domingo, 13 de marzo de 2016

LA TIENDA EN MADRID QUE GUARDA LA HISTORIA MILITAR DE ESPAÑA


Gemelos de las tropas españolas en el Ejército de África, condecoraciones de la Guerra Civil española y alguna que otra republicana. La tienda Celada es un baúl lleno de recuerdos de las distintas épocas militares en España
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La familia Celada comenzó este negocio dedicándose a la cordonería y ya con mucho más de cien años de historia a sus espaldas sigue abierto convertido en una tienda de artículos militares, especializada en condecoraciones, también para civiles. Los registros del Ayuntamiento de Madrid nos remontan a 1866, cuando la tienda estaba en la calle Rollo, y fue en 1896 cuando se trasladaron a la Calle Mayor. El señor Delfín Celada llegó de Palencia a la capital y montó la citada cordonería. El negocio se dividió entre sus tres hijos. Uno, acabó montando una sombrerería, otro una nueva cordonería que más tarde desapareció y un tercero, también llamado Delfín, es el que se instaló en la Calle Mayor. «Poco a poco, de forma natural, se fue especializando en artículos militares», explica a ABC Rafael Pérez Mingo, quien estuvo trabajando en Celada más de 40 años y se quedó con las riendas del negocio al jubilarse la siguiente generación de los Celada, el tercero llamado Delfín (quien sigue siendo el dueño del local). Ahora es la mujer de Rafael, Esperanza, la encargada de la tienda.
«Por aquí entra clientela de lo más variopinta», cuenta Rafael, «algunos de los que te da miedo hasta abrirles la puerta». «Muchos recuerdan sus batallas en la guerra, otros se exaltan demasiado….pero nosotros ya avisamos que en esta casa se puede hablar de toros y de fútbol pero no de política. Aquí no importa el partido ni la bandera de cada uno», añade. Muchos de los clientes son coleccionistas, «eligen una época e intentan recopilar las condecoraciones correspondientes». Hay quien lleve a Celada sus propias condecoraciones para ganarse unos euros, «y otras veces las familias encuentran ropas e insignias del abuelo, hace poco llegaron unas de Filipinas y Cuba.
Al igual que muchas tiendas, Celada sufrió durante la Guerra Civil y fue incautado material. Entre los papeles de la tienda conservan publicidad de cuando la casa Celada apoyó públicamente al Movimiento Nacional. «Tras la guerra en esta casa cogieron buenas operaciones de todas las tropas en el Norte de África e hicieron una gran fortuna», cuenta Rafael. Un negocio que también ha tenido sus altibajos y que sobrevive actualmente en un contexto muy diferente. Notan muchas diferencias en el producto que más venden, lascondecoraciones tanto civiles como militares. «En tiempos de Franco, cuando se ascendía de coronel a general se hacía muy buenos regalos. Ahora sin embargo se ve como algo ostentoso», aclara el antiguo responsable. En las mejores épocas se regalaban también plumas de solapa de oro, que pueden llegar a costar 700 euros. «Casi nadie hace ahora esos regalos», puntualiza. En la actualidad las condecoraciones civiles más sencillas se encuentran a partir de 35 euros.
Personajes de la nobleza como Carlos Fitz James Stuart, actual Duque de Alba, el periodista Alfonso Ussía, diputados y senadores han pasado por esta tienda. Son muchos los artículos que en ella se pueden encontrar, desdegemelos para condes o duques, medallas, alfileres, condecoraciones e incluso pulseras y llaveros. También entran turistas, atraídos por los objetos militares, aunque en Celada se venden únicamente los españoles. Trabajan sobre todo con clientes particulares y en algunas ocasiones reciben encargos de instituciones aunque al ser trabajo más artesanal no pueden competir con precio para los grandes pedidos.

Objetos curiosos

«Hay muchas condecoraciones de la Guerra Civil pero de la época republicana conservamos muy pocos objetos porque durante la posguerra era peligroso tenerlos», comenta Rafael. Se venden banderas de todos los países y placas de detective. «Desde hace unos años se nos ha prohibido vender las placas de policía y guardia civil». Entre los objetos más curiosos, «unos gemelos de la tropas del Ejército de África» y los que apenas quedan unas unidades, «banderas coroneles del regimiento». También tienen emblemas de todas las carreras, por 18 euros las más sencillas y 105 si son de plata.
La tienda poco ha cambiado desde sus inicios: conserva el escaparate donde se exponen las medallas y efectos militares. El mostrador se ha acortado, «antiguamente ocupaba gran parte de la tienda y llegaron a trabajar cinco personas», recuerda Rafael. Para él la gran diferencia en este negocio es «lacalidad de los materiales utilizados», ahora peores que en épocas anteriores. No es muy optimista a la hora de hablar del futuro de Celada, «le quedan cuatro años, los que le faltan a mi mujer para jubilarse». La experiencia le dice que no va a ser fácil encontrar alguien interesado en este tipo de tienda, con la gran competencia que existe en talleres «que se pisan los unos a los otros y bajan mucho los precios». En el caso de Celada, «muchos trabajos son artesanales y es difícil encontrar bordadoras, ya han fallecido una buena parte de ellas». Implica también invertir en mercancía, «y hay objetos antiguos muy caros». Es necesario además entender lo que se vende, y tal y como recuerda Esperanza, que lleva poco tiempo en el negocio, «no resulta fácil, hay muchas diferencias y terminología».

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