viernes, 29 de enero de 2016

REPÚBLICA CENTROAFRICANA LAS FUERZAS EUROPEAS ACUSADAS DE ABUSOS A MENORES

El portavoz del comisario de DDHH de la ONU, Rupert Colville, presenta el informe sobre violaciones de soldados de la ONU. FABRICE COFFRINIAFP

Una botella de agua y un paquete de galletas por sexo. Ese era el precio que una niña de siete años y un niño de nueve años tuvieron que pagar en 2014 en la República Centroafricana a los miembros de las tropas francesas Sangaris. Así lo cita el último comunicado de la comisión de Naciones Unidas encargada de investigar los casos de violaciones perpetrados en el país por soldados destinados a garantizar la paz en el territorio. "Tanto la niña como su hermano han alegado que otros menores fueron obligados a realizar los mismos actos en repetidas ocasiones por orden de soldados franceses", amplía el informe.

Aún no se cuentan dos semanas desde que se produjo la última de las acusaciones y hoy, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha presentado seis nuevos casos, entre ellos el citado en el párrafo anterior con dos testimonios y que implicaría nuevamente a soldados del ejército francés. Los otros cuatro casos recogen los testimonios de cuatro jóvenes de catorce años que afirman haber sufrido abusos por miembros de un contingente de la Unión Europea (EUFOR). "Dos de ellas indican que fueron violadas y otras dos fueron obligadas a tener sexo a cambio de dinero", explican desde la comisión de investigación.

El fracaso evidente de las Naciones Unidas en el terreno, que recientemente reconocieron haber hecho la vista gorda ante lo que estaba pasando en el país, trata de ser ahora enmendado. "La información sobre las acusaciones pasó de mesa en mesa, de correo en correo, a través de múltiples oficinas de la ONU, sin que nadie quisiese asumir las responsabilidad de abordar las serias violaciones de los derechos humanos", dijo un informe detallado de la Comisión de Derechos Humanos encargada de llevar a cabo las investigaciones actuales publicado en diciembre. Entonces alegaron también que Unicef, órgano encargado de velar por los derechos de la infancia, no reaccionó de forma adecuada.

La caja de Pandora

Desde que salió a la luz el escándalo de las violaciones, tanto la ONU como los gobiernos de procedencia de los soldados implicados han tratado de gestionar la crisis con diligencia. El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Ra'ad Zeid Al Hussein, ha declarado estar "muy alarmado por estos nuevos alegatos que tuvieron lugar en 2014 pero que han sido descubiertos durante las últimas semanas", según cita un comunicado publicado hoy en Ginebra.
Con estos nuevos casos, los miembros de la EUFOR se unen a la investigación que ya pesa sobre las fuerzas de paz de la Misión de la ONU en República Centroafricana (Minusca) -cuyas últimas denuncias se presentaron en el mes de junio- y los soldados del ejército francés. "Demasiados crímenes han quedado impunes hasta ahora y sus autores están disfrutando de esa impunidad, denunció Al Hussein. Y esto simplemente anima a que se produzcan otras violaciones dentro de la Comisión". Durante el pasado año 2015 numerosas alegaciones de violación a menores de edad por parte de los soldados extranjeros de la Misión de Paz en el país fueron sucediéndose. Francia decidió tomar cartas en el asunto e iniciar un proceso paralelo para juzgar a los supuestos implicados.

Francia llevará los abusos ante la justicia

El ministro francés de Defensa, Jean-Yves Le Drian, decidió llevar ante la justicia de su país las denuncias de abusos sexuales contra menores presuntamente cometidas por militares, algunos de ellos franceses, en República Centroafricana.

Así lo anunció, informa Efe, una portavoz ministerial. "El hecho de acudir a la justicia no presupone que se den por buenas las denuncias. Simplemente, pedimos que, ante la posibilidad de que se haya cometido un delito, se abra una investigación para aclararlo", precisó la portavoz.
La portavoz ministerial indicó que su departamento "confía en la justicia" y recordó que, en paralelo, se abrió una investigación interna cuyas conclusiones fueron entregadas a la Fiscalía.
En Francia no hay justicia militar, por lo que son los tribunales civiles quienes juzgan los presuntos delitos cometidos por los militares.

Los acusados son soldados que formaban parte de la operación de la Unión Europea en el país o de la misión francesa desplegada en el mismo.

EL MUNDO

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