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martes, 15 de marzo de 2011
GAGOMILITARIA NOTICIAS.-LIBIA, EL PUEBLO ABANDONADO A SU SUERTE..¿A QUE ESPERA LA COMUNIDAD INTERNACIONAL??.CUANTOS MUERTOS MAS HACEN FALTA
Aviones de Gadafi vuelven a bombardear Ajdabiya y alcanzan vehículos civiles
Las fuerzas aéreas de Muamar Gadafi han bombardeado de nuevo la ciudad de Ajdabiya, la última ciudad importante en poder de los rebeldes antes de Bengasi, en el este del país, y alcanzaron vehículos civiles, según un corresponsal de la cadena catarí Al Yazira.
La misma fuente indicó que los aviones de Gadafi realizaron cuatro diferentes bombardeos sobre la parte oeste de esa ciudad y que se han registrado muertos entre los pasajeros de los vehículos alcanzados.
Las cuatro series de bombardeos fueron llevados a cabo con 15 minutos de intervalo.
Al menos cuatro vehículos de familias que intentaban dirigirse desde Ajadabiya hasta la ciudad vecina de Brega fueron alcanzados por las bombas y se han producido víctimas mortales entre sus ocupantes, según el corresponsal de Al Yazira.
La ciudad de Ajdabiya dispone de bases de aviación y representa actualmente el límite de la zona controlada por los rebeldes en la zona oriental del país.
El control de esta localidad es clave para la evolución del conflicto, ya que Ajdabiya conecta directamente por carretera con Tobruk, cerca de la frontera con Egipto, lo que permitiría a las fuerzas de Gadafi cercar a los rebeldes y dejarles bloqueados en la zona alrededor de Bengasi.
Por otra parte, decenas de personas murieron el lunes tras el ataque de las tropas de Gadafi a la ciudad de Zuara, en el oeste del país y cerca de 120 kilómetros al oeste de Trípoli, según afirmó a la cadena catarí Mohamed Ezuari, un habitante de esa localidad.
El testigo señaló que las fuerzas leales al régimen efectuaron un intenso bombardeo con artillería pesada sobre la ciudad y que el número de víctimas resulta difícil de establecer ya que los atacantes impidieron a las ambulancias evacuar a los muertos y los heridos.
Asimismo, aseguró que tras el intenso bombardeo, las fuerzas de Gadafi consiguieron tomar el control de Zuara, situada cerca de la frontera con Túnez, y una de las pocas ciudades del oeste del país que quedaban bajo control de los rebeldes.
La falta de consenso internacional despeja el camino de Gadafi hacia el triunfo
La falta de consenso de las potencias mundiales a la hora de dar una respuesta conjunta al conflicto de Libia está afianzando el avance de las fuerzas del dictador Muamar Gadafi hacia la victoria en la batalla contra la revolución.
Varios aviones del régimen bombardearon el lunes posiciones rebeldes en una contraofensiva que ha contribuido a desplazar a los insurgentes 160 kilómetros en los últimos siete días.
Ni la ONU ni los países más influyentes a nivel exterior logran ponerse de acuerdo en una acción coordinada. "Hay que responder cuestiones fundamentales, no sólo qué tenemos que hacer, sino cómo tiene que hacerse", dijo el embajador ruso Vitaly Churkin, después de que los 15 miembros del Consejo de Seguridad de la ONU no consiguieran ponerse de acuerdo.
"Si hay una zona de exclusión aérea, quién va a aplicarla...sin esos detalles o respuestas a esas preguntas, es muy difícil tomar una decisión responsable", agregó Churkin.
Tampoco el G-8, el grupo de las ocho economías más potentes del mundo, se ha acercado a un punto común sobre una zona de exclusión aérea, según ha declarado el ministro de Relaciones Exteriores italiano, Franco Frattini, tras una reunión el lunes de los cancilleres de dichos países.
La revolución pierde posiciones
Mientras tanto, la artillería y los tanques del Gobierno libio siguen avanzando y han retomado la pequeña población de Zuwarah, a 120 kilómetros al oeste de Trípoli, tras un intenso bombardeo, según ha confirmado el residente Tarek Abdallah por teléfono.
El domingo las fuerzas gubernamentales recuperaron la ciudad de Brega, donde hay una importante terminal petrolera, y el lunes volaron más allá de las líneas rebeldes para bombardear Ajdabiyah, la única población de un tamaño considerable entre Brega y el bastión rebelde Bengasi.
Ajdabiyah tiene carreteras en dirección a Bengasi y Tobruk, lo que podría permitir a las tropas de Gaddafi rodear la segunda ciudad del país y sus 300.000 habitantes.
Soliman Bouchuiguir, presidente de la Liga Libia de Derechos Humanos, declaró en Ginebra que si las fuerzas del dictador, fuertemente armadas, avanzan hasta poder atacar Bengasi, "habrá un baño real de sangre, una masacre como la que vimos en Ruanda".
La responsabilidad de EEUU
Si el Consejo de Seguridad termina apoyando una zona de exclusión aérea, su aplicación será una responsabilidad principalmente de Estados Unidos, que se ha mostrado prudente ante la opción de intervenir militarmente y aún no ha decidido si apoyará la medida.
"Esa es una decisión, una decisión política en última instancia, que aún no se ha tomado", dijo el secretario de prensa del Pentágono, Geoff Morrell, al canal MSNBC. Sin embargo, agregó que aún se está considerando el tema.
Rusia y China son incluso menos entusiastas, aunque varios diplomáticos dijeron que tendrían dificultades a la hora de imponer un veto cuando la Liga Arabe ha solicitado la zona de restricción. Algunos enviados declararon que Moscú y Pekín podrían abstenerse al respecto.
El presidente Dmitry Medvedev prohibió el lunes a Gaddafi y su familia viajar a Rusia y efectuar transacciones financieras en el país.
Además, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, afirmó ante los periodistas que Rusia consideraría cualquier propuesta que procediera del Consejo de Seguridad.
Funete Diario "EL MUNDO"
Los rebeldes tratan en vano de frenar a Gadafi en el este
Los insurgentes se han retirado 160 kilómetros y se agrupan en Ajdabiya
Un paso adelante por la noche, aprovechando que la aviación del coronel Muamar el Gadafi no puede atacar en la oscuridad, y dos hacia atrás a plena luz del día. Sometidos a bombardeos por tierra, mar y aire, los rebeldes intentan frenar al Ejército en Libia oriental. En vano. En una semana, los insurgentes han cedido 160 kilómetros y se agrupan ahora en Ajdabiya, una estratégica ciudad a igual distancia de Bengasi, sede del Consejo Nacional, el Gobierno de los insurrectos. También al oeste de Trípoli, los soldados del tirano asediaron Zuara. Amparadas en la parsimoniosa reacción internacional, las fuerzas de Gadafi amplían sus dominios.
Libia se desangra. Costaría bastante esfuerzo, incluso reinando la paz, reconstruir lo arrasado. Y se antoja casi imposible restaurar las relaciones económicas -las exportaciones de gas y petróleo y las inversiones de la familia de Gadafi en el extranjero, que suman 70.000 millones de dólares- y diplomáticas si el autoproclamado "guía de la revolución" no es derrocado. Eso persiguen los milicianos. Porque en un país que nada en la abundancia del crudo, y con una población autóctona de poco más de cuatro millones de habitantes, no es de recibo que junto a una de las principales avenidas de Bengasi se extiendan barrios que se asemejan a los míseros campos de refugiados palestinos.
Contra el saqueo de los recursos públicos, contra la salvaje represión de un dictador que se eterniza ya 41 años en el poder, se alzaron en el oriente del país magrebí. Pero los insurgentes, de momento, retroceden. Sin recibir armamento del exterior, y a la espera de que el Consejo de Seguridad de la ONU se pronuncie sobre la ansiada zona de exclusión aérea, su precariedad augura nuevos contratiempos. Y ello a pesar de que los expertos calculan que los soldados de Gadafi no son más de 5.000 en el frente del este. Eso sí, mucho mejor pertrechados.
Desde Ajdabiya parte una carretera que abre el camino hacia el límite con Egipto, y entre esta frontera y Bengasi se ubican ciudades tradicionalmente muy combativas. Aunque portavoces de los insurgentes aseguraban anoche que habían recuperado Brega, una pequeña ciudad con vitales instalaciones petroleras, tienen las de perder. Algo similar sucedió en Ras Lanuf, donde se halla la mayor refinería del país. Los cazas y la artillería a las órdenes de Gadafi bombardean al grueso de los rebeldes mientras los soldados en tierra eliminan o dispersan los grupos que plantean resistencia en posiciones más avanzadas. Es mucho más difícil, sin embargo, que sean derrotados en la contienda de la propaganda desatada por el régimen, cargada de proclamas que sonrojan.
Las teorías conspirativas tienen excelente acogida en Libia, empezando por el hecho de que buena parte de la población está convencida de que Gadafi es una marioneta de Israel por su supuesto origen judío. Pues bien, el régimen es capaz de ir mucho más lejos. Uno de los canales oficiales de televisión, Al Shababia, emitía ayer imágenes del filósofo francés Bernard-Henri Lévy charlando con el presidente del Consejo Nacional, Mustafá Abdulyalil, y con el vicepresidente, Abdelhafiz Ghoga, ambos acusados por el tirano de obedecer a Al Qaeda. Se intercalaban instantáneas con la bandera del Estado sionista. En resumen: a juicio de Gadafi, Israel y Al Qaeda se han confabulado para destronarle. Los inmigrantes africanos en Bengasi, aseguraba otra emisora, son forzados a declarar que son mercenarios del déspota o son asesinados.
Las cámaras de un tercer canal enfocaban Brega. Durante 15 minutos no apareció ni una persona en el puerto de la ciudad ni en sus instalaciones. En Brega y Ras Lanuf, la mayoría de los vecinos huyeron hace días ante la inminencia de los combates. No han regresado. "Querida audiencia", decía un locutor en inglés, "todo transcurre con normalidad en Brega, no como dicen los rumores que propagan otras emisoras".
Fuente Diario "EL PAÍS"
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