domingo, 10 de julio de 2011

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-SIRIA, SOLDADOS DESERTORES SIRIOS TESTIFICAN: "TENIAMOS ORDEN DE SIPARAR A LOS MANIFESTANTES"




Testimonios de uniformados sirios desertados del país a causa de la represión de la revuelta social han explicado que el régimen de Damasco está impartiendo órdenes explícitas de disparar contra civiles desarmados, según se deduce de la investigación emprendida por Human Rights Watch.

Miembros de la ONG internacional han contactado a ocho militares y cuatro miembros de las agencias de Inteligencia del país árabe, todos ellos refugiados en Líbano, Turquía y Jordania, para desentrañar cómo justifica la dictadura la represión ante los agentes sirios y cómo reacciona en el caso de que los uniformados se nieguen a combatir a sus conciudadanos.

"Recibimos órdenes de matar a los manifestantes. Algunos militares rechazaban dichas órdenes y eran disparados con armas cortas. Dos de ellos fueron asesinados frente a mí, por alguien con rango de teniente. No sé su nombre. Decía que eran traidores", explicaba un soldado desplegado durante un mes en la ciudad sureña de Daraa, donde comenzó el levantamiento social contra Bashar Assad, duramente castigada por los carros de combate y los uniformados sirios. El denunciante desertó el 1 de junio.

Un sargento de la Brigada 88, desplegado en la localidad de Al Hara, cerca de Daraa, describía de la siguiente forma las órdenes recibidas cuando rodearon la ciudad. "Los francotiradores estaban en los tejados. Sus órdenes eran: si alguien sale a la calle, detenedle o disparadle. Recuerdo haber visto a un tipo salir a fumar a la calle y ser disparado y asesinado por un francotirador".

Los testimonios recogidos por Human Rights Watch corresponden a uniformados que actuaron en las localidades de Daraa, Israa, Banyasm Homs, Jisr al Shughour, Alepo y Damasco, algunas de las ciudades más afectadas por la represión del régimen.

Todos coinciden en que, antes de llegar a sus destinos, sus superiores les explicaban que debían combatir a "inflitrados" y "terroristas", el discurso oficial de la dictadura siria. Una vez desplegados, las órdenes cambiaban: cinco de los 12 consultados afirmaron haber recibido órdenes explícitas de matar manifestantes.

"Los manifestantes se habían sentado en la Plaza [del Reloj de Homs, la plaza central]. Nos dijeron que les dispersáramos con violencia si era necesario. Estábamos allí con Inteligencia de la Fuerza Aérea, Ejército y shabiha [milicias progubernamentales] cuando recibimos una orden del coronel Abdel Hamid Ibrahim de disparar a los manifestantes. Disparamos por más de media hora. Había docenas y docenas de muertos y heridos. Treinta minutos más tarde, llegaron excavadoras y camiones de bomberos. Las excavadores levantaban los cadáveres y los ponían en un camión. No sé dónde se los llevaban. Los heridos acababan en el hospital militar de Homs. Y después los camiones de bomberos limpiaban la plaza".

Los desertores consultados aseguran que no se les permite ver televisión, en especial canales satélite, para evitar que les llegue otra versión de las manifestaciones cívicas que no sea la estrictamente oficial.

Aseguran que entre sus órdenes figuran arrestar a centenares de civiles, algunos de ellos meros adolescentes, como explicaba un soldado que participó en la represión de Banyas.

"Teníamos unos 400 nombres de personas que debíamos detener. Fuimos a su pueblo [...] Irrumpíamos en las casas cerradas. Detuvimos a muchísima gente. Algunos hombres escapaban por una carretera secundaria del valle, pero el Ejército les disparaba. Nos llevamos a los detenidos al centro del pueblo, pisoteándoles e insultándoles. Un oficial de la Seguridad se paró ante un hombre gritando '¿Quién es tu Dios? [Di] Bashar Asad'. Detuvimos a tanta gente en la zona que tuvimos que usar el estadio deportivo de Banyas como centro de detención".

"El testimonio de los desertores proporciona pruebas de que el asesinato de manifestantes no ha sido accidental sino el resultado de una política deliberada por parte de los responsables sirios de usar fuerza mortal para dispersar las protestas", afirma Sarah Leah Whitson, responsable de Human Rights Watch para Oriente Próximo.

"Los soldados y los oficiales sirios deben saber que no sólo tienen el derecho sino también la obligación de rechazar semejantes órdenes ilegales, y que aquellos que maten o hieran deliberadamente a manifestantes pacíficos serán sometidos a persecución".

Fuente Diario "EL MUNDO"

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