El atentado en Turquía aumenta la presión para intervenir en Siria
Día 13/05/2013 - 11.56h
Ankara asegura que los servicios secretos de Bashar al Assad planearon los ataques
El atentado terrorista en la ciudad de Reyhanli, en la frontera de Turquía con Siria, ha incrementado la presión para una intervención encaminada a crear «zonas seguras» que eviten que el conflicto sirio se expanda a los países vecinos. La imposición de una zona de prohibición de vuelo en las áreas fuertes de la resistencia es una de las opciones barajadas. Pero la renuencia a enredarse en el avispero sirio sigue siendo fuerte entre varios aliados líderes occidentales, empezando por el presidente Obama, que hoy se entrevista con el primer ministro británico, David Cameron, que se encuentra en el frente de quienes reclaman una acción más decisiva. También el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, visitará a Obama el próximo jueves y le pedirá que dé un paso adelante: «Queremos que EE.UU. asuma más responsabilidades», afirmó Erdogan recientemente en una entrevista a la cadena norteamericana NBC.
El gobierno turco considera al régimen sirio responsable del atentado, el más letal en la historia reciente de Turquía. El número de víctimas mortales asciende ya a 46, a las que hay que añadir al menos 155 heridos. Además, más de setecientos establecimientos, 62 vehículos y ocho edificios públicos resultaron dañados en la explosión de dos coches bomba en el centro de la localidad.
«El ataque no tiene ninguna relación con los refugiados sirios en Turquía, y la tiene toda con el régimen sirio», declaró ayer el Ministro de Asuntos Exteriores, Ahmet Davutoglu. Horas antes, el viceprimer ministro, Besir Atalay, había asegurado que las autoridades turcas se encontraban muy cerca de identificar a los autores de la matanza. «La organización y los perpetradores tienen vínculos con la "mujabarat" (la inteligencia) del régimen», afirmó.
Turcos al servicio de Siria
Atalay apuntaba a una red operativa turca al servicio del Gobierno sirio que opera en la región fronteriza con Siria, y a la que se considera responsable de varios secuestros de destacados opositores sirios en territorio turco. Algunos de sus miembros también podrían hallarse detrás de la furgoneta bomba del pasado febrero en el mismo Reyhanli, que mató a 14 personas e hirió a varias docenas, y cuyo objetivo aparente eran los líderes de la oposición siria, presentes en el lugar.
Ayer, el ministro del Interior, Muammer Güler, acompañado de otros miembros del Gobierno, anunció la detención de nueve ciudadanos turcos por su presunta vinculación con los coches bomba. Según Güler, estos individuos, «de acuerdo con sus propias confesiones y declaraciones», son los culpables del atentado, siguiendo órdenes del régimen sirio. «Lo que se busca aquí es crear una sensación de provocación, un intento de crear negatividad hacia los refugiados. Los ciudadanos deben cobrar conciencia de ello», aseguró Güler.
Pero las acusaciones han sido refutadas por el régimen de Al Assad. «Nadie en Turquía tiene el derecho de lanzar acusaciones arbitrarias contra Siria y responsabilizarla de estos atentados. Siria no los ha perpetrado, y nunca haría tal cosa, porque nuestros valores no nos lo permiten», aseguró el ministro de Información sirio, Omran Al Zoubi.
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