El supuesto asesino de la agente, delatado en la Cañada Real
El chivatazo de otros toxicómanos centró la pista de la Policía sobre el sospechoso
Día 14/08/2012 - 02.52h
La Policía Nacional centró sus pesquisas sobre quiénes eran los autores del atraco que acabó con la vida de una policía municipal el miércoles pasado gracias al chivatazo de varios toxicómanos de la Cañada Real. En las primeras horas posteriores al crimen, los agentes no tenían clara la participación directa en el asunto de David Manuel Fernández Rodríguez, de 42 años; pero la delación de otros drogodependientes que le conocían y con quienes mantenía rencillas puso a los agentes de Homicidios sobre la buena pista.
El atraco a la sucursal de Correos de Usera desembocó en un enfrentamiento de los dos supuestos asaltantes contra los agentes de una patrulla de la Policía Municipal que intentó detenerlos. Eran las 12.15 de la mañana del día 8. Tras matar de un tiro a María del Carmen Muñoz Pérez, de 62 años, y herir en un hombro a su compañero Santiago Lozano Beitia, de 52, huyeron en una Citroën Berlingo hacia el cercano barrio de San Fermín.
Los investigadores consiguieron la matrícula del vehículo, gracias a los testigos presenciales, y comprobaron que su propietario tenía hasta 14 antecedentes por robos con violencia e intimidación, fundamentalmente. Sin descartar del todo que el dueño estuviese implicado en el asunto, sí que sospecharon que éste no sería tan torpe como para actuar de esa manera con su propia furgoneta. Por ello, pensaron que se la habría prestado a un par de «colegas» en el crimen, con los que había sido detenido con anterioridad. Media hora después del crimen, los agentes hallaron el vehículo en las inmediaciones de la Caja Mágica, a apenas un kilómetro.
La Policía Nacional comenzó a peinar aquellas zonas donde podrían esconderse los sospechosos. Y una de ellas era la Cañada Real, habida cuenta de que eran toxicómanos desde hacía años. Efectivamente, varios drogodependientes del poblado afirmaron que David Manuel estaba allí escondido, y lo relacionaron con la muerte de la policía municipal. Se hizo una vigilancia en el enorme poblado marginal, sobre todo en la zona lindante con Perales del Río (Getafe), y también en las inmediaciones de su casa, en el distrito de Villa de Vallecas, donde residía con su mujer, Gemma, e hijo, de unos 6 años.
La idea era «dejarle» salir de la Cañada, lugar de peligrosidad más que probada, para que acudiera a su casa, donde la la detención sería más fácil. Pero allí se encontraron con un grupo de cámaras de medios de comunicación esperando, y se frustró el potencial arresto.
Paralelamente, se buscaba a su compinche y, aunque primero creyeron que podría tratarse de su hermano, con el que solía dar «palos», pronto desecharon la idea. Y se centraron en otro de los compañeros habituales de correrías de David Manuel Fernández Rodríguez. Se trata de Luis Ruiz Rodríguez, un madrileño de 29 años, también con antecedentes y drogodependientes. Sin embargo, Homicidios comprobó que este sujeto se encontraba en prisión:el mismo día del suceso de Usera, se descubrió el cadáver de su abuela en la casa familiar de Orense, muerta a martillazos. Es más, el 10 de agosto, viernes, se entregaba en la ciudad gallega, de la que, según fuentes de la investigación, no habría salido en esos días que estuvo oculto. Ahora se maneja a la identidad de otro sospechoso, también compañía habitual de David Manuel.
El dinero, gastado en droga
Pero, ¿qué pasó con éste los cuatro días que estuvo en busca y captura? Fuentes policiales indicaron a ABC que ha permanecido todo ese tiempo en la Cañada Real, y no se descarta que haya gastado en droga el botín del violento robo a la estafeta de Correos, que sería inferior al millar de euros. Si esta hipótesis se confirmara, sólo era cuestión de tiempo, el que tardara en quedarse sin un euro, para que el sospechoso saliera de su madriguera, pusiera un pie en la «civilización» en su búsqueda desesperada de droga y dinero, y pudiera ser detenido.
Y así fue. El sábado por la noche, a sabiendas de que sería mejor de cara a una condena que se entregara, su mujer se puso en contacto con él y le aconsejó que no se escondiera más. Ella había sufrido un ataque de nervios en las dependencias de la Jefatura Superior de Policía. A punto estuvieron de arrestarle entonces, pero al final no hubo éxito.
Hasta que doce horas después, fue «cazado» por una patrulla que circulaba cerca del Bulevar de Vallecas. Iba a «pillar», acompañado de otros toxicómanos, con el pelo rapado y una gorra para pasar desapercibido. Pero los agentes le reconocieron.
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Un limpiacristales metido a (presunto) asesino
El detenido por la muerte de una policía municipal trabajaba con su mujer en una empresa de limpieza. Tiene un hijo pequeño y había recaído hace unos meses en las drogas
Día 13/08/2012 - 19.00h
Desde que el jueves se filtrara la fotografía de David Manuel Fernández Rodríguez, de 42 años, el presunto autor de la muerte de la policía municipal María del Carmen Muñoz Pérez, de 62, el miércoles pasado tras un atraco, los vecinos de la calle de Puerto de Lumbrales no salen de su asombro.
Es un hombre bastante conocido en la zona; todo el mundo sabía su pasado con las drogas, y al parecer estuvo bastante tiempo desenganchado (o, al menos, en tratamiento), hasta que hace unos meses tuvo una fuerte recaída. No era la primera vez que le ocurría.
Su mujer, Gema, y su hijo de unos 6 años son las principales víctimas «colaterales» del presunto crimen cometido por David, como se le conoce en el barrio. Han tenido que salir de su casa, tras conocerse la noticia de la detención.
La pareja había trabajado junta en una empresa de limpieza de la que algunos dicen que dirigían. Otros aseguran que estaba empleado como limpiacristales y que, además, hacía algunos arreglos en el bloque de cinco plantas donde vivía «desde hace mucho tiempo».
Sobre su carácter, todos coinciden en que tenía cierto genio, pero que normalmente era hablador y sociable.
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