El malestar de las víctimas del terrorismo con la gestión en la Audiencia Nacional del caso del etarra Aitor Elizarán crece. La disconformidad con la reciente liberación del terrorista de aquellos que han denunciado a los dirigentes de ETA por delitos de lesa humanidad ha llegado por escrito al presidente de la Audiencia Nacional, José Ramón Navarro. «El auténtico responsable del asesinato de mi hijo es objeto de trato de favor», apunta Antonio Salvà en la misiva, padre de uno de los dos últimos guardias civiles asesinados por ETA en Mallorca el 30 de julio de 2009.
La protesta del padre del agente asesinado se centra en la puesta en libertad del etarra Elizarán tras comparecer ante la juez Carmen Lamela, cuando la Audiencia Nacional había dictado ya una orden de busca y captura. La juez dejó en libertad al etarra pese a la acusación y sin que las víctimas pudieran pronunciarse en una primera vista. Una decisión arropada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional. «No suplico otra cosa ni que la decisión sea una u otra, que sea la que diga la ley, pero que no se proteja de esta manera escandalosa, que se nos proteja a nosotros, las víctimas, y que se nos permita al menos ejercer nuestros derechos, comparecer ante un juez imparcial y poder ser escuchados como es nuestro derecho», apunta la misiva que obra en poder de este diario.
La acusación representada por Salvà ha recusado a la juez Lamela, alegando que le falta imparcialidad y objetividad y recordando sus vínculos con el Ministerio de Justicia del Ejecutivo de Zapatero cuando se producían las negociaciones con la organización terrorista ETA. «Le escribo para suplicarle a la Audiencia Nacional que, conforme a ley, se pueda celebrar una audiencia en el Juzgado de Instrucción número 3 en la que las víctimas podamos pedir cárcel para ese jefe de ETA; que cuando menos podamos ser oídos en nuestros argumentos; y ello cuando concurren, además, los requisitos previstos en la ley para que ingrese en prisión. Ni siquiera voy a entrar en los errores que haya cometido la juez de ese juzgado. Me importa que ese jefe de ETA responda ante la Justicia por sus graves responsabilidades en el asesinato de mi hijo y de varias personas más, nada más»
EL MUNDO
La protesta del padre del agente asesinado se centra en la puesta en libertad del etarra Elizarán tras comparecer ante la juez Carmen Lamela, cuando la Audiencia Nacional había dictado ya una orden de busca y captura. La juez dejó en libertad al etarra pese a la acusación y sin que las víctimas pudieran pronunciarse en una primera vista. Una decisión arropada por la Fiscalía de la Audiencia Nacional. «No suplico otra cosa ni que la decisión sea una u otra, que sea la que diga la ley, pero que no se proteja de esta manera escandalosa, que se nos proteja a nosotros, las víctimas, y que se nos permita al menos ejercer nuestros derechos, comparecer ante un juez imparcial y poder ser escuchados como es nuestro derecho», apunta la misiva que obra en poder de este diario.
La acusación representada por Salvà ha recusado a la juez Lamela, alegando que le falta imparcialidad y objetividad y recordando sus vínculos con el Ministerio de Justicia del Ejecutivo de Zapatero cuando se producían las negociaciones con la organización terrorista ETA. «Le escribo para suplicarle a la Audiencia Nacional que, conforme a ley, se pueda celebrar una audiencia en el Juzgado de Instrucción número 3 en la que las víctimas podamos pedir cárcel para ese jefe de ETA; que cuando menos podamos ser oídos en nuestros argumentos; y ello cuando concurren, además, los requisitos previstos en la ley para que ingrese en prisión. Ni siquiera voy a entrar en los errores que haya cometido la juez de ese juzgado. Me importa que ese jefe de ETA responda ante la Justicia por sus graves responsabilidades en el asesinato de mi hijo y de varias personas más, nada más»
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