La intervención francesa en Mali cuesta entre dos y tres millones de euros diarios
Día 27/02/2013 - 02.43h
Cuarente y cinco días después de lanzar la Operación Serval ya se han gastado más de cien millones de euros mientras que Hollande admite que no va a poder cumplir ninguna de sus promesas electorales
El costo económico de la intervención francesa en Mali comienza a crecer y convertirse en un problema político de imprevisible calado, cuando el presidente François Hollande se ha visto forzado a reconocer que no puede cumplir ninguna de sus promesas electorales en materia de crecimiento, lucha contra el paro, deuda y déficit público.
La Operación Servalcomenzó oficialmente el 11 de enero pasado. Cuarenta y cinco días más tarde, la intervención ha costado ya más de 100 millones de euros. Más de dos millones de euros diarios. Ese coste puede crecer rápidamente. Los militares franceses han conseguido el primer objetivo de la intervención: impedir que las fuerzas yijadistas derroquen el fragmentado Estado malí. El resto de los objetivos anunciados por el presidente Hollande -destruir a los grupúsculos islamistas, restaurar la integridad del Estado- están muy lejos de poder alcanzarse.
Todos los especialistas anuncian una prolongación «indefinida» de la crisis militar, cuyo costo económico, entre 2 y 3 millones de euros diarios, comienza a pesar en la crisis de las finanzas públicas. El Tribunal de Cuentas pidió nuevos recortes presupuestarios. La Comisión Europea insiste en que Francia está muy lejos de cumplir con los compromisos y promesas de Estado, que Francia lleva más de veinte años sin cumplir.
Reformas y recortes
El presidente del Bundesbank ha «aconsejado» a Francia «reformas y recortes más ambiciosos», cuando el presidente Hollande ha reconocido que no podrá cumplir sus promesas «este año», como había prometido, «frenar» el incremento del paro y «relanzar» la economía nacional. La gran prioridad nacional sigue siendo, hoy como ayer, en tiempos de Sarkozy, la reducción del déficit y la deuda soberana. En vano. François Hollande ha reconocido que serán necesarios «nuevos esfuerzos», complicados presupuestariamente con una intervención militar que nadie sabe cómo ni cuándo podrá terminar.
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