Escuela legionaria de combate
Los militares españoles desplegados desde ayer en Afganistán entrenaron en un poblado «afgano» en el desierto de Almería
El
general de la Brigada de la Legión, Juan Jesús Leza,
cambió hace tres meses uno de los cuadros de su despacho. En su lugar tiene
ahora un mapa detallado de la provincia afgana de Badghis, donde 800 de sus hombres se
despliegan desde ayer para dar relevo al actual contingente español en la zona.
«Tensión», con esta palabra resume a ABC
la particularidad de la misión que desde hace diez años llevan a cabo los
militares españoles en Afganistán, un escenario aún más incierto este año ante
el inicio del repliegue de las tropas de la OTAN. «Es la misión más difícil y peligrosa que jamás hemos
afrontado», confiesa. Hablar de la misión (guerra) en Afganistán ya no es
tabú.
Mañana
de invierno en la Base «Álvarez de Sotomayor», en el desierto de Viator
(Almería). Un poblado afgano recreado, con mezquita incluida, sirve de campo de
entrenamiento para militares del contingente Aspfor XXX, que estará integrado en
su mayoría por el III Tercio de la Legión. «El
80 por ciento de los militares enviados esta vez han estado en Afganistán
o en otras operaciones», explica el comandante Antonio Ferrera quien hace
énfasis en la preparación específica que se realiza en el poblado afgano
construido en 2010 para el combate urbano y reacción ante emboscadas. «Hay que
entrenar y entrenar para que no haya lugar a la duda».
Durante
los últimos seis meses los legionarios y militares de otras unidades de España
se han entrenado para esta misión. Los primeros cuatro meses recibieron un
adiestramiento específico para el escenario afgano, los dos últimos meses todas
las unidades se acoplaron en Viator e insistieron en tácticas de combate urbano.
Esta vez se temen lo peor.
Jornada: de 7.30 a 16 horas
¿Cuál ha sido
el horario de estos militares? «A las 7.30 de la mañana formación. De 8 a 9.15,
educación física y carrera. De 10 a 13, instrucción de combate. De 14.30 a 16,
instrucción técnica de armamento y formación sobre cultura afgana», explica el
comandante al tiempo que un equipo de fuego efectúa ejercicios. «Es importante
saber cómo poner las manos en una reunión con líderes tribales, también durante
la oración, o saber cómo tocarse la barba y que a una mujer no se le puede
tocar, ...». En la base, los legionarios también recrean ese tipo de reuniones
con disfraz incluido.
Una
de las misiones de los legionarios será adiestrar a militares afganos. Una labor
difícil, paciente y costosa debido al choque cultural. No hay lugar al relajo:
«En Afganistán hay una regla, no puedes fiarte de nadie. Mira
lo que les pasó a los dos pobres agentes de la Guardia Civil», asegura Ferrera
en alusión a los dos españoles tiroteados por su chófer en 2010.
El
capitán Víctor Mariño ha instruido a los soldados en desactivación de las minas
que los insurgentes colocan al paso de los convoys españoles en la ruta Lithium.
De 32 años, malagueño y casado, durante los próximos seis meses será miembro de
la compañía de zapadores encargada de desactivar y reconocer los puntos
vulnerables de IED, como se conocen estos artefactos explosivos por sus siglas
en inglés. Uno de ellos causó la muerte, el pasado 26 de junio, al sargento
Argudín y a la soldado Pineda.
Zonas
por donde no se circula, donhay tierra removida o con diferente color, presencia
de surcos o montones de piedras son algunos de los indicios para poder detectar
los explosivos. «Miedo, no. Respeto, sí. Sabes donde
estás, para qué estás y las amenazas que tienes. Te has preparado para ello. Y
durante el tiempo que dure la misión... es lo que hay», responde el capitán de
la Legión cuando se le pregunta: ¿Miedo?
Giovanny
Clark es cabo conductor con experiencia en Afganistán (2006 y 2008) y Líbano
(2006). Conducirá durante los próximos seis meses vehículos blindado «Lince» a
través de la ruta Lithium, principal zona de hostigamiento de los talibanes.
Nacido en Guayaquil (Ecuador), confiesa: «Para mí ser legionario es lo mejor que
me ha pasado. Nunca quisiera irme de aquí». Afganistán será de nuevo su
hogar.
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