Interior descarta reforzar la frontera de Ceuta y Melilla con el Ejército
Día 06/03/2014 - 18.32h
Fernández Díaz anuncia una inversión de 1.500.00 euros para mejorar la valla tras visitar el CETI de Melilla
El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha anunciado hoy la puesta en marcha, con carácter de urgencia, de mejoras en la valla de Melilla con una inversión de 1.500.00 euros, al tiempo que ha descartado la presencia del Ejército para reforzar el trabajo de la Guardia Civil, como ocurrió en 2005.
En una rueda de prensa ofrecida en el Palacio de la Asamblea de Melilla, Fernández Díaz ha anunciado un inversión total de 1.500.000 euros para mejorar la eficacia de la valla y poder hacer frente a la presión migratoria que sufre la ciudad, comparable a la de hace ocho años.
Las medidas supondrán la colocación de una malla «antitrepa» en unos 15 kilómetros del perímetro, tanto en la valla interior como en la exterior, la colocación de tres torres donde se van a instalar tres cámaras térmicas de vigilancia y la eliminación de unos elementos del vallado, los flejes, que actualmente ayudan a los inmigrantes a dar el salto.
El ministro del Interior ha vuelto a defender la actuación de la Guardia Civil por su labor en la frontera de Ceuta y Melilla frente a las «irresponsables afirmaciones» de algunas personas e instituciones. «acusar a la Guardia Civil en los términos en que se ha hecho —ha dicho— es absolutamente injusto e inmoral».
«Eso mismo le dije a la comisaria de Interior, Cecilia Malmström en Bruselas. Lo diré donde haga falta: no podemos consentir ese tipo de acusaciones por injustas, indignas e inmorales», ha añadido, y ha pedido que algunas personas e instituciones sean «más responsables a la hora de hacer ciertas afirmaciones».
El titular de la cartera de Interior ha lamentado la fuerte presión migratoria que soportan Ceuta y Melilla, una situación provocada por «las mafias que abusan de la desesperación», de «personas que buscan un lugar donde poder vivir con la dignidad que les corresponde». Pero Fernández Díaz ha subrayado que «tiene que haber seguridad para que la libertad y los derechos se puedan ejercer en plenitud».
Visita el CETI
El ministro del Interior ha visitado hoy el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla, muy saturado con las últimas entradas de subsaharianos. Lo ha hecho acompañado por el delegado del Gobierno, Abdelmalik El Barkani, así como de mandos de la Guardia Civil y de la Policía Nacional. Previamente, se había aproximado al CETI la secretaria general de Inmigración y Emigración, Marina del Corral, que acompaña al ministro en su visita a Melilla.
En la puerta del centro se encontraban los familiares de los dos jóvenes melillenses fallecidos por disparos de la Marina Real Marroquí en octubre de 2013, que han increpado a la secretaria general y al ministro, que ha accedido al CETI en coche.
Fernández Díaz ha recorrido las diferentes estancias del centro, incluida la zona en la que se han colocado tiendas de campaña, instaladas debido a su saturación. Las tiendas fueron cedidas por el Ejército, aunque actualmente están siendo sustituidas por otras de Cruz Roja, entidad que ha reforzado su colaboración con el CETI tras las últimas entradas masivas de la semana pasada.
La ocupación del CETI continúa siendo extremadamente alta, con casi 1.300 inmigrantes acogidos de unas 40 nacionalidades. Son fundamentalmente subsaharianos, ya que son los que protagonizan los asaltos masivos al vallado, aunque también hay un amplio grupo de sirios, que suelen entrar en un goteo constante a través de los puestos fronterizos, aprovechando su parecido físico con marroquíes.
Foto «histórica»
Antes de llegar al CETI, Fernández Díaz ha recorrido el perímetro fronterizo, empezando por el puesto de Beni Enzar, el principal de los cuatro pasos habilitados que existen entre Melilla y Marruecos. Allí, el ministro ha saludado y hablado con las autoridades aduaneras marroquíes, a las que ha agradecido su trabajo y su colaboración, y con las que ha posado ante los periodistas, en una foto que ha calificado como «histórica».
En este puesto, Interior prevé iniciar de manera inminente unas obras, que ya han sido adjudicadas, y que tienen como objeto mejorar tanto la fluidez como la seguridad del tránsito fronterizo. Tras Beni Enzar, Fernández Díaz se ha dirigido a la valla, con una parada en la zona de Villa Pilar, uno de los puntos habituales elegido por los inmigrantes para sus asaltos.
Los casi once kilómetros de perímetro que tiene Melilla están custodiados por un triple obstáculo, un doble vallado al que se suma, en medio de las dos verjas, un entramado de cables de acero entrelazados denominado sirga tridimensional.
El coronel jefe de la Guardia Civil, Ambrosio Martín Villaseñor, ha ido explicando a Fernández Díaz las peculiaridades de la valla, incluida la zona en la que se colocará la malla «antitrepa», anunciada ayer en Ceuta por el ministro
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Interior eleva a “cuestión de Estado” la crisis migratoria de Ceuta y Melilla
El ministro vuelve a exigir su cooperación a la Unión Europea para evitar los saltos de la valla
"La Guardia Civil no hizo nada mal mientras no se demuestre lo contrario", afirma sobre Tarajal
Toñy Ramos / J. J. Gálvez Melilla / Madrid 6 MAR 2014 - 23:21 CET852
La escalada dialéctica que ha emprendido el titular de Interior, Jorge Fernández Díaz, sigue en progresión. Su recorrido por las ciudades españolas en el norte de África, que comenzó el miércoles en Ceuta y ha continuado este jueves en Melilla, se ha traducido en un uso medido del lenguaje para respaldar la labor de la Guardia Civil en los perímetros fronterizos tras la tragedia del Tarajal, el pasado 6 de febrero. Ese día, 15 subsaharianos perdieron la vida al intentar alcanzar a nado la playa ceutí. Y ahora, justo un mes después, el tono del ministro se ha elevado un poco más y ha calificado de "cuestión de Estado" la presión migratoria que soportan las dos ciudades autónomas en este momento.
"En la actualidad tenemos una situación similar a la de 2005 y 2006, cuando fallecieron personas en Ceuta y en Melilla. Este problema debe tratarse como una política de Estado en cooperación con la Unión Europea", ha recalcado el miembro del Ejecutivo, que ha continuado su mensaje con ataques —como ya hizo el miércoles— a quienes critican a los agentes del instituto armado por la actuación del Tarajal. "Acusarlos es injusto, indigno e inmoral", ha sentenciado.
Y siguió en su defensa de la Benemérita. "La Guardia Civil no hizo nada mal mientras no se demuestre lo contrario", ha destacado. Unas palabras que hurgan en la herida abierta con Bruselas, después de que la comisaria de Interior, Cecilia Malmström, repitiera el lunes que "pudo haber relación entre los disparos de pelotas de goma y el pánico que provocó la tragedia". Pero es que, a su vez, las manifestaciones de Díaz también acentúan su enfrentamiento con los grupos de la oposición y las ONG, que han exigido dimisiones y responsabilidades por las muertes. "Algunas instituciones y personas deberían ser más respetuosas", ha subrayado el ministro.
Porque el viaje del titular de Interior a los dos municipios tenía un mensaje claro, que él mismo no ha querido esconder: mostrar su total apoyo a los Gobiernos locales, ambos del PP, y al instituto armado, que "combaten el problema" de la inmigración irregular. Por ello, en todo momento, el ministro ha ensalzado la labor de los agentes. Y, este jueves, incluso, ha dado un paso más en ese sentido. "Sin seguridad no podemos hablar de libertad, ni de ejercer derechos", ha señalado en una rueda de prensa tras reunirse con el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, y el delegado del Gobierno, Abdelmalik
Antes, Díaz ha calcado la agenda que ya siguió el miércoles en Ceuta. A un primer encuentro con las autoridades locales le ha seguido un recorrido por la valla, una cita con los mandos de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), y el saludo a los agentes marroquíes destinados en la frontera que separa España del país vecino.
Eso sí, en esta ocasión ha introducido en su itinerario una parada en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla. Y, a su llegada a esta saturada instalación —alberga a más de 1.300 personas, a pesar de que solo cuenta con 472 plazas— le esperaban gritos de protesta. En medio de un fuerte despliegue policial, con antidisturbios de la Guardia Civil y del CNP, un grupo de refugiados sirios ha exigido su traslado a la Península. Para hacerse oír, han desplegado pancartas donde se leía en castellano: "No CETI Melilla, sí Madrid".
Pero esta reivindicación no ha sido la única. En las puertas del centro también han esperado al ministro los familiares de dos jóvenes melillenses que murieron a manos de la marina marroquí en octubre de 2013. Con carteles y proclamas de Pisly y Misly no estáis solos, los padres de los fallecidos han exigido al responsable de Interior una explicación por el "brutal asesinato" —en palabras de Imbroda— que se produjo en aguas del país vecino.
Una protesta que no ha inquietado a Fernández Díaz, que ha proseguido con su visita. Para, después, dirigirse directamente a la rueda de prensa. Allí, ha repetido de nuevo el mensaje de los últimos días sobre la necesidad de "proteger" las fronteras. Primero, ha insistido en su defensa del uso de las concertinas en las vallas que cercan Ceuta y Melilla. "Se trata de un elemento disuasorio y no agresivo, que ha demostrado su eficacia", ha asegurado. Y ha anunciado también mejoras de las instalaciones en la frontera que ha visitado este jueves: en este caso, colocación de más mallas antitrepa y la construcción de tres torres de vigilancia con cámaras térmicas.
Además, el ministro ha vuelto a insistir en que la Guardia Civil no practica devoluciones en caliente. "No existen. Ni de hecho, ni en la ley", ha dicho, a pesar de que las cámaras de vigilancia instaladas en la frontera de Ceuta captaron cómo los agentes devolvían a Marruecos a una veintena de inmigrantes que pisaban suelo español el día de las muertes junto al espigón de la playa de Tarajal.
Una tragedia que, este jueves, Imbroda ha querido valorar. El presidente de Melilla ha criticado que "en la balanza" se haya puesto "solamente el drama humano" de los subsaharianos y de la población de los países de los que proceden; y no se haya tenido en cuenta el impacto que, según afirmó, tendría su llegada a Melilla. "Hay que poner el acento en la gravísima situación que podría producirse si esta inmigración irregular, siempre ilegal, entrara en la ciudad", ha concluido.
"En la actualidad tenemos una situación similar a la de 2005 y 2006, cuando fallecieron personas en Ceuta y en Melilla. Este problema debe tratarse como una política de Estado en cooperación con la Unión Europea", ha recalcado el miembro del Ejecutivo, que ha continuado su mensaje con ataques —como ya hizo el miércoles— a quienes critican a los agentes del instituto armado por la actuación del Tarajal. "Acusarlos es injusto, indigno e inmoral", ha sentenciado.
Y siguió en su defensa de la Benemérita. "La Guardia Civil no hizo nada mal mientras no se demuestre lo contrario", ha destacado. Unas palabras que hurgan en la herida abierta con Bruselas, después de que la comisaria de Interior, Cecilia Malmström, repitiera el lunes que "pudo haber relación entre los disparos de pelotas de goma y el pánico que provocó la tragedia". Pero es que, a su vez, las manifestaciones de Díaz también acentúan su enfrentamiento con los grupos de la oposición y las ONG, que han exigido dimisiones y responsabilidades por las muertes. "Algunas instituciones y personas deberían ser más respetuosas", ha subrayado el ministro.
Porque el viaje del titular de Interior a los dos municipios tenía un mensaje claro, que él mismo no ha querido esconder: mostrar su total apoyo a los Gobiernos locales, ambos del PP, y al instituto armado, que "combaten el problema" de la inmigración irregular. Por ello, en todo momento, el ministro ha ensalzado la labor de los agentes. Y, este jueves, incluso, ha dado un paso más en ese sentido. "Sin seguridad no podemos hablar de libertad, ni de ejercer derechos", ha señalado en una rueda de prensa tras reunirse con el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, y el delegado del Gobierno, Abdelmalik
Antes, Díaz ha calcado la agenda que ya siguió el miércoles en Ceuta. A un primer encuentro con las autoridades locales le ha seguido un recorrido por la valla, una cita con los mandos de la Guardia Civil y del Cuerpo Nacional de Policía (CNP), y el saludo a los agentes marroquíes destinados en la frontera que separa España del país vecino.
Eso sí, en esta ocasión ha introducido en su itinerario una parada en el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Melilla. Y, a su llegada a esta saturada instalación —alberga a más de 1.300 personas, a pesar de que solo cuenta con 472 plazas— le esperaban gritos de protesta. En medio de un fuerte despliegue policial, con antidisturbios de la Guardia Civil y del CNP, un grupo de refugiados sirios ha exigido su traslado a la Península. Para hacerse oír, han desplegado pancartas donde se leía en castellano: "No CETI Melilla, sí Madrid".
Pero esta reivindicación no ha sido la única. En las puertas del centro también han esperado al ministro los familiares de dos jóvenes melillenses que murieron a manos de la marina marroquí en octubre de 2013. Con carteles y proclamas de Pisly y Misly no estáis solos, los padres de los fallecidos han exigido al responsable de Interior una explicación por el "brutal asesinato" —en palabras de Imbroda— que se produjo en aguas del país vecino.
Una protesta que no ha inquietado a Fernández Díaz, que ha proseguido con su visita. Para, después, dirigirse directamente a la rueda de prensa. Allí, ha repetido de nuevo el mensaje de los últimos días sobre la necesidad de "proteger" las fronteras. Primero, ha insistido en su defensa del uso de las concertinas en las vallas que cercan Ceuta y Melilla. "Se trata de un elemento disuasorio y no agresivo, que ha demostrado su eficacia", ha asegurado. Y ha anunciado también mejoras de las instalaciones en la frontera que ha visitado este jueves: en este caso, colocación de más mallas antitrepa y la construcción de tres torres de vigilancia con cámaras térmicas.
El Gobierno continúa con su apuesta de reforzar la frontera y anuncia la construcción de tres torres de vigía
Una tragedia que, este jueves, Imbroda ha querido valorar. El presidente de Melilla ha criticado que "en la balanza" se haya puesto "solamente el drama humano" de los subsaharianos y de la población de los países de los que proceden; y no se haya tenido en cuenta el impacto que, según afirmó, tendría su llegada a Melilla. "Hay que poner el acento en la gravísima situación que podría producirse si esta inmigración irregular, siempre ilegal, entrara en la ciudad", ha concluido.
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