lunes, 12 de marzo de 2012

GAGOMILITARIA NOTICIAS.-TRAS LA MATANZA DE AYER. LAS RELACIONES ENTRE EE.UU Y KABUL SE CRISPAN


Una matanza de civiles en Afganistán crispa las relaciones entre EE UU y Kabul

Un soldado estadounidense abrió fuego contra varias casas de un barrio rural de Kandahar, corazón del frente talibán en el sur del país, y mata al menos a 16 civiles



Un ciudadano afgano llora junto los cadáveres de menores. / JANGIR (AFP)

Un soldado norteamericano ha sido detenido hoy en Afganistán tras abandonar de madrugada una base de la OTAN y matar a al menos 16 civiles, varios de ellos niños. El incidente sucedió en la provincia de Kandahar, uno de los bastiones de la insurgencia de los talibán. El Pentágono ha explicado que el soldado actuó en solitario y por su cuenta, y ofreció disculpas a la ciudadanía de Afganistán, en un intento de aplacar el creciente antiamericanismo en el país, al que recientemente han dado fuelle incidentes como la quema de coranes en la base de Bagram o un vídeo que mostraba a cuatro marines orinando sobre cadáveres.

“Uno de nuestros soldados ha sido acusado de matar y herir a un considerable número de civiles en unas villas cercanas a su base. No puedo imaginar la motivación que existe tras unos actos tan crueles, pero puedo asegurar que no forman parte de ninguna acción militar autorizada por la Fuerza Internacional de Seguridad de Afganistán (ISAF, por sus siglas en inglés)”, ha dicho el subcomandante de esa misión de la OTAN, el teniente general Adrian Bradshaw. “Hemos iniciado una investigación y haremos todos los esfuerzos posibles para esclarecer los hechos y castigar a quienes sean culpables”.

El soldado salió de su base, en el distrito de Panjwai, pasadas las dos de la madrugada, hora local de Afganistán (las 22:30 del sábado en la España peninsular). Se dirigió a Belandi, una villa cercana, y entró armado en tres casas, según informaron las autoridades provinciales de Kandahar, que han iniciado una investigación. Solo en la primera casa, el soldado mató a 11 civiles. Luego aniquiló a cinco personas más. Fuentes de ISAF dijeron que el soldado regresó a la base por su propio pie y se entregó.

“Las fuerzas norteamericanas están ofreciendo tratamiento médico a aquellos civiles que resultaron heridos”, dijo el embajador en funciones de Estados Unidos en Afganistán, James Cunningham, quien ofreció sus disculpas formales a Kabul. Horas antes, la embajada había dicho en su cuenta de la red social de Twitter: “Debido a informes sobre protestas en Panjwai, aquellos que residan en o se dispongan a viajar a la provincia de Kandahar deben actuar con extremada precaución”. El presidente afgano, Hamid Karzai, ha condenado los asesinatos (que calificó de “intencionados”) y demandó una explicación inmediata de la OTAN. "No vamos a olvidar", dijo en un comunicado. El mandatario de EE UU, Barack Obama, transmitió su profundo pesar por los asesinatos y ofreció sus condolencias al pueblo afgano. Más tarde, Washington comunicó que Obama se comunicó telefónicamente con Karzai para transmitirle personalmente sus condolencias. El general norteamericano John Allen, comandante de la misión en Afganistán, anunció que se comunicaría de inmediato con el Gobierno de Kabul.

El incidente reavivó el creciente antiamericanismo que recorre el país, en una época en la que la Casa Blanca y el Pentágono buscan un marco de colaboración estratégica con Kabul para culminar la retirada de tropas de la OTAN a lo largo de 2014. El antiamericanismo en Irak frustró los planes de EE UU de dejar en aquel país a entre 3.000 y 5.000 soldados, para labores de entrenamiento y supervisión, tras el repliegue que culminó en diciembre. El Gobierno del primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, se negó a ofrecer inmunidad a los soldados que quedaran allí tras la guerra.

Ahora, Washington teme que suceda lo mismo en Afganistán, donde once años de guerra no han logrado consolidar una democracia de tipo occidental y donde la guerrilla de los talibán, apoyada por el grupo terrorista Al Qaeda, se mantiene fuerte y con apoyos entre una buena parte de la población. A la insurgencia le han ayudado en su cometido diversos incidentes recientes en los que, por errores de procedimiento o insubordinación, los soldados de EE UU han provocado la ira de la población civil.
El mes pasado, la quema de una cantidad indeterminada de copias del Corán por parte de cinco soldados estadounidenses en la base de Bagram desató una oleada de ataques suicidas, además de multitudinarias protestas a nivel nacional que se saldaron con la muerte de 30 afganos. El Pentágono explicó entonces que los libros se habían quemado por error, después de haber sido confiscados en el centro de detención de Parwan, dentro de la base, porque los integristas allí detenidos los empleaban para comunicarse entre ellos.
En enero, el Pentágono tuvo que investigar un vídeo, aparecido en el portal de Internet de YouTube, en el que se mostraba a cuatro marines orinando sobre los cadáveres de tres afganos. Previamente, en 2010, un grupo de cinco soldados del Ejército de Tierra creó un escuadrón de la muerte en Kandahar y mató a tres civiles. Los estadounidenses se tomaron fotos con los cadáveres como si fueran trofeos. El sargento Calvin Gibbs, que organizó las matanzas, fue declarado culpable y condenado a cadena perpetua en noviembre.
Los recelos que esos incidentes han provocado entre la población civil están complicando extremadamente la labor de las agencias de cooperación norteamericanas que trabajan en Afganistán, a través de las cuales Washington canaliza miles de millones de dólares para labores de reconstrucción del país. Además, el Gobierno del presidente Hamid Karzai tiene previsto prohibir las subcontratas de seguridad en el país a partir del 20 de marzo, lo que dejaría a esas organizaciones de ayuda humanitaria bajo la protección de unas fuerzas nacionales afganas con notables carencias de personal y preparación.





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Los talibán juran vengarse de la muerte de 16 civiles a manos de un soldado ebrio

Obama durante su conversación con Karzai. | ReutersObama durante su conversación con Karzai. | Reuters
  • El presidente promete que se hará todo lo posible para esclarecer los hechos
Los talibán han jurando vengarse de masacre que costó la vida a 16 civiles afganos en Kandahar llevada a cabo por un soldado estadounidense ebrio. Algunos testigos de la masacre han relatado que fueron varios los soldados que entraron en las casas de madrugada, además, al parecer iban ebrios y dispararon contra las víctimas entre risas, según los testimonios recogidos por la agencia Reuters.

Por su parte, el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, calificó de "trágica y estremecedora" la matanza.

El padre de uno de estos niños ha relatado cómo los soldados reunieron los cuerpos de los fallecidos y los prendieron fuego para evitar dejar pruebas. El suceso está levantando una cadena de reacciones de condena por parte de Occidente. Además de Obama, la OTAN ha difundido un comunicado en el que lamenta "un incidente que ha desembocado en la muerte de afganos", sin precisar más detalles. "Quiero expresar mi estado de shock y tristeza por el trágico incidente", dijo el secretario general de la Alianza Rasmussen.

Por su parte, la Casa Blanca informó de que Obama llamó por teléfono al presidente de Afganistán, Hamid Karzai, para expresarle su pesar por la matanza y prometió que Washington hará todo lo posible para que se esclarezca lo ocurrido. Estados Unidos "hará rendir cuentas a quien sea responsable", por el ataque, añadió Obama en una declaración distribuida por la Casa Blanca.
"Estoy profundamente entristecido por los muertos y heridos que, según los informes, han sufrido los civiles afganos", indicó el presidente estadounidense.

"Este incidente es trágico y estremecedor y no representa el carácter excepcional de nuestros militares y el respeto que Estados Unidos tiene por el pueblo de Afganistán", continuó la declaración.
Obama expresó su apoyo pleno a las investigaciones a las que se han comprometido el secretario de Defensa, Leon Panetta, y el general John Allen, comandante de las tropas estadounidenses en Afganistán.

Tensión diplomática

El presidente expresó sus condolencias "a las familias y los seres queridos de quienes han perdido sus vidas y al pueblo de Afganistán, que ha padecido ya demasiada violencia y sufrimiento".
Fuentes militares estadounidenses confirmaron que el soldado (al parecer un sargento del Ejército), que supuestamente salió de su base en el sur de Afganistán y atacó a los civiles, está detenido en la ciudad de Kandahar.

Por su parte, el presidente de Afganistán Hamid Karzai también condenó el ataque y lo calificó de "intencionado". Las duras palabras de Karzai elevan la tensión diplomática entre ambos países. "No lo vamos a olvidar", decía en un comunicado, al tiempo que reclama el fin de las operaciones antiterroristas "que desembocan en asesinatos deliberados".

Una encuesta de la cadena ABC News de televisión y el diario The Washington Post, publicada hoy señala que el 54 por ciento de los estadounidenses opina que las tropas de este país deben salir de Afganistán según lo ya programado (en 2014), independientemente de que las fuerzas de seguridad afganas puedan desenvolverse por sí mismas o no.

Actualmente hay en Afganistán unos 100.000 soldados estadounidenses y es probable que para la fecha de las elecciones presidenciales en EEUU en noviembre, queden unos 68.000 soldados norteamericanos.





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Obama condena la matanza y teme más hostilidad contra EE UU

Un marine renegado mata a 16 civiles afganos casa por casa

Un familiar de las víctimas de la tragedia ocurrida en Kandahar

12 Marzo 12 - - Marta Torres

NUEVA YORK- El ataque empezó hacia las dos de la madrugada en dos aldeas afganas, Balandi y Alkozai, en Panjwai, a medio kilómetro de la base estadounidense de Zangabad. Se trata de un suburbio rural de Kandahar, territorio tradicional de los talibanes, donde las fuerzas de la coalición han luchado durante años. Tal y como explicó un vecino de Alkozai a Associated Press, «ocurrió en mitad de la noche.

Estábamos en nuestras casas. Escuché los disparos y entonces, silencio», recordó Abdul Baqi sobre la muerte de 16 personas, supuestamente asesinadas por un soldado estadounidense ebrio presa de una crisis nerviosa, según fuentes castrenses. Pese a la información oficial, algunos testigos sostienen que varios marines norteamericanos participaron en la matanza.

Once de los fallecidos formaban parte de la misma familia. Entre los muertos, hay nueve niños y tres mujeres. El padre de uno de los menores relató a la agencia Reuters cómo el marine reunió los cuerpos de los fallecidos y los prendió fuego para evitar dejar pruebas. Por su parte, un fotógrafo de la Ap aseguró que vio quince cuerpos, algunos de los cuales estaban quemados, y otros, cubiertos con mantas. Un trapo no logró tapar el de un niño que estaba en la parte de atrás de un pequeño autobús. Tenía sangre seca en la cara. Llevaba unos pantalones muy grandes que estaban quemados y dejaban ver una pierna abrasada por el fuego.

El portavoz de la ISAF, la misión de la OTAN en Afganistán, explicó que todo lo que saben es que el soldado salió de la base y que volvió a ella después del incidente. «Posteriormente, fue detenido y se ha abierto una investigación».

Tras conocer el trágico suceso, el presidente de EE UU, Barack Obama, se apresuró ayer a manifestar en un comunicado su más enérgica condena. «Estoy profundamente apenado por las informaciones de las muertes y heridos de civiles afganos. [Quiero transmitir] mi más sincero pésame a las familias y seres queridos de aquellos que han perdido sus vidas, y al pueblo de Afganistán, que ha soportado tanta violencia y sufrimiento».

Según el presidente afgano, Hamid Karzai, que solicitó una explicación inmediata de Washington, «esto ha sido un asesinato. Un acto intencionado que no se va a perdonar». Karzai recibió una llamada telefónica de Obama para intentar calmar los ánimos de las autoridades afganas, aún molestas por la quema de coranes en la base militar de Bragram en febrero pasado.

«Este incidente es trágico y horroroso, y no representa el carácter excepcional de nuestros militares y el respeto que Estados Unidos tiene por la gente de Afganistán. Respaldo de forma total el compromiso del secretario [de Defensa] Panetta y el general [de la OTAN de la misión en Afganistán] Allen para averiguar lo ocurrido lo antes posible y que los responsables rindan cuentas», aseguró el presidente Obama.

El líder estadounidense también está pendiente de cómo va a afectar lo sucedido ayer a las conversaciones con los talibanes. Precisamente, el viernes se informó de que Estados Unidos y Afganistán habían llegado a un acuerdo para trasladar a cinco detenidos de la base naval de Guantánamo en Cuba, un movimiento que forma parte de la estrategia de Washington para preparar la salida del país asiático, prevista para finales de 2014.

Otro error tras la «ira de los coranes»
Lo sucedido ayer aumentará la tensión después de que hace unas semanas se quemasen en la base de Bagram varios coranes y otros objetos religiosos. El incidente provocó varias manifestaciones y ataques en todo el país, que terminaron con la muerte de 30 civiles y 6 marines.


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