Las mafias supeditan los saltos de la valla al impacto mediático
- Unos 2.000 subsaharianos se esconden en las proximidades del vallado de Melilla, pendientes de que se alivie el CETI
Las mafias que controlan a los subsaharianos que intentan entrar en España a través del vallado de Melilla tratan de acomodar los grupos que van a protagonizar los saltos a las «disponibilidades» que ofrece el ya saturado Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI), según fuentes conocedoras del asunto. Pero la cifra de los que se esconden en territorio marroquí, en las proximidades del vallado, no baja nunca de los 2.000, y su impaciencia puede provocar saltos masivos, lo quieran o no las mafias.
A la Guardia Civil, con una larga experiencia en la vigilancia del vallado, le llamó la atención que los que parecían encabezar al centenar de individuos que protagonizaron el salto del pasado jueves por la zona del Barrio Chino eran ya conocidos por haber sido devueltos a territorio marroquí en varias ocasiones tras otras intentonas. Su papel, según se pudo comprobar, fue más de agitación, dada la presencia de medios de comunicación.
Con este control de los saltos y la estrategia de buscar eco mediático, las mafias, según los mismos medios, procuran no incrementar la alarma que entre la población habitual de la Ciudad Autónoma causaron los últimos saltos masivos. Al producirse de madrugada y ser muy numerosos, provocaron un auténtico shock, con decenas de ciudadanos de color gritando por las calles. Los melillenses que dormían a esas horas se despertaron sobresaltados.
En cualquier caso, los cabecillas de las citadas mafias se han encontrado con la respuesta contundente del Gobierno, que ayer aprobó medidas para reforzar el vallado y que ha incrementado de forma considerable el número de agentes de las Fuerzas de Seguridad encargados de la vigilancia de la frontera.
En la actualidad, el CETI de Melilla no baja de los 1.800 acogidos (su capacidad operativa es de 500 plazas), una cifra prácticamente idéntica a la de hace varias semanas, y que no desciende pese a los traslados que se realizan casi a diario de inmigrantes a la Península, al puerto de Málaga.
A la Guardia Civil, con una larga experiencia en la vigilancia del vallado, le llamó la atención que los que parecían encabezar al centenar de individuos que protagonizaron el salto del pasado jueves por la zona del Barrio Chino eran ya conocidos por haber sido devueltos a territorio marroquí en varias ocasiones tras otras intentonas. Su papel, según se pudo comprobar, fue más de agitación, dada la presencia de medios de comunicación.
Con este control de los saltos y la estrategia de buscar eco mediático, las mafias, según los mismos medios, procuran no incrementar la alarma que entre la población habitual de la Ciudad Autónoma causaron los últimos saltos masivos. Al producirse de madrugada y ser muy numerosos, provocaron un auténtico shock, con decenas de ciudadanos de color gritando por las calles. Los melillenses que dormían a esas horas se despertaron sobresaltados.
En cualquier caso, los cabecillas de las citadas mafias se han encontrado con la respuesta contundente del Gobierno, que ayer aprobó medidas para reforzar el vallado y que ha incrementado de forma considerable el número de agentes de las Fuerzas de Seguridad encargados de la vigilancia de la frontera.
En la actualidad, el CETI de Melilla no baja de los 1.800 acogidos (su capacidad operativa es de 500 plazas), una cifra prácticamente idéntica a la de hace varias semanas, y que no desciende pese a los traslados que se realizan casi a diario de inmigrantes a la Península, al puerto de Málaga.
El motivo es la entrada por las fronteras legales de numerosos individuos de nacionalidad siria que, al carecer, según dicen, de medios económicos, se dirigen al citado centro, a sabiendas de que tarde o temprano serán llevados a la península. Utilizan documentaciones legales o falsificadas.
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