El soldado estadounidense acusado de matar a 16 afganos evitará la pena capital

- El tribunal militar que lo juzgará podría sentenciarlo a cadena perpetua
Reuters | Seattle
Actualizado miércoles 29/05/2013
18:21 horas
El soldado estadounidense acusado de matar
a 16 civiles no pasará por el corredor de la muerte. Robert Bales ha
alcanzado un acuerdo con la acusación para declararse culpable y evitar una
posible condena a la pena capital, según han avanzado este miércoles sus propios
abogados.
Bales, un veterano condecorado y curtido en los conflictos de Irak y Afganistán, está acusado de disparar indiscriminadamente a civiles -en su mayoría niños y mujeres- de un pueblo cercano a su base militar en Kandahar. Según varios testigos de los hechos, ocurridos en marzo del año pasado, el soldado llegó fuertemente armado al amanecer y disparó contra los ocupantes de tres casas -entre ellos nueve mujeres y tres niños- después quemó sus cuerpos.
La abogada Emma Scanlan ha confirmado que Bales se declarará culpable de los cargos de asesinato premeditado para después acudir al tribunal militar que podría sentenciarle a cadena perpetua. El proceso judicial contará con un jurado popular.
La acusación del Ejército de EEUU ha declarado que Bales actúo en solitario y con una "fría premeditación". Iba pertrechado con una pistola, un rifle automático y un lanzagranadas. Según las mismas fuentes, el soldado volvió a la base en mitad de su matanza para confesar a un compañero que "acababa de disparar a algunas personas".
Esta matanza ha supuesto el peor caso de ataque a civiles en la historia de las fuerzas armadas de Estados Unidos desde la guerra de Vietnam. Según la defensa, Bales sufría un desorden por estrés postraumático y un daño cerebral que sufrió antes de ser destinado a Afganistán.
Bales, un veterano condecorado y curtido en los conflictos de Irak y Afganistán, está acusado de disparar indiscriminadamente a civiles -en su mayoría niños y mujeres- de un pueblo cercano a su base militar en Kandahar. Según varios testigos de los hechos, ocurridos en marzo del año pasado, el soldado llegó fuertemente armado al amanecer y disparó contra los ocupantes de tres casas -entre ellos nueve mujeres y tres niños- después quemó sus cuerpos.
La abogada Emma Scanlan ha confirmado que Bales se declarará culpable de los cargos de asesinato premeditado para después acudir al tribunal militar que podría sentenciarle a cadena perpetua. El proceso judicial contará con un jurado popular.
La acusación del Ejército de EEUU ha declarado que Bales actúo en solitario y con una "fría premeditación". Iba pertrechado con una pistola, un rifle automático y un lanzagranadas. Según las mismas fuentes, el soldado volvió a la base en mitad de su matanza para confesar a un compañero que "acababa de disparar a algunas personas".
Esta matanza ha supuesto el peor caso de ataque a civiles en la historia de las fuerzas armadas de Estados Unidos desde la guerra de Vietnam. Según la defensa, Bales sufría un desorden por estrés postraumático y un daño cerebral que sufrió antes de ser destinado a Afganistán.
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