miércoles, 18 de julio de 2012

GAGOMILITARIA NOTICIAS.- LONDRES, 19.000 SOLDADOS BRITÁNICOS DESTINADOS A PROTEGER LA SEGURIDAD DE LOS JJ.OO.


El mirador olímpico

Bienvenidos a 'Fort Stratford'

Militares en una de las sedes olímpicas.| C. F.Militares en una de las sedes olímpicas.| C. F.
Patrullas de soldados a las puertas de McDonald’s. Francotiradores apostados en las azoteas. Misiles apuntando hacia los nubarrones. Escuadrones de cazas Typhoon acechando a los aviones. Helicópteros Puma y Lynx sobrevolando el perímetro, protegido por 16 kilómetros de vallas electrificadas y por 55 equipos de perros-policía, dispuestos a morder a la menor sospecha...

Bienvenidos a "Fort Stratford", como los vecinos llaman ya a esta zona militarizada al este de Londres que en los mapas se conoce como Parque Olímpico. Las comparaciones con la "Green Zone" de Bagdad son inevitables, como también las resonancias de la guerra de Afganistán, ahora que el número de soldados desplegados para proteger los Juegos (19.000) duplica a los destinados a combatir el Talibán.

"Más que un recinto deportivo, esto parece una zona de guerra", se lamenta el londinense Clive Collins, consolándose como tantos otros en el "mall" de Westfield, concebido a modo de rompeolas comercial para contener a la marea humana que a diario asediará el fortín militar (unos 800.000 visitantes en los momentos álgidos).

"No tenemos bastante con enviar a nuestros soldados a Irak, Afganistán y Libia", seguimos con Collins. "Ahora los desplegamos con total descaro en nuestro propio suelo... Vivimos en un estado policial y los Juegos se han convertido en una excusa perfecta para esa demostración de fuerza militar".

Los JJOO como entrenamiento

Los Juegos iban a servir también como entrenamiento para la privatización de la policía, al más puro estilo Robocop. Pero el "pinchazo" de G4S, incapaz de suministrar a tiempo 10.400 agentes para vigilar la entrada al perímetro, ha dejado en evidencia a los mercenarios de la seguridad.

Mientras el contratista-jefe, Nick Buckles, asumía su culpa ante el Parlamento e intentaba explicar qué va a hacer con los 350 millones de euros que le costó la broma a los contribuyentes, los guardias "fantasma" de G4S apenas se dejaban ver el Parque Olímpico, borrados de mapa por los uniformes de camuflaje.

Hablamos con un soldado, al que llamamos Craig para proteger su identidad, y nos confiesa que él mismo tuvo que hacer las maletas en Kenia, donde disfrutaba de un permiso tras su segundo turno en Afganistán... "Nos dijeron que necesitaban refuerzos en el Parque Olímpico y aquí estamos, esperando órdenes. Esto ha sido un "shock" para nosotros; no lo esperábamos".

La idea inicial era hacer un reparto salomónico de fuerzas entre policías, contratistas y soldados. El Ejército, se nos dijo, cumpliría funciones de vigilancia y retaguardia, pero no patrullaría por las calles. Pero lo cierto es que los 13.500 soldados iniciales se van acercando ya a los 20.000, y eso sin contar los refuerzos de emergencia que llegarán la próxima semana de los cuerpos de policía de nueve ciudades.
Aquí estamos pues en plena cuenta atrás para los Juegos, intentando hacer vida normal entre soldados y alambradas, entre misiles y metralletas, entre cazas y aviones no tripulados. La verdad es que resulta difícil, muy difícil, evadirse del contexto militar e intentar tomarle la medida a ese estadio al que los vecinos de Hackney ven casi como un ovni llegado de otro planeta. A su lado, la torre Orbit, retorcida y roja, para quien quiera subirse a partir de la próxima semana y otear el inquietante horizonte de la ciudad "ocupada".


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