Am que sobrevolaba aquella localidad escocesa, que causó la muerte de 270 personas y por el que fue condenado a cadena perpetua su compatriota Abdul Baset Ali al Megrahi. El terrorista libio fue puesto en libertad en 2009 por la justicia escocesa después de que se le diagnosticara un cáncer de próstata en estado avanzado. La decisión de liberar a Al Megrahi, que continúa vivo pese a aquel diagnóstico, causó fricciones entre Gran Bretaña y el Congreso de Estados Unidos, país al que pertenecían la mayoría de quienes viajaban en el avión.

Fuente Diario "LA RAZÓN"


Los rebeldes esperan más bombardeos de la coalición

El frente revolucionario es una serpiente multicolor de furgonetas aparcadas a ambos lados de la carretera con voluntarios sentados a la sombra

«¿Dónde está Sarkozy?». Preguntan los rebeldes tras cada explosión. En 72 horas los hombres de Gadafi han recuperado el terreno perdido y ya están a las puertas de Ajdabiya. El frente revolucionario es una serpiente multicolor de furgonetas aparcadas a ambos lados de la carretera con voluntarios sentados a la sombra. A medida que el sonido de las explosiones se hace más próximo, encienden los motores de los vehículos y retroceden unos kilómetros. Conducir en dirección al frente significa detenerse en varias ocasiones para responder a las preguntas de los milicianos confusos, cansados y temerosos que quieren saber cómo están las cosas antes de avanzar, muchos no tienen vehículo y caminan por el desierto hasta llegar a una posición amiga. La alianza no bombardea con la intensidad de hace una semana y eso se nota sobre el terreno.

En la radio la emisora «Libia Libre», que emite desde Bengasi, trata de mantener el ánimo alto de las tropas intercalando canciones patrióticas con entrevistas a antiguos colaboradores del ministro de Exteriores huido a Londres, Musa Kusa, donde se aportan todo tipo de detalles personales del antiguo jefe de los servicios secretos, un tema tabú hasta el pasado 17 de febrero. «Una vez entré en su granja y allí se podía circular a 160 kilómetros por hora por su carretera privada, era enorme», recuerda un ex funcionario que critica la gran fortuna amasada por el antiguo jefe de la diplomacia libia.

La primera línea de combate se estableció a menos de cuarenta kilómetros de Ajdabiya, enclave estratégico que tiene la llave de la capital rebelde. Los milicianos, por tercer día consecutivo, fueron perdiendo terreno minuto a minuto frente unas fuerzas gadafistas que vuelven a controlar los complejos petroleros de Ras Lanuf y Brega.

En la entrada a esta última localidad Suleyman se arreglaba la barba y reflexionaba en voz alta sin soltar sus dos Kalashnikovs, «sólo Dios sabe lo que va a pasar, estamos en sus manos, en las de nadie más». Habla a las puertas de una mezquita en la que los voluntarios rezan antes de entrar en combate. Suleyman no quiere fotos, lo mismo que su compañero Mohamed, dos figuras con una estampa de auténticos muyahidines afganos, pero con unos kilos de más.

Fuente Diario "ABC"

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