Los planes de Hitler para invadir Gran Bretaña que nunca fueron realidad
Día 26/04/2014 - 01.25h
El nombre en clave del proyecto de 1940 fue primero «Löwe», león, y luego «Seelöwe», león marino
En julio de 1940, tras haber derrotado con una rapidez inaudita a Francia, Hitlerse plantea la eventual invasión del Reino Unidosi Londres no se aviene a negociar una paz. El plan fue inicialmente bautizado con el nombre en clave de Löwe (León), aunque más tarde, al parecer a instancias del propio Führer, fue denominado Seelöwe (león marino). Se basaba en una planificación realizada por la Kriegsmarine antes incluso de que diera comienzo la guerra y que llevaba el mucho menos imaginativo título de Plan Nord-West (Norte-Oeste).
La Marina de Guerra del Reich tenía mucho que decir en el tema, no sólo por ser suyo el proyecto inicial, sino porque, como operación de desembarco, debían ser sus buques los que llevasen a cabo la parte más complicada de la misión, que ya en 1939 su Estado Mayor había considerado muy problemática.
A ello vino a unirse el alto coste de unidades navales perdidas en la por otra parteexitosa ocupación de Noruega. Ello evidenció que la Kriegsmarine era la única de las tres armas de la Wehrmacht que estaba en clara desventaja frente a sus rivales aliadas por número y potencia de sus buques. Y, particularmente, porque carecía de unidades especializadas en acciones de desembarco.
La «Luftwaffe»
Debido a esas circunstancias y reticencias, el Gran Almirante Raeder, en una reunión mantenida con Hitler en la Cancillería el 21 de mayo de 1941, desaconsejó vivamente cualquier intento de invasión de las Islas Británicas sin el claro dominio del aire, desde donde podría apoyarse con efectividad a las unidades de desem-barco y a la propia fuerza invasora en tierra.
El mariscal Göring, como otras muchas veces a lo largo de la guerra, se mostró confiado y aseguró que en pocas semanas sería capaz de barrer de los cielos a la aviación británica. Y como tantas veces a lo largo de la guerra (Dunkerqueo Stalingrado, por ejemplo) fue vencido por una realidad que nunca llegó a aceptar: la mejor aviación táctica que existía en el mundo no estaba diseñada para mantener de manera continuada operaciones estratégicas.
Mientras hubo opciones de que la Luftwaffe cumpliera con su misión, el planeamiento de Seelöwe continuó adelante, concentrándose hombres y medios en la orilla continental del Canal de la Mancha. Von Reundstedt dirigiría las fuerzas invasoras en tres oleadas formadas por 250.000 efectivos y unos 30.000 vehículos, organizados en tres ejércitos (el 6º, el 9º y el 16º) y apoyados en los puntos clave por fuerzas aerotransportadas.
Pero ni la RAF llegó nunca a ser derrotada por la Lufwaffe, ni la Kriegsmarine a considerar unas mínimas opciones de éxito de tal operación. En cuanto al Heer, el Ejército de Tierra, pensaba que necesitaba disponer en las islas de tres veces más hombres que los planeados inicialmente (hasta un total de un millón de efectivos)… Ni por tierra, ni por mar, ni por aire el Reich estuvo nunca en condiciones de tomar al asalto Gran Bretaña. León Marino fue abandonado.
España y la Operación Félix
Una vez desechado un desembarco en Gran Bretaña, la lucha entre los británicos y el Eje se centró fundamentalmente en el Mediterráneo. Por ello, los planificadores germanos pensaron en cerrar la entrada occidental a dicho mar, ocupando Gibraltar.
Pero resultaba imprescindible contar con el apoyo incondicional de Madrid, algo que no ocurriría, a pesar de las presiones alemanas. Se pensó, incluso, que las fuerzas de la Wehrmacht entraran en la Península a pesar de la oposición española y se comenzó a planificar la Operación Félix, el asalto a la Roca: dos cuerpos de ejército, al mando de Von Reichenau, penetrarían por los Pirineos.
Uno asaltaría el Peñón y el otro aseguraría los flancos, apoyados por tres alas de aviones de caza y bombarderos en picado. Durante la operación se consolidarían las posiciones en el norte de África, Río de Oro y Canarias para bloquear cualquier iniciativa británica. La Abwer de Canaris (buen conocedor de España) se opuso vivamente a la operación por el coste de todo tipo que tendría un enfrentamiento en España. Y ya para entonces, las opciones estratégicas alemanas empezaban a apuntar hacia el Este. Félix, como León Marino, también sería clausurado.
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