Turquía exige explicaciones a Londres por las «escandalosas» denuncias de espionaje
Día 17/06/2013 - 20.44h
El ministerio de Exteriores turco expresa su «alarma» al embajador británico y Sudáfrica, espiada presuntamente desde 2005, pide a Londres una «investigación completa»
El ministerio de Exteriores de Turquía ha pedido una «explicación oficial y satisfactoria» al Reino Unido después de trascender que los servicios de inteligencia británicos habrían interceptado las comunicaciones de la delegación turca en una cumbre del G20 en 2009. «Si existe la mínima verdad en cualquiera de estas alegaciones, constituiría evidentemente un escándalo, principalmente para el país afectado», señala el gobierno turco en un comunicado publicado este lunes, unas horas después de las sorprendentes revelaciones del diario «The Guardian».
«Si es verdad, constituiría evidentemente un escándalo», afirma Ankara
Pero no ha logrado impedir que la agenda de los jefes de gobierno de las ocho grandes potencias se envenene por la sospecha de que la inteligencia británica espió a las delegaciones de países como Turquía, Sudáfrica o Rusia cuando Gran Bretaña presidía el G20 en los cruciales meses de 2009 posteriores a la caída de Lehman Brothers. El gobierno sudafricano, por su parte, ha expresado en un comunicado de su ministerio de Exteriores que «tenemos relaciones fuertes, sólidas y cordiales con el Reino Unido y pediríamos a su gobierno que investigue este asunto de forma completa para tomar acciones fuertes y visibles contra los responsables».
Sudáfrica es miembro de la Commonwealth y comparte con Gran Bretaña múltiples lazos políticos y culturales. Según lo publicado hoy, habría sido objeto del espionaje de comunicaciones británico desde 2005. «No tenemos aún todos los detalles de lo publicado pero en principio condenaríamos el abuso de la privacidad y de los derechos humanos elementales, particularmente si emanan de quienes se reivindican como demócratas», asegura el comunicado de la diplomacia sudafricana.
Dos «aliados» en al OTAN
No ha trascendido por ahora ningún comentario de la parte de Vladimir Putin, el primer ministro ruso presente hoy y mañana en la cumbre del G8, al destaparse que la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EE.UU. y la la agencia de comunicaciones británica (GCHQ por sus siglas en inglés) interceptaron las comunicaciones del presidente ruso Medvedev durante su visita a Londres en abril de 2009 para una cumbre del G20.
«En un entorno en el que la confianza mutua, el respeto y la transparencia deberían ser esenciales para la cooperación internacional, un acto así por un país aliado sería considerado claramente como inaceptable, si se confirman las informaciones periodísticas», asegura el comunicado turco. Turquía y Gran Bretaña son dos países miembros de la OTAN.
Preguntados por la BBC, un portavoz de la diplomacia británica ha insistido en que «no acostumbramos a comentar las cuestiones de inteligencia», y se ha limitado a explicar que las protestas al embajador británico han sido transmitidas por teléfono. «Las iniciativas diplomáticas necesarias han sido adoptadas», ha anunciado el gobierno turco.
Esta crisis diplomática llega en medio de fuertes enfrentamientos en las calles del centro de Estambul, y en plena ofensiva internacional de David Cameron para intentar avanzar hacia una solución pacífica al conflicto en Siria, un tablero en el que Turquía juega un papel crucial por la extensa frontera que comparte con el norte de Siria y por su apoyo logístico a los rebeldes.
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