La piratería somalí se queda sin músculo
Día 16/10/2013 - 17.25h
La reciente detención del histórico líder bucanero «Afweyne» supone un golpe moral y financiero al negocio, tras más de 1.200 arrestos practicados entre la tropa base
El reciente arresto del histórico líder de la piratería somalí Mohamed Abdi Hassan «Afweyne» en Bélgica supone el último golpe a un negocio en evidente declive.
Hace unos días, ABC publicaba una entrevista con el conocido jefe bucanero donde éste aseguraba ser ya «solo un hombre de negocios» en proceso de reconversión.
Precisamente, «Afweyne» fue detenido junto a Mohamed Adan «Tiicey», expresidente de la región pirata de Himan y Heeb (también entrevistado en las últimas fechas por este diario), quien había iniciado un programa de rehabilitación de bucaneros.
Dinero, lo cierto, había para hacer experimentos. Desde el inicio de la piratería moderna el pago medio de un rescate asciende a los 3,06 millones de dólares (en 2011, sin embargo, fue de 5,04 millones) con un total acumulado de entre 315 y 385 millones de dólares.
Poco para la tropa base, no obstante. Cada pirata (de los en torno a 15 que participan en los asedios) suele recibir por secuestro entre 10.000 y 15.000 dólares como premio a su labor, mientras que los guardianes de las tripulaciones apenas 430 dólares. Todo ello, a la espera de un dinero que se puede dilatar en varios meses y con grandes posibilidades de ser capturado.
Sin embargo, a pesar de las notables detenciones practicadas (siempre de la tropa base), el gasto no acaba aquí.
Según un reciente informe de la fundación One Earth Future, el coste provocado por el encarcelamiento de los piratas del Índico capturados fue cercano a los 6 millones de dólares. Esta cifra es un 27 por ciento mayor que la del periodo anterior, debido a un aumento en el número de piratas sentenciados en Europa: Si en 2011 había 72 piratas cumpliendo sentencias en el Viejo Continente y ocasionaban un gasto de 3,4 millones, en 2012 eran ya 99 bucaneros a 4,7 millones.
Y no solo es Europa. En la actualidad, de los cerca de 1.200 piratas retenidos a escala global, 870 cumplen condena en África. Entre los países especialmente implicados en estas medidas correccionales se encuentran la propia Kenia, el estado semiautónomo de Somaliland (cuya capital –Hargeisa- cuenta ya con un penal para albergar a 380 reclusos), así como la vecina región de Puntland.
Tendencia reciente
Al margen de las fronteras africanas, países como Yemen (129 piratas somalíes en sus cárceles) o India (119) continúan esta tendencia.
Reciente, eso sí. En mayo de 2010, en el primer proceso de este tipo en Europa, la Justicia holandesa condenaba a penas de cinco años de cárcel a otros tantos piratas somalíes apresados en enero de 2009 en aguas del golfo de Adén, tras el abordaje fallido del buque Samanyulo, con bandera de las Antillas.
Desde entonces se han celebrado juicios similares en España, Alemania o Francia.
Ahora, por primera vez, un «pez gordo» de la piratería se enfrenta a un proceso en Occidente (en mayo de 2010, otro de los grandes capos del negocio, Abshir Boyah, fue arrestado en la región de Puntland y sentenciado a siete años de cárcel).
Medida que presumiblemente será más efectiva que las centenares de detenciones anteriores.
Medida que presumiblemente será más efectiva que las centenares de detenciones anteriores.
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