Recomiendan que Manning sea juzgado en una corte militar por el caso WikiLeaks
Así lo dice el teniente coronel Paul Almanza. La autoridad judicial militar ahora deberá decidir cómo proceder contra el soldado acusado de filtrar miles de documentos clasificados
El
presidente de las audiencias efectuadas sobre el caso del soldado estadounidense
Bradley Manning, acusado de filtrar centenares de miles de documentos
clasificados a WikiLeaks, recomendó que el encausado sea juzgado por una corte
militar.
El
teniente coronel Paul Almanza, que presidió las audiencias judiciales
preliminares, elevó su recomendación a la autoridad judicial militar, que ahora
deberá decidir cómo proceder contra Manning, informó el Departamento de Defensa
de Estados Unidos.
Almanza,
que tenía hasta el 16 de enero para hacer públicas sus conclusiones tras las
vistas, consideró que "los cargos y las especificaciones están (formulados) en
la forma adecuada y que existen motivos razonables para creer que el acusado
cometió los presuntos delitos".
Una
autoridad militar superior revisará ahora el informe presentado por Almanza y
determinará si el caso sigue adelante en una corte militar, aunque en el
comunicado difundido por el Departamento de Defensa no especifica el plazo.
Manning,
de 24 años, está acusado de ayudar al enemigo haciendo accesibles documentos
clasificados que se publicaron en internet; de robo de bienes públicos y
documentos, así como de difundir información relativa a la defensa.
Además,
de los cargos de fraude y otras actividades relacionadas con la informática y la
violación del reglamento del programa de seguridad de información del Ejército,
entre otros.
Si
es declarado culpable de todos los cargos, Manning podría afrontar una pena
máxima de cadena perpetua y sería dado de baja del Ejército con deshonor.
El
teniente coronel Paul Almanza, que presidió las audiencias judiciales
preliminares, elevó su recomendación a la autoridad judicial militar, que ahora
deberá decidir cómo proceder contra Manning, informó el Departamento de Defensa
de Estados Unidos.
Fuente Diario "ABC"
El soldado Bradley Manning se enfrentará al consejo de guerra
El tribunal militar considera que hay pruebas suficientes que le inculpan en la filtración de documentos secretos a Wikileaks
El magistrado del Ejército norteamericano Paul Almanza, que ha instruido el
caso contra Bradley
Manning en su etapa preliminar, ha anunciado este jueves que ha encontrado
pruebas suficientes que inculpan al soldado de sustraer y filtrar los documentos
secretos de Wikileaks,
y por tanto abre formalmente un consejo de guerra. En la vista preliminar, que
concluyó el jueves 29 de diciembre, los fiscales del Pentágono acusaron a
Manning de traicionar a su patria y de haber puesto en manos de los talibanes y
Al Qaeda información que pone en peligro la seguridad nacional de Estados
Unidos.
“El oficial investigador llegó a la conclusión de que los cargos y las especificaciones son adecuados en su formulación y que hay motivos razonables para creer que el acusado cometió las ofensas descritas. Recomendó que los cargos se presenten a un consejo de guerra general”, informó el Distrito Militar del Ejército de EE UU en Washington en un comunicado. El magistrado tenía de plazo hasta el día 16 para llegar a una conclusión. La acusación había aportado 300.000 folios en concepto de pruebas y testimonios.
La fiscalía militar presentó 22 cargos contra Manning. Entre ellos, el más grave es el de asistencia al enemigo, o alta traición. En el último día de vista preliminar, el capitán del Ejército Ashden Fein aportó pruebas que demostraban que los cables de Wikileaks habían acabado en diversos informes propagandísticos elaborados por Al Qaeda, destinados a fomentar los ataques contra EE UU. La defensa, a cargo del abogado civil David E. Coombs pidió la combinación de los cargos en tres, y una pena máxima de 30 años.
El Pentágono, por su parte, pedirá la perpetua. “Si se le condena por todos los cargos, Manning se enfrenta a una pena máxima de degradación al grado más bajo entre los soldados alistados, E-1; la pérdida de su paga y complementos; confinamiento de por vida; y un licenciamiento deshonroso”, añade el Distrito Militar en su comunicado. A Manning sólo se le expulsaría del Ejército cuando haya cumplido su pena. Lo más probable, si es declarado culpable (y Almanza ha visto pruebas suficientes para ello) es que acabe sus días en la única prisión de máxima seguridad del Pentágono, en Fort Leavenworth, Kansas.
Precisamente este jueves, la defensa había pedido que el magistrado retrasara su decisión y le permitiera presentar a seis testigos adicionales. El abogado Coombs había solicitado inicialmente que testificaran 38, entre ellos algunos altos cargos de la Administración de Barack Obama. El magistrado los rechazó a todos menos a cuatro. La fiscalía militar pudo presentar a 20, con los que construyó su caso y sobre cuyos testimonios acusó a Manning de traidor.
Coombs, por su parte, retrató a Manning como una persona con problemas de identidad sexual y de género, y defendió que debería haber sido expulsado del Ejército antes de ser destinado a Irak en 2009. En la base Hammer, en Bagdad, Manning había protagonizado diversos estallidos violentos, y le había confesado a al menos un superior que era transexual. Ese superior, el sargento Paul Adkins, debería haber iniciado los trámites de expulsión de Manning, dado que entonces aun estaba vigente la ley que impedía a las personas con conductas homosexuales servir abiertamente en el Ejército.
A Manning se le acusa de haberse descargado 700.000 documentos secretos del Pentágono y el Departamento de Estado de las redes militares CIDNE y SIPRNet, a las que tenía acceso por ser analista de inteligencia en Irak. Según el Pentágono, contactó con Julian Assange, fundador de Wikileaks, y le entregó la información que, posteriormente, éste publicó en su portal web y en otros medios. En 2010, EL PAÍS publicó, en colaboración con Wikileaks, los cables del Departamento de Estado, que dejaron a la diplomacia de EE UU al desnudo, y los informes secretos de Guantánamo, que daban pruebas de las torturas contra los detenidos en aquella cárcel.
Fuente Diario "EL PAÍS"
“El oficial investigador llegó a la conclusión de que los cargos y las especificaciones son adecuados en su formulación y que hay motivos razonables para creer que el acusado cometió las ofensas descritas. Recomendó que los cargos se presenten a un consejo de guerra general”, informó el Distrito Militar del Ejército de EE UU en Washington en un comunicado. El magistrado tenía de plazo hasta el día 16 para llegar a una conclusión. La acusación había aportado 300.000 folios en concepto de pruebas y testimonios.
La fiscalía militar presentó 22 cargos contra Manning. Entre ellos, el más grave es el de asistencia al enemigo, o alta traición. En el último día de vista preliminar, el capitán del Ejército Ashden Fein aportó pruebas que demostraban que los cables de Wikileaks habían acabado en diversos informes propagandísticos elaborados por Al Qaeda, destinados a fomentar los ataques contra EE UU. La defensa, a cargo del abogado civil David E. Coombs pidió la combinación de los cargos en tres, y una pena máxima de 30 años.
El Pentágono, por su parte, pedirá la perpetua. “Si se le condena por todos los cargos, Manning se enfrenta a una pena máxima de degradación al grado más bajo entre los soldados alistados, E-1; la pérdida de su paga y complementos; confinamiento de por vida; y un licenciamiento deshonroso”, añade el Distrito Militar en su comunicado. A Manning sólo se le expulsaría del Ejército cuando haya cumplido su pena. Lo más probable, si es declarado culpable (y Almanza ha visto pruebas suficientes para ello) es que acabe sus días en la única prisión de máxima seguridad del Pentágono, en Fort Leavenworth, Kansas.
Precisamente este jueves, la defensa había pedido que el magistrado retrasara su decisión y le permitiera presentar a seis testigos adicionales. El abogado Coombs había solicitado inicialmente que testificaran 38, entre ellos algunos altos cargos de la Administración de Barack Obama. El magistrado los rechazó a todos menos a cuatro. La fiscalía militar pudo presentar a 20, con los que construyó su caso y sobre cuyos testimonios acusó a Manning de traidor.
Coombs, por su parte, retrató a Manning como una persona con problemas de identidad sexual y de género, y defendió que debería haber sido expulsado del Ejército antes de ser destinado a Irak en 2009. En la base Hammer, en Bagdad, Manning había protagonizado diversos estallidos violentos, y le había confesado a al menos un superior que era transexual. Ese superior, el sargento Paul Adkins, debería haber iniciado los trámites de expulsión de Manning, dado que entonces aun estaba vigente la ley que impedía a las personas con conductas homosexuales servir abiertamente en el Ejército.
A Manning se le acusa de haberse descargado 700.000 documentos secretos del Pentágono y el Departamento de Estado de las redes militares CIDNE y SIPRNet, a las que tenía acceso por ser analista de inteligencia en Irak. Según el Pentágono, contactó con Julian Assange, fundador de Wikileaks, y le entregó la información que, posteriormente, éste publicó en su portal web y en otros medios. En 2010, EL PAÍS publicó, en colaboración con Wikileaks, los cables del Departamento de Estado, que dejaron a la diplomacia de EE UU al desnudo, y los informes secretos de Guantánamo, que daban pruebas de las torturas contra los detenidos en aquella cárcel.
Fuente Diario "EL PAÍS"
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