Israel bombardea la sede del primer ministro de Hamás en Ciudad de Gaza
Cuatro misiles han impactado contra el edificio, provocando un incendio de gran intensidad
Día 17/11/2012 - 05.45h
El Ejército de Israel ha bombardeado en la madrugada del sábado el centro de Ciudad de Gaza, alcanzando la sede del primer ministro del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás), Ismail Haniyeh, según ha informado la agencia palestina de noticias Maan.
Según estas informaciones, cuatro misiles han impactado contra el edificio, provocando un incendio de gran intensidad. Hasta el momento no hay información acerca de víctimas. También durante la madrugada, las fuerzas israelíes han bombardeado una comisaría de Policía ubicada en el oeste de la localidad, provocando graves daños materiales.
Asimismo, han atacado la vivienda de un miembro de las Brigadas al Qassam en la localidad de Rafá y una vivienda del campamento de refugiados de Bureij, hiriendo al menos a cinco civiles. Rafá ha sido atacada en varias ocasiones desde la noche del viernes, aparentemente en un intento de Israel por demoler los túneles que conectan el enclave con Egipto, por donde se introducen alimentos, materiales y armamento.
Además, varios misiles han impactado contra terrenos agrícolas en Beit Lahiya, Jabaliya, ubicadas en el norte de la Franja, y la ciudad de Jan Yunis, en el sur. Los bombardeos israelíes han causado la muerte de más de 30 palestinos, mientras que tres israelíes han perdido la vida por el impacto de un cohete en una vivienda en Kyriat Malachi. Además, alrededor de 300 palestinos han resultado heridos en el marco de los enfrentamientos.
También en la madrugada del sábado ha saltado la alarma antiaérea en la localidad israelí de Ascalón, aunque no se ha confirmado el impacto de ningún proyectil, por lo que poco después se ha retirado la alarma, según ha informado el diario israelí 'The Jerusalem Post'.
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«Estamos considerando seriamente una operación terrestre»
Así lo asegura el ministro de Exteriores de Israel, Avigdor Lieberman, aunque añade que «no está» en sus planes derribar al Gobierno del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) en la Franja de Gaza
Día 17/11/2012 - 01.23h
El ministro de Exteriores de Israel, Avigdor Lieberman, ha afirmado este viernes que Tel Aviv "está considerando una operación terrestre", pero que "no está" en sus planes derribar al Gobierno del Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) en la Franja de Gaza. "Estamos considerando seriamente una operación terrestre, pero derrocar a Hamás es algo que tendrá que decidir el siguiente Ejecutivo", ha valorado Lieberman, en declaraciones concedidas a la cadena de televisión israelí Channel 10.
Israel celebrará las elecciones anticipadas el 22 de enero de 2013 tras no sacar adelante los Presupuestos. Hamás controla la Franja desde la separación administrativa y territorial de 2007, tras su victoria en las elecciones legislativas de 2006, a las que se presentó en medio de presiones internacionales para que abandonara las armas y optara por la vía democrática. Sin embargo, la victoria de la formación islamista en los comicios, valorados como justos por lo observadores electorales internacionales, provocó que la comunidad internacional cortara sus ayudas a las autoridades palestinas.
Esto abocó a Al Fatá y a Hamás a unos enfrentamientos que finalizaron con la separación territorial y administrativa de Cisjordania y la Franja de Gaza. Desde entonces, Al Fatá controla Cisjordania --a pesar de no haberse hecho con la victoria en las elecciones-- y Hamás está al frente de la Franja.
75.000 reservistas
En torno a la posible operación terrestre, el Gobierno de Israel ha autorizado este mismo viernes la movilización de hasta 75.000 reservistas para su posible integración en la operación 'Pilar de Defensa', aumentando los temores ante una posible ofensiva por tierra contra el enclave palestino. A pesar de los signos que apuntan a esta posibilidad, Hamás aseguró el jueves que "los israelíes no están pensando en lanzar una operación militar terrestre", ya que considera que Tel Aviv "tiene miedo de sufrir muchas bajas entre sus tropas".
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Netanyahu llama a Obama para informarle sobre la situación en Israel y Gaza
«Expresó su agradecimiento al presidente estadounidense por su contribución al sistema de defensa de mortero y misiles, que ha repelido de manera efectiva cientos de cohetes lanzados desde Gaza»
Día 17/11/2012 - 04.39h
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, telefoneó hoy al presidente estadounidense, Barack Obama, para informarle sobre la situación en Israel y Gaza, donde continúan los enfrentamientos, según indicó hoy la Casa Blanca.
"Netanyahu expresó su profundo agradecimiento al presidente y al pueblo estadounidense por su contribución al sistema de defensa de mortero y misiles, que ha defendido de manera efectiva ante cientos de cohetes lanzados desde Gaza y ha salvado innumerables vidas israelíes", afirmó el comunicado presidencial.
Por su parte, Obama "reiteró el respaldo al derecho de Israel para defenderse y lamentó la pérdida de vidas civiles israelíes y palestinas". Por último, "ambos líderes discutieron opciones para disminuir las tensiones".
La ofensiva israelí en Gaza cumplió hoy su tercer día con la muerte hasta ahora de 28 palestinos y tres israelíes en medio de crecientes señales sobre una inminente invasión terrestre, después de que el Gobierno israelí dictara hoy la movilización de 75.000 reservistas.
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Hamas cruza la línea roja
El lanzamiento de dos misiles contra Jerusalén lleva a Netanyahu a estudiar la intervención terrestre en Gaza
JERUSALÉN- Alrededor de las cinco de la tarde (hora local) de ayer quedó claro en Israel que, por ahora, Hamas rehusa captar el mensaje que se le quería transmitir con el operativo «Pilar Defensivo»: en lugar de dar señales de poner fin al continuo disparo de misiles desde la franja de Gaza hacia territorio israelí, agregó un nuevo blanco clave: Jerusalén. Pocas horas antes, había caído nuevamente un misil en la zona metropolitana de Tel Aviv, impactando en un campo abierto, sin causar víctimas. Las sirenas sorprendieron a los habitantes de Jerusalén, que hasta ahora no habían sido incorporados a los millones de israelíes al alcance de los misiles de Hamas. La última vez que los jerosolimitanos oyeron alarmas de alerta fue en 1991, cuando la guerra del Golfo Pérsico, durante la cual Sadam Hussein disparó casi 40 misiles Scud hacia territorio israelí, y no impactaba ninguno en los alrededores de la ciudad santa desde 1970. El sonido cruzó el espacio aéreo de la capital israelí cuando estaba comenzando el «shabat», el día de descanso religioso judío, indicando que un misil estaba en camino hacia la ciudad. En primera instancia, hubo quien creyó que debía tratarse de un fallo técnico en el sistema de alarmas, algún desperfecto por el cual sonaba la sirena sin que nadie la hubiera activado intencionalmente. Sin embargo, poco después, se oyó un estallido que indicaba un impacto en algún punto de la ciudad.
Minutos más tarde se confirmó que en efecto habían aterrizado dos cohetes en la zona, concretamente en Gush Etzion, cerca de una aldea palestina, sin víctimas ni daños materiales. Hamas declaró que había lanzado hacia Jerusalén un cohete Madj 75 (que en árabe significa «gloria»), un tipo «mejorado» de Qassam.
«Hamas se siente perseguido», había declarado poco antes el brigada general Yoav (Poli) Mordejai, portavoz del Ejército israelí, asegurando que los ataques contra sus depósitos de armas, cohetes y sitios de lanzamiento, estaban asestando un duro golpe que reduciría la capacidad de ataque. Por su parte, el ministro de Comando Civil, Avi Dichter, reiteró ayer lo ya dicho días atrás: que durante el operativo, Israel había destruido «casi todos los misiles de largo alcance en manos de los terroristas». Sin embargo, claro está que esa capacidad no ha desaparecido totalmente. Y no hay certeza ninguna acerca de qué otra sorpresa podrían tener guardados los grupos armados en Gaza en términos de lanzamientos hacia Israel.
Sea cual sea su origen exacto, lo evidente es que el hecho de haber logrado alcanzar Jerusalén, es un logro psicológico de gran calado para los grupos palestinos. La distancia entre ambas partes es muy similar a la que hay entre Gaza y Tel Aviv, pero el significado del disparo va más allá de eso y pasa, ante todo, por haber logrado colocar a la propia capital del país al alcance de Hamas. El punto de inflexión que supone el ataque de ayer llevó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a convocar una reunión de urgencia con sus ministros para valorar la posible intervención por tierra en Gaza. Además, el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, aprobó la movilización de 75.000 reservistas dentro de la operación «Pilar defensivo», según informaron los medios israelíes. El objetivo de esta movilización es el «efecto disuasorio», el mismo que Israel busca con todo el operativo: se trata de impedir que los palestinos en Gaza empleen el terrorismo contra los israelíes. Los 75.000 es la mayor cifra de reservistas movilizados en Israel en décadas, muy por encima de los incorporados a la guerra en Líbano en 2006 y a la ofensiva «Plomo Fundido» en Gaza, dos años después.
Los disparos hacia Tel Aviv –por segundo día consecutivo– y a Jerusalén confundieron un poco a la población. Por un lado, el Comando Civil, que tiene a su cargo la preparación de la población para eventualidades de emergencia, aclaró que no cambia las instrucciones oficiales, exhortando a los habitantes de ambas partes a continuar con su rutina. Por otro, piden a la gente que se mantenga alerta y que cumpla estrictamente con las instrucciones. Las indicaciones son claras, igual que en el sur. Apenas se oye la alarma, hay que entrar a un espacio protegido. Si no hay refugio o habitación segura en la casa, pues salir al corredor de las escaleras, alejándose de ventanas. Si uno está en la calle y no hay espacios protegidos accesibles, debe tirarse al suelo y cubrirse la cabeza con las manos. Si está viajando, debe detener el automóvil, salir a la calle, y hacer lo antes mencionado. «Ser estricto en el cumplimiento de las indicaciones salva vidas», dijo a este diario el teniente coronel Moti Noiman, oficial en el Comando Civil. «Hay que mantenerse en calma, no entrar en pánico, pero tampoco perder tiempo».
Los misiles hacia Jerusalén, el nuevo elemento en el operativo, se enmarcaron en la tercera jornada del operativo «Pilar Defensivo», en cuyo marco fueron atacados por la Fuerza Aérea de Israel no menos de 500 blancos de los grupos radicales. El énfasis se pone en sitios de lanzamientos de misiles, depósitos de armas y cohetes e instalaciones de los diferentes grupos armados. Fuentes palestinas dijeron que desde el comienzo del operativo el miércoles por la tarde, tienen 22 muertos, diez de ellos civiles, y a varios niños entre ellos. El Ejército israelí asegura que sus órdenes son precisas: minimizar los eventuales daños a no involucrados. El ministro de Comando Civil, Avi Dichter, fue especialmente ilustrativo al respecto, asegurando que «los civiles palestinos de Gaza no rezan ahora a Alá, sino a los pilotos israelíes que logren cumplir con exactitud sus órdenes y hacer blanco sólo en los objetivos terroristas, que son los únicos que estamos buscando».
Israel atacó en forma muy intensa ayer sobre el norte y sur de la franja de Gaza, pero se abstuvo de hacerlo durante las horas en las que se encontraba en Gaza el primer ministro de Egipto, Hisham Kandil, tal cual había prometido a El Cairo. Hamas, por su parte, continuó disparando casi sin cesar también durante ese lapso. Ayer, lanzó casi 200 misiles y cohetes hacia Israel, con lo que superan los 550 desde el miércoles por la tarde. Ayer fue prácticamente incesante el sonido de las alarmas en las zonas de Eshkol y Shaar haNeguev pegadas a Gaza, pero también en las ciudades de Beer Sheba, Ashdod, Ashkelon , Sderot y varias localidades más pequeñas como Beer Tuvia y Gan Yavne. La batería antimisiles «Cúpula de Hierro», como siempre, interceptó gran cantidad –aunque no todos– de los misiles que se dirigían hacia las ciudades y pudo impedir que el número de víctimas israelíes fuese mayor.
Minutos más tarde se confirmó que en efecto habían aterrizado dos cohetes en la zona, concretamente en Gush Etzion, cerca de una aldea palestina, sin víctimas ni daños materiales. Hamas declaró que había lanzado hacia Jerusalén un cohete Madj 75 (que en árabe significa «gloria»), un tipo «mejorado» de Qassam.
«Hamas se siente perseguido», había declarado poco antes el brigada general Yoav (Poli) Mordejai, portavoz del Ejército israelí, asegurando que los ataques contra sus depósitos de armas, cohetes y sitios de lanzamiento, estaban asestando un duro golpe que reduciría la capacidad de ataque. Por su parte, el ministro de Comando Civil, Avi Dichter, reiteró ayer lo ya dicho días atrás: que durante el operativo, Israel había destruido «casi todos los misiles de largo alcance en manos de los terroristas». Sin embargo, claro está que esa capacidad no ha desaparecido totalmente. Y no hay certeza ninguna acerca de qué otra sorpresa podrían tener guardados los grupos armados en Gaza en términos de lanzamientos hacia Israel.
Sea cual sea su origen exacto, lo evidente es que el hecho de haber logrado alcanzar Jerusalén, es un logro psicológico de gran calado para los grupos palestinos. La distancia entre ambas partes es muy similar a la que hay entre Gaza y Tel Aviv, pero el significado del disparo va más allá de eso y pasa, ante todo, por haber logrado colocar a la propia capital del país al alcance de Hamas. El punto de inflexión que supone el ataque de ayer llevó al primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, a convocar una reunión de urgencia con sus ministros para valorar la posible intervención por tierra en Gaza. Además, el ministro israelí de Defensa, Ehud Barak, aprobó la movilización de 75.000 reservistas dentro de la operación «Pilar defensivo», según informaron los medios israelíes. El objetivo de esta movilización es el «efecto disuasorio», el mismo que Israel busca con todo el operativo: se trata de impedir que los palestinos en Gaza empleen el terrorismo contra los israelíes. Los 75.000 es la mayor cifra de reservistas movilizados en Israel en décadas, muy por encima de los incorporados a la guerra en Líbano en 2006 y a la ofensiva «Plomo Fundido» en Gaza, dos años después.
Los disparos hacia Tel Aviv –por segundo día consecutivo– y a Jerusalén confundieron un poco a la población. Por un lado, el Comando Civil, que tiene a su cargo la preparación de la población para eventualidades de emergencia, aclaró que no cambia las instrucciones oficiales, exhortando a los habitantes de ambas partes a continuar con su rutina. Por otro, piden a la gente que se mantenga alerta y que cumpla estrictamente con las instrucciones. Las indicaciones son claras, igual que en el sur. Apenas se oye la alarma, hay que entrar a un espacio protegido. Si no hay refugio o habitación segura en la casa, pues salir al corredor de las escaleras, alejándose de ventanas. Si uno está en la calle y no hay espacios protegidos accesibles, debe tirarse al suelo y cubrirse la cabeza con las manos. Si está viajando, debe detener el automóvil, salir a la calle, y hacer lo antes mencionado. «Ser estricto en el cumplimiento de las indicaciones salva vidas», dijo a este diario el teniente coronel Moti Noiman, oficial en el Comando Civil. «Hay que mantenerse en calma, no entrar en pánico, pero tampoco perder tiempo».
Los misiles hacia Jerusalén, el nuevo elemento en el operativo, se enmarcaron en la tercera jornada del operativo «Pilar Defensivo», en cuyo marco fueron atacados por la Fuerza Aérea de Israel no menos de 500 blancos de los grupos radicales. El énfasis se pone en sitios de lanzamientos de misiles, depósitos de armas y cohetes e instalaciones de los diferentes grupos armados. Fuentes palestinas dijeron que desde el comienzo del operativo el miércoles por la tarde, tienen 22 muertos, diez de ellos civiles, y a varios niños entre ellos. El Ejército israelí asegura que sus órdenes son precisas: minimizar los eventuales daños a no involucrados. El ministro de Comando Civil, Avi Dichter, fue especialmente ilustrativo al respecto, asegurando que «los civiles palestinos de Gaza no rezan ahora a Alá, sino a los pilotos israelíes que logren cumplir con exactitud sus órdenes y hacer blanco sólo en los objetivos terroristas, que son los únicos que estamos buscando».
Israel atacó en forma muy intensa ayer sobre el norte y sur de la franja de Gaza, pero se abstuvo de hacerlo durante las horas en las que se encontraba en Gaza el primer ministro de Egipto, Hisham Kandil, tal cual había prometido a El Cairo. Hamas, por su parte, continuó disparando casi sin cesar también durante ese lapso. Ayer, lanzó casi 200 misiles y cohetes hacia Israel, con lo que superan los 550 desde el miércoles por la tarde. Ayer fue prácticamente incesante el sonido de las alarmas en las zonas de Eshkol y Shaar haNeguev pegadas a Gaza, pero también en las ciudades de Beer Sheba, Ashdod, Ashkelon , Sderot y varias localidades más pequeñas como Beer Tuvia y Gan Yavne. La batería antimisiles «Cúpula de Hierro», como siempre, interceptó gran cantidad –aunque no todos– de los misiles que se dirigían hacia las ciudades y pudo impedir que el número de víctimas israelíes fuese mayor.
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