sábado, 17 de noviembre de 2012

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-AFFAIRE PETRAEUS,...."ALFIL... AMENZA AL REY"


Petraeus informa al Congreso del ataque al consulado en Bengasi

La declaración del exgeneral da argumentos a la oposición republicana para abrir una investigación para acosar a Obama




El congresista republicano John King, también presidente del Comité de Inteligencia, comparece ante la prensa tras la declaración de Petraeus. / MARY CALVERT (Reuters)

La comparecencia del general David Petraeus ante el Congreso ha dado a la oposición republicana artillería suficiente para poner cerco a la Administración de Barack Obama por los supuestos fallos de seguridad que condujeron a la muerte el 11 de septiembre pasado de cuatro diplomáticos norteamericanos en Bengasi, incluido el embajador de Estados Unidos en Libia, Christopher Stevens. Esto aumenta la posibilidad de que la polémica se prolongue y crezca la presión para la creación de un comité de investigación del tipo del Watergate.

Las declaraciones del ex director de la CIA ante los comités de Inteligencia del Senado y de la Cámara de Representantes fueron en secreto. Se celebraron ayer en salas especiales situadas en los sótanos del Capitolio, y el famoso general entró y salió del lugar sin quedar nunca expuesto a la vista de los periodistas que cubrieron el esperado acontecimiento. Los congresistas que participaron tenían el compromiso de no desvelar el contenido de la información recibida.

Eso facilitó interpretaciones muy diferentes, en función de los colores políticos, de las palabras de Petraeus, que aceptó comparecer voluntariamente después de haber dejado su cargo el pasado viernes tras conocerse que mantenía una relación extramatrimonial. Sólo hubo coincidencia en el relato de que Petraeus únicamente aludió a ese episodio personal para confirmar que fue su relación con Paula Broadwell, no los sucesos de Bengasi, lo que motivó su dimisión. Los congresistas, al parecer, no hicieron más preguntas respecto al ángulo más íntimo de este escándalo, lo que quizá fuese una condición previa para que Petraeus accediese a presentarse ante el Capitolio.

La información facilitada por el ex director de la CIA “ha dejado claro”, según la versión de Peter King, el presidente del comité de la Cámara y máximo representante republicano, “que el ataque de Bengasi no provino de una manifestación espontánea sino que había una implicación terrorista”.
La Administración tardó varios días en dar por válida la tesis del ataque terrorista. Cinco días después del ataque, la embajadora en Naciones Unidas, Susan Rice, insistió en una entrevista en televisión en que lo ocurrido había sido consecuencia de una espontánea manifestación de ira por el vídeo contra Mahoma.

Para el Partido Republicano, como ha dicho el senador John McCain, ahora es evidente que esa posición de Rice y del Gobierno de Obama “solo puede ser fruto de un encubrimiento o de su incompetencia”. En ambos casos, un asunto político serio cuando está de por medio la muerte de un embajador de EE UU. Después de escuchar a Petraeus, McCain añadió ayer que sus palabras habían contribuido a “formarse un juicio sobre lo que claramente es un fallo de inteligencia”.

El senador Marco Rubio, también republicano, advirtió que, a partir de ahora, “debemos de concentrarnos en el hecho de que, a pesar de la significativa cantidad de información que se le había dado al Departamento de Estado sobre los riesgos crecientes en el área de Bengasi, no se tomaron las medidas de seguridad suficientes para proteger las instalaciones (del consulado) y el personal que estaba dentro”.

La declaración de Rubio hace pensar que Petraeus pudiera haber descargado responsabilidades en el Departamento de Estado. Se deduce que ha ofrecido los datos que, eventualmente, se le facilitaron a ese organismo, el responsable de las representaciones diplomáticas, y que éste habría desoído las advertencias recibidas. Esto hace más interesante aún la comparecencia, prevista para los próximos días, de la secretaria de Estado, Hillary Clinton.

La versión de la Administración es la de que el Departamento de Estado actuó en Bengasi siempre en estrecho contacto con la CIA, que era la agencia que, en realidad, utilizaba el consulado de Bengasi como una base de operaciones en la zona. Cuando Rice dijo públicamente lo de la manifestación espontánea, lo hizo, según el propio Obama aseguró el miércoles en la rueda de prensa, siguiendo la pauta establecida por los servicios de inteligencia.

De acuerdo a los congresistas demócratas que ayer escucharon a Petraeus, éste, esencialmente, confirmó el punto de vista de la Administración. Dutch Ruppersberger, de la Cámara de Representantes, explicó que Petraeus había relatado las escenas de enorme confusión que se produjeron en Bengasi el 11 de septiembre, con dos ataques diferentes y simultáneos, uno espontáneo contra el consulado propiamente dicho, y otro, aparentemente organizado, contra el edificio anexo, en el que operaba la CIA. La senador Dianne Feinstein aprecia en la ofensiva republicana un intento de destruir a Rice, al parecer la favorita de Obama para sustituir a Clinton.

No está claro cuánto tiempo tardó la CIA en ofrecer a la Administración una versión de lo ocurrido o si ésta fue cambiando a lo largo de los días. En realidad, hay muchas cosas que aún no están claras. Entre las más importantes: ¿a quién está tratando de salvar Petraeus, qué tiene todo esto que ver con su dimisión y qué interés podría tener el Gobierno en encubrir el hecho de que había sido un ataque terrorista? En plena campaña electoral y, considerando que la muerte de Osama Bin Laden era uno de los principales argumentos del presidente, se podría haber querido ocultar que Al Qaeda volvía a matar norteamericanos. Pero quizá eso no es suficiente razón para orquestar un encubrimiento de información que tan graves consecuencias puede tener.

Si este asunto crece, en algún momento tendrá que ser tratado en sesiones públicas. El secreto actual favorece las especulaciones. Sólo hay rumores, por ejemplo, sobre el contenido de un vídeo de Bengasi que el actual director en funciones de la CIA, Michael Morell, enseñó el jueves a los mismos comités de Inteligencia.


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Petraeus deja en evidencia a Obama al implicar a Al Qaida en Bengasi «desde el principio»

Washington mantuvo la hipótesis de un ataque «espontáneo» al consulado hasta cinco días después del asalto en el que murió el embajador

Día 16/11/2012 - 18.50h

El exdirector de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) David Petraeus ha asegurado que tras producirse el ataque contra el consulado estadounidense en Bengasi que el pasado 11 de septiembre acabó con la vida del embajador norteamericano en Libia, Christopher Stevens, enseguida supo que se trataba de un atentado terrorista cometido por milicianos vinculados a la red terrorista Al Qaida. La declaración de Petraeus pone en entredicho la gestión de la crisis por parte de la Administración Obama, que cinco días después del asalto a la sede diplomática aún aseguraba que lo ocurrido era un hecho «espontáneo» provocado por los manifestantes que protestaban por la difusión de una película que ridiculiza la figura del profeta Mahoma.

El Gobierno estadounidense reconoció posteriormente que efectivamente la hipótesis del asalto «espontáneo» era errónea. Los republicanos han acusado a Obama de haber querido ocultar la realidad para no empañar los resultados de su lucha antiterrorista en plena campaña electoral.

En su primera comparecencia parlamentaria tras su dimisión la semana pasada como máximo responsable de la CIA, el general retirado Petraeus ha asegurado que, desde el principio, tuvo claro que el ataque fue obra de terroristas. Uno de los parlamentarios presentes en la comparecencia a puerta cerrada de Petraeus, el representante por el estado de Nueva York Peter King, republicano, explicó a la prensa que la declaración del general se ha prolongado durante una hora y 20 minutos y que se ha alejado de la versión de los hechos que dieron al principio las autoridades estadounidenses.

«Abundante cantidad de pruebas»

«Nos ha dicho que fue un ataque terrorista y que los terroristas estaban implicados desde el principio», indicó King. «La clara impresión que hemos tenido es que había una abundante cantidad de pruebas de que todo derivaba de una manifestación espontánea y no era un ataque terrorista», explicó el congresista, que no ha detallado por qué motivo discrepan el Gobierno y el ahora exdirector de la CIA. En su intervención, primera tras su renuncia por la relación extramatrimonial con su biógrafa, Paula Broadwell, Petraeus no ha hecho referencia alguna a los motivos de su salida aunque sí ha dicho que «lamenta» la situación.

King ha dicho que siempre le ha gustado Petraeus y que se siente mal por su dimisión. «Era un soldado fuerte. Era muy profesional, muy informado y muy fuerte», ha destacado. «Es una persona íntegra. Le considero un amigo, lo que me ha hecho difícil interrogarle. Te das cuenta de la tragedia humana que hay», dijo.

Los republicanos, que tienen mayoría en la cámara baja y son minoría en la alta, querían saber por qué el gobierno del presidente Barack Obama sostuvo durante varios días que el incidente fue una manifestación espontánea que se tornó violenta, en lugar del ataque terrorista que parece que fue desde el principio. Petraeus visitó Libia recientemente y «su evaluación y lo que encontró sobre el terreno es absolutamente crucial para reconstruir la imagen de lo que ocurrió durante y después del incidente», había dicho antes de la comparecencia el senador republicano Richard Burr, de Carolina del Sur, en declaraciones al periódico «The Hill».


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