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miércoles, 9 de marzo de 2011

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-LIBIA, GADAFI.."ZORRO VIEJO" AUN TIENE CARTAS EN LA MANGA








Funcionarios de EEUU se reunieron con miembros de la oposición libia

El Ejecutivo de Barack Obama ha revelado que funcionarios de su Departamento de Estado y el propio embajador de EEUU en Libia, Gene Cretz, han mantenido contactos en los últimos días con miembros del Consejo Nacional de Transición, el gobierno paralelo que lidera a la oposición rebelde del país que trata de derrocar al dictador Gadafi.

Aunque no han transcendido muchos detalles de estos encuentros, las reuniones tuvieron lugar en El Cairo (Egipto) y en Roma (Italia). Se trata de las primeras que se producen con Estados Unidos desde que se constituyera el órgano opositor.

El portavoz del Departamento de Estado, Philip Crowley, rechazó identificar a las personas que mantuvieron conversaciones con Cretz, y aseguró que el objetivo de los encuentros fue "lograr un mayor entendimiento de lo que está ocurriendo" en el país árabe.

"Cretz se reunió en los últimos días con funcionarios del Gobierno de Italia y de Egipto, pero también con miembros de la oposición de Libia", ha relatado el portavoz Crowley en su conferencia de prensa diaria.

Hasta ahora, el Departamento de Estado había mostrado interés en contactar con el movimiento opositor en el país, pero al mismo tiempo se mostraba escéptico sobre la organización del mismo o la cantidad de apoyos con la que contaban en Libia.

A ese respecto, Crowley apuntó que no corresponde a EEUU "elegir los protagonistas en este esfuerzo" de transición, por lo que tratan de relacionarse con "un amplio rango de líderes y de personas que puedan influir en los acontecimientos en Libia", incluidos opositores que no pertenecen al Consejo Nacional de Transición.

El desarrollo de ese órgano, no obstante, "seguirá siendo observado" desde Washington, que entiende que el cupo de miembros dentro del mismo "no se ha completado" y por tanto seguirá relacionándose "con él y también con otros" grupos. "Llegará un momento en el que emergerá una oposición formal en Libia. Estamos esperando para ver cómo se desarrolla", afirmó.

El Consejo Nacional de Transición, con sede en Bengasi, está liderado por el que fuera ministro de Justicia de Libia, Mustafá Abdel Jalil.
Breve contacto con el régimen de Gadafi

Crowley indicó además que el actual ministro de Asuntos Exteriores de Libia, Mussa Kussa, ha telefoneado al secretario adjunto de Estado para Asuntos de Oriente Próximo, Jeffrey Feltman, para hablar sobre "la situación en Libia desde el punto de vista del régimen de Gadafi", en una conversación "muy breve".

Estados Unidos continúa con su misión humanitaria en la frontera entre Libia y Túnez, en la que ha invertido 30 millones de dólares para comprar material, garantizar servicios básicos de emergencia y transportar ciudadanos de terceros países.

Este lunes, la misión esperaba evacuar a más de 2.000 personas, entre ellas 140 ghaneses y 452 bangladesíes, para repatriar mañana a otras 1.100 personas, entre ellos ciudadanos de Bangladesh, Ghana y Egipto, indicó Crowley.

Para supervisar esa operación, llegaron hoy a Túnez el secretario de Estado adjunto de Población, Refugiados y Migración, Eric Schwartz, y la administradora adjunta para la Democracia y la Asistencia Humanitaria de la Agencia Estadounidense para el Desarrollo (USAID), Nancy Lindborg.

El jueves, se trasladarán a Egipto para continuar coordinando con funcionarios del Gobierno y con representantes de organizaciones internacionales y no gubernamentales la respuesta de EEUU ante las aproximadamente 200.000 personas que han escapado de Libia desde el principio de las revueltas en febrero.


La resistencia rebelde en Zawiya, al borde del colapso


El régimen de Muammar Gadafi ha intensificado este martes sus bombardeos aéreos y el asalto terrestre a la ciudad de Zawiya -el enclave en manos rebeldes más cercano a la capital libia-. Utilizando artillería pesada y -según testigos- "al menos 50 tanques", los leales al coronel intentan acabar con la resistencia en la ciudad y frenar a los rebeldes, estancados en la ciudad portuaria de Ras Lanuf desde el domingo.

La suerte final de Zawiya continúa siendo incierta. Testigos citados por la agencia AP aseguran que la ciudad ha caído y mantienen que la brutal ofensiva del ejército y la aviación leal al dictador han terminado por quebrar las últimas líneas de defensa de los rebeldes a últimas horas de la tarde.En Trípoli, el Gobierno ya da la batalla por ganada, y asegura que la resistencia que queda es sólo de algunas decenas de personas.

Sin embargo, Alex Crawford de 'SkyNews' -al parecer el único medio que ha logrado entrar en la ciudad- informa de que la ciudad todavía resiste, aunque los rebeldes se encuentran asediados en el medio del poblado.

Los testigos aseguran que se ha producido una matanza en la ciudad, y que las tropas de Gadafi han disparado de manera indiscriminada sobre la población civil, matando a un considerable número de mujeres y niños. Fuentes de los servicios sanitarios de la ciudad aseguran que las fuerzas leales a Gadafi operan bajo órdenes de 'disparar para matar'.

"La ciudad está en ruinas. Algunos edificios están completamente destruidos y disparan a cualquiera que salga a la calle. Hay muchos heridos en los hospitales y se les están acabando las medicinas", declara un habitante de Zawiya que huyó de la villa.

"Gadafi sabe que sólo puede ganar cuando utiliza la aviación. Sin ella perdería su sillón en menos de una semana", explica en Ras Lanuf Mohamed Khabir, uno de los voluntarios que vigilan los accesos a esta estratégica población que ahora ejerce como línea del frente.

Los repetidos combates amenazan con establecer una división de facto en el país entre el oeste, donde las fuerzas pro-Gadafi son mayoría y el este, dominado por los rebeldes. De hecho, Ras Lanuf siempre fue la línea de división política de ambos territorios.


La oposición libia pide a la UE que se abstenga de intervenir militarmente


La oposición libia del llamado Consejo Nacional de Transición ha pedido hoy que la Unión Europea se abstenga de intervenir militarmente en el país para atajar las ofensivas del régimen contra la población.

En una reunión con eurodiputados del grupo liberal del Parlamento Europeo, Mahmoud Gebril, alto representante del Consejo Nacional de Transición ha mostrado su tajante rechazo a una intervención militar internacional que "restará credibilidad a los rebeldes" y "será vista por la población civil como una injerencia".

Gebril se ha mostrado más abierto a una posible misión de exclusión aérea, tanto si lo legitima Naciones Unidas como si no, siempre que no implique el despliegue de soldados internacionales en territorio libio.

El opositor ha pedido a la UE "toda la ayuda financiera, técnica y sanitaria" que puedan ofrecer los Veintisiete.

Igualmente, el reconocimiento del propio Consejo Nacional de Transición como interlocutor cualificado de la oposición.

"La Historia libia la deben construir manos libias" ha señalado el líder opositor.

La misión de exclusión aérea es una de las opciones que deberán discutir el jueves los ministros de Exteriores y el viernes los jefes de Estado y de Gobierno de los Veintisiete en Bruselas.

La Alta Representante de Política Exterior de la UE, Catherine Ashton, debatirá mañana la situación en Libia y la respuesta comunitaria con los eurodiputados.

La jefa de la diplomacia europea informará a los europarlamentarios de los resultados de la última misión de observación comunitaria enviada a Libia para estudiar la gravedad de la situación humanitaria.

Fuente Diario "EL MUNDO"


Gadafi socava la unidad de los rebeldes

El dictador siembra el desconcierto entre los jefes de los sublevados con una guerra de propaganda y desmentidos - Fuerzas del régimen sitian la estratégica ciudad de Zauiya

Un maestro de la manipulación, un superviviente nato, no podía dejar de intentar una treta política más. Muamar el Gadafi, aislado ante el mundo y acorralado en Trípoli, aunque aún fuerte en el combate contra los rebeldes libios, propuso ayer a los insurrectos abandonar el poder a cambio de una fuga honrosa con su botín a cuestas. Muy probablemente conocía que la respuesta de los sublevados sería negativa. Pero sí consiguió el dictador dividir al Consejo Nacional, el Gobierno de facto de los alzados en la oriental Cirenaica. Mientras su presidente, Mustafá Abdelyalil, ofrecía 72 horas a Gadafi para que abandone el poder con la promesa de que no sería perseguido por sus crímenes, el portavoz, Abdelhafiz Ghoga, se apresuró a rechazar todo compromiso. Primero debe renunciar. Después, ya se verá.

El líder que dirige el país magrebí desde 1969 llamó al diálogo nacional el lunes por la noche, y en la madrugada de ayer lanzó su propuesta. Un dirigente del Consejo lo confirmó. Y Ghoga tuvo que apresurarse. Cogió un micrófono, se asomó a una ventana en el edificio de los juzgados, y se digirió a los congregados en la plaza de Mahkama. "¿Quién va a permitir a Gadafi una salida segura?", clamó Ghoga, que abandonó la habitación enojado tras dirigirse a los enfurecidos vecinos que soportaban la lluvia. Poco después, Abdelyalil declaraba que el dictador tenía tres días de plazo para escapar. Y Ghoga compareció de nuevo por la tarde para desmentirlo todo. Desmantelado el Estado en Bengasi -los edificios oficiales, pintadas sus cornisas con el verde revolucionario de Gadafi, fueron incendiados o arrasados-, los nacientes organismos rebeldes demuestran tanta voluntad como inexperiencia.

La disyuntiva era: ¿vale la pena librarse del autócrata a costa de su impunidad en Libia? La disensión en el Consejo resulta evidente. Como es patente que la gran mayoría de los bengasíes, que han sufrido una represión atroz durante décadas, no permitirían semejante componenda. Aunque esa impunidad nunca sería completa, porque el expediente de Gadafi ya se halla en la Corte Penal Internacional.

Para cuadrar el círculo del desconcierto, tanto el Consejo como el Gobierno de Gadafi negaban finalmente que hubiera habido iniciativa alguna de ningún bando. Mientras el tirano maniobraba en el campo político, sus soldados y mercenarios proseguían con la campaña militar. Aviones, helicópteros y tanques se ensañaban de nuevo ayer con Zauiya, la ciudad más castigada por sus tropas, a 50 kilómetros al oeste de la capital. Varios ataques aéreos sacudieron también Ras Lanuf, la línea del frente a 650 kilómetros de Trípoli, una zona desértica crucial por sus instalaciones petrolíferas. Gadafi tiene que saber que el tiempo corre en su contra, por mucho que intente confundir con el ofrecimiento a la Unión Europea para que envíe a Libia una delegación para investigar las violaciones de los derechos humanos.

Los Awacs de la OTAN vigilan el cielo libio para recabar información militar y Reino Unido y Francia promueven en Naciones Unidas el establecimiento de la zona de exclusión aérea, iniciativa a la que se han sumado los países del golfo Pérsico y la Organización de la Conferencia Islámica, algo fundamental porque la petición de los emiratos y Arabia Saudí otorga legitimidad a una intervención extranjera en el Estado árabe, una cuestión siempre delicadísima. Y la UE ha decidido congelar los fondos invertidos por el Ejecutivo libio en Europa, una gran porción de los 50.000 millones de euros que Gadafi atesora en el extranjero.

Gadafi intenta desplegar sus habilidades en todos los terrenos, y arrecia en su campaña de propaganda cuando ya han pasado seis días sin que la conexión a Internet sea posible, salvo que se disponga de enlace vía satélite. El tirano sigue empeñado en infundir miedo a la población -y a las potencias occidentales- con la idea de que partidarios drogados de Al Qaeda encabezan la rebelión, con la división del país, con la supuesta conquista de ciudades en Cirenaica que se revelan falsas, con supuestos contubernios occidentales para esquilmar los recursos petroleros, que en todo caso ya se destinan a Europa. El Consejo Nacional reacciona a algunas de estas diatribas. A veces con acierto.

La expulsión inmediata, días atrás, de la clandestina delegación británica resta bazas a Gadafi, siempre atento a explotar los sentimientos anticolonialistas de los libios. "Pueden venir cuando lo deseen, pero deben hacerlo coordinándose con nosotros", declaró a este diario un portavoz del Consejo, que desea ser reconocido formalmente como la autoridad legal del país.

El ministro de Exteriores de Gadafi, Musa Kusa, no obstante, insiste: Estados Unidos quiere dividir a Libia. Los imanes insisten en sus sermones semanales en el lema que cantan los rebeldes: "Trípoli es nuestra capital para siempre". La unidad del país es sagrada.


La ola de inmigrantes desborda Italia


La cifra de 'sin papeles' de África llegados a Lampedusa desde enero amenaza con batir todos los récords - Roma se prepara para un posible éxodo desde Libia

Rafik lleva su pasado escondido bajo la chaqueta y el sueño de un futuro anudado al cuello. Baja la cremallera de la sudadera y enseña unos paquetes de cigarrillos Mars, una foto y un billete de 100 euros, lo que queda de sus ahorros, tras pagar 1.200 euros por la travesía desde la costa tunecina hasta Lampedusa. Una bufanda del Inter le abriga la garganta. Ahí está toda su idea de Italia, de Europa, de libertad y esperanza. Rafik Ben Mbarek, de 30 años, nacido y criado en Túnez, "cerca de la plaza de la Kasbah", es uno de los miles rostros de la ola de inmigrantes que vive esta pequeña isla, a medio camino entre África y Europa, y que se extiende a toda Italia.

Más de 7.000 inmigrantes han llegado a Lampedusa desde mediados de enero. Solo en los últimos dos días han arribado unos 1.600 y la oleada amenaza con pulverizar los récords de flujos de inmigración. Lampedusa solo tiene capacidad para albergar a 850 inmigrantes y en la isla ya no cabe un alfiler. En todo el sur de Italia existen 31 centros de acogida con capacidad para 8.500 personas. Y en lo que va de año ya han llegado cerca de 8.000, según el Gobierno. La situación ya es desesperada solo con la llegada de tunecinos -la gran mayoría- y varios centenares de subsaharianos. Pero ahora Italia teme lo peor, que el conflicto libio fuerce a miles de ciudadanos de este país a buscar refugio en sus costas.

Rafik llegó hace dos días. En el muelle le esperaban la policía, los carabineros y las organizaciones humanitarias. Le han trasladado al centro de identificación. Proyectado para 850 personas, alberga hoy al menos a 1.300. "Es una situación difícil pero no de emergencia", asegura Cono Galipò, responsable del centro. Allí son identificados, se asean, comen, duermen en literas. Y esperan.

Esperan con impaciencia el traslado a centros en el continente (Apulia o Calabria) o al menos, a Sicilia. Confían en iniciar allí su verdadero viaje hacia una segunda vida en Occidente. Para evitar colapsar la infraestructura de Lampedusa, el Ministerio del Interior ha puesto en marcha continuos vuelos y traslados en barco.

Mientras ellos sueñan, los servicios de acogida y las instituciones se organizan. "Son horas de tregua, gracias a la mar gruesa, valiosas para prepararnos para una ola masiva", explica Girolamo Di Fazio, jefe de la Policía de Agrigento. "Lo que nos preocupa es que empiecen a llegar los libios, los jornaleros extranjeros que viven allí y que de repente se han quedado sin nada, o los subsaharianos que están encerrados en las cárceles de Gadafi, que les impedía intentar llegar a Sicilia". Una inmigración más difícil de gestionar: los números serían mucho mayores (varias fuentes hablan de 60.000 o 70.000 personas). Los preparativos para a un eventual éxodo están en marcha. Es inminente la apertura de un centro cerca de Catania para 2.000 personas que esperan el estatus de refugiado. Así se deja sitio para los que arriben. La Cruz Roja ultima el trámite para montar un hospitalcerca del puerto de Lampedusa: "Tenemos que estar preparados", dice su portavoz, Tommaso Della Longa.

El goteo de embarcaciones se detuvo de golpe ayer, tras 48 horas muy intensas: 17 barcos con 1.600 personas, casi todos tunecinos, hombres, jóvenes y preparados. "Tienen entre 20 y 35 años, muchos son licenciados, cultos, hablan idiomas, tienen iPhone o móviles con los que han grabado vídeos del viaje. Son muy distintos a los inmigrantes habituales, que llegan desesperados de Nigeria, Somalia, Eritrea. Son como nosotros. Buscan un futuro porque saben que su país no está a su altura ahora", dice Della Longa.

Las condiciones sanitarias suelen ser buenas. "No solo porque están en forma", comenta Laura Rizzello, enfermera voluntaria de la Cruz Roja, que les acoge desde 2005 en el muelle. Una mano que les acompaña su primer paso en Occidente. "Los tunecinos de estas semanas no cruzan el desierto libio antes de llegar a Europa. No se quedan atrapados en las cárceles de Gadafi. En 20 o 24 horas, dependiendo del viento y la calidad del barco, están aquí. Algunos llegan con resfriado o laringitis porque se han mojado en mar. Pero ya está".

La montaña de barcos, apiñados en tierra firme, al lado del puerto, es un cementerio de pasados frustrados, de una vida que se quiere olvidar. "Son barcos robustos, grandes y relativamente nuevos", según Vittorio Alessandro, portavoz de la Capitanía de Puerto. En el puente quedan botellas vacías, paquetes de galletas medio terminadas, colillas, mantas. Se parecen más a los ferrys que esperan a los turistas a partir de Pascua, si confirman sus reservas, que a las pateras de inmigrantes.

Rafik -con los vecinos de su barrio con los que emprendió el salto al Occidente- se ha escabullido del recinto del centro y da vueltas por el pueblo. Toda la isla parece congelada en un irreal clima de espera. Quien se prepara para nuevos desembarcos, quien organiza vuelos de traslado, quien desea empezar a vivir otra vez.

Estos jóvenes de tez aceitunada se mueven en pequeños corros, entre chalets cerrados por el invierno y las pocas tiendas y cafeterías. Rafik canta su amor por el equipo de Milán, "que no el de Berlusconi", especifica. De Italia, conoce eso: el calcio, el catenaccio, los macarrones y los espaguetis. Pocas palabras que parece usar como un pasaporte, una llave maestra para la libertad: "Quiero llegar a Francia y trabajar, cualquier cosa me vale con tal de ganar algo de dinero. En Túnez no podías dar ni un paso sin pánico a un arresto o una paliza. En cuanto pude me fui". Samir Sidi, 29 años, llama a su hermano en París: "Voy a llegar pronto ya estoy en Italia". Casi. Porque ahora les espera un centro secundario y de allí, como no pueden ser repatriados, vista la precaria situación política en su país, saldrán con una hoja que les anima a dejar Italia. Ellos van a jugársela: intentarán cruzar la frontera. Casi todos tienen un familiar que les espera al otro lado de los Alpes.


La UE aportará 6.000 millones a la democratización del Norte de África


Bruselas propone una nueva relación para potenciar los derechos básicos

Moralmente forzada a hacer expiación por su contrastada connivencia con los regímenes autoritarios y corruptos del Mediterráneo meridional, la Unión Europea se propone dar un nuevo enfoque democratizador a la relación con esos vecinos. El instrumento será una Asociación para la Democracia y la Prosperidad Compartida aprobada ayer por la Comisión y glosada por José Manuel Durão Barroso como un catalizador para la transformación democrática de la región. El plan, con 6.000 millones de euros en juego, será discutido el viernes por los líderes europeos, de quienes se espera que incidan en la condicionalidad del apoyo: las ayudas estarán relacionadas con la solidez de los avances en derechos humanos y democracia.

A la hora en que algunos países árabes se alzan contra sus opresores, la UE se mira en el espejo y se avergüenza. Las tan aireadas cláusulas de respeto a los derechos fundamentales contenidas en cada acuerdo de colaboración suscritos con esos países, y muchos otros en otras latitudes, eran papel mojado cuando entraban en conflicto con potenciales negocios.

Ante los cambios históricos que está viendo la región, "la UE tiene que adoptar la clara y estratégica opción de apoyar la búsqueda de los principios y valores que tanto aprecia, aun reconociendo las dificultades", señala desde su comienzo el documento de 16 páginas que dibuja el contenido de la nueva asociación, "innovadora y ambiciosa" y volcada en "apoyar plenamente los deseos de los pueblos de la vecindad".

Las grandes líneas de actuación cubren desde la intervención inmediata (como los 30 millones de ayuda humanitaria y los 17 ya probados para sostener la transición democrática en Túnez) a actuaciones de calado y a largo plazo como potenciar el diálogo político, incrementar el apoyo a la sociedad civil, flexibilizar los movimientos de personas (desde estudiantes de Erasmus Mundus a investigadores y profesionales), liberalizar el acceso a los mercados (incluidos los de productos agrícolas y pesqueros de Túnez y Marruecos, que inquietan a los agricultores andaluces) o cooperar en el campo de la energía, en especial las renovables.

Para promover el desarrollo económico y la creación de empleo con que estabilizar sociedades y evitar emigraciones, la Comisión insta a que el Banco Europeo de Inversiones ponga a disposición de la región 6.000 millones de euros en los próximos tres años y que el estatuto del Banco Europeo de Reconstrucción y Desarrollo, nacido para cubrir las necesidades de la Europa central y oriental tras la caída del Muro, extienda al Mediterráneo su área de actuación.

"Habrá que pensar en un enfoque basado en incentivos con una mayor diferenciación entre países", señala el plan aprobado por la Comisión. "Los que avancen más y más rápido en las reformas contarán con mayor apoyo de la UE".

En este vertiente de la condicionalidad abundará el Consejo Europeo del viernes, del que se espera que deje reducidas las 16 páginas del plan de la Comisión a unos cuantos párrafos de alto significado político.

Mientas piensa en la nueva relación con los vecinos, la Unión no pierde de vista la situación en Libia. Ayer se acordó incluir a la Autoridad Libia de Inversión, el vehículo del régimen para actuar en el exterior, y entidades anejas en la lista europea de sanciones, lo que supone que todos sus activos y operaciones quedarán congelados desde el viernes en toda la UE. Entre sus inversiones figuran un 7,5% en el club de fútbol de la Juventus o el 3% en Pearson, editor del Financial Times.

Como preparación para la cumbre del viernes y la reunión previa de mañana de los ministros europeos de Exteriores, la UE envió el domingo una misión técnica a Trípoli, encabezada por Agostino Miozzo, un responsable de situaciones de crisis, para evaluar la situación sobre el terreno y las necesidades de los europeos que allí quedan, unos 1.300 de los que 200 están a la espera de salir.

En su limitada visita a la capital, la delegación percibió normalidad de vida cotidiana, sin violencia, bombardeos ni disparos. Embajadores de los ocho países que aún mantienen legaciones en Trípoli dijeron no tener noticia de bombardeos sobre civiles ni del uso de mercenarios, aunque sí sabían de violaciones de derechos humanos cuya responsabilidad no estaban en condiciones de discernir.

El director general para Europa del Ministerio de Exteriores libio, Ahmed Jarrod, y los embajadores pidieron a Miozzo que la ONU envíe cuanto antes una comisión investigadora independiente para determinar exactamente lo ocurrido.

Michael Mann, portavoz de Catherine Ashton, coordinadora de la política exterior comunitaria, subrayó ayer que las decisiones políticas europeas se toman en Bruselas y que la última palabra sobre Libia la tiene el Consejo Europeo. "La posición oficial del presidente Barroso sigue siendo la misma: Gadafi tiene que marcharse", señaló Mann.

Fuente Diario "EL PAÍS"

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