Se llama François Meylan, tiene 48 años, dos hijos con una mujer catalana con la que estuvo casado 20 años y es autor de dos libros sobre terrorismo
Desde hace dos semanas, es el principal acusador de lo que él llama "la policía política de Puigdemont y Torra". Ha acudido a la ONU en Ginebra con un informe de 40 páginas pidiendo que actúe contra siete 'mossos', que identifica con nombre, foto e historial
"Soy el líder de la resistencia exterior contra el independentismo... He estudiado mucho el crimen organizado y he detectado en Cataluña signos de un caso de perversión narcisista colectiva"
También ha denunciado a 40 iglesias y 400 religiosos 'indepes' ante el Vaticano
Viernes 11 de enero. A las 8.15 de la mañana aterriza en el Aeropuerto Internacional de Ginebra (Suiza) un avión procedente de Barcelona. A bordo van una treintena de personas de la Ejecutiva de Esquerra Republicana (ERC), con el diputado Gabriel Rufián y el presidente del Parlament, Roger Torrent, a la cabeza. En la sala de llegadas les espera, cartel en mano (en el que se lee «Grupo ERC»), una mujer de nombre Anabell. A unos pocos metros de ella, un hombre saca su móvil y empieza a grabar a los políticos catalanes que van llegando. Le han dado el chivatazo de que la cúpula del partido independentista se va a reunir en un lugar del centro de Ginebra. Y los sigue en coche hasta ese lugar, que es el Hotel Novotel. Y se mete hasta la recepción con ellos. Y lo graba. Y ve llegar a Marta Rovira, que huyó en marzo de 2017 a Suiza antes de declarar ante el Tribunal Supremo. Y a Anna Gabriel, la ex diputada de la CUP fugada de la Justicia española un mes antes que Rovira. Y después el hombre cuelga todo el material que ha grabado en su blog...
Este espía tiene pasaporte suizo, se llama François Meylan (48 años) y, a pesar de hablar a duras penas en español, se autoproclama "líder de la resistencia exterior española y europea contra el independentismo". Se mimetiza hasta el fondo en su papel. "Todo empezó a finales de octubre de 2017, cuando vi el tratamiento parcial y deshonesto de los medios de comunicación suizos después del referéndum ilegal del 1-O. Me di cuenta de que nuestros medios estaban bajo la influencia de la ANC (Asamblea Nacional Catalana) y que habían caído en su trampa, se habían tragado la puesta en escena del aparato separatista catalán", explica.
Y desde entonces ha ido acumulando denuncias interpuestas contra diferentes actores del procés. La última es un informe presentado ante la ONU contra un grupo de mossos a los que el ex agente suizo se refiere como la "policía política de Puigdemont y de Torra". Entre ellos destaca Lluís Escola Miquel que, a pesar de haber ayudado a escapar de la Justicia al ex president -o, mejor, precisamente por haberlo hecho-, disfruta actualmente de su cargo como asesor del consejero de Interior de la Generalitat. Y también otro de los escoltas, Antonio Jaén Albert, del que rescata una condena que tuvo por extorsionar a una mujer de la que había obtenido fotos desnuda. Y así hasta siete mossos.
Meylan, que estuvo casado 20 años con una catalana, es padre de dos hijos y tiene una empresa de asesoría financiera. También fue policía (desde 1986 hasta 2001) y miembro de los servicios de inteligencia militar y de infantería de aviación de las fuerzas armadas suizas. Actualmente está en la reserva del Ejército. Ha escrito dos libros sobre terrorismo internacional. Y tiene una asociación, Cataluña Pueblo de España, integrada por 35 personas repartidas en cinco países distintos. "Tenemos hasta un policía nacional y un mosso", presume. "Fundé mi asociación en 2018 para restaurar la verdad histórica y luchar contra la falsa propaganda de los separatistas, que para mí son una organización criminal. Yo he estudiado mucho sobre el crimen organizado y la perversión narcisista, y en Cataluña he detectado los signos de un caso de perversión narcisista colectiva".
¿Por qué eligió François Meylan Cataluña y no otro objetivo entre los varios desvaríos narcisistas habidos en Europa? Aquí su respuesta tiene que ver con su historia personal. Razona que estuvo casado con una mujer catalana y reivindica los vínculos que esta circunstancia le creó con esta tierra, aunque lleven divorciados desde 2013.
Encontramos a este ex policía el miércoles por la tarde en su oficina en Lausana, la cuarta ciudad más poblada de Suiza. Se asoma al balcón, saca el móvil y se graba un vídeo dando su punto de vista sobre el conflicto en Cataluña: "La propaganda independentista en el extranjero es muy efectiva porque ignora sistemáticamente la existencia de una mayoría de personas que no comparten la idea de independencia. Para mí lo que están haciendo es un crimen porque realizan una manipulación masiva, encima lo hacen con dinero público malversado". Y después Meylan cuelga el vídeo en el Facebook de su asociación, la citada Cataluña Pueblo de España.
Además de ante la ONU, Meylan ha denunciado esa "propaganda independentista en el extranjero" en los tribunales suizos y franceses. Incluso lo ha llevado hasta las puertas del Vaticano. Envió a Roma un informe en el que explicaba cómo la Iglesia catalana había apoyado todo el proceso soberanista. El dossier incluye decenas de fotos con campanarios distintos enarbolando la estelada a lo largo y ancho de toda Cataluña. Imágenes de las fachadas de 40 iglesias, como la Abadía de Montserrat, que han colgado macrofotos con los rostros de los políticos presos por vulnerar la ley. Y da algunos nombres de algunos de los "400 religiosos que apoyaban la celebración del referéndum".
Pero la gran denuncia del ex policía suizo es la del pasado 3 de enero. Meylan remitió al Comité de Derechos Humanos de la ONU un informe sobre las actividades ilegales de siete agentes de los Mossos d'Esquadra que, según él, "están al servicio del golpe de Estado separatista". El dossier lo ha enviado a un Comité formado por 18 expertos encargados de velar por el cumplimiento del Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. El mismo comité que, curiosamente, admitió a trámite en marzo de 2018 la demanda del ex presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, contra la "vulneración de sus derechos políticos" en España. Y en diciembre, tanto Puigdemont como algunos de los políticos presos catalanes -Oriol Junqueras, Raül Romeva, Jordi Turull, Josep Rull y Jordi Sànchez- denunciaron de nuevo esa "vulneración de derechos" ante este organismo de la ONU.
"Son una organización criminal y una secta. El informe que explica las irregularidades que han cometido los siete mossos lo he enviado también al Parlamento Europeo y a la Fiscalía de Barcelona", indica el suizo. Las Fuerzas de Seguridad españolas tienen constancia del contenido de ese informe pues varios agentes ya están siendo investigados en distintos procedimientos por la Guardia Civil. El viernes trascendió que la Audiencia Nacional reabrió la investigación por delito de encubrimiento de rebelión contra cuatro personas que acompañaban a Puigdemont cuando fue detenido en marzo de 2018 en Alemania. Entre ellos estaban dos mossos.
En el informe enviado por Meylan a la ONU el primero de la lista es el ex sargento del área de escoltas de los Mossos Escola Miquel, cuyo rostro salió en todas las televisiones por ser el "escolta de Puigdemont en Bruselas". Se le acusa de de «realizar funciones de seguridad y escolta en Bruselas de Carles Puigdemont, evadido de la Justicia española, sin autorización y en flagrante incompatibilidad de funciones, consumiendo días de vacaciones no disfrutados para ello [fue identificado por los periodistas porque llevaba una insignia que lo identificaba oficialmente como miembro de la policía autonómica catalana]. En agosto de 2018 estuvo en Escocia escoltando a Puigdemont en el festival Beyond Borders en Edimburgo". También de ser sospechoso de haber colaborado en la huida de Puigdemont de España a Bélgica. "El pasado 29 de octubre de 2017, Escola supuestamente guardó un coche no oficial en un aparcamiento cercano al domicilio de Carles Puigdemont en Gerona. Se investiga si fue Escola quien condujo el vehículo privado que llevó a Puigdemont hasta el aeropuerto de Marsella para tomar un vuelo hacia Bruselas y de esta manera evitar la orden de captura que la Justicia española había dictado contra el ex president".
A Escola le abrieron un expediente y en febrero fue apartado del servicio. Pero en julio, Miquel Buch, consejero de Interior de la Generalitat, lo nombró asesor en materia de sistemas de seguridad para el departamento de Interior, con un sueldo de 76.000 euros al año. Entre sus funciones, publicadas en el Diari Oficial de la Generalitat, está "asesorar al consejero de Interior en la implantación y el diseño de sistemas de seguridad corporativos".
El siguiente mosso en la lista que ha presentado Meylan es Miguel Ángel Cherino, subinspector jefe de la unidad de policía judicial en la comisaría de Pla de l'Estany (Gerona). Le acusa, mostrando varias fotos como prueba, de enfrentarse a la Policía Nacional durante el referéndum ilegal del 1-O a las puertas de un colegio de la localidad de San Julián de Ramis, donde debía votar Carles Puigdemont. "Aprovecha su día libre para formar parte del piquete independentista, llegando incluso a intentar agredir a los agentes que trataban de disolver el tumulto", reza el informe. Ahora, a Cherino lo han relevado de la unidad de investigación judicial y le han dado a elegir destino dentro de la unidad de seguridad ciudadana.
El tercer mosso denunciado es Albert Donaire, agente de seguridad ciudadana en Ripollés, que antes había trabajado como programador informático y vendedor de calzado. A Donaire le han bautizado como el "líder de los mossos independentistas" por ser el coordinador del extinguido grupo de Mossos per la Independéncia, rebautizada como Mossos por la República Catalana, con cerca de 400 socios, que depende orgánicamente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC).
Desobediencia al Tribunal
La Guardia Civil presentó ante los tribunales un informe en el que recogió las proclamas de Donaire en un chat entre los mossos independentistas en los preparativos del 1-O. La Guardia Civil decía que este "colectivo dentro del cuerpo", capitaneado por Donaire y por el inspector Xavier Ribelles (otro de los agentes denunciados por François) usó un canal de Telegram para "organizar a Mossos con la finalidad de desobedecer las órdenes del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña y enmascarar la desobediencia con diversos argumentos, tratando de dar una apariencia distinta de la realidad de cara a las autoridades judiciales".
En el chat aparecían consignas como: "Hemos de poner gente mayor impedida y niños como escudos humanos" y Donaire respondía "tiempo al tiempo" ante la propuesta de relanzar el grupo terrorista Terra Lliure. En su cuenta de Twitter también ha escrito frases como: "España es para la democracia lo mismo que un cáncer terminal a un humano" o "Las instituciones españolas comparten tres cosas: son miserables, nos odian y son unas cínicas". Por ello fue investigado por la Unidad Tecnológica de la Policía (UIT) y le denunciaron por delitos de odio relacionados con la consulta del 1-O y el desafío secesionista. Incluso tiene una petición en la plataforma Change.org con 8.678 firmas pidiendo su destitución.
Otro de los mossos investigados que estaban en el chat de Telegram junto con Donaire es Francesc Xavier Ribelles, inspector jefe de Seguridad Ciudadana en Lérida y secretario sectorial de Mossos per la Repùblica Catalana. En el dossier enviado a la ONU llama la atención el apartado en el que dice que la Guardia Civil había intervenido el teléfono de Ribelles. "En el análisis de su teléfono se puede comprobar cómo los participantes de sus grupos de Telegram son conscientes de que se están abriendo investigaciones judiciales en torno a la actuación de los Mossos el 1-O y llegan a plantear la revisión del tema de los jueces si llegara la independencia".
Entre el resto de agentes que aparecen en la denuncia del ex policía suizo está José Luis Blanco, jefe de proximidad área básica policial de Gerona, acusado de "incumplimiento del principio de neutralidad política e imparcialidad según el Artículo 11.1 letra A de la Ley 10/1994 de la Policía de la Generalitat, por apoyar en público en redes sociales (en Twitter se llama Pep White) a ideologías políticas independentistas". También Elisabet Graell, subinspectora en Vic que formó parte de la división de asuntos internos de los Mossos y es hija de Ramón Graell, uno de los fundadores de Convergéncia i Unió. Su "delito", según el informe de François Meylan, es el mismo que el de José Luis Blanco: "Apoyo en público en redes sociales a ideologías políticas independentistas".
El último agente denunciado, y el único que tiene antecedentes, es Antonio Jaén, de la Oficina de Apoyo en la comisaría Pla de l'Estany. En 2011 fue juzgado acusado de cuatro delitos de corrupción de menores por internet y otro de extorsión a una mujer a la que chantajeó con publicar en la red fotos de ella desnuda. El juzgado penal 3 de Girona le condenó a un año y medio de cárcel por un delito de extorsión pero fue absuelto de los delitos de corrupción de menores. En el informe, en lo referente al procés catalán, aparece que Jaén se "desplazó voluntariamente hasta Bruselas en diversas ocasiones para acompañar a Carles Puigdemont (justificando días de vacaciones para ello) y que no ha cumplido con su obligación como policía de informar dónde está un prófugo de la Justicia".
"15% de mossos secesionistas"
Hace unas semanas, Crónica entrevistó a un mosso y a un abogado que aseguraban que había un 15% de agentes secesionistas dispuestos a actuar con deslealtad, por ejemplo, de aplicarse de nuevo el artículo 155; es decir, en torno a 3.000 agentes. Una tercera fuente policial añadía que los números son imposibles de saber, pero sí aportaba otro dato: en la cúpula, el 70% del medio centenar de comisarios e intendentes son independentistas. Una cuarta fuente policial contaba que la gran mayoría no lo son, en parte porque muchos proceden de la Policía Nacional y la Guardia Civil, pero que hay una minoría radical muy activa y muy visible que da mucha guerra -sobre todo los más jóvenes- y, al mismo tiempo, una cúpula también significada porque ha hecho carrera con los políticos secesionistas. Las fuerzas de seguridad también tienen comprobado que este grupo cuenta con un sistema de boicot interno para asegurarse de que no haya disponibilidad de efectivos en los días clave.
"Llevaré el informe contra estos agentes a donde sea necesario. Esta gente no puede seguir siendo policía", insiste François Meylan, que está tan involucrado que el pasado agosto acompañó a uno de los llamados Cuerpos de Brigada de Limpieza (CBL) a quitar lazos amarillos en la comarca del Maresme (Barcelona).
-¿Cómo es posible que usted tenga esa información sobre estos siete mossos? ¿Hay alguien que le esté ayudando o financiando?
-No recibimos ningún apoyo financiero de nadie. Somos todos voluntarios. Y por mi trabajo y los lugares donde me he movido tengo muchos contactos, sobre todo de los servicios de inteligencia franceses. Ellos están preocupados de lo que los independentistas llaman "Cataluña Norte", esos pueblos de los Pirineos franceses que también se quieren independizar.
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