La OTAN asegura que no tiene intención de intervenir militarmente en Mali
El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, aseguró hoy que la Alianza "no tiene intención" de intervenir militarmente en Mali para arrebatar el control del norte del país a grupos islamistas.
"La OTAN, como organización, no tiene intención de intervenir en Mali", aseguró Rasmussen antes de insistir en que la organización, sin embargo, sigue la situación "de forma estrecha".
La pasada semana, los Gobiernos de Mali y Francia urgieron al Consejo de Seguridad de la ONU a autorizar una intervención militar internacional en el norte del país africano, actualmente bajo control de grupos islamistas.
Esa acción, a priori, sería llevada a cabo por países africanos.
La Unión Europea y algunos de sus miembros como España se han declarado dispuestos a apoyar esa eventual intervención por parte de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) siempre que cuente con el respaldo de Naciones Unidas.
La grave crisis política y social que vive Mali arrancó el pasado 22 de marzo, fecha en la que un grupo de militares derrocó al presidente Amadou Toumani Touré.
Poco después, rebeldes tuareg del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawed (MNLA) aprovecharon la inestabilidad para avanzar y proclamar la independencia de esa región del norte del país.
En junio, grupos extremistas islámicos como Muyao o Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), este último considerado la principal amenaza terrorista en la región del Sahel, se enfrentaron a los rebeldes tuareg y les arrebataron el control de la principales ciudades septentrionales, como Gao, Kidal y Tombuctú.
La pasada semana, los Gobiernos de Mali y Francia urgieron al Consejo de Seguridad de la ONU a autorizar una intervención militar internacional en el norte del país africano, actualmente bajo control de grupos islamistas.
Esa acción, a priori, sería llevada a cabo por países africanos.
La Unión Europea y algunos de sus miembros como España se han declarado dispuestos a apoyar esa eventual intervención por parte de la Comunidad Económica de Estados de África Occidental (CEDEAO) siempre que cuente con el respaldo de Naciones Unidas.
La grave crisis política y social que vive Mali arrancó el pasado 22 de marzo, fecha en la que un grupo de militares derrocó al presidente Amadou Toumani Touré.
Poco después, rebeldes tuareg del Movimiento Nacional para la Liberación de Azawed (MNLA) aprovecharon la inestabilidad para avanzar y proclamar la independencia de esa región del norte del país.
En junio, grupos extremistas islámicos como Muyao o Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), este último considerado la principal amenaza terrorista en la región del Sahel, se enfrentaron a los rebeldes tuareg y les arrebataron el control de la principales ciudades septentrionales, como Gao, Kidal y Tombuctú.
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