Novatadas. Siempre en el ejército. No desaparecen. El Pentágono ha anunciado este miércoles que ha presentado cargos contra ocho soldados por la muerte de un compañero de filas en un puesto militar en la provincia afgana de Kandahar. Un tortuoso rosario de bromas y abusos desbocados acabó, probablemente, con el suicidio del soldado Danny Chen, de 19 años, natural de Nueva York, a quien se encontró muerto por arma de fuego el tres de octubre. A Chen, compañeros de filas y superiores le insultaban por ser de etnia china. Usaban expresiones racistas en su contra con frecuencia. Y ejercían sobre él más presión de la que ya soportan los soldados que constituyen la gran mayoría blanca de las fuerzas armadas norteamericanas.
Los padres de Chen son inmigrantes de escasos
recursos, residentes de Chinatown, en Manhattan. No hablan inglés. El Pentágono
les tuvo que explicar como pudo que su hijo había aparecido muerto en un puesto
de control, por una herida de bala. No sabían si se había suicidado o si lo
habían matado. Según diversos informes, los asiáticos son el grupo más
minoritario de las fuerzas armadas de EE UU. En el ejército de tierra, sólo un 3’5% de los soldados alistados es de esa raza. Eso se
traduce, además, en una endémica escasez de oficiales de alto rango de etnia
asiática, privándoles a los soldados más jóvenes de una referencia a la que
acudir en casos de racismo.
Chen sufría el abuso de otros soldados con frecuencia. Lo
narraba todo en un pequeño diario que ahora los fiscales del Pentágono han
requisado, para armar el juicio contra los ocho detenidos. De ese cuaderno, sólo
le han entregado a la familia del soldado muerto tres páginas, con apuntes sin
sentido, totalmente descontextualizados, pero donde trasluce cierta
angustia:Lo que tenga que pasar, pasará... No descargué el arma... No me hidraté adecuadamente... No le pongo suficiente atención a los detalles (a las pequeñas cosas)...Ya en su entrenamiento en Fort Benning, en Georgia, Chen se quejó ocasionalmente a sus padres del trato de algunos soldados. Siguió aguantando las bromas a su paso por Fort Wainwright, en Alaska, y en los meses que pasó en Kandahar, de agosto al día de su muerte, en octubre. Los investigadores militares le dijeron a la familia que un superior, que ahora ha sido denunciado formalmente, sacó a Chen de la cama y lo arrastró por el suelo porque se había olvidado de apagar un calentador después de darse una ducha.
En una conferencia de prensa, Elizabeth OuYang, la presidenta de la delegación neoyorquina de la Organización de Chinos Americanos (OCA) detalló este miércoles más humillaciones: a Danny le lanzaban piedras a la cabeza; se le obligaba hacer el pino manteniendo la boca llena de líquido, se le insultaba con motes como Jackie Chen, empleando el nombre del actor de películas de acción. Según dijo OuYang en la rueda de prensa:
"Ya sea por suicidio u homicidio, quellos que maltrataron a Danny de esa manera son responsables de su muerte. "
Este miércoles, la fiscalía militar anunció los cargos contra los sargentos Andrew J. Van Bockel, Adam M. Holcomb y Jeffrey T. Hurst, y de los especialistas Thomas P. Curtis y Ryan J. Offutt, acusados de homicidio involuntario, homicidio negligente y agresión con resultado de lesiones. Al sargento Travis F. Carden se le acusa de maltrato y aggresión. Al sargento Blaine G. Dugas, de mentir bajo juramento y de omisión del deber, un cargo, este último, que también se ha presentado contra el teniente Daniel J. Schwartz. Los ocho se enfrentan ahora a un consejo de guerra
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