Barcos europeos y un portaaviones de EE.UU. cruzan Ormuz
Las
potencias occidentales lanzaron ayer uno de los mensajes más contundentes al
régimen iraní desde el agravamiento de la escalada diplomático-militar por su
programa nuclear. Fuentes militares británicas y estadounidenses confirmaron que
el domingo atravesó el estrecho de Ormuz una flotilla de seis buques en la que
participan Francia, Reino Unido y EE.UU., que lidera el despliegue con el portaaviones Abraham Lincoln. Los navíos se adentraron así en
el Golfo Pérsico pasando a escasas millas del litoral
iraní, dejando con su estela un poderoso recordatorio del equilibrio
militar naval real en la zona, donde las capacidades iraníes son mucho menos que
lo pretendido por su retórica.
La
llegada del Abraham Lincoln permite a EE.UU. volver a tener dos portaaviones en
aguas del golfo, al unirse al Carl Vinson. Los dos pertenecen a la clase Nimitz, y pueden
albergar hasta 90 aviones a bordo, una potencia de fuego superior en cada buque
a la de la fuerza aérea iraní, maltrecha tras décadas de sanciones. La escolta
del recién llegado incluye un crucero y dos destructores de EE.UU., la fragata
británica HMS Argylll y un buque francés. Una coreografía naval internacional
muy poco habitual en estas aguas, que muestra la gravedad con la que las
capitales occidentales perciben la situación en la región, después de que el
jefe de la Armada iraní,el almirante Sayyari, asegurara el mes pasado que cerrar
el estrecho sería «tan fácil como beber un vaso de agua».
El
envío de la flotilla pretende «subrayar el compromiso ineludible de la comunidad
internacional de asegurar el derecho de paso» en el estrecho, explicó
ayer un portavoz del ministerio de Defensa británico. Cada día pasan por el
estrecho de Ormuz 17 millones de barriles de petróleo, el 35% del crudo
exportado por mar en el mundo.
Las
amenazas iraníes de cerrarlo al comercio internacional no son nuevas, aunque los
analistas coinciden en que no tienen capacidad de obstruirlo por un largo
periodo. La preocupación, sin embargo, es real, y deriva de las mejoradas
capacidades iraníes en cuento a misiles de superficie y al uso de pequeñas
embarcaciones de la Guardia Revolucionaria. Medios suficientes, en definitiva,
para librar una guerra de guerrillas durante días, incluso semanas o meses, que
supondría una interrupción grave al comercio internacional de
petróleo.
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