Al Qaeda trata de asesinar al ministro de Defensa yemení
El general Mohamed Naser Ahmed sale ileso de un atentado con coche bomba que ha causado 12 muertos
El ministro yemení de Defensa, el general Mohamed Naser Ahmed, ha salido ileso hoy lunes de un atentado que ha dejado al menos 12 muertos y otros tantos heridos. Aunque nadie se ha responsabilizado del ataque, los analistas ven la mano de Al Qaeda en la Península Arábiga (AQAP), que ya ha intentado asesinar a Ahmed en otras tres ocasiones y a cuyo número dos el Ejército asegura haber matado en una operación el martes pasado.
En declaraciones a la televisión estatal, el ministro del Interior, Abdul Qader Qahtan, ha dicho que la explosión ha matado a siete guardaespaldas del titular de Defensa y a cinco civiles, además de herir a otra docena de personas. Al parecer se trató de un coche bomba que ha estallado al paso del convoy de Ahmed cuando abandonaba la sede del Consejo de Ministros, donde participaba en una reunión del Gabinete. Uno de los dos vehículos de escolta ha quedado destruido, pero el del general aguantó la onda expansiva porque estaba blindado.
“Todo apunta a que se trata de una venganza por la muerte de Said al Shihri”, interpreta un diplomático occidental en Saná. El Ministerio de Defensa yemení anunció el lunes que el número dos de AQAP había muerto en una operación de las fuerzas de seguridad en la región de Hadramaut la semana anterior. Aunque la organización terrorista no ha confirmado ese extremo, los militares yemeníes han reforzado en los últimos meses su batalla contra las zonas donde el grupo se había hecho fuerte aprovechando la revuelta popular que el año pasado echó del poder al presidente Ali Abdalá Saleh.
La filial local de Al Qaeda responsabiliza al general Ahmed de esa campaña que está desalojando a sus militantes de sus feudos en el sur del país. En ese contexto, la muerte de Al Shihri, de confirmarse, sería un duro golpe para el grupo. Analistas y diplomáticos coinciden en que la información y el respaldo de asesores estadounidenses, e incluso el polémico uso de aviones no tripulados (drones) son clave en las operaciones. No obstante, y debido al desagrado popular que genera esa intervención, el nuevo Gobierno yemení parece preferir asumir la responsabilidad.
El pasado 21 de mayo, Ahmed también salió indemne de un brutal atentado que dejó un centenar de muertos contra los soldados que preparaban un desfile militar en Saná. Con anterioridad, el ministro, nombrado por Saleh y mantenido por su sucesor, sobrevivió a un suicida en Adén y a otro ataque en Abyan, en diciembre y noviembre de 2011, respectivamente.
Por otra parte, decenas de miles de yemeníes se han manifestado hoy en Saná para pedir que se levante la inmunidad a Saleh, una petición que también se repite a diario en Adén, la capital del sur del país. Muchos de quienes participaron en la revuelta del año pasado quedaron defraudados con el pacto político que consiguió que abandonara el poder después de 33 años. Los manifestantes, que además le acusan de entorpecer la transición, quieren que tanto él como sus familiares sean juzgados.
En declaraciones a la televisión estatal, el ministro del Interior, Abdul Qader Qahtan, ha dicho que la explosión ha matado a siete guardaespaldas del titular de Defensa y a cinco civiles, además de herir a otra docena de personas. Al parecer se trató de un coche bomba que ha estallado al paso del convoy de Ahmed cuando abandonaba la sede del Consejo de Ministros, donde participaba en una reunión del Gabinete. Uno de los dos vehículos de escolta ha quedado destruido, pero el del general aguantó la onda expansiva porque estaba blindado.
“Todo apunta a que se trata de una venganza por la muerte de Said al Shihri”, interpreta un diplomático occidental en Saná. El Ministerio de Defensa yemení anunció el lunes que el número dos de AQAP había muerto en una operación de las fuerzas de seguridad en la región de Hadramaut la semana anterior. Aunque la organización terrorista no ha confirmado ese extremo, los militares yemeníes han reforzado en los últimos meses su batalla contra las zonas donde el grupo se había hecho fuerte aprovechando la revuelta popular que el año pasado echó del poder al presidente Ali Abdalá Saleh.
La filial local de Al Qaeda responsabiliza al general Ahmed de esa campaña que está desalojando a sus militantes de sus feudos en el sur del país. En ese contexto, la muerte de Al Shihri, de confirmarse, sería un duro golpe para el grupo. Analistas y diplomáticos coinciden en que la información y el respaldo de asesores estadounidenses, e incluso el polémico uso de aviones no tripulados (drones) son clave en las operaciones. No obstante, y debido al desagrado popular que genera esa intervención, el nuevo Gobierno yemení parece preferir asumir la responsabilidad.
El pasado 21 de mayo, Ahmed también salió indemne de un brutal atentado que dejó un centenar de muertos contra los soldados que preparaban un desfile militar en Saná. Con anterioridad, el ministro, nombrado por Saleh y mantenido por su sucesor, sobrevivió a un suicida en Adén y a otro ataque en Abyan, en diciembre y noviembre de 2011, respectivamente.
Por otra parte, decenas de miles de yemeníes se han manifestado hoy en Saná para pedir que se levante la inmunidad a Saleh, una petición que también se repite a diario en Adén, la capital del sur del país. Muchos de quienes participaron en la revuelta del año pasado quedaron defraudados con el pacto político que consiguió que abandonara el poder después de 33 años. Los manifestantes, que además le acusan de entorpecer la transición, quieren que tanto él como sus familiares sean juzgados.
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