París y Londres se alían contra Berlín y plantean armar a los rebeldes sirios
Merkel reacciona a la presión de Hollande: “Dos países no arrastrarán a 25”
Una imprevista alianza entre François Hollande, el presidente francés, y David Cameron, el primer ministro británico, amenaza con romper la unidad en el seno de la UE y dar un giro al conflicto sirio. Ambos plantearon en la cumbre en Bruselas levantar el embargo de armas a los rebeldes en este país. Alemania y otros se oponen. Los ministros de Exteriores buscarán un acuerdo pero si en “unas semanas” no se logra, Francia y el Reino Unido, que están de acuerdo con EE UU, actuarán, según Hollande: “Asumiremos nuestras responsabilidades”.
El presidente francés, que encabeza esta iniciativa, habló tras la cumbre en todo durísimo, solemne, prácticamente como si anunciara ya decisiones militares francesas. “Antes pensaba que bastaba con lo que estábamos haciendo. Pero ahora creo que no. La situación ha cambiado y la presión militar puede ser un elemento más. Lo más peligroso sería no hacer nada. Bachar el Asad está masacrando a su pueblo. Si no hacemos nada corremos el riesgo de que algunos sirios, desesperados, se entreguen en brazos del terrorismo”. Hollande insiste en que la entrega de armas a la oposición se haría con todas las garantías de que no acaban en manos de grupos radicales, el gran temor.
Cameron aseguró que en este momento la UE prácticamente trata igual al régimen que a los rebeldes y apostó por modificar el embargo para mandar una “señal clara” del apoyo a la oposición y para lograr que sea vista como una “fuerza creíble”. Merkel, por el contrario, se concentró en los riesgos: “Tenemos una serie de reservas porque debemos preguntarnos si esto aviva las llamas del conflicto”, aseguró la canciller.
Esta alianza París-Londres tiene su importancia estratégica dentro de los equilibrios de la UE. Hasta ahora, Cameron se colocaba con Merkel en las cuestiones principales frente a Hollande, que recibía el apoyo de los países del sur, incluida España. Siria ha cambiado ese tablero y Merkel vuelve así a sus aliados tradicionales como Austria, que dejó muy claro que no apoyará la entrega de armas a los rebeldes sirios.
España, por ejemplo, mantuvo una posición de esperar y ver, típica del equipo de Rajoy. El presidente solo dijo a la prensa que esto lo discutirán los ministros de Exteriores la próxima semana en Dublín. Fuentes del equipo de Rajoy señalaban que España no apoya de momento ese levantamiento del embargo y confía en que se encuentre un acuerdo en el seno de la UE. España pide prudencia, explicaron.
El paso adelante de Francia y Reino Unido ha sorprendido a las instituciones europeas, que no habían incluido a Siria en las conclusiones del Consejo Europeo. La alta representante comunitaria para la política exterior, Catherine Ashton, que en la reunión rechazó la iniciativa por la inestabilidad que podría causar en la zona, ha quedado fuera de los movimientos previos, sorprendida. Aparentemente, nadie le avisó.
El cambio de postura de Hollande y Cameron abre un camino de difícil retorno en la hasta ahora tibia postura común europea sobre ese conflicto. La política de sanciones, entre las que se incluye el embargo, requiere de la unanimidad de todos los países miembros. Basta con que uno la rechace para que el embargo decaiga, un escenario que dejaría manos libres a cada país para vender lo que considerase a la oposición del país oriental. El 31 de mayo caduca el embargo. París y Londres podrían negarse a renovarlo.
A finales de febrero, los 27 creyeron haber encontrado la fórmula parasatisfacer las demandas de Cameron y Hollande: permitir enviar a la oposición material no letal (por ejemplo, vehículos blindados) y brindar asistencia técnica. Sin embargo, ambos han decidido dar un giro que ha dejado a muchos descolocados y que obliga a tomar decisiones.
El presidente francés, que encabeza esta iniciativa, habló tras la cumbre en todo durísimo, solemne, prácticamente como si anunciara ya decisiones militares francesas. “Antes pensaba que bastaba con lo que estábamos haciendo. Pero ahora creo que no. La situación ha cambiado y la presión militar puede ser un elemento más. Lo más peligroso sería no hacer nada. Bachar el Asad está masacrando a su pueblo. Si no hacemos nada corremos el riesgo de que algunos sirios, desesperados, se entreguen en brazos del terrorismo”. Hollande insiste en que la entrega de armas a la oposición se haría con todas las garantías de que no acaban en manos de grupos radicales, el gran temor.
El acuerdo en el seno de la UE parece difícil. Sobre todo si se escucha la rueda de prensa que, en una sala contigua a la de Hollande y al mismo tiempo, estaba ofreciendo la canciller Merkel. Pese a sus formas habitualmente pausadas, la jefa del Gobierno alemán quiso dejar claro que no compartía en absoluto el giro dado por Francia y el Reino Unido y que le molestaba que trataran de arrastrar a los demás. “Solo el hecho de que dos países hayan cambiado su posición no es suficiente para que los otros 25 les sigan”.
Cameron aseguró que en este momento la UE prácticamente trata igual al régimen que a los rebeldes y apostó por modificar el embargo para mandar una “señal clara” del apoyo a la oposición y para lograr que sea vista como una “fuerza creíble”. Merkel, por el contrario, se concentró en los riesgos: “Tenemos una serie de reservas porque debemos preguntarnos si esto aviva las llamas del conflicto”, aseguró la canciller.
Esta alianza París-Londres tiene su importancia estratégica dentro de los equilibrios de la UE. Hasta ahora, Cameron se colocaba con Merkel en las cuestiones principales frente a Hollande, que recibía el apoyo de los países del sur, incluida España. Siria ha cambiado ese tablero y Merkel vuelve así a sus aliados tradicionales como Austria, que dejó muy claro que no apoyará la entrega de armas a los rebeldes sirios.
España, por ejemplo, mantuvo una posición de esperar y ver, típica del equipo de Rajoy. El presidente solo dijo a la prensa que esto lo discutirán los ministros de Exteriores la próxima semana en Dublín. Fuentes del equipo de Rajoy señalaban que España no apoya de momento ese levantamiento del embargo y confía en que se encuentre un acuerdo en el seno de la UE. España pide prudencia, explicaron.
Si no hacemos algo corremos el riesgo de que algunos sirios se entreguen al terrorismo
François Hollande
El cambio de postura de Hollande y Cameron abre un camino de difícil retorno en la hasta ahora tibia postura común europea sobre ese conflicto. La política de sanciones, entre las que se incluye el embargo, requiere de la unanimidad de todos los países miembros. Basta con que uno la rechace para que el embargo decaiga, un escenario que dejaría manos libres a cada país para vender lo que considerase a la oposición del país oriental. El 31 de mayo caduca el embargo. París y Londres podrían negarse a renovarlo.
A finales de febrero, los 27 creyeron haber encontrado la fórmula parasatisfacer las demandas de Cameron y Hollande: permitir enviar a la oposición material no letal (por ejemplo, vehículos blindados) y brindar asistencia técnica. Sin embargo, ambos han decidido dar un giro que ha dejado a muchos descolocados y que obliga a tomar decisiones.
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