El Ejército israelí golpea a la población civil de la franja de Gaza
Barcos de guerra israelíes bombardean Gaza desde el mar
Londres advierte que una ofensiva terrestre debilitaría el apoyo internacional a Israel
Las fuerzas israelíes golpean la sede de varios medios de comunicación en Gaza
La destrucción avanza a paso de gigante sobre la franja de Gaza y a golpe de misil del Ejército israelí. Las noticias sobre un posible alto el fuego mediado por los egipcios cobran cierta intensidad, pero no acaban de cuajar. Este domingo, quinto día de la operación Pilar Defensivo, ha sido especialmente sangriento. Los niños se han llevado la peor parte. Hasta diez han muerto por los bombardeos; cuatro de ellos eran miembros de una misma familia. Son, según datos de France Press, parte de los al menos 31 palestinos, muchos de ellos civiles, que han muerto solamente este domingo por las bombas, que de momento no dan tregua, y que mantienen aterrorizada a la población en Gaza.
Mientras, los cohetes palestinos han vuelto a sobrevolar la frontera que separa Israel de este territorio palestino, en dirección a Tel Aviv. Ahora despegan desde casi cualquier lugar de la Franja causando un enorme estruendo. Desde detrás de un hotel, al lado de un edificio de viviendas… Las próximas horas se perfilan decisivas.
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, advirtió al Gabinete de ministros que está listo para “ampliar la operación”. No ofreció mucho más detalles, pero la posibilidad de una invasión terrestre cobra fuerza con el paso de las horas. A media tarde, se podía ver a nubes de soldados merodeando por el sur de Israel. Era además constante el trasiego de tanques subidos a camiones. El sonido de las sirenas cada vez que sale disparado un cohete palestino y que marca el inicio de las carreras a los refugios, completan un paisaje que cada vez se parece más al de un país en guerra.
El ministro de Exteriores británico, William Hague, ha alertado entre otros del peligro de una operación terrestre y de las dificultades que supondría para parte de la comunidad internacional apoyar una invasión, que previsiblemente se cobraría numerosas víctimas civiles. Incluso el presidente estadounidense, Barack Obama, volvió a expresar su apoyo a Israel, pero también consideró “preferible” evitar la entrada de los tanques.
Las noticias sobre una posible incursión terrestre hace que los vecinos del norte de la Franja huyan despavoridos. Las calles de Beit Hanún y de Beit Lahia, al norte del territorio, ofrecían el domingo una imagen fantasmal. No había ni un alma. Era como si hubiera caído una bomba, pero esta vez nuclear.
Un poco más al sur, a las afueras de la ciudad de Gaza, ha sido donde la aviación israelí ha destrozado la casa de Mohamed Dalu, un supuesto miembro del movimiento islamista Hamás, el que gobierna en Gaza y a cuyos líderes apenas se escucha estos días. Nueve miembros de su familia murieron junto a él, entre ellos cuatro niños.
Las fuerzas armadas israelíes cifraron en medio centenar el número de objetivos alcanzados el domingo. Entre ellos “puestos subterráneos de lanzamiento de misiles y túneles con fines terroristas”. En total, al menos 72 palestinos y tres israelíes han muerto desde el miércoles, cuando el asesinato selectivo del jefe militar de Hamás dinamitó el precario alto el fuego que Israel y los islamistas palestinos habían mantenido en los últimos meses. Hay también más de 500 heridos, según fuentes hospitalarias palestinas.
El jefe del estado mayor israelí, Benny Gantz, había ordenado el domingo intensificar los bombardeos sobre la franja, en medio de rumores sobre la inminencia de un posible alto el fuego mediado por Egipto. Los hechos sobre el terreno contradicen —al menos de momento— las filtraciones procedentes de El Cairo. Lo que ocurrió en Gaza la noche del sábado al domingo, cuando mayor intensidad cobraron los rumores, fue sin duda lo menos parecido a una tregua. El Ejército israelí atacó sin freno por mar y aire. A los bombazos de los F-16 le acompañaron los bombardeos de la marina israelí sobre la costa de Gaza. Primero se escuchaban tres o cuatro disparos seguidos. Después, transcurridos unos segundos de máxima tensión, llegaba el impacto que hacía temblar la costa. El ministro israelí de Exteriores, Avigdor Lieberman, afirmó más tarde en una rueda de prensa tras reunirse con su homólogo francés, Laurent Fabius, que la primera condición para cualquier acuerdo de alto al fuego es el completo cese de los ataques con cohetes contra Israel.
Los ataques han paralizado la vida de una Franja archiacostumbrada a todo tipo de ataques. Las escuelas están cerradas. La gente no acude a trabajar. Siguen al minuto las explosiones, mientras tratan de confirmar que los suyos están bien. Hay quienes el miedo o quizá la precaución les impide salir de casa. Otros se encierran en sótanos, a falta de refugios como los de los israelíes. Los hay que se atreven a salir durante el día. pero que cuando cae la noche ni se les ocurre pisar la calle. Viven a la espera de saber quién se impondrá en las próximas horas, si los tanques o las artes diplomáticas egipcias.
Golpe a los medios de comunicación
La noche del sábado al domingo y la madrugada fueron especialmente violentas en Gaza. Los bombardeos tuvieron, además, dos objetivos inéditos. La aviación israelí atacó sendas oficinas de medios de comunicación locales y extranjeros. Los ataques causaron heridas a ocho periodistas y suscitaron la condena de organizaciones profesionales.Los habitantes de Gaza siguen con atención las informaciones que emiten las televisiones y radios locales sobre el conflicto. Cuando cae un misil, a los pocos minutos ya hay un equipo de periodistas palestinos recogiendo el testimonio de los supervivientes.
El primer bombardeo a las sedes de los medios se produjo en medio de la noche contra el piso 11 del edificio Al Shawa, en la ciudad de Gaza. Allí trabajan, entre otros, la agencia palestina de noticias Maan, la cadena alemana ARD y la televisión Al Quds. A uno de los reporteros de esta cadena le han tenido que amputar una pierna a consecuencia de las heridas.
El segundo ataque se produjo a primera hora de la mañana en el edificio Al Shuruq, sede de la televisión Al Aqsa del movimiento islamista Hamás, al frente del gobierno de la Franja. Sam Kiley, reportero de Sky News, una cadena británica que como otras occidentales, comparte edificio con los palestinos cuenta cómo fue el ataque: “Eran las 6.45 de la mañana. Estábamos durmiendo cuando un misil impactó contra el piso de encima del nuestro. Hubo un fogonazo de luz tremendo. Las ventanas estallaron y los cristales cayeron al suelo”, explica dos horas después del ataque.
El Ejército israelí aseguró que tan solo dispararon “contra la antena, el resto del edificio no fue alcanzado”, según dejaron escrito los militares en su cuenta de Twitter, que estos días actualizan constantemente para ofrecer su versión de los hechos. En un comunicado indicaron que los objetivos habían sido identificados tras meses de información obtenida a través del espionaje.
El director de Reporteros sin Fronteras, Christophe Deloire, consideró que “los ataques constituyen una obstrucción a la libertad de información. Recordamos a las autoridades israelíes que los medios disponen según el derecho humanitario de la misma protección que los civiles, y que no pueden ser considerados objetivos militares”.
--O--
Obama pide contención a Israel
El presidente de EE UU no cuestiona el derecho de Tel Aviv a defenderse pero le pide que frene la escalada de su actividad militar en Gaza
Antonio Caño Washington18 NOV 2012 - 21:35
Mientras intensifica su diplomacia telefónica en busca de un acuerdo para el alto el fuego, Barack Obama pidió el domingo por primera vez contención a Israel en el conflicto que libra contra Hamás en Gaza. Esta petición, que no cuestiona el derecho de ese país a la autodefensa, se encuadra en un esfuerzo de la Administración norteamericana por evitar una escalada que, no solo tendría consecuencias dramáticas para los palestinos, sino que pondría contra las cuerdas a la política de Estados Unidos en Oriente Próximo.
“Israel tiene derecho a esperar que no se disparen misiles contra su territorio”, ha declarado Obama en Bangkok, donde inició este domingo una visita a tres países de Asia. “Si puede lograr eso sin una escalada de la actividad militar en Gaza, sería preferible. No solo es preferible para el pueblo de Gaza, sino también para los israelíes, porque si las tropas israelíes entran en Gaza, corren mucho más riesgo de muertos o heridos”, añadió.
Esta declaración se produce varios días después de los intercambios de misiles entre Hamás y el Ejército israelí, y tras varias conversaciones por teléfono mantenidas por el presidente norteamericano con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el presidente de Egipto, Mohamed Morsi, y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
Por su parte, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que acompaña a Obama en la gira por Tailandia, Burma y Camboya, ha hablado con el rey Abdullah de Jordania, el primer ministro de Qatar y los ministros de Relaciones Exteriores de Israel y Egipto.
EE UU lleva a cabo una iniciativa diplomática muy delicada para frenar el conflicto en Gaza sin defraudar a su aliado principal, Israel, y sin cerrarse las puertas con Egipto, los palestinos y los países árabes y musulmanes de cara a una futura gestión de paz de mayores horizontes. La Administración norteamericana quiere dejar claro que, antes que nada, está al lado de Israel, al que considera el país agredido, pero que también está ejerciendo su capacidad de presión sobre ese país para que actúe con la mayor prudencia posible.
Turquía y Egipto son los otros dos ángulos de ese triángulo diplomático: Turquía, como país musulmán de referencia para EE UU, y Egipto, como el antiguo gran aliado árabe en el que Washington intenta seguir depositando su confianza. Uno de los peligros de la crisis de Gaza, es el de que toda esa arquitectura de influencia en Oriente Próximo se le derrumbe a Obama si la escalada militar continúa hasta provocar una matanza de palestinos. Es muy difícil que el presidente norteamericano pudiera seguir contando con Morsi si eso llega a producirse.
Afortunadamente para él, Obama afronta este reto una vez superado el escollo de las elecciones presidenciales. Esta misma crisis, tres semanas antes, hubiera obligado al presidente a un incondicional e ilimitado apoyo a Netanyahu. No es que ese respaldo esté ahora en duda, pero Obama tiene en estos momentos un margen algo mayor para equilibrar su política.
La Casa Blanca intenta hacerlo sin poner en duda que, desde su punto de vista, Hamás es el único culpable de esta situación. “Hay que dejar claro cuál ha sido el factor precipitante: los cohetes disparados contra áreas civiles israelíes desde hace ya algún tiempo”, manifestó el domigo el consejero de Seguridad Nacional del presidente, Thomas Donilon. “Los israelíes han soportado durante demasiado tiempo la amenaza de esos cohetes, y fue eso lo que llevó a los israelíes a emprender las acciones que emprendieron en Gaza”.
Sentado ese principio, Washington ha tratado de buscar puntos de confluencia con otras naciones concernidas. “Con Egipto compartimos un interés fundamental para evitar una escalada de la situación”, declaró ayer un portavoz del Departamento de Estado. Egipto, que comparte frontera con Gaza y con Israel, se vería inmediatamente involucrado por una extensión de la guerra. El Gobierno egipcio, incluso en los tiempos de Hosni Mubarak, intentó mantener una influencia sobre Hamás. Ahora, con un Gobierno elegido en las urnas y de tendencia islámica, se siente además moralmente obligado a ayudar a los palestinos. En cuanto a Turquía, ya está su Gobierno suficientemente ocupado con la guerra de Siria como para exponerse a un nuevo conflicto que, de alguna manera, podría acabar realimentando al anterior.
Este esfuerzo coordinado con Egipto y Turquía depende, en todo caso de la capacidad de ambos para evitar que Hamás lance más misiles. De lo contrario, EE UU no podrá parar a Israel.
---------------------------------------------------------------------------------
“Israel tiene derecho a esperar que no se disparen misiles contra su territorio”, ha declarado Obama en Bangkok, donde inició este domingo una visita a tres países de Asia. “Si puede lograr eso sin una escalada de la actividad militar en Gaza, sería preferible. No solo es preferible para el pueblo de Gaza, sino también para los israelíes, porque si las tropas israelíes entran en Gaza, corren mucho más riesgo de muertos o heridos”, añadió.
Esta declaración se produce varios días después de los intercambios de misiles entre Hamás y el Ejército israelí, y tras varias conversaciones por teléfono mantenidas por el presidente norteamericano con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, el presidente de Egipto, Mohamed Morsi, y el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan.
Por su parte, la secretaria de Estado, Hillary Clinton, que acompaña a Obama en la gira por Tailandia, Burma y Camboya, ha hablado con el rey Abdullah de Jordania, el primer ministro de Qatar y los ministros de Relaciones Exteriores de Israel y Egipto.
La Administración norteamericana quiere dejar claro que, antes que nada, está al lado de Israel, al que considera el país agredido, pero que también está ejerciendo su capacidad de presión sobre ese país para que actúe con la mayor prudencia posible.
Turquía y Egipto son los otros dos ángulos de ese triángulo diplomático: Turquía, como país musulmán de referencia para EE UU, y Egipto, como el antiguo gran aliado árabe en el que Washington intenta seguir depositando su confianza. Uno de los peligros de la crisis de Gaza, es el de que toda esa arquitectura de influencia en Oriente Próximo se le derrumbe a Obama si la escalada militar continúa hasta provocar una matanza de palestinos. Es muy difícil que el presidente norteamericano pudiera seguir contando con Morsi si eso llega a producirse.
Afortunadamente para él, Obama afronta este reto una vez superado el escollo de las elecciones presidenciales. Esta misma crisis, tres semanas antes, hubiera obligado al presidente a un incondicional e ilimitado apoyo a Netanyahu. No es que ese respaldo esté ahora en duda, pero Obama tiene en estos momentos un margen algo mayor para equilibrar su política.
Este esfuerzo coordinado con Egipto y Turquía depende, en todo caso de la capacidad de ambos para evitar que Hamás lance más misiles
Sentado ese principio, Washington ha tratado de buscar puntos de confluencia con otras naciones concernidas. “Con Egipto compartimos un interés fundamental para evitar una escalada de la situación”, declaró ayer un portavoz del Departamento de Estado. Egipto, que comparte frontera con Gaza y con Israel, se vería inmediatamente involucrado por una extensión de la guerra. El Gobierno egipcio, incluso en los tiempos de Hosni Mubarak, intentó mantener una influencia sobre Hamás. Ahora, con un Gobierno elegido en las urnas y de tendencia islámica, se siente además moralmente obligado a ayudar a los palestinos. En cuanto a Turquía, ya está su Gobierno suficientemente ocupado con la guerra de Siria como para exponerse a un nuevo conflicto que, de alguna manera, podría acabar realimentando al anterior.
Este esfuerzo coordinado con Egipto y Turquía depende, en todo caso de la capacidad de ambos para evitar que Hamás lance más misiles. De lo contrario, EE UU no podrá parar a Israel.
---------------------------------------------------------------------------------
Al menos 28 palestinos muertos en la jornada más mortífera desde que comenzó la escalada de violencia
En total, ya suman 77 los palestinos muertos en ataques de la aviación, la artillería o los barcos israelíes desde el miércoles
Día 19/11/2012 - 04.01h
Al menos 28 palestinos, muchos de ellos civiles, han muerto este domingo en la que se ha convertido ya en la jornada más sangrienta desde que el pasado miércoles Israel lanzara una campaña de bombardeos contra la Franja de Gaza. En total, ya suman 77 los palestinos muertos en ataques de la aviación, la artillería o los barcos israelíes desde el miércoles. Solo hoy, han muerto ocho menores de edad y seis mujeres palestinas. El incidente más grave ha sido el ocurrido en el barrio del Jeque Radwan, en el noreste de la Ciudad de
Gaza, donde han muerto once miembros de una misma familia, incluidos cuatro mujeres y cuatro menores de edad, según han confirmado fuentes médicas palestinas citadas por la agencia de noticias Maan. Todos los fallecidos pertenecían a la familia Abu al Dalou y su casa ha quedado totalmente destruida en el ataque y el Ejército israelí ha explicado que el bombardeo fue un error, ya que el objetivo era Yahyia Byya, jefe del programa de cohetes del brazo armado de Hamás.
"Las informaciones sobre el asesinato del jefe de la unidad de lanzamiento de cohetes de Hamás, Yahyia Byya, hoy en un bombardeo de la aviación en el norte de Gaza parecen ser imprecisas", ha explicado un portavoz del Ejército hebreo, Yoav Mordechai, en declaraciones a la televisión israelí Channel 2. "Al parecer, las Fuerzas Aéreas han bombardead por error la casa de uno de sus vecinos, Mohamed 'Abú' al Dalou, y han muerto diez miembros de su familia y dos de sus vecinos. Byya parece que ha sobrevivido", según esta fuente.
También en la tarde del domingo han muerto dos hombres más, Suheil Hammad, de 45 años, y su hijo de 15 cuando se desplazaban en un camión cisterna por el campamento de refugiados de Jabalia, al norte de la Ciudad de Gaza, y fueron bombardeados por la aviación isrealí. Los dos se dirigían con un cargamento a vender agua a los vecinos de la zona, según Maan.
Por tierra, mar y aire
Fuentes médicas palestinas informan además de muertos en bombardeos sobre la Ciudad de Gaza, en los campos de refugiados de Al Shati y Al Bureij y en la ciudad de Rafá. El Ejército israelí ha bombardeado la Franja de Gaza desde buques de la Marina, con carros de combate y piezas de artillería y, principalmente con la aviación. Aviones no tripulados y cazabombarderos F-16 han lanzado misiles contra viviendas de mandos del brazo armado de Hamás, las Brigadas Ezzedin al Qassam.
El Ejército israelí ha confirmado más de 50 ataques contra "ubicaciones terroristas" de la Franja de Gaza a lo largo de la jornada del domingo, lo que habría causado "graves daños" a la capacidad de lanzamiento de cohetes de las milicias palestinas. En concreto, asegura que ha atacado un lugar desde el que se lanzó uno de los cohetes que alcanzaron la ciudad de Tel Aviv y a varios equipos de lanzamiento de cohetes de Hamás.
--O--
Hizbolá no quiere problemas en la frontera con Israel
Nasralá parece más preocupado por la posible caída del régimen de Assad, su aliado, que por los pocos réditos que puede darle implicarse por el conflicto en Gaza
Día 19/11/2012 - 04.35h
La posible implicación del Líbano en los últimos enfrentamientos entre israelíes y palestinos parece descartada por el momento después de las declaraciones de ayer del líder de Hizbolá, Hassan Nasralá, en las que no ha mostrado especial interés en buscar la confrontación en el siempre problemático frente sur que separa el país del cedro de Israel.
De acuerdo con la opinión de diversos analistas políticos, la participación del Líbano en el conflicto de Gaza no beneficiaría a ninguno de los grupos políticos libaneses y, especialmente, no reportaría grandes réditos a Hizbolá, demasiado preocupado por el desarrollo de los acontecimientos en Siria y por la posible caída del régimen de Damasco de quienes son firmes aliados.
En su discurso televisado del sábado, Nasralá consideró que Israel cometería un «grave error» si lanza una operación terrestre sobre Gaza, ya que, a su juicio, la resistencia palestina tiene capacidad suficiente para responder. El líder chií instó a los países árabes a adoptar toda clase de presiones, como elevar los precios del petróleo, para que cesen los ataques israelíes y reprochó al presidente estadounidense Obama su apoyo incondicional a Israel.
Un tono nada bélico que no se corresponde, sin embargo, con la línea mantenida en los campos de refugiados palestinos dentro del Líbano. En una entrevista concedida a la televisión libanesa por el general Munir Makdah, un alto mando del grupo palestino Al Fatah del campo de refugiados de Ain el Helue, en el sur del país, éste llamaba a la apertura de todos los frentes árabes, incluido el libanés, en contra de Israel con el fin de aliviar así la presión sobre Gaza.
Lo cierto es que a pesar de la presencia del ejército libanés y de las tropas de la UNIFIL en el sur del Líbano, algunos cohetes fueron disparados en el pasado hacia el norte de Israel por grupos radicales palestinos. Pero incluso aceptando la posibilidad de que alguna facción palestina aproveche la actual coyuntura para lanzar un cohete desde la frontera, los expertos consideran que Israel no puede y no luchará en dos frentes simultáneamente.
--O--
Viaje a la operación Pilar Defensivo
«Llamadme cuando vayáis a salir, la frontera está abierta de 10 de la mañana a 1 de la tarde», nos dice el militar israelí que acompaña a los periodistas al paso fronterizo con Gaza de Erez
Día 19/11/2012 - 04.36h
Después de cuatro años de olvido internacional, Gaza vuelve a la primera línea con la operación Pilar Defensivo. A diferencia de la guerra de 2008, Israel permite el acceso a la prensa internacional, que recibe todo tipo de atenciones por parte del Ejército judío para poder cruzar el paso de Erez. Los coches se aparcan en el kibutz de Yad Mordechai y de allí un militar lleva a los periodistas en su propio coche hasta el paso fronterizo. “Hemos aprendido la lección. Nos acusaron de querer ocultar la realidad y por eso ahora la política es diferente”, asegura el responsable del vehículo.
“Llamadme cuando vayáis a salir, la frontera está abierta a diario de diez de la mañana a una de la tarde, pero si hay muchos ataques de cohetes en la zona la cerramos”, informa antes de recordar que “a partir de esa puerta estáis en manos del enemigo y no podremos hacer nada por vosotros”. Una actitud desconocida que no se extiende a la prensa local ya que el canal Al Quds sufrió un ataque en sus oficinas y seis de sus periodistas resultaron heridos.
Antes de la puerta a la que se refiere el militar hay que pasar por un despacho para firmar un documento de cuatro puntos que excluye a Israel de cualquier responsabilidad en caso de morir durante un bombardeo, resultar herido o sufrir desperfectos en el equipo. Un texto similar al que se firma cuando se trabaja empotrado con las fuerzas de la OTAN y que advierte que uno se adentra en “zona de combate”.
Después estampan el sello de salida en el pasaporte y comienza el paseo por el túnel enrejado en el que un palestino con un carrito de golf para cuatro personas ofrece un cómodo viaje a cambio de 3 sheckels (sesenta céntimos de euro al cambio). El carrito te deja al final de la reja y hay que coger un taxi que te lleva hasta el primer puesto de control de Hamás (otros 3 sheckels), hoy desierto.
Sólo queda un operario sentado en una silla de preescolar, con las típicas chancletas negras de invierno y verano y rodeado de una marabunta de periodistas ataviados con chalecos, cascos y mil cámaras de todo tipo. El joven apunta el nombre y número de pasaporte de cada uno en una agenda de 2011 y pide el nombre y teléfono de alguien en la Franja que pueda dar referencias del recién llegado.
Conseguir pasar el trámite puede llevar horas si los equipos de la CNN o Al Yasira llegan al mismo tiempo. Hay que insistir mucho hasta que el tipo pone tu nombre en la dichosa agenda. Cuando uno se cree libre, un barbudo corre al taxi porque se le ha olvidado revisar el equipaje. Se abren los bultos más voluminosos y si no se ve nada extraño se puede continuar el camino. No hay tráfico en la carretera y es suficiente con abrir la ventana para escuchar el zumbido de los aviones no tripulados que sobrevuelan día y noche la Franja. Zumbido que se rompe con los rugidos que desde los barcos y los F16 marcan el paso de los minutos en Gaza desde el pasado miércoles.
--O--
Hamás e Israel negocian en Egipto un alto el fuego
Las partes exponen sus requisitos sin verse directamente, pivotando sobre las autoridades egipcias y enmedio de un halo de secretismo
Día 19/11/2012 - 04.35h
Egipto negocia a brazo partido el acuerdo de un alto el fuego que ponga freno a la sangría de Gaza y que restaure su liderazgo diplomático en la región. El enviado de Israel llegó ayer a la capital egipcia envuelto en un halo de secretismo, como todo lo que rodea a la diplomacia israelí en Egipto. En El Cairo se encuentra también desde hace varios días el jefe de Hamás, Jaled Meshal.
No está claro si el enlace israelí es una sola persona o si es una delegación de cuatro militares, como dijeron ayer fuentes de seguridad a Efe, pero sí parece que ha llegado con un borrador de tregua bajo el brazo o, al menos, con una serie de condiciones para el alto el fuego. Al parecer las negociaciones están siendo indirectas, con Egipto como mediador en todo momento. Según pudio saberse ayer por declaraciones de los líderes israelíes, el Estado hebreo exige como condición «sine qua non» que Hamás detenga primero el lanzamiento de cohetes sobre territorio israelí. Después, ya se verá.
Fuentes oficiales aseguraron al diario israelí Haaretz que el gobierno israelí es cauto y no espera grandes avances en estas conversaciones, por lo que sigue adelante con una expansión de la operación que lleva a cabo en Gaza. Según estas fuentes, Israel busca un alto el fuego en dos fases. Una primera más inmediata en la que las fuerzas armadas frenarían su ofensiva si Hamás deja de atacar objetivos israelíes, y una segunda a medio plazo que suponga una tregua más duradera y que frene la entrada de armas en Gaza a través del Sinaí.
Por lo que se ha filtrado hasta el momento, el grupo islamista exige que Israel levante el bloqueo al que somete a la franja y que, según ellos, es el origen de esta escalada de violencia. En este sentido, habrían pedido a Egipto que permita introducir un mayor número de bienes por el paso de Rafah, la única frontera con Gaza que no controla Israel, aunque las autoridades egipcias no parecen estar dispuesta a hacer demasiadas concesiones al respecto. Egipto teme que una relajación de la frontera pueda propiciar una entrada de milicianos al Sinaí. Hamás pide, además, que Israel ofrezca garantías de que no va a seguir atacando la franja de Gaza para poder empezar a hablar de un alto el fuego.
La Liga Árabe ha apoyado los esfuerzos mediadores de Egipto y ayer anunció que el martes enviará a Gaza una delegación de ministros de Exteriores liderada por su secretario general, Nabil el Arabi.
---------------------------------------------------------------------------------
Israel sólo negociará si Hamas deja de atacar
Netanyahu condiciona la tregua al fin del lanzamiento de cohetes. Las sirenas de alarma vuelven a sonar en Tel Aviv
JERUSALÉN- Por ahora, los esfuerzos internacionales por lograr un alto el fuego entre Israel y Hamas han resultado infructuosos. El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha aclarado que, antes de considerar siquiera su Gobierno aceptar un alto el fuego, debe cesar el disparo de misiles desde la franja de Gaza hacia territorio hebreo. «Israel tiene derecho a hacer lo que sea necesario para poner fin a los disparos en su contra», recalcó ayer el jefe del Ejecutivo hebreo en el quinto día de la operación «Columna Defensiva» contra blancos de los grupos radicales en la franja de Gaza. Desde el miércoles por la tarde, Israel atacó más de 1.000 objetivos desde el aire, especialmente de Hamas y la Yihad Islámica, siendo gran parte de ellos lanzadores de misiles de largo alcance que ya estaban listos, cargados, para disparar, escondidos en la tierra. «Hacemos un gran esfuerzo por garantizar que los ataques sean puntuales y quirúrgicos, porque no corresponde ni a nuestros valores ni a nuestros intereses que mueran civiles inocentes», declaró el viceprimer ministro y titular de Asuntos Estratégicos, Moshe Yaalon, agregando que «si lamentablemente hay muertos civiles, toda la responsabilidad es de Hamas, que se esconde detrás de ellos».
Ayer murieron doce civiles palestinos en el ataque a la casa de Yahia Abia, comandante del sistema de misiles y cohetes de Hamas, en el campamento de refugiados Jebalia. Según fuentes palestinas, toda su familia fue alcanzada. Por su parte, continúan siendo disparados hacia Israel numerosos misiles. Han sido más de 900 desde el comienzo de la misión y más de 300 de ellos fueron interceptados exitosamente por las baterías antimisiles «Cúpula de Hierro».
La batería de dicho sistema que fue emplazada el sábado en las inmediaciones de Tel Aviv para proteger a la gran urbe, así como también a Jerusalén, destruyó ayer en el aire los misiles lanzados hacia la ciudad. Ayer, por primera vez, fueron disparados misiles de largo alcance hacia Tel Aviv, tanto por la mañana como al atardecer. Cuando el radar de la defensa antiaérea captó los misiles en camino, las alarmas sonaron también en ciudades aledañas al sur de Tel Aviv. De la municipalidad de Tel Aviv ya exhortaron a la ciudadanía a dejar abiertas las entradas a sus edificios, para permitir que la gente se resguarde si le sorprende una alarma en medio de la calle. Además, las alarmas fueron sumamente asiduas en diferentes partes del sur, sonando a veces al mismo tiempo en varias ciudades, y volviendo a sonar inmediatamente después de que la gente saliera del refugio pensando que ya todo había terminado. En la ciudad de Ashdod, cerca del mediodía, registraron el disparo de 13 misiles de una vez. Tanto en Ashdod como en Ofakim hubo impactos directos en viviendas, aunque sin víctimas mortales porque la gente no estaba en casa o había alcanzado los refugios.
Casi todos los lanzados hacia las grandes ciudades fueron interceptados por la «Cúpula de Hierro», pero algunos no fueron neutralizados y aterrizaron en Ofakim, Ashdod y Ashkelon. En Ofakim, uno de los misiles «Grad» hizo impacto cerca de un automóvil, hiriendo a cuatro civiles, dos de ellas con heridas de mediana entidad. A pesar de la continuación de los disparos hacia Israel, el Ministerio de Defensa resolvió reabrir el pasaje de Kerem Shalom que conecta Gaza con Israel, pasando por allí 124 camiones con abastecimiento de comidas y remedios para la franja, aunque el día anterior la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur) había aclarado que no hay ninguna crisis humanitaria en Gaza. Por otra parte, más de 20 civiles palestinos pasaron por el puesto de Erez hacia territorio israelí para recibir tratamiento médico en hospitales israelíes.
Y mientras ésta es la situación sobre el terreno, hay interés internacional para intentar lograr un alto el fuego. Ayer, llegó a Israel el ministro de Exteriores de Francia, Laurent Fabius, quien en una rueda de prensa junto a su homólogo israelí, Avigdor Liberman, dijo que «debemos hacer todo para impedir una guerra en Gaza», agregando que «yo estoy aquí porque estamos hablando con todas las partes, o sea los egipcios, los qatarías e Israel». Liberman recalcó que «Israel desea un acuerdo a largo plazo que incluya el cese de todo fuego por parte de las organizaciones terroristas sobre centros poblados».
La figura clave en el intento de lograr la calma es el presidente de Egipto, Mohamed Mursi, cuyos altos representantes dialogan con el enviado de Hamas, Khaled Mashal, que llegó para ello a El Cairo. Fuentes egipcias señalaron que un representante israelí también había llegado a la capital para participar en dichos contactos, pero Netanyahu rehusó referirse al tema. «Haremos todo lo necesario para alcanzar las metas de la operación», recalcó el ministro de Defensa, Ehud Barak. «No estamos decididos a llevar a cabo una operación terrestre, pero lo dudaremos si la realidad lo exige».Y agregó: «Estimamos que no depende puramente de nosotros».
Ayer murieron doce civiles palestinos en el ataque a la casa de Yahia Abia, comandante del sistema de misiles y cohetes de Hamas, en el campamento de refugiados Jebalia. Según fuentes palestinas, toda su familia fue alcanzada. Por su parte, continúan siendo disparados hacia Israel numerosos misiles. Han sido más de 900 desde el comienzo de la misión y más de 300 de ellos fueron interceptados exitosamente por las baterías antimisiles «Cúpula de Hierro».
La batería de dicho sistema que fue emplazada el sábado en las inmediaciones de Tel Aviv para proteger a la gran urbe, así como también a Jerusalén, destruyó ayer en el aire los misiles lanzados hacia la ciudad. Ayer, por primera vez, fueron disparados misiles de largo alcance hacia Tel Aviv, tanto por la mañana como al atardecer. Cuando el radar de la defensa antiaérea captó los misiles en camino, las alarmas sonaron también en ciudades aledañas al sur de Tel Aviv. De la municipalidad de Tel Aviv ya exhortaron a la ciudadanía a dejar abiertas las entradas a sus edificios, para permitir que la gente se resguarde si le sorprende una alarma en medio de la calle. Además, las alarmas fueron sumamente asiduas en diferentes partes del sur, sonando a veces al mismo tiempo en varias ciudades, y volviendo a sonar inmediatamente después de que la gente saliera del refugio pensando que ya todo había terminado. En la ciudad de Ashdod, cerca del mediodía, registraron el disparo de 13 misiles de una vez. Tanto en Ashdod como en Ofakim hubo impactos directos en viviendas, aunque sin víctimas mortales porque la gente no estaba en casa o había alcanzado los refugios.
Casi todos los lanzados hacia las grandes ciudades fueron interceptados por la «Cúpula de Hierro», pero algunos no fueron neutralizados y aterrizaron en Ofakim, Ashdod y Ashkelon. En Ofakim, uno de los misiles «Grad» hizo impacto cerca de un automóvil, hiriendo a cuatro civiles, dos de ellas con heridas de mediana entidad. A pesar de la continuación de los disparos hacia Israel, el Ministerio de Defensa resolvió reabrir el pasaje de Kerem Shalom que conecta Gaza con Israel, pasando por allí 124 camiones con abastecimiento de comidas y remedios para la franja, aunque el día anterior la Agencia de Naciones Unidas para Refugiados (Acnur) había aclarado que no hay ninguna crisis humanitaria en Gaza. Por otra parte, más de 20 civiles palestinos pasaron por el puesto de Erez hacia territorio israelí para recibir tratamiento médico en hospitales israelíes.
Y mientras ésta es la situación sobre el terreno, hay interés internacional para intentar lograr un alto el fuego. Ayer, llegó a Israel el ministro de Exteriores de Francia, Laurent Fabius, quien en una rueda de prensa junto a su homólogo israelí, Avigdor Liberman, dijo que «debemos hacer todo para impedir una guerra en Gaza», agregando que «yo estoy aquí porque estamos hablando con todas las partes, o sea los egipcios, los qatarías e Israel». Liberman recalcó que «Israel desea un acuerdo a largo plazo que incluya el cese de todo fuego por parte de las organizaciones terroristas sobre centros poblados».
La figura clave en el intento de lograr la calma es el presidente de Egipto, Mohamed Mursi, cuyos altos representantes dialogan con el enviado de Hamas, Khaled Mashal, que llegó para ello a El Cairo. Fuentes egipcias señalaron que un representante israelí también había llegado a la capital para participar en dichos contactos, pero Netanyahu rehusó referirse al tema. «Haremos todo lo necesario para alcanzar las metas de la operación», recalcó el ministro de Defensa, Ehud Barak. «No estamos decididos a llevar a cabo una operación terrestre, pero lo dudaremos si la realidad lo exige».Y agregó: «Estimamos que no depende puramente de nosotros».
--O--
La batalla, también en Twitter
Las redes sociales se han convertido en otro campo de batalla donde conseguir el apoyo de la opinión pública. Cada bando tiene una estrategia para lograr simpatías en algo tan hosco como una guerra. «¿Qué haríais?», preguntaba en Facebook el Ejército israelí utilizando una imagen de la Torre Eiffel, la Estatua de la Libertad y el Big Ben bajo una lluvia de misiles. El montaje se convirtió en viral y ha sido compartido más de 52.000 veces. Sin embargo, las fotografías de atractivos reservistas subidas a Instagram, donde en los últimos días han aparecido centenares de nuevos usuarios tanto de Gaza como de Israel, han sido criticadas por la superficialidad que representan en una contienda en la que se pierden vidas a diario. En Twitter, el Ejército hebreo informa continuamente de sus decisiones, alerta a las poblaciones gazatí e israelí y da las cifras de la jornada. Incluso el anuncio y justificación del comienzo de la operación «Columna defensiva» se realizó mediante un tuit. Pero en la guerra de los 140 caracteres se busca el mejor «hashtag» para crear opinión y criticar al adversario: #Israelbajo ataque versus #Gazabajoataque o el juego de palabras entre Israel e infierno:#Israhell. Las brigadas Al Qassam, con más de 29.000 seguidores, son bastente más explícitas: «A los sionistas: la ‘cúpula de hierro’ no os protejerá nunca más», tuiteaban ayer. Las redes sociales parecen una herramienta perfecta para la máxima china de hace más de 2.000 años: «el supremo arte de la guerra es doblegar al enemigo sin luchar».
No hay comentarios:
Publicar un comentario